IntraText Índice | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText | Búsqueda |
Clarín (Leopoldo Alas) La Regenta Concordancias (Hapax Legomena) |
negrita = Texto principal Cap. gris = Texto de comentario
6012 4| ya no había velos, podía leerse todo. El romántico Ozores 6013 11| hablarle a solas.~ ~ -¿No la lees?~ ~ -¿Qué he de leer?~ ~ - 6014 30| era. El caserón era de Ana legalmente y moralmente».~ ~ Ana cedió 6015 4| voz que le decía «Tolle, lege» y que corrió al texto sagrado 6016 21| iniciadas en los misterios legendarios del amor de devaneo, muchas 6017 20| haberse restablecido la legislación que yo invocaba... ya puedo 6018 20| eclesiástica, y entre el elemento lego Foja y don Álvaro; éste 6019 1| enroscadas como culebras en el lema del sobre. -De parte de 6020 24| había acordado de Ninon de Lenclos para justificar a los ojos 6021 21| allá arriba extendían su lengüetería en rayas verticales y horizontales, 6022 13| causa del traje talar y la lenidad que les imponen los cánones, 6023 22| mi amigo por un plato de lentejas; una taza de caldo por la 6024 14| eran muy hermosas - a paso lento (que buen trabajo le costaba, 6025 14| catedral dio la hora con golpes lentos; primero, cuatro agudos, 6026 20| modo miserable, la Cena de Leonardo de Vinci.~ ~ La atención 6027 28| librándose de las arañas como de leones, de sus hilos como de cadenas.~ ~ « 6028 16| Que Manrique se enamora de Leonor, y que el conde también 6029 15| trataba a su padre como a un leproso que causa horror. El bando 6030 27| saltaba de isla en isla de Lesbos a las Cíclades, de Chipre 6031 8| había devuelto quejándose de lesión enormísima. Si había habido 6032 15| a declarar en causa por lesiones o hurto.~ ~ El cura, Fermín, 6033 21| comprender los superlativos de letanía de doña Petronila, o sea 6034 16| tristeza de los vivos, del letargo de todo; ¡tan, tan, tan! ¡ 6035 26| religión, reclutas de una leva forzosa del hambre y de 6036 20| báquico, y con los ojos levantados a la luz de la araña, con 6037 13| por la fuerza misma que lo levantara, bajó majestuosamente. Somoza, 6038 22| pasión noble, sublime, le levantaría cien codos sobre todas aquellas 6039 1| pronuncia. La barba puntiaguda y levantisca semejaba el candado de aquel 6040 1| devoraba su presa, la Vetusta levítica, como el león enjaulado 6041 23| llamaba El Alerta «el elemento levítico» de la población. Aquellas 6042 22| Ordine confectu, quisque libellus habet:~ ~ ~ ~quis, quid, 6043 11| claro. ¿No es usted otro libelo infamatorio con lengua y 6044 23| quinta pasada~ ~ ~ ~yo te liberté;~ ~ ~ ~de la que viene ahora~ ~ ~ ~ 6045 7| sostenga lo que quiera ese libraco, yo aseguro, bajo palabra 6046 16| Mesía; no pensaba, Dios la librara, que Ana fuera capaz de 6047 11| gimnasia con pesos de muchas libras; era un Hércules. Un día 6048 2| hijas de confesión que le librasen de este trabajo y hasta 6049 12| habían anunciado, algún librepensadorzuelo de Vetusta, de esos que 6050 20| tuvo esperanzas de que el librepensamiento tomase vuelo. Pero nada. ¡ 6051 21| Ana mandó a Petra a las librerías a buscar aquel libro. No 6052 26| vetustense, todos aquellos «licenciados de seminario», como él los 6053 6| Madrid, donde acababa de licenciarse en Medicina.~ ~ Bajó la 6054 18| Pero ya no esperaba vencer; lidiaba desesperado. En vano, siempre 6055 12| que con su presencia de liebre asustada toda una historia 6056 10| las excursiones de la high life vetustense, y a la catedral 6057 6| Aquellos cuatro amigos, ligados por el seis doble, hubieran 6058 16| peligrosos enemigos rompieron las ligaduras; y fue un motín general 6059 22| Cultus disparitas, vis, ordo, ligamen, honestas...~ ~ Ripamilán 6060 21| resabios de incoherencia y ligereza después de tantos años.~ ~ 6061 13| comedor y rectificaba los ligeros errores del servicio con 6062 30| y de la vida, salir del limbo de aquella somnolencia espiritual 6063 14| más años. Del otro lado limitaban el paseo largos bancos de 6064 4| una provincia del Norte, limítrofe de Vetusta, una casa de 6065 3| a la sombra de un verde limón...~ ~ Estos cantares los 6066 8| y discretos de naranjas, limones, manzanas y heno, que era 6067 12| afilador de navajas o un limpia-chimeneas, llegaría la Iglesia a dominar 6068 14| continuó dando vueltas y limpiándose la mano besada por la chusma. 6069 25| gusto más que él mismo; limpiarle el despacho era martirizarle 6070 14| turno nada pacífico. Unos se limpiaron primeramente las narices 6071 16| modestia y castidad más límpida en toda la figura, interesaba 6072 23| enfrente, en el cristal límpido. Sonrió a su imagen con 6073 9| para los espíritus nobles y limpios. Para un perezoso enemigo 6074 4| parientes de tan ilustre linaje.~ ~ Don Carlos, padre de 6075 8| provincia. Aquellas lugareñas linajudas esperaban con ansia la época 6076 3| Quiso pensar en aquello, en Lindoro, en el Barbero, para suavizar 6077 16| se le haría subir por la línea de máxima pendiente». Así, 6078 8| serpeando por las frescas linfas, luciendo al sol destellos 6079 15| fue a su cuarto, hizo un lío de ropa, símbolo de despedida, 6080 11| aprobación del segundo Concilio lionense, y se declaraba y definía, 6081 2| tiempo hacía en elocuencia liquefacta.~ ~ Los Infanzones sudaban 6082 1| notable era la suavidad de liquen; pero en ocasiones, de en 6083 30| borbotones, como podredumbre líquida y espesa. La pasión hablaba 6084 16| inspirado? ¿Aquella piedad lírica? ¿Había valido algo? No 6085 7| Trifón Cármenes, enamorado líricamente de la Regenta. Bien lo había 6086 3| nadie; era un espadachín lírico. Pero su mayor habilidad 6087 10| y lleno de entusiasmo lírico-dramático. Francamente, aquellos enternecimientos 6088 22| metido ya en su caja de pino, lisa y estrecha, fue depositado 6089 16| que el que quiere lisonjea,~ ~ ~ ~escuchad lo que es 6090 1| calvicie precoz le hubiera lisonjeado no poco. No era viejo: « 6091 7| de esta situación, poco lisonjera: la Regenta no sabía que 6092 19| violeta de un cielo suave, listado, de nubes largas, estrechas, 6093 8| rojos, negros y verdes, con listillas de otros colores, le volvieron 6094 6| científicas, artísticas y literarias. Despuntaba en la Arqueología 6095 15| domingos, los días de folletín literario.~ ~ «¡Medrados estamos!», 6096 2| el Magistral un sabio, un literato, un orador, un hombre de 6097 12| y allí se vio rodeado de litigantes, de pretendientes, casi 6098 16| necedad convertidas en materia liviana, en lodo de vulgaridad y 6099 21| que era aquel recuerdo una llaga del espíritu que tocándola 6100 28| Aquellos chicos, como seguía llamándolos Ripamilán, también expedicionario 6101 26| con fuerza invencible que llamara al Magistral y sólo al Magistral.