1-arran | arras-chaqu | chara-deleg | delei-enred | enrev-golpe | gomog-leerm | leers-omino | omnil-proye | prude-seden | sedie-valen | valer-zurri
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1 27| El Vivero, mayo 1...~ ~ Llueve, son las cinco 2 12| Constitución Universi Domini de 1622, dada por la santidad de 3 11| día de eterna memoria, el 18 de julio de 1870: haec dies 4 9| rigor, Calle del Triunfo de 1836. Al anochecer, hora en que 5 9| París había aprendido ya en 1867, cuando fue a la exposición, 6 12| esta elocuente leyenda: 1868, que no indicaba más que 7 11| memoria, el 18 de julio de 1870: haec dies quam fecit Dominus...»~ ~ 8 29| Al día siguiente, 27 de diciembre, don Víctor 9 16| sin pizca de educación, y el hombre de sociedad, perseguidor 10 21| pero el calor, de unos 30 grados, que en Vetusta es 11 1| improvisaba, los capítulos , , y 4º de una de sus Vetustas 12 1| los capítulos , , 3º y de una de sus Vetustas y 13 12| sino al bien de los niños abandonados». Con la dimisión de don 14 4| Estaban dispuestas a abandonarlo, si él lo exigía; sólo le 15 27| curarme si se le obedece, abandonarme si se le engaña o se desprecian 16 20| pasaba media vida (después lo abandonó por motivos poderosos). 17 16| ligero tinte oscuro. Se abanicaba sin punto de reposo y tapaba 18 13| galantería, sonriendo y abanicándose.~ ~ En el salón se hablaba 19 16| ideal, puro, universal que abarcaba al Creador y a la criatura... 20 1| viese a vista de pájaro, abarcándola por completo y desde arriba. 21 4| correrías por el campo, como la abeja con el jugo de las flores, 22 11| Lutero, ni siquiera de un Abelardo; era la verdad severa, noble, 23 14| Si a lo menos tuviera una abertura lateral, como algunas túnicas... 24 17| confesor, recogida, seria, abismada en sus reflexiones. Sin 25 17| quiera.~ ~ -Además, estará abismado en sus trabajos..., no quiero 26 7| los ojos. ¡Tanto le había ablandado el alma la elocuencia de 27 14| revelando su origen en el ablativo absoluto Rege Carolo III, 28 29| que volvía, a pesar de las abluciones, y con más autoridad se 29 13| religioso, se les podía abofetear impunemente; no les suponía 30 5| los señoritos nobles y los abogadetes de Vetusta y cuantos la 31 5| exigía el tono, y los pobres abogadillos, o lo que fueran, tal vez 32 13| y se lo pagaba siendo su abogado más elocuente en todas partes. 33 5| la confianza - con algún abogadote, ninguno de aquellos bobalicones 34 12| cursi»; y don Francisco abominaba de aquello que antes le 35 12| Dios nos libre. ¿Al teatro? Abominación. ¡A la novena, al sermón!, 36 22| hay Dios en los cielos, abomino de ti y de tu clerigalla... 37 16| Trabuco y antes El Estudiante, abonado de la bolsa de enfrente, 38 17| con temor que don Fermín abordase el motivo de su extraordinaria 39 9| vetustenses se aman y se aborrecen; se necesitan y se desprecian. 40 11| tienda de quincalla, usted le aborrecerá por lo de la usura; ¿quién 41 26| chiquillos de su escuela, que le aborrecían de corazón, se agolpaban 42 1| la sed en el desierto que abrasa y se satisface en el charco 43 1| aquellos ojos negros, grandes y abrasadores eran para De Pas; los adoradores 44 11| del alma? ¿No podría yo abrasarme en más pura llama que la 45 15| Nada de violencias... ¡Ábrase a la justicia! ¡En nombre 46 28| llegas, carcamal...~ ~ Y abrazaba y daba palmadas en la espalda 47 20| general serpeaba la envidia abrazada a la lujuria: las tenias 48 23| oscuridad, y me cogiese, y me abrazase por la cintura... y me dijera: 49 15| mucha plata el día que se abre el tesoro de la Virgen, 50 6| cantó, como él decía:~ ~ ~ ~Ábreme la puerta,~ ~ ~ ~puerta 51 27| de bilis... Los amargos abren el apetito... pero más vale 52 1| descubrir en aquella América abreviada, las exploraciones hechas, 53 12| contento. Había procurado abreviar la visita suprimiendo palabras 54 19| que asentaba con pulcras abreviaturas y con estilo gongorino, 55 26| dudar, temer, desear que se abrieran las cataratas del cielo 56 3| dos más que ella. Él la abrigaba solícito con un saco de 57 23| torso que quedaba fuera abrigábala una chaqueta de franela 58 16| halagos de luz y calor y se abrigan y buscan su manera peculiar 59 3| Ella le había rogado que se abrigara él también. Debajo del saco, 60 19| tomaban posturas trágicas abrigos de ella y unos pantalones 61 13| por muchachas de veinte abriles próximamente, guapas, frescas, 62 26| hemos de hacer?, pero ya abrirá los ojos; el exceso del 63 28| la casa del Marqués. Al abrirse la puerta se oyó a lo lejos 64 27| y digno de respeto), yo abro la ventana y oigo~ ~ ~ ~ ~ 65 26| esquina. Todo de negro, abrochada la levita ceñida hasta el 66 12| alzacuello; usaba corbatín negro abrochado en el cogote.~ ~ Don Carlos 67 11| silencio.~ ~ Teresina entró abrochando los corchetes más altos 68 2| dijo, mientras escapaba abrochándose la levita por la cintura.~ ~ 69 13| Ocupábase don Víctor en abrochar un botón del cuello; mordía 70 20| despreciara tales hablillas, «abroquelado en el santuario de su conciencia», 71 15| pero su viuda se encontró abrumada de trampas, de deudas y, 72 11| catedral le imponía un trabajo abrumador; además, era un clérigo 73 12| Cerca de media hora estuvo abrumando a los Faraones y sus súbditos 74 12| aquel demonio de Obispo abrumándole con su humildad, recordándole 75 27| Vivero, donde serían dueños absolutos... Nada, nada, los Marqueses 76 11| alma grande, de fijo le absolvería de los pecados cometidos. 77 27| ordinarios que me rodean absorben lo mejor de mi atención. 78 9| estúpida que era casi un dolor, absorbía toda la atención de Ana, 79 18| escuchado distraída, como absorta en el egoísmo de sus penas 80 28| siquiera separarse de él. Tan absorto iba.~ ~ Encontró el Magistral 81 27| de la carrera los llevaba absortos y no repararon en la mísera 82 20| impuso y se votó aquella abstención. ¡Había triunfado al cabo 83 20| presentes respetaran, se abstendría de acudir a tan agradables 84 27| ser! Más ridículo sería abstenerme de escribir (ya que es ejercicio 85 7| pensaba él, por supuesto, abstenerse del amor adúltero en casándose: 86 20| Estrepitosos aplausos. Paco se abstiene y piensa lo mismo que antes: 87 18| cargado de superlativos abstractos.~ ~ Las beatas que servían 88 10| las tinieblas de fuera, abstraída en su dolor, sueltas las 89 30| su traición, para que se abstuviera de asaltar el parque aquella 90 12| Fermín para que Fortunato se abstuviese de adornar los balcones 91 9| confesión. ¿Estaba bien absuelta? ¿Podría comulgar tranquila 92 19| con el cual ella se había absuelto de ciertas ligerezas que 93 30| cinco bultos negros, todos absueltos, fueron saliendo silenciosos, 94 15| vaquero ha de ser, como su abuelo y como su padre», gritaba 95 12| puntiagudas, cuello muy robusto y abultada nuez. Parecía todo él tiznado, 96 29| sus ondulantes sirenas de abultado seno de yeso. Don Víctor 97 4| varones, aunque parece rara, abunda más de lo que pudiera creerse. 98 20| el Marquesito y otros, abundando en las mismas ideas... y 99 10| suyos la cabeza y lloró abundantemente sobre las solapas de la 100 7| sucumbían; a no ser que abundasen las ocasiones de los ataques 101 7| el sombrero añadió:~ ~ -Abur, señores; donde hablan los 102 16| obsequiadas, regaladas y hasta aburridas por aquellos seductores 103 21| entre cuatro o cinco socios aburridos, que iban allí media hora 104 20| don Pompeyo ya les iba aburriendo con sus teologías. Le dejaban 105 21| Víctor Quintanar, seguía aburriéndose en aquel pueblo abandonado, 106 12| todos los presentes y no le aburrieran más -, en las oficinas del 107 19| Quintanar, y sin miedo de aburrirle, tardes enteras le tenía 108 9| oportuna.~ ~ -Sí, a veces me aburro. ¡Llueve tanto!~ ~ -Y aunque 109 17| el confesonario no debe abusarse de ese análisis justo, pero 110 29| creer que sabes algo y que abusas de tu secreto; le asustó 111 13| que no se divierta, que no abuse de la ventaja de sus faldas, 112 22| compuesta de dolor, locura, abyección y miseria:~ ~ -¡Mojigata, 113 5| muchachas pierden su hermosura y acaban en beatas; los muchachos 114 23| a impacientarse, se iba acabando la formalidad, y en algunos 115 22| sube, como la marea..., y acabará por tragarse al tirano...!~ ~ 116 11| es igual, vuelve luego, y acabarás de arreglar esto cuando 117 1| le disputaban, pero que acabaría de devorar él solo. ¡Qué! ¿ 118 29| Absurdo. Además, puede acabársele la paciencia a Anita, que 119 10| los gallineros en cuanto acabasen ellos de vencer cierta dificultad 120 22| caballero...!~ ~ -Señor cura, acabemos. Don Santos está dispuesto 121 21| preparar don Fermín de modo que acaben en lección moral o religiosa. 122 27| prohibido (¡otra vez!). Acabo de cenar. Su más fiel amiga 123 12| dijo:~ ~ -¡Aquello es el acabose!~ ~ El Magistral sintió 124 12| ademanes acompasados, suaves, académicos, y encogía las piernas, 125 29| a Mesía, que si no pudo acallar los sobresaltos de Ana, 126 29| saltando como sierpes; pero las acalló por de pronto, disimuló, 127 12| como un filósofo cuando se acaloraba.