Cap.

 1      2|    todo no se puede llevar en calma la imprudencia con que habla
 2      2| Sufría sus impertinencias con calma. Le estimaba. Le perdonaba
 3      6|  silencio pocos instantes; la calma renacía pronto y volvía
 4      6|     no había turbado jamás la calma de aquel refugio repuesto
 5     12|    genios.~ ~ -Pero, señores, calma...~ ~ -¡Fuera de aquí, so
 6     13| sonreía sin cesar, y dijo con calma forzada:~ ~ -¡Hombre!, ¡
 7     15|      un santo, dijo con mucha calma, pesando las sílabas:~ ~ -
 8     15|      la boca, y decía con una calma de filósofo cínico: «Cosas
 9     17|    señor Mourelo, que con más calma y sonriendo sostenía que
10     17|  amiga, quiso hablar con toda calma y prudencia. «Había de todo.
11     19|       esposa, le restituyó la calma, ya que la perdiz no podía.~ ~
12     20|       con cariño y voluptuosa calma; los ojos animados, húmedos,
13     21|     cielo las olas del mar en calma.~ ~ Aquella noche lloró
14     22|     aplasto los cascos...~ ~ -Calma, calma, amigo mío; yo me
15     22|      los cascos...~ ~ -Calma, calma, amigo mío; yo me basto
16     26|    debajo. ¡Secuestrador!~ ~ -Calma, don Víctor, calma; esto
17     26|            Calma, don Víctor, calma; esto es el principio del
18     27|    del ánimo, que me trajo la calma apetecida...» Suspendo el
19     28| excesivos: quiero paz, quiero calma..., seré como todas. Mi
20     29|      si... ¡triste de mí!~ ~ -Calma, hombre, calma.~ ~ -¿Qué
21     29|     de mí!~ ~ -Calma, hombre, calma.~ ~ -¿Qué hacemos, Álvaro,
22     30|  cuándo y cómo. Hay que tener calma. Después de lo que sabes
23     30|  sorprendía en estas horas de calma triste y muda, le preguntaba
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License