~ ~ 6102 20| que, desde luego, no se llamará de la templanza, se propone 6103 5| manos en cruz pidió que llamaran a sus tías, unas hermanas 6104 5| marido era un idiota. «¡A qué llamarán talento los maridos!» -pensaba 6105 11| el circo entre fieras, y llamarlas, azuzarlas, pincharlas... ¡ 6106 2| siglos y al asunto solía llamarlo sujeto. Sentía desde su 6107 20| de genio... se le permita llamarnos de tú y estar a la recíproca.~ ~ -¡ 6108 21| querido, me complazco en llamárselo, aquí, ahora, segura del 6109 13| color cereza de la siempre llamativa Obdulia Fandiño; quien a 6110 13| reciente, ostentaba los llamativos colores de su falda y su 6111 27| inmóvil en una butaca! Llamé a Somoza, que se excusó. 6112 12| hoyo?~ ~ -O al convento, llámelo usted hache.~ ~ -Pero el 6113 20| que «salía su espíritu, llamémosle así, lleno de amargura» ( 6114 13| para descolgarla.~ ~ -Que llamen a Diego..., a Bautista... - 6115 8| vetustense, pero afectaba una llaneza que era el encanto de las 6116 18| fatigaban el monte y la llanura, persiguiendo perdices y 6117 18| que Frígilis huyendo a las llanuras vecinas del mar a mojarse 6118 21| pasos, muchas moradas. Ya llegaré si el Señor lo tiene así 6119 18| Magistral -; a la oración ya llegaremos; por ahora en este punto 6120 11| pensado en ello. Algún día, ¿llegarían a entenderse? ¿Querría doña 6121 21| encerrados bajo llave para que no llegasen sus cánticos profanos al 6122 27| calleja de abajo y cuando lleguemos nosotros a la iglesia ya 6123 19| los brazos de su mujer, llenándole de besos la frente, sin 6124 24| que viene la Regenta y se llenará esto con lo mejorcito.~ ~ - 6125 16| ahora, aspecto feo, pero las llenaría la poesía del tiempo, y 6126 17| Dios, ocupaciones que le llenen el alma de energía piadosa, 6127 16| hiciesen fácil, traída y llevada.~ ~ El único conquistador 6128 13| crujientes, de sillas traídas y llevadas, de abanicos que aletean... 6129 30| Y no había más desafíos llevados al terreno en las crónicas 6130 7| deseo.~ ~ -Oye -dijo -, llévame primero a tu cuarto. Quiero 6131 17| ocho menos cuarto! Y no llevan traza de callarse...~ ~ 6132 15| enseñando los puños a Paula y llevándose en un cofre sus ahorros 6133 19| bien al amigo su atención llevándoselo a casa. ¿Por qué don Álvaro 6134 21| impureza ruin que ellos llevarán dentro de sí; feliz yo mil 6135 27| Marquesa... o...~ ~ -Sí: llevarás dos cartas: las dejaré esta 6136 16| don Víctor y Paco.~ ~ -Yo llevaré a la niña y usted déjeme 6137 27| gobernador.~ ~ -Hay que llevarles paraguas...~ ~ -Y el caso 6138 16| embustero y la dio orden de llevarlo a su destino inmediatamente, 6139 12| Está corriente, puedo llevármela ahora?~ ~ -Ahí la tienes, 6140 27| nueva exageración ¿no puede llevarnos a nada malo...?~ ~ Benítez 6141 27| planchadora... si quiere que lleve algún recado... a la señora 6142 22| matarle yo mismo... ¿Quién llora ahí?~ ~ -Es su hija de usted.~ ~ -¡ 6143 17| manantial de ternura, y llorará pensando en el Niño Dios... 6144 16| Amaré, lo amaré todo, lloraré de amor, soñaré como quiera 6145 25| le seguiría, le llamaría, lloraría... Pero pronto se sintió 6146 26| esta suerte:~ ~ ~ ~No le lloréis. Del bronce los tañidos~ ~ ~ ~ 6147 22| abajo, en la tienda vacía, lloriqueando. Hablaron los tres en voz 6148 2| inclinándose como un sauce llorón. Resultaba de aquella extraña 6149 19| nacimiento.~ ~ Anochecía, seguía lloviendo, los mozos de servicio encendían 6150 26| poder remediarlo pensó ¡si lloviera! Lo deseaba y le remordía 6151 26| había prometido!»~ ~ No llovió. El toldo gris del cielo 6152 16| cabía lograr tan alto y tan loable intento. Sí, sí -concluía 6153 20| contestado que don Leandro Lobezno, el obispo de levita, el 6154 1| cuanto a San Benito era lóbrega prisión de mal seguros delincuentes. 6155 2| poetillas y gacetilleros de la localidad tenían en él un censor socarrón 6156 13| claramente, que non erat hic locus, que a él sólo se le toleraría 6157 25| parda, disuelta en charcos y lodazales, más que a pensar en la 6158 30| pues padeces».~ ~ Estas logomaquias de la voz interior, para 6159 7| encanto, porque es el deber, lograba conquistas verdaderas y 6160 2| quedaba en sus glorias, logrando con los pies triunfos que 6161 5| de sus sentidos ni de las longanizas de la plaza. Era muy amigo 6162 8| ahora estaba sangrando, todo lonjas, esperando el momento de 6163 12| Banco -; tiene razón esa loquilla...~ ~ -¡No tiene tal! -gritó 6164 8| ustedes lo que quieran, loquillas, pero nadie me abra esa 6165 13| solo, también hecho un loquillo de la manera más desgraciada 6166 11| Pontífice, quum ex cathedra loquitur, goza plenamente, per assistentiam 6167 30| armadura. «Sí, aquélla era su loriga; aquéllos, sus arreos».~ ~ « 6168 12| hojas secas sobre anchas losas. El manteo del Magistral 6169 16| representaba a las hijas de Lot en un pasaje bíblico, él, 6170 1| verse en el espejo como un Lovelace que estudia arqueología 6171 10| apuntando a los pedazos de loza, cristal y otras materias 6172 7| para disfrutar de otras lozanías?~ ~ No pensaba él, por supuesto, 6173 19| cosa como el depósito del Lozoya, con canales, compuertas 6174 13| obscenidades, las pretensiones lúbricas de los solicitantes, sus 6175 9| todas las aberraciones de la lubricidad femenil en lo antiguo, en 6176 16| manoseando los relieves lúbricos de los brazos de su silla, 6177 23| Sancti Evangelii secundum Lucaaam...!», cantó Ripamilán, muerto 6178 16| copos por la claraboya de la lucerna. Al levantarse el telón 6179 23| antes del nacimiento del lucero de la mañana».~ ~ Y más 6180 8| músculos, mientras otros luchaban por borrar aquel gesto. 6181 10| esto era digno de ella. Lucharía».~ ~ Don Víctor volvió del 6182 20| victoria. Y a la noche tercera luché todavía; me había engañado; 6183 30| habló...~ ~ -Amigo mío, lucho entre el deseo de satisfacer 6184 11| espera desde abajo. Yo me lucí en Roma, admiré a los fieles 6185 1| muy pocas tiendas y no muy lucidas. Desde la torre se veía 6186 4| con algunos ejemplares muy lucidos del árbol que le daba nombre. 6187 26| entero, por más que los luciera en bailes, teatros, paseos 6188 12| Cree usted que si todos luciéramos pantalones remendados como 6189 29| sintió una carcajada de Lucifer dentro del cuerpo; sí, el 6190 23| sanctorum, ex utero ante luciferum genui te».