~ ~ -Si a mí no se me engaña - 128 10| había tenido una discusión acalorada: un majadero, un sietemesino 129 13| Ripamilán, mientras discutía acalorado con su querido amigo don 130 4| con franjas de colores, acamparon ejércitos de bravos marineros 131 4| como de cabras; pavorosos acantilados a la derecha caían a pico 132 29| aquellas cornisas, volutas, acantos, escocias y hojarasca.~ ~ 133 22| hambre, asesinado por los acaparadores sacrílegos de La Cruz Roja. 134 24| cargo en la Junta directiva, acaparó lo mejor del restaurant, 135 4| cabañas donde la conocían y acariciaban, sobre todo los perros grandes; 136 18| dulcísima hipótesis que había acariciado algún día... y ahora se 137 8| veía don Álvaro con ojos acariciadores; en aquella casa tenía el 138 3| hijos».~ ~ Esta costumbre de acariciar la sábana con la mejilla 139 19| Frígilis y su amigo. Solía acariciarle la pechuga, mientras Quintanar 140 10| necesito quererte mucho y acariciarte... y que tú me quieras también 141 25| a mis ojos, que Dios me acaricie el alma... Fermín, esto 142 29| que aquella felicidad suya acarreaba la desgracia de muchos, 143 7| chaleco cerrado y a la corbata acartonada. Volvía a ver la pechera 144 18| de decir con voz de monja acatarrada: «¡Buenas noches!», sin 145 25| a su mujer, de repente, acceder a la súplica de la Marquesa 146 9| imaginarlo. Nunca, nunca accedería ella a satisfacer las ansias 147 26| no muy obstinada, había accedido y aceptaba la prueba de 148 28| Joaquín se conformaba con el accesit.~ ~ Don Víctor, que se aburría 149 30| expresión, de poco agradable acceso...~ ~ -Al grano, señor Magistral.~ ~ - 150 27| dos cañas con todos sus accesorios?~ ~ -Sí, sí, ¡magnífico! 151 13| gobernadora se exaltaba; accionaba con el abanico cerrado sobre 152 11| ahora somos los primeros accionistas del Banco; si tú cobras 153 10| con un hombre hermoso, que acecha, que se aparece como un 154 19| gesto atrevido; nada de acechar ocasiones, nada de buscar 155 10| estudiar su pensamiento, acecharse a sí misma, acusarse, por 156 20| lengua de escarlata, húmedas aceitunas, pepinillos rozagantes y 157 9| contenta. Ana sonreía y aceleraba el paso.~ ~ -Dónde nos hemos 158 15| don Santos y se acercó sin acelerar el paso.~ ~ -Buenas noches, 159 16| de la existencia y de los acendrados sentimientos católicos de 160 5| proporciones -los novios aceptables - harían lo mismo. Sabían 161 11| comedia de la humildad y no aceptaré esa limosna. Los intrigantes 162 1| colores vivos con reflejos acerados; parecía un pájaro de los 163 1| Magistral -; cuanto más nos acercamos al término de nuestra ambición, 164 24| Casino se había dicho: «¿Se acercará don Álvaro a saludarme?» 165 3| mejor.~ ~ -Sí, tienes razón; acércate, háblame, siéntate aquí.~ ~ 166 10| cerebro como alfileres en un acerico. Si estaba siendo una tonta. ¿ 167 30| al primer choque de los aceros estalló un trueno y empezaron 168 19| corriente cuando el peligro se acerque; basta con un esfuerzo, 169 5| tales; y ni porque se te acerquen mucho para hablarte, ni 170 30| que todas las otras. No acertaba a arrojar en el cesto los 171 30| de usted y el temor de no acertar con la embocadura del asunto, 172 2| que consintió este confuso acervo de adornos y follajes, quinta 173 3| oía, había entendido que achacaban a culpas de su madre los 174 24| rindió pronto. Pero él lo achacó a la propia energía. «Comprende 175 1| rebajarse con la gente, vamos, achantarse, y aguantar una bofetá si 176 14| ostentaban su arquitectura achaparrada sendas fuentes monumentales 177 9| de un negrillo, robusto y achaparrado, de enorme cabezota, como 178 22| nervioso y con esto se le achicaba el ánimo.~ ~ «No hay Dios, 179 18| divido dentro de mí... me achico, me anulo... Si usted me 180 11| doy a mis prisioneros, de acíbar...; yo soy un ambicioso, 181 14| Señas..., señas... ¿a que no aciertas?~ ~ -¿A que sí...?~ ~ -No 182 5| hermosura y Anita Ozores fue por aclamación la muchacha más bonita del 183 11| Brigadiera nunca había podido aclararlo. Sólo sabía, por su mal, 184 20| seguía.~ ~ En Vetusta no se aclimataba esta planta; él era el único 185 20| cien mil ensayos ridículos aclimató el Eucaliptus en Vetusta... ¿ 186 4| Pasaron años, pudo y quiso acogerse a una amnistía y volvió 187 21| fuerte. Pero huía de ella, acogíase a la piedad, y visitaba 188 3| tálamo -quo ad thorum -. Fue acogida con mal disimulado júbilo 189 19| impuestas, sino como reveladas y acogidas al punto con abrazos del 190 13| sopa».~ ~ Paquito había acogido con entusiasmo la innovación 191 22| los fijaba como quien se acomoda en sitio conocido y frecuentado, 192 13| digno del rey. Los demás se acomodaron en un coche antiguo de viaje, 193 27| canción, por la poesía que se acompaña en efecto de la lira o de 194 20| seguían las confidencias acompañadas de cerveza... pero Ana jamás 195 1| quieren visitar la catedral acompañados de una persona inteligente... 196 27| Si quiere usted ir, le acompañaré yo misma; ahora no tengo 197 27| palacio viejo, donde yo pienso acompañarlos. Ahora bien, yo proponía 198 14| solía el liberal usurero acompañarse de sotanas, pero aquella 199 12| pidió que en su visita le acompañase otra dama de viso. Ninguna 200 19| Quiere usted que hoy mismo le acompañe a casa de doña Petronila?» « 201 13| se lo suplico yo..., acompáñeme al Vivero..., sea amable..., 202 13| da a todos un disgusto; acompáñenos usted, señor Magistral...~ ~ 203 7| catedral con Obdulia, las acompañó el arqueólogo, y en la capilla 204 18| monótono y eterno ruido acompasado al salpicar los guijarros 205 29| iba a ser tan grave!» Le acongojaba la idea de la inmensa responsabilidad 206 30| punto de vista mundano, aconsejaban el derramamiento de sangre», 207 30| ella y a quien ella misma, aconsejada por los sofismas de la pasión 208 13| con esa nueva vida que le aconsejan y le exigen. Sí, señora, ¿ 209 20| permiso del señor canónigo, yo aconsejaría carne cruda, mucha carne 210 4| caras al que las paga.~ ~ Aconsejaron los médicos aires del campo 211 30| Ni yo tengo derecho para aconsejarte nada trágico. Cuando te 212 29| Tomás, necesito que me aconsejes. Soy muy desgraciado; escucha...~ ~ ~ 213 21| aquel camino peligroso. Aconsejó la actividad piadosa. «En 214 11| desacreditándote. Si hacemos y acontecemos en palacio -doña Paula empezó 215 2| Esto de los bailes solía acontecer en las tertulias adonde 216 2| platicar después del coro. Acontecía allí lo que es ley general 217 30| desafío en Vetusta era un acontecimiento de los más extraordinarios. 218 29| De qué comedia antigua se acordaría para vengar su ultraje cumplidamente? ¿ 219 16| incidente del diálogo se acordaron del día en que Mesía dejó 220 17| amarle: «Hija, pues para acordarte de mí no debes necesitar 221 4| marqués, que ojalá Dios se acordase de él, antes que verle así.~ ~ 222 7| del secreto; entonces se acortaban mucho los plazos del rendimiento. 223 13| tentaciones que empezaban a acosarla.~ ~ Visita subió entonces 224 30| quieres..., pero... mejor te acostabas pronto. Mañana vendré temprano.~ ~ - 225 3| confesión general podía hacerlo acostada. Entró en la alcoba. Era 226 19| como esperando a que se acostara el sol para cerrar el horizonte... 227 3| de niña, la injusticia de acostarla sin sueño, sin cuentos, 228 3| No pudieron romperla y se acostaron para contarse cuentos de 229 24| mundo. Pero poco a poco se acostumbra al agua, es decir, al salón, 230 13| esta tarde... Quiero que se acostumbre a ver a su nuevo confesor 231 9| citar numerosos hechos que acreditaban el motivo de aquella vanidad 232 1| Al ver en las novelas más acreditadas de Francia y de España que 233 6| pública en las columnas de su acreditado periódico. Escritos sin 234 24| al título y a los muchos acreedores del magnate.~ ~ Solía esta 235 9| castaños, que tenían la corteza acribillada de cicatrices en forma de 236 12| mitrado, le reprendía con acritud.~ ~ -Esto es absurdo -decía 237 1| haciendo equilibrios de acróbata en el aire; y como prodigio 238 18| no se iba a Madrid con un acta en el bolsillo?~ ~ Cuando 239 2| canónigos laudatores temporis acti, como decía él; no alababa 240 7| y venidas y determinadas actitudes ora de tristeza, ora de 241 8| vestuario de los actores y actrices de charadas. Se vestían 242 8| en su lugar puso alegres acuarelas, mucho torero y mucha manola 243 17| que será mejor que usted acuda a la hora ordinaria, entre 244 9| tienen padre espiritual, acuden a la prensa. ¿No es esto 245 20| Magistral vestido de levita, acudiendo a un duelo a que él le retaba... 246 2| aconsejado a la Regenta que acudiese a la capilla del Magistral, 247 29| acordó que Crespo y Quintanar acudiesen al parque a la misma hora 248 24| pide... un coche. Y se acuerda que Visita y Quintanar lleven 249 22| usted no habla mal ni poco; acuérdese del club difunto, señor 250 28| Pero, Víctor, ¿no te acuestas hoy?~ ~ Los dos amigos se 251 3| provocativos.