~ ~ Esto leyó 6191 12| señores magistrados, se lució en su sermón de viernes 6192 11| depositario sin facultades para lucrar con el interés del depósito? ¿ 6193 29| que sería divertidísima, y lucrativa como pocas». Don Víctor 6194 9| leyó en francés el poema de Lucrecio De rerum natura; llegó hasta 6195 12| sonaban a metal y siempre el lucro del Provisor, el de su madre, 6196 20| paciencia y fingida atención las lucubraciones socialistas y humanitarias 6197 12| médico era alto, fornido, de luenga barba blanca. Vestía con 6198 29| vista; después, nada.~ ~ «¡Lugarejo, dos minutos!», gritó una 6199 8| de la provincia. Aquellas lugareñas linajudas esperaban con 6200 21| atrasado estaba aquel miserable lugarón!»~ ~ Entretanto Ana recobraba 6201 25| sumergida en las noches lúgubres de su enfermedad... Después 6202 6| que imitaba a Zamacois, a Luján, a Romea, el sobrino, a 6203 8| Espartero...» Los muebles eran lujosos, pero estaban maltratados 6204 29| en otras tantas estrellas luminosas de pura hermosura. Si alguna 6205 30| filo señalado por rayos luminosos parecía tener una expresión 6206 29| Estos y todos los demás lunares que en Mesía le obligaba 6207 20| dentro.~ ~ -Homo homini lupus -advirtió Bedoya el capitán.~ ~ 6208 20| quedaba mucho de la gente lusitana, no precisamente en el cráneo, 6209 27| naturaleza. Mañana el sol sacará lustre a toda esa verdura mojada. 6210 11| fuertes de un gris sucio y lustroso; la frente era estrecha 6211 27| capaz de leer a Maudsley y a Luys, con todas sus figuras de 6212 13| pero el Diablo cuando era Luzbel todavía; el Diablo Arcángel 6213 21| terminar la historia de los Macabeos que tenía a su cargo. Se 6214 25| preparándose a bailar la danza macabra del delirio de la agonía. 6215 29| cuando en cuando en triángulo macedónico bandadas de cuervos, que 6216 27| de pretil de mármol con macetas y rosetones de verdura exótica.~ ~ 6217 27| de cascos de caballo que machacaba la grava reciente detrás 6218 27| enfundadas; Romero y Clavel machacan sin estrépito con los cascos 6219 25| Con la lluvia pertinaz, machacona, volvieron antiguas aprensiones 6220 14| por lejanos faroles de gas macilento. De Pas oyó gritos, carcajadas 6221 1| demasiado el corsé; era maciza sin perder nada de su espiritual 6222 24| sintió que aquel cuerpo macizo, ardiente, de curvas dulces, 6223 11| tenía el cabo de aquella madeja de discordia. En el fondo 6224 5| Jesús no se hacen de tu maderita. Haz feliz a un cristiano, 6225 19| de aquellos intrincados maderos y resortes y, convencido 6226 22| transtiberina de aquel modelo de madona.~ ~ Don Víctor Quintanar 6227 22| solícita, con cuidados de madrastra que representa la comedia 6228 2| dignísimo Obispo don García Madrejón que consintió este confuso 6229 2| trato y hacerlas objeto de madrigales tan inocentes en la intención, 6230 1| ciudadanos palacios y eran madrigueras, cuevas, montones de tierra, 6231 6| tuvieran cabida en las prensas madrileñas; y eso que empleaba en las 6232 7| hombros.~ ~ -No lo creo. Estos madrileñitos siempre tienen algo que 6233 29| Hola!, parece que se ha madrugado -dijo Crespo, que gustaba 6234 10| comulgar sin miedo; sí, madrugaría, comulgaría. ¡Pero bastaba, 6235 27| primavera entró en mi alma. Madrugo. El baño me fortifica y 6236 3| la molestaba él con sus madrugones de cazador; a él le molestaba 6237 17| iglesia, y menos de que madrugue para ello, se alarmará menos 6238 11| convencidos nada más, había estado madurando su plan de ataque.~ ~ Pensaba 6239 28| siquiera en que había maridos y Magistrales en el mundo. Se sentía caer 6240 3| don Víctor, recordando su magistratura:~ ~ -La libertad de cada 6241 30| tan liberal que con tanta magnanimidad se absolvía a sí misma de 6242 1| salones, mimado por damas y magnates. La envidia del beneficiado 6243 12| templo como una influencia magnética; parecía que si se tocaban 6244 13| del servicio con miradas magnéticas a que obedecían Pepa y Rosa 6245 12| nacía el entusiasmo cordial, magnético de dos vanidades conformes.~ ~ «¡ 6246 27| luna hago...?~ -¡Magnífico! Magnífica estatua... original pensamiento... 6247 16| de los astros de primera magnitud.~ ~ -A propósito de teatro, 6248 11| parecida a las de Alejandro Magno en la guerra y las de Colón 6249 15| apagaluces... don Simón el Mago... Torquemada... Calomarde...! ¿ 6250 10| inventa máquinas absurdas para magullar los brazos de su esposa. 6251 19| noche El Relámpago o Los Magyares; levantaba el campo y paso 6252 1| virtud que tanto recomienda Mahoma, la única que positivamente 6253 1| sabía su oficio, huir de los mainates de Vetusta.~ ~ Pero allí 6254 12| todas las horas canónicas; maitines, vísperas... después el 6255 1| destacaban sobre prados y maizales con tonos oscuros; la paja 6256 24| otro la ponen así... las majaderías de su esposo, que me está 6257 14| codos de todas las señoritas majas del pueblo...» El Obispo 6258 18| feudales se carbonizaban con majestuosos chirridos. A su calor no 6259 22| que te me ha robado..., el majo del cabildo... ¡Ah, barragana, 6260 1| como prodigio de juegos malabares, en una punta de caliza 6261 22| velón de petróleo alumbraba malamente el triste almacén cuya desnudez 6262 4| poca hacienda que no había malbaratado antes, y la mitad del producto 6263 30| ella... le despreciará, le maldecirá..., y en cambio los remordimientos 6264 24| don Víctor se fue a casa maldiciendo de la hora en que se le 6265 26| traerla arrastrando por los malditos cabellos allí, al pie de 6266 13| demás, sintió don Fermín un malestar que fue creciendo mientras 6267 22| el alma con insinuaciones malévolas, con sospechas torpes e 6268 16| las huellas de una vida malgastada en el vicio y el amor. Cuando 6269 13| algo religioso; él había malgastado la suya en las lides de 6270 24| reata, vendrán de fijo, malgré todos los jesuitas y padres 6271 26| diabólica. Y aquel diablo, aquel malhechor se arrojaba a los pies del 6272 11| comprendió la causa de su malhumor repentino. «La madre había 6273 1| algo, no tanto como algunos maliciaban, pero se entendían... Ella 6274 5| competente. Las tías, que habían maliciado algo de aquel misticismo 6275 2| calumnias de los necios y de los malintencionados».~ ~ «No era él un don Custodio, 6276 16| escenario, dentro de la cota de malla, y las bailarinas aparecían 6277 29| comedias y confidencias, aquel malquistarle con el señor Magistral... 6278 11| tenía las manos sucias o si maltrataba a su mujer, con otros secretos 6279 6| cómo no habían de ser maltratadas, si diariamente se publicaban 6280 10| pero consistía en un camino maltrecho, de piso desigual y fangoso 6281 29| de treinta años, daba de mamar a un niño.~ ~ «Es la mujer 6282 12| un corredor cerrado con mampostería y ventanas estrechas, encontró 6283 4| historia sagrada fue el maná de su fantasía en la aridez 6284 2| alegórica baba de la envidia manar de sus labios! Después de 6285 1| quería imitar, bajo la sotana manchada de cera, los acompasados 6286 16| en lodo de vulgaridad y manchadas por las inmundicias de los 6287 21| aquellos pensamientos que manchan el alma y le clavan las 6288 16| hacer ridículos y vulgares, manchándolos con su baba, la necedad 6289 4| que el aya había querido manchar para siempre la pureza virginal 6290 3| algún pensamiento impuro manchara acaso su conciencia poco 6291 8| principalmente al sexto mandamiento. «Ella no había sido ni 6292 12| llevaba; la confesaba por los mandamientos y se acabó».~ ~ «-¿Y qué 6293 26| se sentó un momento.~ ~ -¿Mandamos por un coche...?~ ~ -Sí, 6294 23| tiempo se promulgó un edicto mandando empadronar a todo el mundo. 6295 17| esa imaginación!, ¿cuándo mandaremos en ella? ¡Ridículo! ¡Imprudente...! 6296 29| atención del canónigo; quería mandarla callar, pero no podía, no 6297 13| además de tener derecho para mandarlo, pide muy cuerdamente. Es 6298 30| sin darse por entendidos, mandaron sus emisarios abajo para 6299 30| palabras. «Aquello no podía mandarse bajo un sobre a una mujer, 6300 23| quería ella, que el Magistral mandase, dispusiera de ella y de 6301 29| continuar su obra; que la mandasen clavar en el alma de su 6302 15| no hubo remedio; y no mandé aviso... porque era ridículo, 6303 23| organista la emprendió con la mandilona:~ ~ ~ ~Ahora sí que estarás 6304 23| de franela que repartía mandobles desde la cama a la una de 6305 14| rompo... Si no fueses tan mandria... te inflaba el morro... 6306 15| blasfemos como demonios, manejaban más plata entre los dedos 6307 16| Obdulia o la de Páez, tonta y maniática que despreciaba las buenas 6308 13| abanico abierto a los que manifestaban ideas poco ortodoxas. Pepa 6309 20| al alcohol en sus varias manifestaciones.~ ~ Poco trabajo le costó 6310 16| Don Víctor ya había manifestado varias veces su no conformidad, 6311 5| ni tu tía Águeda ni yo manifestamos nunca afición al matrimonio.~ ~ 6312 2| Y el Arcipreste, que manifestara poco antes tanta prisa por 6313 5| impidió que durante el viaje manifestase la señorita de Ozores, vestida 6314 16| excitado por las ocultas maniobras del dueño. Saludó Mesía 6315 4| polaco.~ ~ «¡Su padre era maniqueo! Buenos ponía a los maniqueos 6316 2| barroco, de la profusión manirrota y de la falsedad! ¡Cartelas, 6317 30| cerrando verjas. Las llaves del manojo sonaban chocando.~ ~ Llegó 6318 8| acuarelas, mucho torero y mucha manola y algún fraile pícaro; y 6319 6| epigramas y del retintín manolesco de sus gestos y acento.~ ~ 6320 16| su sitial del coro alto, manoseando los relieves lúbricos de 6321 5| pero en el mundo no había Manriques ni Tenorios que escalasen 6322 19| aventura de flotar sobre mansa corriente perezosa, sombría, 6323 26| sobre el cuerpo cuantas mantas había en casa, el ateo empedernido 6324 24| periódicos de la mesa y puso manteles, cerró con llave la puerta, 6325 23| Doña Petronila, con una manteleta de raso negro, antiquísima, 6326 8| no se ingeniara, ¿cómo se mantendría aquel decente pasar que 6327 3| sabía lo que era honor y mantenerlo. Según él, nadie como Calderón 6328 5| alaba, es que en público mantengas el severo continente que 6329 7| escribe con h...~ ~ -Y me mantengo en lo dicho, y lo hago cuestión 6330 5| que había vivido en Madrid mantenido por una poetisa traductora 6331 11| católicos, con Monescillo, con Manterola, eclesiásticos como él, 6332 21| creía (aunque estaba en mantillas, según él, esta ciencia), 6333 30| diálogo, parte del cual mantuvieron por el camino de la estación 6334 26| oírle hablar.~ ~ Somoza mantuvo su opinión con energía heroica. « 6335 2| que olvidar lo de versate manu. ¡Los clásicos, Trifoncillo, 6336 6| decirlo - tenía un precioso manuscrito de Felipe II, un documento 6337 6| mientras tanto mirando el mapa de Rusia y Turquía y el 6338 19| parecía subversiva, una maquinación contra su reposo. «Él no 6339 21| cábalas de Glocester y las maquinaciones de los conjurados del Casino.~ ~ 6340 11| contorsiones místicas de una piedad maquinal, mitad postiza y falsificada. 6341 16| campanas y conmemoraban maquinalmente a los muertos que tenían 6342 19| carrillos. Volvió a componer sus maquinillas, soñó con nuevos inventos 6343 4| esta vez se mandó con el maragato la biblioteca entera, el 6344 1| del pueblo profundamente maravillado de la sabiduría y elocuencia 6345 23| presidiendo y amando su obra maravillosa, el Universo; el Hijo de 6346 8| cuatro... -y seguía marcando el paso, apoyándose en un 6347 29| Petra pediría la cuenta, se marcharía. ¡Oh placer! Quintanar respiró 6348 8| Pero no te fíes; puedes marcharte con una tajada y dejar el 6349 21| no había un milagro, se marchitaban, se pudrían, se hacían lodo 6350 19| entusiasmaba hablando de sus marchitos laureles, abría las arcas, 6351 9| Olé, salero! ¡Viva tu mare! -se atrevió a gritar un 6352 14| un sofá. Estaba un poco mareado; le dolía la cabeza y sentía 6353 15| que lo diga la Sociedad de Mareantes de aquel puerto... si es 6354 5| les gustaba, la manera de marearlos, lo que había que conceder 6355 13| podía ver porque era un marimacho, según él, la llamaba el 6356 8| las cocineras. Las llamaba marimachos.~ ~ Si se le decía que los 6357 29| matando un soberbio pato marino. Quintanar, por gusto, mató 6358 18| estorninos, tordos de agua, patos marinos, y bandadas oscuras de peguetas 6359 25| naves y capillas como una mariposa que la primavera manda desde 6360 18| mejor que el frío. «Ni los mariscos producen en mí el efecto 6361 19| picaresca, entre arrieros, maritornes y señores de castillos, 6362 8| como un armiño metido a marmitón.~ ~ Obdulia había tropezado 6363 12| espesos, en desperdiciar los mármoles, y, en fin, en trabajos 6364 21| invierno le encogía: era un marmolillo. Y a su mujer y al Magistral 6365 27| delante de la coquetona marquesina de la entrada nos detenemos; 6366 8| sillas largas, mecedoras, marquesitas, confidentes, taburetes, 6367 5| se le antojaban de papel marquilla.~ ~ Los pollos de la aristocracia 6368 26| de terciopelo, con franja marron foncé...~ ~ -¿Marrón foncé...? - 6369 26| franja marron foncé...~ ~ -¿Marrón foncé...? -objetó Obdulia -, 6370 16| una ocasión, el buen Diego Marsilla, atado a un árbol codo con 6371 20| de volver, en Venus o en Marte, a buscar negros al África 6372 25| comedia, mucha caza y mucho martillazo. ¡Zas, zas, zas, pum! ¡Viva 6373 25| limpiarle el despacho era martirizarle a él, a don Víctor; la cama 6374 29| tierra, un Valdiñón que se masca...»