~ ~ -Nada más. Y acuéstate, que estás muy a la ligera 252 19| temblaba el llanto:~ ~ -No te acuestes todavía, estoy muy asustadiza, 253 18| que Ana poco a poco iba acumulando en su cerebro, dispuesta 254 4| era aquel pecado de que la acusaban, y en la maldad de doña 255 16| sobre el particular; nada de acusaciones concretas. Él tampoco se 256 16| mundo; creyó que la emoción acusada por aquel respirar violento 257 20| por no ver la claridad acusadora que entraba por las rendijas 258 12| descuido de indumentaria que acusara pobreza indigna de un mitrado, 259 25| mujer muy mala...~ ~ -No, no acusemos a los demás... Los hechos, 260 22| hablaba la ciencia:~ ~ -Yo no acuso a nadie, la ciencia no acusa 261 23| pero dijo muchas cosas, acusó, se quejó, inquirió, perdonó, 262 12| Por una especie de milagro acústico cada palabra de Visitación 263 1| al coro. Era gruesecillo, adamado, tenía aires de comisionista 264 20| restaurant provinciano. El mantel adamascado más terso que fino; los 265 10| pretendía que el caso era «adaptarse al medio». Un hombre que 266 12| trasladado a regiones que creía adecuadas a su gran espíritu; él, 267 4| país por los medios más adecuados».~ ~ No hay que pensar que 268 1| ue en vez de oi y otros adefesios.~ ~ Estaba el del pueblo 269 26| estábamos nosotros mucho más adelantados que los bárbaros. ¡Pero 270 2| hombre en perpetuo acecho, adelantándose a los rumores, avanzada 271 29| quién iba a tener interés en adelantarle? ¿Quién iba a permitirse 272 12| pero en seguida volvió a adelantarlo y abrió una puerta de escape 273 7| este caso aseguraba grandes adelantos en la carrera, y esto era 274 13| aquellas combinaciones de aderezos avinagrados en que ayudaban 275 20| aunarme con la desfachatez y adherirme a la orgía, protesto indignado, 276 26| pública y solemne de su adhesión a él, al perseguido, al 277 5| pensamientos diciendo:~ ~ -Adiosito. Ahorita vuelvo -con un 278 19| perceptivas, que más se adivina que de ella se da testimonio. 279 19| disponía a narrar tres o cuatro adivinaciones suyas.~ ~ -Pero éste tuvo 280 30| Pero Ana, espantada, adivinando la verdad, había exigido 281 29| conocerle». No se contentaba con adivinarle.~ ~ A pesar de la escasa 282 6| distinguida consideración: adjuntos le remito unos versos para 283 16| del coro bajo: «Deus, in adjutorium meum intende».~ ~ La tarde 284 26| que por la tarde debía ser administrado al señor Guimarán. Era Domingo 285 29| salir de allí casada para administrar ciertos bienes de los Provisores. 286 24| distrito de cunero, sine cura admirable (sine cura, dijo)..., apetitoso 287 17| verdad, enseñanzas lacónicas admirables, rasgos de filosofía profunda 288 8| le envidiaba Trabuco, su admirador y mortal enemigo.~ ~ -¿Has 289 26| invadida de una envidia admiradora, y sintiendo extraños dejos 290 26| blanquísimos, desnudos, admirados y compadecidos por multitud 291 28| abrió la boca estupefacto, admirando la estupidez de aquel hombre 292 15| valiente», pensaba ella admirándole y despreciándole al mismo 293 21| saldría a luz, el público la admiraría y para sí la guardaría la 294 19| propasaba; no hacía más que admirarla, amarla en silencio. Ni 295 11| abajo. Yo me lucí en Roma, admiré a los fieles en Madrid, 296 16| mucho, y «en Vetusta no se admitían imposiciones de nadie», 297 23| comedias de capa y espada.~ ~ Admitida la situación en que se creía 298 22| para conseguir que su padre admitiera los Sacramentos.~ ~ Al entrar, 299 27| nada, los Marqueses no admitieron objeciones.~ ~ -¿No eran 300 7| semejantes enredos no podía admitirlos la Regenta: por lo menos 301 11| ni soy oscurantista, ni admito ancas de nadie y menos de 302 1| privilegiadas contada por piedras y adobes en el recinto viejo de Vetusta. 303 7| peligro en la exageración adocenada. Era blanco, sonrosado, 304 6| moda le hacía parecer más adocenado de lo que acaso fuera. Si 305 21| aquella algazara algunos adolescentes y pollos con cascarón que 306 28| tono confidencial que había adoptado después de su declaración, 307 25| los había. No era cosa de adoptar a un hospiciano. De todas 308 21| conducto de la Santa, de la adorada heroína de tantas hazañas 309 24| recitaba versos de sus poetas adorados y repetía hasta parecer 310 2| a la primera, que seguía adorando con el mismo pudibundo y 311 29| mejor era callar, dejarse adorar por buen mozo. ¿Quería satisfacer 312 19| lado, sentirle quererla, adorarla, eso sí: era dulce, era 313 29| mundo, ni su madre que creía adorarle, podía darle consuelo, el 314 3| que la arrullaba como para adormecerla; era el rumor de la corriente.~ ~ 315 30| perdón, pedir a fe perdida o adormecida o quebrantada, no sabía 316 1| América, o una india brava adornada con plumas y cintas de tonos 317 2| centro; las paredes estaban adornadas con profusión de hojarasca, 318 12| Fortunato se abstuviese de adornar los balcones con jaulas 319 25| donde se celebraba, se adornó como nunca. Tal semilla 320 16| no dejar que ese hombre adquiera sobre mí derecho alguno; 321 15| obispado... y yo que lo supe... adquirí una gran partida de ellas..., 322 2| que eran profanaciones; adquirían pronto una familiaridad 323 4| El Avemaría y la Salve adquirieron para ella nuevo sentido. 324 4| lecciones de doña Camila. Adquirió su poema formas concretas, 325 24| hace bulto.~ ~ -¡Oh, gran adquisición! -dijo un socio -; si doña 326 8| casa a la lotería o a la aduana. Se dejaba un fondo para 327 8| Pues Bedoya, al que le aducía este argumento en casa de 328 30| siempre, hasta cuando la adulaban y mimaban!»~ ~ La viuda 329 11| intrigantes suben; los amigos, los aduladores, los lacayos medran sin 330 29| los escrúpulos de aquella adúltera primeriza (otra frase grosera 331 20| no hay cante o es cante adulterado, renuncio al más allá!~ ~ 332 12| honradas que no habían sido adúlteras, que no habían hecho más 333 29| cólera contra los infames adúlteros y contra sí mismo en cuanto 334 15| con los ojos hinchados, adustos, blasfemos como demonios, 335 2| los Ozores. En cuanto a la advenediza tuvo que perdonar y contentarse 336 6| Cuando la suerte le es adversa arriba, baja y se expone 337 5| tales materias prefería las advertencias de doña Anuncia al propio 338 1| y alambicada. Pues debe advertirse que sus lecturas serias 339 30| vendré temprano.~ ~ -Te advierto que no te he dicho que sí.~ ~ - 340 14| atreviéndose otras; los pollos advirtieron que el Paseo de los curas 341 5| barquilla en aquel navegar aéreo de sus ensueños... Y mientras 342 12| aire, a la calefacción, aeroterapia y demás asuntos de folletín 343 19| mal; a todos los recibió afablemente, sonrió a todos, pero contaba 344 20| interés, eran corteses, afables, pero frías, como cortadas 345 16| Pronto volvía la fe, que se afanaba en conservar y hasta fortificar - 346 17| sabía decir de otro modo sus afanes, a no hablar con una claridad 347 1| característica al rostro, sin afearlo, había un ligero encarnado 348 26| más a menudo a Teresina, afectando indiferencia, pero sin que 349 8| Obdulia dijo, queriendo afectar un tono algo desdeñoso:~ ~ - 350 14| del corro acercándose a su afectísimo amigo y poniéndole un codo 351 21| pero nada más.~ ~ Ana, afectuosa, lánguida todavía, había 352 28| nunca, más cordial, más afectuoso, no tardó en abrirle el 353 15| tenía debajo del mentón afeitado.~ ~ Allí lo serio era el 354 22| que parecían navajas de afeitar -. ¿Casos de qué? -repitió 355 8| confianzas. Aquellos nombres, afeminados aunque fuesen masculinos, 356 11| agradecería su hija espiritual y affma. amiga, q.b.s.m.,~ ~ ~ ~ 357 6| de hombre de talento se afianzaría probando sus fuerzas en 358 30| él pudiera hacer que se aficionara a los árboles y a las flores!»~ ~ 359 12| pantalones remendados como un afilador de navajas o un limpia-chimeneas, 360 4| disimulada, de esta mujer, se afiló la malicia de la niña que 361 28| modo y oír cantar a los que afinaban más que él era su delicia 362 9| acudía Paco a decir -, lo afirma Víctor Hugo en una novela 363 9| comunican, y las esperanzas se afirman y las dudas se desvanecen. 364 9| Eso creo yo -solía afirmar Ronzal -; la mujer es así 365 13| No, no iría. Y sintió al afirmarse en su propósito una voluptuosidad 366 12| Por eso él se quejaba, muy afligido, de las malas costumbres 367 5| padre la asustó más que la afligió al principio. No lloraba; 368 22| atrevió a decir el cura -, no aflija usted a la pobre Celesta. 369 30| Víctor sintió que el ánimo aflojaba no por amor a la vida propia, 370 16| resortes de la voluntad se aflojaban; y viendo como veía un peligro, 371 17| Magistral.~ ~ El cual prosiguió, aflojando la cuerda:~ ~ -Es necesario, 372 22| sucumbiría; si el Señor aflojara la mano un momento, don 373 27| influjo?