~ ~ Mesía no faltó a 6375 25| juntos a paseo... a ver las máscaras.~ ~ -¡Quintanar, por Dios! 6376 13| y otras cosas puramente masculinas, pero de hombre elegante 6377 8| afeminados aunque fuesen masculinos, estaban grabados como si 6378 27| figúrate a Gayarre o a Masini cantando... en esta noche 6379 12| convento de las Salesas era un matadero; que la religión conducía 6380 29| después desafía al galán y mátale también..., no hay otro 6381 30| modo que insultara, que matara, que despedazara, sin insultar, 6382 30| Godino...! Todo aquello de matarse era absurdo... Pero no había 6383 13| mira que si te caes te matas... -decía Paco, que buscaba 6384 30| Mesía, le desafiase, le matase si posible le era, o si 6385 19| mismo! Si es mía, si la maté yo..., si estoy seguro de 6386 12| la cátedra era demostrar «matemáticamente» la verdad del dogma. «Prescindamos 6387 4| don Carlos, sino un buen matemático, bastante instruido en varias 6388 4| de los estudios físicos matemáticos había pasado a los filosóficos; 6389 21| que se calle o que lo maten!~ ~ Entraba en su despacho. 6390 25| en la exposición de San Mateo. Ya no forraba el martillo 6391 21| retórica jesuítica contra los materialistas modernos, que negaban la 6392 23| delicias que ella suponía en la maternidad, que tanto echaba de menos 6393 6| Espolón. A su lado está don Matías el procurador: juega al 6394 29| Tajada, en la taberna de Matiella, estanquero y albañil, grande 6395 27| levantando un poco la falda de la matinée que vestía, hasta perderse 6396 19| puerperales una famosa matrona sin matrícula ni Dios que lo fundó: «Di 6397 5| señoritas como dos comadronas matriculadas. ¡Qué riqueza de datos! ¡ 6398 23| una compañía de borrachos matriculados? Reconozco en el Palomo 6399 16| cantatrices inválidas, matronas del género serio demasiado 6400 21| sentido místico, y la piedad matutina de Ana era optimista. El 6401 29| aquello era el crepúsculo matutino, ahora estaba seguro... 6402 3| los cercanos conciertos matutinos de codornices, tordos, perdices, 6403 27| me siento capaz de leer a Maudsley y a Luys, con todas sus 6404 19| como plomo!» Y recordaba máximas y aforismos religiosos que 6405 8| un dios y él su Pontífice Máximo; los demás sacrificaban 6406 21| ruido. Si el gato de Anselmo mayaba abajo, en el patio, don 6407 1| Obispo y el señor Roque el mayoral del correo.~ ~ -Pues chico, 6408 6| pero por consunción. Es un mayorazgo de aldea; le llaman Vinculete. 6409 6| Basilio aseguraba que el mayorazguete no jugaba con toda la limpieza 6410 5| Entre americanos, pasiegos y mayorazguetes fatuos, burdos y grotescos 6411 20| En figurándosela con J mayúscula, tomaba para él cierto aire 6412 6| azotaban el pavimento con las mazas de los tacos. Era proverbial 6413 2| desempeña cargos oficiales mecánicamente, siempre del mismo modo, 6414 19| decía; allí le explicaba el mecanismo de aquellos intrincados 6415 22| sangre en las venas; es una mecha empapada en alcohol...; 6416 6| cierto silbido tenue de los mecheros del gas, se quedaba dulcemente 6417 13| de agua y de árboles que mecía el viento, cánticos locos 6418 21| sábanas tibias, levemente mecida por los muelles del colchón 6419 27| que el reverso de la misma medalla.~ ~ -¿Cómo? Usted me asusta.~ ~ - 6420 5| valor, con una huerta de medianas utilidades. Y además estaba 6421 1| convertidos en terrados o paredes medianeras, entre huertos y corrales. 6422 15| ancha puerta abierta en la medianería en el piso terreno, doña 6423 5| bien que la de Milo la de Médicis -rectificaba el joven y 6424 8| pero los tejados deben medirse todos por un rasero. Así 6425 21| Imitación de Cristo..., lee y medita.~ ~ Y se lo hizo leer.~ ~ 6426 27| palacio. Esta soledad parece meditabunda. Está todo en silencio reflexivo, 6427 11| orado con fervor, había meditado con amoroso entusiasmo, 6428 27| Mucho.~ ~ Silencio. Los dos meditan. El canónigo reanuda el 6429 9| aprensiones merece que yo medite mucho. Su alma es noble, 6430 15| folletín literario.~ ~ «¡Medrados estamos!», pensó don Fermín 6431 11| aduladores, los lacayos medran sin necesidad de sermones; 6432 5| jugadores.~ ~ Los que quieren medrar salen del pueblo; allí no 6433 7| y otras pasiones para el medro personal». Este era su dogma 6434 20| fuerza y de la carne que medró cuanto quiso... Él se figuraba 6435 16| recorriese las venas y la médula de los huesos. «Si ese hombre 6436 27| en que secundaba planes mefistofélicos, dijo en voz baja:~ ~ -Papá, 6437 13| Vegallana, alto dignatario en Méjico, de las ceremonias molestas, 6438 20| tiempo.~ ~ Pero la Regenta mejoraba; volvía la sangre, aunque 6439 29| metal, ni la ambición de mejorar de suerte y hasta de esfera, 6440 18| dispuesta a ser, en cuanto mejorase el tiempo, una beata en 6441 5| brilla en el cielo~ ~ ~ ~melancólicamente me inspira:~ ~ ~ ~es el 6442 25| y el Padre Goberna, un melifluo padre francés que pronunciaba 6443 28| cómo se le ha ponío too el melindrán este..., y la sotana parece 6444 8| no podía dominarse. Video meliora, le decía don Saturno sin 6445 8| le convenía al dulce de melocotón, Obdulia se acercó al dignísimo 6446 25| descender de las nubes; las melodías del órgano que hacían recordar 6447 1| esbelto, elegante, de voz melodiosa, de correctos ademanes a 6448 12| cuando sus ideas eran también melosas. La de salvación sonaba 6449 1| los Corujedos, Vegallanas, Membibres, Ozores, Carraspiques y 6450 1| y de flato el cuerpo. -¡Memento homo! -decía el infeliz, 6451 6| necesitan o no sirven. Basilio Méndez, empleado del Ayuntamiento, 6452 5| doncella; se le arroja un mendrugo y no se le paga soldada. 6453 22| Comía, recogía los mendrugos de pan que quedaban sobre 6454 2| cayeran encima; porque se meneaban, sin duda. Pero, ¡buen Dios!, 6455 16| declamando con soltura y gran meneo de brazos y piernas las 6456 23| marido... pero su falda meneó algo en el suelo, porque 6457 20| cubiertos relucientes de plata Meneses; el centro de mesa en que 6458 17| el gusto a tan humildes menesteres; iría penetrando los misteriosos 6459 20| Iglesia, porque los infelices menestrales comenzaron a ver visiones 6460 15| desde aquella noche, sin mengua de su honor. Un momento 6461 29| hierba aclaraba su color y menguaba. Frígilis se detuvo y contempló 6462 1| pinturas llegaba muy torcida y menguada. El cuadro que miraban estaba 6463 19| marquetería, el preparar menjurjes y pintarle el cuerpo a su 6464 3| cofradía. Pagaba una cuota mensual en las Escuelas Dominicales, 6465 21| religiosos en oraciones mentales, según los prudentes consejos 6466 3| decían: Si comió carne...