~ ~ -Sí, señor; es un aforismo médico: ubi irritatio ibi 374 19| Y recordaba máximas y aforismos religiosos que había oído 375 7| pocos seductores había tan afortunados como el Marquesito. La vanidad 376 29| deshonra en vez de lavar la afrenta, huyo de ella..., esto no 377 10| ni de palabras me afrento..., etc.,~ ~ ~ ~cuando vio 378 3| codorniz; pero la salvaje africana se daba de cabezadas, asustada, 379 18| confesiones, que para él no había afrodisíaco mejor que el frío. «Ni los 380 18| azota los cristales allá afuera, y estar compadeciéndose 381 11| dado el ¡quién vive! en las afueras, cerca de la noche. De Pas 382 21| Frígilis que estaba a sus pies agachado plantando cebolletas, embebido 383 14| Y abriendo las piernas y agachándose, como dispuesto a correr 384 26| No habrá más remedio que agachar la cabeza y dejar pasar 385 30| de la vida, a la que se agarraba como un náufrago cansado 386 19| sus soledades, los ojos se agarraban a las páginas místicas de 387 20| dio un salto sobre la mesa agarrándose a una columna y comenzó 388 26| él, cierto; era preciso agarrarse a la piedad para conservar 389 1| Y dio un chillido y se agarró a don Saturno, que, patrocinado 390 19| Blas rodeada del mundo, agasajada, y a su lado iba don Álvaro 391 27| bueno! ¡Cómo me cuida! ¡Qué agasajos, qué mimos! Parece otro. 392 8| y ya había medido con su agazapado cuerpo las dimensiones de 393 12| despacho de una expedición a la agencia de Preces; y algunos asuntos 394 12| tranquilo, lo que eran agencias ni si la había de preces, 395 8| directo que prestaba era el de agente electoral. Pedía un puñado 396 11| trabajador; soy uno de los agentes de la industria y recojo 397 13| escalera. Por fortuna era ágil. La Regenta le vio tan airoso, 398 9| sin miedo, fiada en la agilidad de sus alas; daba vueltas, 399 20| un movimiento en zig-zag agitaba todo el cuerpo del enfermo; 400 17| Provisor se oyó la respiración agitada de su amiga.~ ~ Don Fermín 401 23| inmoralidad que acusaba aquella aglomeración de malos cristianos», estaba 402 19| todas estas incomodidades se aglomeraron en la imaginación de don 403 26| hierro tosco y fuerte, se agolpaba una multitud confusa, como 404 4| de los ojos. Las lágrimas agolpándose en ellos le quitaban la 405 25| macabra del delirio de la agonía. Sintió el olor de una rosa 406 22| Carraspique, sor Teresa, agonizaba en el inmundo asilo de las 407 29| A lo lejos gritaban las agoreras aves de invierno, que después 408 21| soledad de Vetusta... la yerba agostada del Paseo Grande, la falta 409 30| sobre todo al barbilindo agostado; este medio era divulgar 410 7| exige? -preguntó el muchacho agotando su valor en este rasgo de 411 23| intención que no tenía. Agradábale a Glocester tener ocupada 412 18| fantásticos que suculentos, que agradaban a su mujer. No era que Anita 413 4| pabellón de la Iglesia y pasar agradablemente las noches que se hacían 414 26| saturación de ridículo le hubiera agradado, porque así el sacrificio 415 1| la Infanzón debieron de agradarle más que las maravillas de 416 11| no encuentra novio que le agrade... por culpa tuya.~ ~ -Madre...~ ~ -¿ 417 24| complicados, que nadie se los agradece.~ ~ Ana al principio tenía 418 20| ustedes hacen ahora nunca lo agradeceré yo bastante. Pero lo principal 419 11| un momento, mucho se lo agradecería su hija espiritual y affma. 420 21| definido de ver a doña Ana, de agradecerle su carta y decírselo con 421 21| ni Dios ni usted han de agradecerlo».~ ~ Con estas palabras, 422 29| honor de don Víctor? Así agradeces el pan... que comiste tantos 423 12| déjale..., no quiere que le agradezcamos la licencia del oratorio 424 12| misa para don Anselmo.~ ~ -Agradézcaselo usted a Su Santidad.~ ~ - 425 12| pero si la enfermedad se agravaba, se inhibía, mandaba llamar 426 16| Ronzal -; circunstancia agravante.~ ~ -El hombre abandonado 427 10| hurtado vengo:~ ~ ~ ~mi agravio es león que brama;~ ~ ~ ~ 428 12| figuraríamos nosotras como damas agregadas.~ ~ -Yo lo soy -advirtió 429 12| agregada, por su prurito de agregarse a todo. Actualmente era 430 6| Vetusta para recordar todo lo agreste que aquel hombre había sido. 431 16| y pensaba desalentada y agriado el ánimo en la inutilidad 432 16| sequedades del ánimo repentinas, agrias y espinosas, y todo ello 433 18| era más que una máquina agrícola, unas tijeras, una segadora 434 25| pensó en la fe quebrantada, agrietada, como si la hubiese sacudido 435 18| rezumaba por tejados y paredes agrietadas, parecía mezquina, repugnante, 436 29| Frígilis, aquel pensador agrónomo que despreciaba la sociedad 437 25| como el rumor lejano de un aguacero acompañado por ayes del 438 29| paciencia a Anita, que si ha aguantado hasta ahora es por lo mucho 439 20| sepa usted que yo... no aguanto ancas...!~ ~ -No se trata 440 28| la oía siquiera.~ ~ -Pero aguarde usted, santo varón; espere 441 19| pocas semanas antes y la agudeza de su conciencia ahora, 442 12| corresponsal de ese papelucho; esas agudezas romas son de él. ¡Puf!, ¡ 443 21| resonancia mate, fúnebre, de mal agüero, que llenaba de melancolía 444 11| chispa en las espaldas del aguerrido centinela, que le había 445 7| bien lo conocía él, para aguijonearle el deseo, para hacerle empeñarse 446 25| llevase a su mujer, serían aguijones del deseo. «¡Oh...!, sí, 447 12| suelas, y ni siquiera tapa un agujerito que le puede salir a la 448 15| que sea muy enhorabuena, Agustinito... Eso..., eso..., el cultivo 449 12| era de los más humildes, aguzaba el ingenio para que las 450 21| triste.~ ~ La debilidad había aguzado y exaltado sus facultades; 451 29| satisfacer caprichos de la carne ahíta, gozar delicias delicadas 452 9| seducir a mujeres gastadas, ahítas de amor, mimosas, de gustos 453 29| penas, ni amigos que se ahogaban en ellas, alegre, con aquel 454 25| con quejidos y suspiros ahogados; se oía el ruido de las 455 23| de rodillas, sollozando y ahogando el llanto para que no sonase.~ ~ - 456 22| escapó la risa, que procuró ahogar con el embozo de la capa.~ ~ - 457 20| sintió vehementes deseos de ahogarla. La mano de la Regenta tocó 458 16| derechos. Ana procuraba ahogarlo, y como engañándose a sí 459 20| Aplausos y carcajadas ahogaron la voz del narrador. Y entonces 460 12| fuerza, como aparentando ahogarse en aquel ambiente de necedad...~ ~ 461 13| deleite curas y damas, se ahogó sin que nadie lo echase 462 12| guerra, los cristinos habían ahorcado de un árbol a su padre sin 463 20| Fábrica vieja hablaban de ahorcar al clero en masa. A esto 464 10| que ella rasgó - la juraba ahorcarse de un árbol histórico de 465 5| diciendo:~ ~ -Adiosito. Ahorita vuelvo -con un balanceo 466 6| Aquellos cinco céntimos que ahorraba de esta manera, le sabían 467 1| posible por una pared maestra ahorrada; una incomodidad segura 468 5| pariente pobre, ¿para qué? para ahorrar un criado o una doncella; 469 16| comprender; la interrumpió, le ahorró la molestia de rebuscar 470 12| guijarros, sus caserones ahumados, sus rejas de hierro encorvadas, 471 10| aquella virtud, como el Cid, ahuyentaba al enemigo después de muerta 472 10| estaba impaciente, casi airada. Miró a la llama de la lámpara 473 16| cerebro la imagen grave y airosa del respetado, estimado 474 13| trajes de buen corte ceñido, airosas, limpias como armiños, sinuosas 475 19| orillas; cuando se sentía como aislada del mundo, abandonada sin 476 16| viene a sacarle de un peñón aislado en el océano. Ideas y sentimientos 477 3| perseguía a De Pas tenían un aislador en don Víctor; por su conducto 478 16| y al poco rato hablaban aislados de la conversación general.~ ~ 479 10| a que termine la vida de aislamiento. Parece que todo te aburre; 480 30| ésta:~ ~ -¡Es necesario aislarla...! ¡Nada, nada de trato 481 4| Camila y don Carlos habían ajado las rosas de sus rostro; 482 7| apostados.~ ~ -Pues bueno ¡ajajá! Que traigan el Calepino, 483 21| análogos a los del kirsch o del ajenjo.~ ~ El Magistral, como el 484 1| la viuda echaba a andar. Ajustábase de tal modo al cuerpo, que 485 15| dinero. Las cuentas siempre ajustadas, limpias. Froilán era fiel 486 14| sombrero de canal suelta el ala, ancho y corto, se resignaron, 487 24| gritaba Ronzal con su alabada energía.~ ~ -Mi abrigo... 488 30| mundo y se veían cantados y alabados en poemas y tragedias. Todo 489 25| periódicos; hasta los impíos alaban a los misioneros, para rebajar 490 13| demás debían pasarse la vida alabando su munificencia y su castidad 491 12| honor de la Virgen, y sabía alabarla en estilo oriental, con 492 16| deleite que no se ocultaba, en alabarle y abrirle el arca secreta 493 25| Y qué limpieza!»~ ~ Ana alabó el arte de su marido.~ ~ 494 8| llave del armario o de la alacena... y aquí me tienes muerta 495 8| revolver vasares, armarios y alacenas. Siempre hablaba con alguna 496 27| mortificarme ideas sutiles, alambicadas... Pienso poco, vagamente, 497 30| son para la vida como los alambres para el telégrafo. Si estás 498 20| sería eso que dicen que dice Alancardan, o san Cardan o san Diablo!, 499 20| Tirso, Rojas, Moreto y Alarcón. Y todo, ¿para qué? «Para 500 13| incorporándose un poco y alargando una mano, que desde lejos, 501 1| dejaba campo abierto para alargarse y ensancharse como querían, 502 13| delante. El Magistral le alargó la mano que Mesía estrechó 503 9| Paco? -preguntó la Regenta alarmada.