~ ~ Mentalmente y como por máquina repetía 6467 5| italiana. Tampoco Ana debía mentarla siquiera, según orden expresa 6468 16| a su marido no había que mentarle semejantes penas; en seguida 6469 29| comedias de capa y espada mentían como bellacas; el mundo 6470 9| carcajadas de malicia, gritos de mentida indignación, de falso pudor, 6471 17| Al ver que Ana había mentido, que estaba buena y había 6472 7| que lo niegue me arroja un mentís, duda de mi honor, me tira 6473 15| puercoespín que tenía debajo del mentón afeitado.~ ~ Allí lo serio 6474 8| a Paquito en amores, su Mentor, su Ninfa Egeria. Padre 6475 23| despertaba la codicia de la gente menuda; bandos de pilletes que 6476 8| dentro andará la procesión. Menudean los ataques de nervios. 6477 29| libertino gracioso, que iba menudeando las propinas y encareciendo 6478 4| albedrío.~ ~ «-Valiente mequetrefe era el señor Chateaubriand - 6479 11| y yo y todos somos unos mequetrefes sin palabra, que sabemos 6480 12| Para Glocester no pasaba de mera retórica aquello de abrasarse 6481 16| amor de Sor Inés como una mercancía... La calle oscura, estrecha, 6482 5| suspendieron el juicio que iba a merecerles la hija de don Carlos y 6483 30| merecido se lo tenía.~ ~ -Merecidísimo.~ ~ -Miren ustedes que aquella 6484 9| en rigor no era nada que mereciese comentarios? ¿Debía él extrañar 6485 10| el ladrón~ ~ ~ ~de infame merecimiento;~ ~ ~ ~pues ¿dónde habrá 6486 19| reían por complacerle. Se merendaba casi siempre al aire libre, 6487 28| que había comido bien y merendado con frecuentes libaciones, 6488 11| comprar lo que es mío, lo que merezco por mi cabeza, no por mis 6489 4| bueno de aquel retoño de meridionales concupiscencias. En voz 6490 8| dame algo, socarrona; o meriendo, o me caigo de hambre.~ ~ 6491 11| Magistral. Un mantón negro de merino, ceñido con fuerza a la 6492 17| rutina también, ser poco meritoria a los ojos de Dios, y nada 6493 26| hubiera visto, siempre sería meritorio exponerse a los sarcasmos 6494 20| Después de todo -dijo -, en el mero hecho de haberse restablecido 6495 12| puñetazo formidable sobre la mesa-escritorio.~ ~ -¡Pues para este viaje 6496 20| Pero a solas, don Álvaro se mesaba los rubios y finos cabellos, ¡ 6497 14| no pasaba por aquellas mescolanzas de curas y mujeres paseando 6498 29| un telar de los picos y mesetas del Corfín, caían sobre 6499 20| no puedo jurar... pero... metafóricamente... Además, puedo prometer 6500 13| contrastaban los colores vivos y metálicos de esta exposición de flores 6501 5| vez que el siglo estaba metalizado y las muchachas no sabían 6502 5| la crítica y misteriosa metamorfosis», «la crisálida que se rompe», 6503 6| somos algo parientes.~ ~ La meteorología tampoco faltaba nunca en 6504 11| Como los observatorios meteorológicos anuncian los ciclones, el 6505 13| a esa joven! ¡Se quiere metérselo por los ojos...!» Y salió 6506 9| y reinas encaprichadas y metidas con monos, así como suena, 6507 26| pensado en el Niño Dios... metidito en su cuna... en el portal 6508 12| perdido? Pues vámonos a vivir metiditos en un... inodoro.~ ~ Y como 6509 21| de agosto, en el parque, metiéndole una rosa de Alejandría, 6510 20| y, en efecto, se la pasó metiéndose en lo que no le importaba. 6511 20| relaciones para que el obispo se metiera el rayo en el bolsillo... 6512 4| lujuria que pudiera llamarse metodista si no fuera una profanación.~ ~ 6513 7| cañones cargados de mortífera metralla: ¡infeliz de la mujer a 6514 13| santa y poco menos que el Metropolitano». Tenía razón el Arcipreste; 6515 6| había hasta la rendición de Metz.~ ~ El poeta Trifón Cármenes 6516 16| bajo: «Deus, in adjutorium meum intende».~ ~ La tarde de 6517 23| Dominus dixit ad me: Filius meus es tu, ego hodie genui te. 6518 8| mientras al olfato llegaban mezclados los olores punzantes de 6519 1| voluptuosidad ideal del bien obrar, mezclándose a la sensación agradable 6520 12| poco. Aquello de tener que mezclarse en la capilla de la Magdalena ( 6521 5| mojigatos. «Que no se le mezclase a ella lo humano con lo 6522 5| azul, de los Ozores, se mezcló en mal hora con sangre plebeya; 6523 2| Córdoba con las columnas de la Mezquita, y ya no sabía cuáles eran 6524 28| tiene?~ ~ -Yo creo que una mica, una borrachera de mil cosas, 6525 25| creía en el placer que no se mide por el tiempo. Una mañana, 6526 16| esos aires de señores y midiéramos el paso...~ ~ La Regenta 6527 9| de ahora, tímida, rápida, miedosa, le pareció una esperanza 6528 22| flegmasías de los bebedores? No mienta usted, porque no la conoce.~ ~ -¡ 6529 11| yo no soy barullero, ni miento, ni soy oscurantista, ni 6530 13| interesantes, algo como San Miguel y el Diablo, pero el Diablo 6531 5| fiebre, Ana había crecido milagrosamente, sus formas habían tomado 6532 1| ver pasar un águila o un milano, según los parajes, debajo 6533 8| más satisfecho las piedras miliarias. Aquella noche en la tertulia 6534 6| sobre todo en las botas».~ ~ Militaba en el partido más reaccionario 6535 21| mi oficio en la Iglesia militante, la mitad de mi vida entregada 6536 18| devotas de armas tomar, militantes como coraceros.~ ~ Pero 6537 18| ambición política... Si milito en un partido es por servir 6538 7| bañaba en agua de rosa. Un millón, de los muchos que tenía, 6539 5| Más bien que la de Milo la de Médicis -rectificaba 6540 15| antipática. Su madre la mimaba y a los criados no hay que 6541 30| hasta cuando la adulaban y mimaban!»~ ~ La viuda de Quintanar 6542 22| comprender aquellas indirectas mímicas, no se adelantaba nada.~ ~ 6543 30| entregaba a los arranques mímicos de su dolor, de su vergüenza, 6544 21| Regenta a hablarle con cierto mimo, con una confianza llena 6545 26| con voz meliflua, débil, mimosa -. Ya sé lo que pides. Que 6546 21| forasteros..., una exposición de minerales. Hasta Petra pidió una tarde 6547 18| las colecciones botánicas, mineralógicas y entomológicas yacían en 6548 6| semejantes a lámparas de minero en las entrañas de la tierra.~ ~ 6549 1| que riqueza; un Perú en miniatura, del cual pretende ser el 6550 2| tan grave e interesante ministerio; sucesor diferente según 6551 1| corte, influyente en los ministerios, en los salones, mimado 6552 1| espíritu a aquella inspección minuciosa, como el naturalista estudia 6553 8| brazos...~ ~ Y describía minuciosamente, con los pormenores que 6554 8| de un estudio profundo y minucioso: se aturdía mientras su 6555 28| viejos cantaron, bailaron un minué y corrieron por el bosque; 6556 8| y en cuestión de peccata minuta... allá los interesados». 6557 2| cabeza un telescopio; era miope y corregía el defecto con 6558 15| le inundaban los ojos... Mirábala ni más ni menos como decía 6559 30| don Víctor no es nadie; mírale cómo no se queja: yo soy 6560 29| Ana todo escrúpulo, todo miramiento que pudiera atarla al viejo 6561 9| institución divina, aun mirándola como asunto de utilidad 6562 12| Crees tú que no gozo yo mirándoos a ti y a don Custodio y 6563 3| el animalejo mira que te mirarás, con aire de desafío, sin 6564 26| malvado y de puro sabio, mirarían aquella conquista como cosa 6565 24| ni tiempo he tenido para mirarme al espejo... ¡Aquellos demonios 6566 9| conversación de Petra, que se mirlaba hablando con el Marquesito. 6567 6| sentados o en pie varios mirones, los más esclavos de su 6568 26| cuatro hijas!»~ ~ Se hizo misántropo. Siempre salía solo, al 6569 21| amor sacrílego y adúltero, miserablemente sacrílego por haber tenido 6570 1| ensancharse como querían, los míseros plebeyos que a fuerza de 6571 29| libre en los prados, él, misérrimo cura, ludibrio de hombre 6572 16| casa del Magistral con la misiva y pensaba:~ ~ «Lo que yo 6573 25| bailar, y doña Ana Ozores, la mismísima Regenta que viste y calza, 6574 20| rubia y estoposa de alguna miss de circo ecuestre; las cajas 6575 5| miradas unos, con palabras misteriosas otros, daban a entender 6576 12| ocurrencia de enamorarse místicamente (así se decía ella) del 6577 11| Pas sonreía con amargura mitigada por el dejo de optimismo 6578 5| riguroso luto, un dolor apenas mitigado por la resignación cristiana.~ ~ « 6579 10| aquello que había leído en sus mitologías, de lo que había oído a 6580 28| mucho de estos recuerdos mitológicos y pronto había dejado de 6581 5| Por no ser víctima de una mixtificación».~ ~ Se presentaba ocasión 6582 29| antes de la salida del tren mixto.~ ~ De un sueño dulce y 6583 24| pollo?~ ~ -So... sí... si... mo... -Saturno bebió una copa 6584 12| grande, fría, sucia; el mobiliario indecoroso, y tenía un olor 6585 25| vuelta a empezar, cada mochuelo a su olivo.~ ~ Esto fue 6586 14| gritó, y la bandada de mochuelos acudió al farol delante 6587 16| no deje acercarse a esos mocosos que luego se van dando pisto 6588 1| mística y romántica la bien modelada cabeza, y más que anduvo 6589 1| gótico, pero, cabe decir, moderado por un instinto de prudencia 6590 28| la lascivia subrepticia, moderados en ellos por instintos de 6591 1| prudencia y armonía que modificaba las vulgares exageraciones 6592 8| ido introduciendo grandes modificaciones en el salón Regencia.~ ~ 6593 5| matrimonio de Ana no se había modificado a pesar de la gran hermosura 6594 20| estilo sembrado de frases y modismos puramente ortodoxos, pero 6595 28| También Ana prefería aquel modus vivendi; no quería volver 6596 8| enfrascado en la lectura de Los Mohicanos de Dumas.~ ~ Visita hacía 6597 28| cubierta de lodo y telarañas mojadas. También él llevaba la boca 6598 9| los prados estarán muy mojados...~ ~ -Por algún camino... 6599 1| casa ebrio de idealismo, mojando los embozos de la capa con 6600 3| eran garzos, y corrió hasta mojar la sábana.~ ~ Se acordó 6601 15| tenía esa ventaja. Llamaba mojigangas a las caricias, y quería 6602 5| condenó los versos por mojigatos. «Que no se le mezclase 6603 22| murmuraciones en letras de molde llamaban mucho la atención. 6604 8| casa de Visita faltaban los moldes de cierto flan invención 6605 13| techo y se mostraban en molduras y tableros de los grandes 6606 25| la arrastrase, quería ser molécula de aquella espuma, partícula 6607 9| era un feliz conjunto de moléculas en forma de gancho para 6608 9| era chic. También leyó a Moleschott y a Wirchow y a Vogt traducidos, 6609 9| siquiera notaban, pero que era moleslo, triste; un olor de miseria 6610 14| sería cognac!? - seguía molestándole y conocía ya él mismo que 6611 22| el silencio se prolongaba molestándoles como un hablador importuno.~ ~ 6612 6| lejos de ellos, y por cierto molestándolos a veces no poco, había dos 6613 13| que ya no la miraba por no molestarse con la incómoda postura 6614 20| si está ocupada..., no la moleste usted...~ ~ -No faltaba 6615 10| le parecían excesivos y molestos a la larga. «¿Qué diablos 6616 11| oscurantista, pero tiene la moliera a oscuras para todo lo que 6617 9| amaban y eran amadas por molineros, obreros, estudiantes y 6618 8| carboneras, cocinas y hasta molinos, sin coger tiznes, grasa, 6619 12| delito, sino como duros de mollera. La vanidad del predicador 6620 10| aunque la aparición fue momentánea; y retrocedió asustada. 6621 4| el comino orgulloso, la mona sabia. Los seis meses de 6622 19| Aquel cirrus negro parece la moña de un torero...~ ~ Don Álvaro, 6623 26| Vetusta, rodeada de curas y monagos, a pie y descalza, vestida 6624 12| se cuenta de la rigidez monástica de este hogar honrado, pero 6625 27| puesto en pie)~ ~ ~¡Cielos! monda la manzana;~ ~ ~ ~¡es la 6626 27| Beltrand...~ ~ -No, para mondar la manzana...~ ~ -Eso ya 6627 6| incompleta de la Revue des deux mondes, y otras de varias ilustraciones. 6628 12| Se encontraba un aire de monedero falso. Se apresuró a dejar 6629 6| los del gabinete rojo los monederos falsos. Se le figuraba que 6630 11| oradores católicos, con Monescillo, con Manterola, eclesiásticos 6631 4| lágrimas de su madre Santa Mónica. No sabía más. Dejó caer 6632 11| tenía él que ver con un monje romántico y fanático, místico 6633 21| seguiremos, además de esos monjes alemanes o suecos de que 6634 5| siquiera de aquella locura del monjío...~ ~ -No, señora...~ ~ - 6635 5| sus dramas escandalosos de monjitas que se escapan en brazos 6636 16| nacimiento provocador del moño que subía por la nuca arriba 6637 17| especie de pensamientos monocromos, invención suya.~ ~ Cuando 6638 6| pulmón como un manolito (monolito, por supuesto). Sin más 6639 15| Don Santos volvió a su monólogo, interrumpido por entorpecimientos 6640 5| el tono áspero de aquel monosílabo a que no profiriese censura 6641 9| motivo de aquella vanidad monstruosa. Se creía hombre de talento -« 6642 8| gallinas, pichones, anguilas monstruosas, jamones monumentales, morcillas 6643 22| negra, en forma de pájaro monstruoso, cubría toda la ciudad y 6644 13| del bosque, una dama que monta a la inglesa, y un jinete 6645 18| que el tiempo lo permitía, montaba en su hermoso caballo blanco 6646 13| una fábrica de curtidos, montada a la antigua. Se trataba 6647 2| defecto con gafas de oro montadas en nariz larga y corva. 