~ ~ -Ahí vienen, ahora dan 504 12| perseguían; después las noticias alarmantes y las bromas necias del 505 17| que madrugue para ello, se alarmará menos si usted va de tarde..., 506 12| precipitarse y tomar medidas que alarmasen a la opinión. Por culpa 507 30| pedía...~ ~ Entonces se alarmó don Fermín; creyó que había 508 10| casado con una gitana del Albaicín. Buen provecho; pero de 509 12| dejarse morir junto a un albañal? Porque aquello es una letrina; 510 26| los colegiales de blancas albas que alumbraban con cera 511 4| declaraba vencida y con ella el albedrío.~ ~ «-Valiente mequetrefe 512 3| Y hasta nombraba el albéitar a quien había de llamar 513 11| para venir a soltarlo en la alberca de casa; si el Obispo es 514 30| aquel espíritu miserable que albergaba el cuerpo gallardo que ella 515 9| puramente y que tal vez era la alborada del día esplendoroso de 516 1| que galardonaron con el alboroque de ricas preseas, envidiables 517 12| alegres, en que saltaban y alborotaban aturdiendo al mundo, jilgueros 518 28| bebido como por lo que había alborotado; Obdulia decía que tenía 519 16| recatados, fuman, ríen, alborotan, interrumpen la representación, 520 13| y Visitación, corriendo, alborotando, haciendo alarde de la confianza 521 22| gobierno...~ ~ -Como no se alborote...~ ~ El entierro fue cerca 522 20| curiosidad maliciosa la hora del alboroto y salían a los balcones 523 20| del Provisor. Don Santos alborotó la vecindad muchas noches; 524 8| alegría, según le decía en el álbum Cármenes el poeta. Lo que 525 19| maíz ahora verdes con el alcacer, los prados, los bosques 526 6| había adquirido un humor de alcaide de presidio en este trato. 527 3| horror! Muy buena para la alcaldesa de Palomares. ¡Una cama 528 11| mostrencos vamos, conocía yo un alcaldito en tiempos de la Gloriosa...~ ~ -¿ 529 13| un jinete que le va a los alcances dispuesto, según todas las 530 2| triunfos que ya su pluma no alcanzaba en los tiempos de prosa 531 12| costa de mucho padecer, y la alcanzaban muy pocos. La voz del Magistral 532 12| los tiempos tristes que alcanzamos, pero eso es otra cosa. 533 29| próximo ya, en que ésta alcanzara el premio consabido de salir 534 13| estar buscada...~ ~ -Si yo alcanzase... -insinuó entonces el 535 15| al valle. El del gorro la alcanzó, la cogió por la saya de 536 13| piensa que yo hago juegos de Alcides y se me pone ahí en calidad 537 22| líquidos suficientemente... alcohólicos..., que muero... de... eso..., 538 22| si yo niego la menor, so alcornoque!~ ~ -En medicina no hay 539 6| dejar una subasta. Era un Alcubilla en un tomo: sabía de memoria 540 25| escapularios las damas de más alta alcurnia, las más guapas y las más 541 21| la calle; llamaba con una aldabonada suave..., subía la escalera 542 30| regente jubilado con el mismo aldabonazo enérgico y conciso con que 543 16| eran golpes del metal sino aldabonazos de la neuralgia que quería 544 14| del carro, la Osa Mayor, y Aldebarán, por la parte del Corfín, 545 6| repuesto y escondido del arte aleatorio, ni en los tiempos de mayor 546 26| podía admitir y admitía, aleccionado por la experiencia, que 547 16| fingiendo creer los motivos que alegaba su ama para ocultar la devoción, 548 18| negaba a madrugar mucho, y alegando como si se tratase de cosa 549 17| y pensó, recordando la alegoría de la cuesta: «No quiere 550 2| Y don Custodio sentía la alegórica baba de la envidia manar 551 30| ostensiblemente pocos se alegraban de lo ocurrido. ¡Era un 552 27| respirar, engordar..., alegrar la vida..., allí el sol, 553 13| que le venía de la aldea a alegrarle los sentidos. Pero la viuda, 554 13| Regenta no era mujer que se alegrase en tales ocasiones, a lo 555 16| encontrar a su mujer conversando alegremente con el simpático y caballeroso 556 29| y extremosa? ¿Y por qué alegué derechos de mi edad para 557 1| más vaporosos, como si se alejaran. «Así son las perspectivas 558 18| acción en Rusia o en la Alemania del Norte, por lo menos. 559 1| que no podía restituir, alentaba el espíritu que reedificaba 560 25| a que servía de marco el alero del tejado..., todo aquello 561 19| la enferma, que, aunque aletargada, oía.~ ~ El médico no contestó. 562 13| llevadas, de abanicos que aletean... Lo mejor de Vetusta llenaba 563 18| tenía entre los dedos. El alfayate llamaba serenísimo señor 564 4| paloma encantada con un alfiler negro clavado en la cabeza; 565 10| clavaban en su cerebro como alfileres en un acerico. Si estaba 566 8| Tome usted... ¡Y qué alfiletero tan mono!~ ~ -No vale nada.~ ~ -¡ 567 12| Francisco.~ ~ Pisando aquellas alfombras, viéndose en aquellos espejos 568 2| corintio, los mezclaba con los Alfonsos de Castilla, y ya dudaba 569 12| este viaje no necesitábamos alforjas! -gritó Contracayes, no 570 20| todo, perdían con aquellas algaradas (frase de Glocester)». El 571 23| frío, y a falta de gorro de algodón o de hilo, se había cubierto 572 18| como si anduviera entre algodones. Ana tuvo aprensión de que 573 7| sentir al otro aquellos algos indefinidos del amor dosimétrico, 574 8| disposición... ¡Vaya una alhaja!~ ~ -¿Sí? Pues me lo llevo..., 575 21| había encontrado varias alhajas que bien valdrían dos mil 576 16| Pero a pesar de tanta alharaca, a los más se les conocía 577 5| inclinándose -. Representa una alianza nefasta en que la sangre, 578 4| llenarse? Aquella vida sin alicientes, negra en lo pasado, negra 579 2| Cármenes, el poeta de más alientos de Vetusta, el eterno vencedor 580 30| Matalerejo, para perseguir alimañas por los vericuetos, y se 581 19| honra, la pasión que se alimenta de ver y respirar el ambiente 582 22| así decía - con una buena alimentación. Además, hoy día el pobre 583 13| para un alma firme y bien alimentada, pasatiempo inocente, hasta 584 6| ocho o diez papeles. Así se alimentan aquellos espíritus que antes 585 1| los rincones de las bien alineadas casas de la Colonia, a quien 586 8| público. Todo lo quería alineado. Soñaba con las calles de 587 30| sin contestación, que no aliviaban el dolor del remordimiento, 588 29| sentado en la mecedora, y aliviada su angustia con la laxitud 589 14| con la Regenta. Sintió un alivio su furor sordo. «Pronto 590 29| pero don Álvaro prometió allanarlo todo. «Él sabía cómo se 591 23| tu, ego hodie genui te. Alleluia».~ ~ ¡Sí, sí, aleluya!, ¡ 592 22| hambre en los desiertos almacenes donde un tiempo brillaban 593 8| urraca ladrona. También almacenó entre las faldas un paquete 594 1| tiemblan mis cimientos y mis almenas tiemblan»; y tal puerta 595 14| beneficiado don Custodio, el más almibarado presbítero de Vetusta. No 596 9| Jesucristo. Muchos ojos negros almibarados y rosas en las mejillas. 597 1| las enaguas; el crujir del almidón de aquellos bajos de nieve 598 13| ruido de faldas, de enaguas almidonadas, de manteos crujientes, 599 18| el silencio de una caja almohadillada; el ambiente era tibio y 600 8| Marquesa a lo mullido y almohadillado había ido introduciendo 601 18| que estaba apoyada en un almohadón de crochet, y la oprimió 602 8| se levantaba a las doce, almorzaba, y hasta la hora de comer 603 5| les preparaba un suculento almuerzo en un jardín de fragancias 604 12| Veguellinas, jilgueros y alondras y hasta pardales cantaban 605 27| Sí, señor.~ ~ -¿Y el alpiste?~ ~ -Sí, señor.~ ~ -Pues 606 27| canónigo que ir en persona a alquilar una berlina. Mandó que le 607 11| Petra se repuso y, casi con altanería, contestó:~ ~ -Era un recado 608 1| placeres de su espíritu altanero, que De Pas se procuraba 609 10| Regenta clavando los ojos altaneros en la criada.~ ~ Petra sonrió 610 24| En su narración tuvo que alterar la verdad histórica, porque 611 21| se atrevía a hacerle, sin alterarse, tranquila en su presencia, 612 16| silla de Edelmira.~ ~ El altercado de don Juan y el Comendador 613 16| pesar de don Frutos y sus altercados de crítica dramática, la 614 5| No, Anuncita, no te alteres. Libres quiere decir blancos, 615 18| borrosos de lana verde y roja alternando sobre fondo negro.~ ~ A 616 21| de Álvaro?~ ~ El pulso se alteró, lo sintió ella con gran 617 4| la sierra con sus pinos altísimos y soberbios troncos; nunca 618 5| lenguaje algo declamador y altisonante. Este vicio lo debía a los 619 29| tratar a la señora con altivez, con insolencia; esto, que 620 27| laderas de una loma y el altozano, que era lo más espeso. 621 20| se dividían en egoístas y altruistas, y él, a impulsos de su 622 15| que hago. Tú predicas, tú alucinas al mundo con tus buenas 623 30| duelo misterioso, a que aludían los socios del Casino. Don 624 27| cortesano del confort, alumbra más... ¡Cosa extraña! Yo 625 26| colegiales de blancas albas que alumbraban con cera la calle triste, 626 23| llegó a María la hora de su alumbramiento; y dio a luz a su Hijo primogénito 627 20| una copla impía y brutal alusiva a una sagrada imagen.~ ~ -¡ 628 18| al alma de Quintanar por aluvión: insensiblemente se le fueron 629 8| corazón -. Está enamorada, Alvarico, no te quepa duda.~ ~ Don 630 13| de la banda..., si no se alza a pulso todo el columpio... 631 15| figura de cono truncado, y alzando la cabeza escuchó con aire 632 22| y de repente, como si se alzase sobre un pavés, apareció 633 4| Sintió ruido cerca, gritó, alzó la cabeza despavorida... 634 9| señoritas, amaban y eran amadas por molineros, obreros, 635 19| cómo soy, parece que me amaga una enfermedad... y después 636 30| la garganta y producía un amago de estrangulación deliciosa... 637 10| pero tú estás mala. Ayer amagó el ataque, te pusiste nerviosilla..., 638 16| mal la boca y temía los amagos de la jaqueca.~ ~ -¡Una 639 20| se levantaron de la mesa amanecía. Se había hablado mucho 640 3| murmuró Frígilis.~ ~ No había amanecido.~ ~ ~ ~ 641 26| irrevocable».~ ~ El Viernes Santo amaneció plomizo; el Magistral muy 642 16| en su exaltación notar el amaneramiento, la falsedad del idealismo 643 8| este Marqués! Nació para amaños electorales, para manejar 644 12| autoridad se acataba, De Pas fue amansando el oleaje de su cólera; 645 13| tornasoles de gruta mágica, en el amaranto y el violeta oscuro del 646 13| amador platónico de Filis y Amarilis con corpiño de seda, se 647 1| paja del trigo, escaso, amarilleaba entre tanta verdura. Las 648 8| embutida, ya salada. Peras amarillentas, otras de asar, casi rojas, 649 30| la nave y los destellos amarillentos y misteriosos de la lámpara 650 30| salió a la calle con toda la amarillez de sus carnes. Y resultó 651 19| hacía más que admirarla, amarla en silencio. Ni una palabra 652 13| aquella mujer! ¿Para qué amarlas? ¿Para qué perseguir el 653 19| tardes enteras le tenía amarrado a su brazo, dando vueltas 654 1| por el carbón y el hierro amasados con sudor; los que escuchaban 655 16| ceniza formaba repugnante amasijo impregnado del café frío 656 6| Deleitábale singularmente la prosa amazacotada de un periódico que tenía 657 29| que la rubia lúbrica tanto ambicionaba. La proposición se hizo 658 12| con la codicia la sed de ambiciones fallidas?»~ ~ «Sí, sí; eso 659 29| lejos, la voz de un mercader ambulante que pregonaba a grito limpio 660 20| nunca debiste haber salido. Amen dico vobis.~ ~ Y cayó Juanito 661 20| en pláticas provechosas y amenas con el elemento más culto 662 23| del centro contra la cual amenazaban aplastarla aquellas olas 663 22| enemigo. El cual se presentaba amenazador en la calle estrecha y empinada 664 19| aprisionaba. Andrajosos vestiglos amenazándola con el contacto de sus llagas 665 20| intimaba la muerte o la huida, amenazándome con una medida para áridos, 666 29| aquí nadie se atreve a amenazar seriamente, y lo que en 667 29| extraño resistía, él sabría amenazarla de suerte que...», etc., 668 15| clavarse en una mesa de pino, amenazas sordas y reconciliaciones 669 6| autoridades.~ ~ A pesar de la amenidad de tales conversaciones, 670 8| uno de estos hurtos los amenizaba con carcajadas, explicaciones 671 27| del río, en el paraje más ameno y fresco, junto a una mancha 672 12| pasión imaginaria de la americanilla antojadiza, no la apartó 673 20| otro mundo, además de las Américas; otro mundo mejor al cual 674 1| y otros y otros ilustres Américo Vespucios del barrio de 675 7| le estaba contando a su amiguito.~ ~ «Él era, ante todo, 676 17| y esas confidencias amistosas, familiares, son las que 677 4| pudo y quiso acogerse a una amnistía y volvió desengañado. Doña 678 12| al lujo con toda el alma. Amó el arte por el arte: ella 679 18| hacer de tripas corazón y amoldarse a las circunstancias. Además, 680 1| pueblos; y tugurios, donde se amontonaba la plebe vetustense, demasiado 681 26| peor de Vetusta estaba allí amontonado; las chalequeras, los armeros, 682 12| púas negras entre la carne amoratada de las mejillas se hubiera 683 10| Mire usted, tiene el brazo amoratado..., ya lo creo..., apenas 684 22| interesante, grandes cercos amoratados junto a los ojos y una fatiga 685 5| Ni tendrás ningún amorcillo oculto, que sería indecente...~ ~ - 686 11| por traje y rostro, una amortajada.~ ~ Petra saludó un poco 687 12| decir Contracayes, algo amostazado y perdiendo mucha parte 688 28| posturas inusitadas, parecían amotinados, amenazando contar a los 689 5| tranquilizar la conciencia amparando a la desventurada hija del 690 29| para llegar al cinismo de ampararse de domésticas, y menos sabiendo 691 8| tenía la virtud de la más amplia tolerancia. Opinaba que 692 8| sonreía cuando le hablaban de ampliar el sufragio. «¿Y qué? ¿No 693 7| su afición a las formas amplias y a las turgencias hiperbólicas, 694 1| pupilas, entre los pliegues amplios y rítmicos del manteo. De 695 5| formas habían tomado una amplitud armónica que tenía orgullosa 696 16| exige sala decentemente amueblada, sin artesones ni cosa parecida, 697 8| amarillas, era una muda anacreóntica, acompañada con los olores 698 13| Ronzal dice que es «un anacronismo»; pero a pesar de estas 699 11| al murmurar del Magistral añadían:~ ~ «-¡Si yo hablara!»~ ~ 700 14| preguntó el Magistral, aunque añadiendo para satisfacción de su 701 17| fuera vanidad intolerable añadiría óigame usted a mí algunos 702 17| raya en pecado... pero añado, será pecado claramente 703 21| niñas de ocho a diez años, anafroditas las más, hombrunas casi 704 11| inmaculada del amor místico; amor anafrodítico, incapaz de mancharse con 705 2| despertado sus instintos anafrodíticos, su pasión desinteresada 706 16| fuego, o con una de esas anagnórisis en que todos resultan padres 707 5| caridad que, si quisiéramos analizarla detenidamente, nos daría 708 8| maridos que seguían conducta análoga. Algún canónigo solía dar 709 4| notarlo -, una misteriosa analogía entre los versos de San 710 25| recordaban por extrañas analogías que establecía el cerebro, 711 9| a un punto por lo menos análogo al que pensaba tratar muy 712 20| Caballerito!~ ~ -Pues yo soy otro; anch'io... sono pittore. Sólo 713 8| larga. El sofá de panza anchísima y turgente con sus botones 714 9| acera de tres metros de anchura, una acera hiperbólica para 715 1| el perezoso cuerpo en las anchuras de los caserones tristes, 716 15| degli astri d'or~ ~ ~ ~dami ancor contemplar il tuo viso...~ ~ ~ 717 27| casero, cantaba cantares andaluces convertidos en vetustenses..., 718 27| Vetusta en verano es una Andalucía en primavera. Ana, todas 719 16| falso, que los hombres no andamos así... ¡Pero debiéramos 720 16| andar! Y así seguramente andaríamos y gesticularíamos los españoles 721 1| dejando atrás al más robusto andarín, al más experto montañés. 722 26| Se tambaleaba sobre las andas. También esto era natural. 723 22| del lado contrario.~ ~ -¡Anday, judíos! -exclamaba una 724 26| Boulevard, aquel gran mundo del andrajo, con sus hedores de miseria, 725 23| sola en racimo de carne y andrajos, excitaban la risa de los 726 9| de aquella voluptuosidad andrajosa. Pensó en sí misma, en su 727 11| contraste con el negro de andrina de los ojos grandes, soñadores, 728 17| mezcladas, y lloró riendo como Andrómaca.~ ~ La noche corría a todo 729 18| lentitud, sin ruido, como si anduviera entre algodones. Ana tuvo 730 20| calles de la Encimada como si anduvieran sobre una caja sonora. Aunque 731 7| expresión de sus emociones.~ ~ Anduvieron algunos pasos en silencio.~ ~ -¿ 732 20| viejo, ciego y con bozal que anduviese domesticado, de calle en 733 19| Cuando las congojas la anegaban en mares de tristeza, que 734 20| incidentes; rodamos, nos anegamos en maíz; yo tragué muchos 735 3| corriente de ternura capaz de anegar el mundo. La imagen de don 736 16| No le negó la delicia de anegarse en su mirada, y no trató 737 10| romántico. Pero la luna se anegó en los vapores espesos de 738 1| España. No era clérigo, sino anfibio. En su traje pulcro y negro 739 16| abril próximamente. Son anfibios que se preparan a vivir 740 9| le pareció cursi y algo anfibológico, añadió algunas palabras, 741 15| destrozado de su marido en unas angarillas improvisadas con ramas de 742 28| sentirse enamorado por modo angélico, caía una y otra vez en 743 21| palmada, o decir al oído de un angelito con faldas un secreto que 744 21| acariciando un gato de Angora, su único amigo.~ ~ La Regenta 745 29| por donde sólo cabían la angosta carretera y el río Abroño, 746 8| despensa, gallinas, pichones, anguilas monstruosas, jamones monumentales, 747 15| ciega, excitada por aquellos ángulos de carne y hueso, por aquellas 748 15| atado a un teólogo lo que le angustiaba y producía aquel dulce dolor 749 30| entero, impaciente a ratos, angustiado otros, y siempre disimulando 750 21| nuestra Santa en agujero angustioso, donde mi cuerpo estrujado 751 5| seductores de la clase media que anhelaban siempre meter la cabeza 752 13| capellán de la casa, don Aniceto, tres damas nobles, la gobernadora 753 29| rodaba por el suelo hecho añicos. No importaba. Había llegado 754 2| pasar sin la sociedad más animada y galante. El tresillo le 755 20| voluptuosa calma; los ojos animados, húmedos, llenos de reflejos 756 3| noche se hubiera estado el animalejo mira que te mirarás, con 757 9| mirada mientras pudo. «Estos animalitos -pensó - sienten, quieren 758 14| que cada vez que veía al animalucho encima sentía un poco de 759 24| conservaduría, que son las que animan esto, no vendrá; las conozco 760 9| dones del Espíritu Santo animando el corazón en las tristezas 761 7| ojos fríos del dandy se animaron. Chupó el cigarro y arrojó 762 18| comenzaba con la Novena de las Ánimas, poco popular, y la muy 763 17| la corrijan, sino que la animen también, elogiando sincera 764 1| aún hay hombres buenos, ánimos fuertes. Esta voluptuosidad 765 26| tragando polvo, dispersos y aniquilados!»~ ~ También Ana miró al 766 20| y él quiere arruinarle, aniquilarle.~ ~ -Pero, ¿quién llevará 767 19| Salvarme o perderme, pero no aniquilarme en esta vida de idiota!... ¡ 768 19| creía loco de nacimiento.~ ~ Anochecía, seguía lloviendo, los mozos 769 23| fingía resistir la fuerza anónima que le arrojaba, como un 770 2| turno de las penitentes anónimas. Estas humildes devotas 771 16| ojos a las copas de los añosos robles, y se había dicho: « 772 22| habían quedado, también ansiaban la vuelta de los ausentes, 773 24| con furor invencible, como ansiando beber en aquella atmósfera 774 23| la Regenta no estaba en antecedentes, sintió el alma en los pies 775 12| predicador de moda en Vetusta. Su antecesor rara vez subía al púlpito, 776 13| de muchos amantes, sus antecesores, y en el número de aquellas 777 16| quisquilloso de nuestros antepasados, que los pollastres de ahí 778 22| no es una manifestación anticatólica -observó el maestro de escuela.~ ~ - 779 26| estrecha, de casas oscuras, se anticipaba el crepúsculo; las largas 780 25| el sol. Aquella primavera anticipada, frecuente en Vetusta, era 781 19| de la sepultura, el sabor anticipado de la tierra? ¿Y aquellos 782 30| Somoza solía equivocarse, anticipando la muerte a sus enfermos.~ ~ 783 29| intachable en la forma, anticipándose a él, había resuelto tomar 784 18| se hizo rogar, y ofreció anticipar el dinero después de humillar 785 13| todavía; pero, en fin, anticipos..., arras... o como quiera 786 22| maestro de escuela.~ ~ -Es anticlerical -dijo otro liberal probado.~ ~ - 787 16| describiendo la hipocresía anticuada y la suciedad de las mujeres 788 6| encima del hombro a los demás anticuarios y callaba. Callaba por miedo 789 30| Benítez traía a la vida con antiespasmódicos a la Regenta y recetaba 790 21| estos pensamientos, que antiguamente la atormentaban, ahora le 791 10| gaitas: los nervios le eran antipáticos; estas penas sin causa conocida 792 16| era el papa de aquel dogma antirromántico. Mirar a la luna medio minuto 793 12| un inodoro... que es la antítesis -así dijo - de un inodoro... 794 30| la fragilidad del sueño. Antojábasele una crueldad de fiera, un 795 12| imaginaria de la americanilla antojadiza, no la apartó de su lado, 796 11| Fermo! ¿Y por qué se le ha antojado al espantajo de don Cayetano 797 29| horrorosa que en un tiempo se le antojara la imagen del Infierno.~ ~ 798 17| del culto que ahora pueden antojársele indiferentes, insignificantes. ¡ 799 21| Y para que no se le antojase volar más en toda la tarde, 800 9| adolescencia había tenido antojos místicos, y que después 801 1| Frutos Redondo, los Jacas, Antolínez, los Argumosa y otros y 802 15| bien pronto. «La hija de Antón Raíces -le dijo al señor 803 13| bueno!~ ~ -Aquí está el Antonelli de Vetusta.~ ~ El Marqués 804 6| le figuraba que en aquel antro donde se penetraba con silencio 805 26| parte en aquella exhibición anual la pícara vanidad. El saber 806 18| dentro de mí... me achico, me anulo... Si usted me viera por 807 10| ella había visto en Madrid anunciadas en faroles verdes y encarnados. ¿ 808 13| convidándoles a comer y anunciándoles el programa del día. Ana 809 27| vino a interrumpirla para anunciarle que ya había instalado su 810 10| supersticioso... Se me figura que anuncias una desgracia.~ ~ Ana tembló, 811 19| olfateaba en el ambiente los anuncios inefables de la primavera. 812 5| La bailarina...~ ~ -No, Anuncita, no te alteres. Libres quiere 813 21| Además, los libros en que apacentaba el espíritu eran vanos; 814 9| Semana Santa, cuando se apaga la luz del ángulo misterioso 815 8| nadie podría quitarle luz ni apagarla. Pero resultó una desigualdad 816 9| iba a verle para que no se apagase aquel fuego con que ella 817 8| como se llamaban ellos, se apaleaban allá en las aldeas, y los 818 27| señoritos, que la erba yo la apañaré... en sin perjuicio...~ ~ 819 15| Faltaba algo que estaba en el aparador y el ama se levantaba y 820 17| externo, más visible y hasta aparatoso en la religión verdadera 821 4| sobrenatural; creyó que iba a aparecérsele algo... Pero aquel pánico 822 11| virtud, es necesario saber aparentarla.~ ~ -Yo desprecio la calumnia, 823 21| lo sobrenatural. ¿Tendrá apariciones?~ ~ Frígilis se permitía 824 4| de los hombres, como se aparta del fuego una materia inflamable. 825 22| mandaba en su pensamiento, lo apartaba de las imágenes pecaminosas; 826 22| que amistades nocivas le apartaban otra vez del buen camino 827 16| era verdad que en aquella apartada orilla se respiraba mejor, 828 8| besos en muy distintas y apartadas épocas. No había tal vez 829 7| Burlándose de Trabuco había apartado a Paco, que tenía instintos 830 29| aun en los días de mayor apartamiento. Don Álvaro no se confesaba 831 21| verla salva, sana, jamás se apartaría de ella, faltó al juramento 832 21| clérigo amigo suyo, consiguió apartarle del pecado. Recuerdo lo 833 22| viva como quiera cuando me aparto de ella? Nada de mi cuerpo 834 12| ocasiones se les figuraba a las apasionadas de don Fermín que el imprudente 835 6| sucesos del día, pero sin apasionamiento; se condenaba, sin ofenderle, 836 16| y estrepitosa contra la apatía convencional, contra el 837 28| abría la portezuela y se apeaba frente a su casa -. ¡Esto 838 15| visto toda Vetusta, te has apeado en el Espolón; ya tenemos 839 16| y a caballo, y sin poder apearme decorosamente, este momento 840 30| las tapias del Vivero. Se apearon y, rodeando la quinta del 841 30| conciencia, sentía de nuevo apego a la vida, deseo de actividad. 842 11| Provisor, doña Paula. Se apellidaba Campillo.~ ~ A don Fermín 843 5| vespucio -como también los apellidaban - pagaba caro el placer 844 4| antiguas de Vetusta. Era el tal apellido de muchos condes y marqueses, 845 21| sucio, de letra borrosa y apelmazada. Pasmábase de que el mundo 846 12| Corralada». Era el palacio un apéndice de la Basílica, coetáneo 847 13| antiguo nombre. Allí se apeó don Fermín entre lamentos 848 13| vinos exquisitos, de los aperitivos y entremeses en que era 849 2| figuraba que don Saturno apestaba a brea. Pero el pobre lugareño 850 14| acercó y leyó.~ ~ -¡Chico, apestas...! ¿Qué has bebido?~ ~ 851 14| sorprendido y ceñudo.~ ~ -¿Que apesto? ¿Por qué?~ ~ -A bebida 852 5| de todas las comodidades apetecibles. La caridad es inagotable, 853 27| ánimo, que me trajo la calma apetecida...» Suspendo el himno porque 854 24| admirable (sine cura, dijo)..., apetitoso bocado..., pero, ¡quiá!, 855 19| entonces remordimientos, se apiadaba de Mesía, le agradecía en 856 16| cambiar de vida. Todo menos apiadarse de los nervios o lo que 857 13| sotana.~ ~ Y sin perder un ápice de su dignidad, de su gravedad 858 23| no podía evitar la ronda. Apiñábase el público en el crucero, 859 26| contemplar aquella muchedumbre apiñada a los pies de la torre, 860 21| frescura, los sentidos no aplacaban sus deseos, que eran ansias 861 12| complacencias palaciegas, para aplacar las quejas de la opinión 862 3| rebelión la desesperaba; quería aplacarla y se irritaba. Sentía cardos 863 1| estuviese debajo de sus pies, aplastada, para que don Fermín no 864 5| estrellas chocarían y se aplastarían probablemente. ¿Qué sabía 865 23| contra la cual amenazaban aplastarla aquellas olas humanas, que 866 22| murmuración digna de mí. Aplastemos, con la lengua, al coloso, 867 27| gritaron aquellos señores, que aplaudían el heroísmo ajeno.~ ~ Un 868 16| los madrileños la habían aplaudido mucho, y «en Vetusta no 869 16| algún drama o comedia muy aplaudidos en Madrid, en el palco de 870 16| sorprendido de que se le aplaudiese en escena que no era de 871 13| Petronila con admiración y aplauso de toda Vetusta católica. 872 29| horas en ver el caserón, ¡aplazaba su venganza más de doce 873 18| las matemáticas, que tenía aplazado por culpa de la compañía 874 29| Qué hacía? ¿Era un cobarde aplazando su venganza? No, porque... 875 12| no hay criterio general aplicable, es decir, que no se resolverán 876 10| mecánica que retardaba la aplicación del artefacto.~ ~ Era necesario 877 1| imaginación los techos, aplicando su espíritu a aquella inspección 878 10| con árnica que no quiso aplicarse la Regenta; después vino 879 17| religión muchos espíritus apocados... A usted no sólo le es 880 21| aprensiones de loco, figuras apocalípticas. Bastaba para siempre de 881 21| espíritu de imitación se apoderaba de la lectora, sin darse 882 12| amor. Poco a poco se fue apoderando de su ánimo aquella farsa 883 22| antes de consentir a De Pas apoderarse del ánimo de su esposa! 884 20| y pronto, para que no se apodere la anemia de ese organismo...~ ~ - 885 13| el Familiar y con otros apodos.~ ~ Al Magistral se le hizo 886 30| en la huerta y oyendo sus apologías del Eucaliptus.~ ~ Se había 887 21| chascarrillos morales y apólogos joco-místicos. Las muchachas 888 6| de morir este señor, de apoplejía, sobre The Times, se averiguó 889 6| lectura, era un caballero apoplético, que había llevado granos 890 6| una muchacha rica. Ella aportaría el dote y él su figura, 891 8| sobrinitas ocupaban los aposentos de las hijas ausentes -el 892 24| llamaba mi pescuezo cuando «apostaba la cabeza» por cualquier 893 7| circunloquios; usted había apostado unos callos...~ ~ -Van apostados.~ ~ - 894 7| apostado unos callos...~ ~ -Van apostados.~ ~ -Pues bueno ¡ajajá! 895 11| poco la boca, y añadió:~ ~ -Apostaría... haber oído...~ ~ -No, 896 27| cristiana. No quería ella ni apostatar, ni filosofar siquiera: 897 29| los bostezos arranca los apóstrofes del honor ultrajado, representa 898 28| de frente, con las manos apoyadas en los hombros del contrario. 899 13| a uno de los más firmes apoyos de la causa del orden, que 900 11| declaraba y definía, sacro approbante Concilio, que el Romano 901 21| usted conoce... y a quien no aprecia en todo lo que vale...~ ~ 902 21| Palabras nada más. ¿Cómo apreciarlos y distinguirlos si lo poco, 903 13| maliciosos; por lo mismo apreció más la propia energía, el 904 8| quieres comer las tajadas... Aprende primero a ser cauto y después... 905 12| Qué sabiduría! ¿Cuándo aprenderá estas cosas? ¡Sus días deben 906 18| tercas, que no cuándo aprendí, que vagamente recuerdo 907 21| los años en que él también aprendía que «la verdad en la cosa 908 21| siete a catorce años que aprendían la doctrina cristiana, más 909 11| teatro a sorprender a los aprendices de cura aficionados a Talía 910 1| religión con las formas aprendidas en la infancia es para ellos 911 4| padecer antes de conseguir que aprendiera las sílabas, perdonóselos 912 3| adelante, gracias a ella, aprendió a guardar las apariencias; 913 15| la salud quebrantada del aprendiz de jesuita lo exigía. Se 914 26| Huyó de la catedral triste, aprensivo, dudando de la Humanidad, 915 27| Aurora suplica a Diana que apresure el curso de la noche...»~ ~ 916 24| mesa hacia un rincón y, apretándose unas a otras las parejas, 917 23| Fandiño la religión era esto, apretarse, estrujarse sin distinción 918 8| Obdulia -, como Ana jamás se aprieta con cintas y poleas las 919 1| como señoritas cursis que aprietan demasiado el corsé; era 920 28| carreras, tropezones, voces, aprietos, saltos, sustos, sorpresas. 921 19| subterráneos en que el delirio la aprisionaba. Andrajosos vestiglos amenazándola 922 16| sentimientos que ella tenía aprisionados como peligrosos enemigos 923 7| don Álvaro que no viese aprobadas sus cuentas, ni quinto de 924 20| recíproca.~ ~ -¡Admitido! ¡Aprobado!~ ~ -Pues bien -prosiguió 925 7| Ronzal.~ ~ Mesía le miró aprobando sus palabras con una inclinación 926 20| materia».~ ~ Somoza solía aprobar moviendo la cabeza y diciendo:~ ~ -¡ 927 28| estas aventuras, ya habrá él aprovechado la ocasión, ya se habrá 928 23| Ripamilán, muerto de sueño y aprovechándose del canto llano para bostezar 929 21| fuerzas vuelven a mi cuerpo, aprovecharlas en una actividad piadosa, 930 16| aviso celestial pensaba aprovecharlo.~ ~ Ahora, al sentir revolución 931 5| tenían qué censurar en Ana, aprovecharon este flaco para ponerla 932 22| gobierno no nos permite otras, aprovechemos esta coyuntura. Además, 933 13| de camino! Su figura se aproximaba a las sillas de posta antiguas, 934 17| llegado a conocer, bastante aproximadamente a la realidad, lo que pasa 935 13| salud.~ ~ Paco había ido aproximando una rodilla a la falda de 936 29| en la caza, pero no había apuntado al fugitivo. «Antes quería 937 7| infeliz de la mujer a quien apuntara aquel asesino de corazones! 938 6| más alto... si ustedes me apuran diré que es una mujer superior - 939 29| pulgadas -, no necesita apurarse tanto para convencerme de 940 10| a todas partes y, si me apuras, le mando a Paco o al mismísimo 941 14| Fortunato - les dije que no se apurasen; que habrías comido en casa 942 27| escondido en una alcoba -. No se apuren ustedes, los chicos deben 943 2| piña pérsica a las columnas árabes; sólo que todo aquello ¡ 944 26| comentarios acerca de la jota aragonesa.~ ~ En casa de Vegallana 945 30| cajero había recibido un arañazo en el cuello, porque el 946 20| gotas como garbanzos, entre arañazos y coces, es ser un platónico 947 13| por su propia industria arbitrar modo de subir a la altura 948 13| Quién era allí el gran arbitrista rentístico? Visitación. 949 10| ornitólogo, floricultor, arboricultor, cazador, crítico de comedias, 950 12| había sido enemigo de las Arcadias eclesiásticas y profesaba 951 12| si se compara con la vida archimonástica de lo que yo llamo la Regla 952 6| Lo había robado en el archivo de Simancas. ¿Cómo? Ése 953 15| Matalerejo, el más casto del Arciprestazgo, el resto del precio que 954 8| el hogar, sobre mesas y arcones; era digno de la despensa; 955 1| hablaba de cuadros, ojivas, arcos peraltados, dovelas y otras 956 24| dentro.~ ~ -¡Está esto que arde! -le decía Joaquín Orgaz 957 2| Don Custodio, joven ardentísimo en sus deseos, creía demasiado 958 11| noble? Este fuego ¿no podrá arder para un afecto más alto, 959 30| moría don Álvaro! Y que ardiera el mundo. Que se asustara 960 13| su gracia, subió como una ardilla al travesaño más alto, mientras 961 19| metida en el corazón; todo ardió allí dentro en piedad; y 962 28| y con idas y venidas tan arduas materias, Edelmira, Obdulia, 963 2| rostro, cárdenas las orejas, arengaba a su auditorio, con un brazo 964 12| palabras en sus piadosas arengas.~ ~ «Aquel idiota de don 965 1| llegaba a un tercer piso, y arenilla que se incrustaba para días, 966 20| honor de su casa como un Argos. Angelina tenía padre, madre, 967 22| mí no me venga usted con argucias de seminario; la filosofía 968 1| los Jacas, Antolínez, los Argumosa y otros y otros ilustres 969 20| amenazándome con una medida para áridos, cajón enorme de madera 970 28| espinas de cien plantas ariscas que le cerraban el paso. 971 23| olor a la playa, y olor arisco del monte, y dominándolos 972 22| una de las más feas y más aristocráticas de la Encimada.~ ~ Al oscurecer 973 5| orgullo tenía por majaderos aristocráticos. Admitía el culto que se 974 30| sotana y el manteo, como una armadura. «Sí, aquélla era su loriga; 975 23| brillante, como si estuviera armando caballero al espíritu familiar 976 13| ceñido, airosas, limpias como armiños, sinuosas al andar, de faldas 977 20| noche. Salí de allí por un armisticio, con promesas de futura 978 22| furiosas de la carne con armisticios vergonzosos que le parecían 979 21| la vida. Pensaba en las armonías del mundo y veía que todo 980 5| movían más despacio y con armónico movimiento. Ya no imaginaba 981 20| cristiana; sonriente, esbelto, armonioso al andar, enfático en el 982 16| tiempo, a la Regenta por el aro; ¿quién iba a decirle: « 983 25| palabras se mezclaba con el aroma de la flor en mística composición... « 984 1| emanaciones calientes y aromáticas que subían de las damas 985 20| Burdeos, que guardaban su aromático licor como un secreto; los 986 12| los arrojó sobre el impío Arouet, como él llamaba a Voltaire 987 1| prueba sus conocimientos arqueológicos y su inveterada amabilidad. 988 8| aseguraban el tapicero y el arquitecto; pero el amor de la Marquesa 989 28| las primeras casas de los arrabales de Vetusta, oscurecía. La 990 1| creencia pura, la fe católica arraigaba, era con robustas raíces, 991 18| Crespo tenía bien definida y arraigada su vocación: la naturaleza; 992 6| elemento serio y de más arraigo. No se mudó el Casino y 993 15| Doña Paula se había arrancado los parches, las trenzas 994 6| mérito eran cuidadosamente arrancados. Esta cuestión del hurto 995 16| instintos, de otras voces que, arrancándola de sus abstracciones, le 996 8| la animación de la broma, arrancándoles reflejos de fingida pasión. 997 27| importa. Todo el diluvio no me arrancaría hoy un gesto de impaciencia. 998 13| cómodamente la barquilla y arrancarla de sus prisiones..., pero ¿ 999 14| el látigo como queriendo arrancarlo del poder de la madre.~ ~ - 1000 27| cerca vieja, y los caballos arrancaron chispas del piso empedrado 1001 30| negaba como si quisiese arrancarse la cabeza del tronco.~ ~ « 1002 14| compañeros.~ ~ -¡Que me arrancas el brazo, bruto, y que no 1003 30| de las entrañas que se le arrancasen aquellas espinas del alma. ¡ 1004 29| de disimulos, habla o te arranco yo las palabras!~ ~ Petra


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