6648 26| Trifón le salían los versos montados unos sobre otros: igual 6649 27| apretado al muslo, sus botas de montar, su chambergo, entonces 6650 15| infeliz rey Lear, o que montase en cólera y le arrojase 6651 24| exigía la fortuna de un Montecristo.~ ~ Y como el baile era 6652 11| librepensador, Voltaire de monterilla, Lutero con cascabeles; 6653 18| al lado de la chimenea monumental del comedor tétrico, horas 6654 4| la cabeza; era la reina mora; su madre, la madre de Ana 6655 8| moralizarla a ella, mal había de moralizar a sus tertulios». Él vivía 6656 8| Si no había podido moralizarla a ella, mal había de moralizar 6657 30| era de Ana legalmente y moralmente».~ ~ Ana cedió porque no 6658 11| sonrió. Se pasó una mano mórbida y fina por los ojos, abrió 6659 28| asegurada; ¡qué color!, ¡qué morbidez!, ¡qué sólidamente robusta 6660 16| ver el cuello vigoroso y mórbido, blanco y tentador con su 6661 10| no!»~ ~ Y con una delicia morbosa, la rubia lúbrica olfateaba 6662 5| como pudiera estarlo de una morcilla. Lo demás, lo que se refería 6663 8| monstruosas, jamones monumentales, morcillas blancas y morenas, chorizos 6664 4| una flor podrida ya por la mordedura de un gusano. No esperaba 6665 10| ya lo creo..., apenas mordería con fuerza ese demonio de 6666 29| anafrodita, él tenía que callar, morderse la lengua, las manos, el 6667 23| se empujaban, pisaban y mordían disputándose el ochavo miserable.~ ~ 6668 5| llamado Jorge Sandio no se mordieron la lengua y criticaron con 6669 8| monumentales, morcillas blancas y morenas, chorizos purpurinos, en 6670 26| morados en los ojos, otros morenos, casi negros, de pelo en 6671 4| viable que el de irse a Morería y se llevó a cabo. Ya se 6672 26| hechizos!~ ~ »¿Qué hechizos? Morfina.~ ~ »El clero, milagros 6673 20| dominaba él a su borrachera, morigerada, señoril, discreta. Don 6674 30| pacífica del crimen silencioso, morigerado y precavido. Ya se sabía 6675 18| señor, que este año nos morimos de hambre!, ¡que no da para 6676 25| padezco, yo también creí morirme, aquí mismo..., sentado 6677 11| portentosa.~ ~ Hasta de los morosos que tardaban seis meses 6678 14| mandria... te inflaba el morro... por farolero.~ ~ -¿Qué 6679 7| dos cañones cargados de mortífera metralla: ¡infeliz de la 6680 29| recordaba que el cartucho mortífero tenía carga de perdigón; 6681 29| deja, otras veces serás mortificado por el prójimo; y lo que 6682 26| Vinagre, en su afán de mortificar a cuantas generaciones pasaban 6683 9| creía cosa de los nervios, a mortificarla, a gritar ¡guerra! dentro 6684 27| está firme; jamás vienen a mortificarme ideas sutiles, alambicadas... 6685 4| pastores de Teócrito, Bion y Mosco; soñaba con la gruta fresca 6686 13| vinagre o lo untaba con mostaza. Sus vecinos conocían sus 6687 1| esculturales formas, que así mostradas, no convenían a la santidad 6688 21| balcones y predicar al mundo, mostrándole la verdad que ella palpaba; 6689 13| creyó necesario buscárselos mostrándose frío, seco y dándola a entender 6690 21| joven, sin mundo, venía a mostrarle un universo nuevo, donde 6691 30| pero eran incapaces de mostrarlo. Obedecían y servían como 6692 16| espuela; como si el caballo mostrase toda aquella impaciencia 6693 9| está la fuente.~ ~ Petra mostró a su señora allá abajo, 6694 1| de ser delantero, con un mote sacao de las cajas de cerillas, 6695 5| A mí no hay que ponerme motes. Aborrezco los sistemas. 6696 30| no sobre la masa enferma, movediza de disparates del capricho 6697 3| hecho no habían conseguido moverla. Y se habían acostado y 6698 19| dedos no eran suyos, que el moverlos no dependía de su voluntad, 6699 26| se reflejaban las llamas movibles; subían y bajaban en contorsiones 6700 27| sobre la frente como cabello movido por el viento. Se abrió 6701 30| su hijo, que continuaba moviéndose abajo: le oía ella vagamente.~ ~ 6702 29| seguro; cuando el otro se moviera para descolgarse... entonces».~ ~ « 6703 3| dos o tres canarios, que movieron las alas estremeciéndose 6704 7| en fin, expediente que él moviese que no volara.~ ~ ¡Y sobre 6705 20| pensado, que sus hijas se moviesen, que sus amigos pusieran 6706 9| dejar paso a la Regenta. Los mozalbetes más osados acercaban a ella 6707 10| voluptuosa frescura', aquel pobre Mr. Brooke se había casado 6708 1| vi yo pintao, en un santo mu grande, sentao en su coche, 6709 2| mayor parte de los roquetes, mucetas y capas de que se despojaban 6710 13| fatuos hacían el pavo real, muchachuelas coqueteaban, jamonas lucían 6711 | muchísimos 6712 21| la corteza del tronco, y mudando de conversación, preguntó 6713 28| a coger una pulmonía... Múdese usted... Ahí habrá ropa...~ ~ 6714 8| tales. La «sobriedad del mueblaje» rayaba en pobreza.~ ~ -¡ 6715 8| de lo que entendiera el mueblista por Regencia a la mezcla 6716 10| se le figuró que le hacía muecas burlándose de su aventura. 6717 21| levemente mecida por los muelles del colchón al incorporarse, 6718 8| dicho: gozquecillo, tú no muerdes, no te temo. Se vería. Por 6719 19| Infierno se desvanecía, como mueren las vibraciones de una placa, 6720 10| trasladan a Valladolid, te me mueres. ¿Y en Valladolid? Recobraste 6721 19| igual, parecía una mata, una muestra de las breñas. Cerraba los 6722 21| tales. En la primera fila se mueven, siempre inquietas, sobre 6723 29| arrastraba consigo; le gritaba: muévete; haz algo, tu deber; aquí 6724 11| de orillo y el gorro con mugre; el zapato que admiraba 6725 1| roquete que parecía prenda mujeril, sobre la cual ostentaba 6726 15| la salvación... por una mujerota...~ ~ -¡Madre!~ ~ -¡Por 6727 30| en aquel papel que olía a mujerzuela, hablaba con frases románticas 6728 1| y lo llevaban en vez de mulas un tiro de carcas (curas 6729 13| rubia la una, morena como mulata la que tenía nombre de flor, 6730 8| amor de la Marquesa a lo mullido y almohadillado había ido 6731 11| ella -, no ganamos para multas.~ ~ Por fin el Magistral 6732 13| pero todos alusivos a las múltiples industrias que tienen relación 6733 12| tinieblas como reflejadas y multiplicadas por los paños negros que 6734 5| gigantesca; otras veces, multiplicándose por los saltos de la llama 6735 20| que peleé, como César en Munda, por la vida. Era Ramona, 6736 25| la cobardía, los reparos mundanales, prosaicos, el miedo al 6737 23| medio cuerpo arriba, como muñeco de resortes que salta en 6738 14| nos maneja a todos como muñecos».~ ~ Y continuó corrigiendo 6739 28| como se baila a veces la muñeira, sobre todo en el teatro, 6740 13| pasarse la vida alabando su munificencia y su castidad de viuda.~ ~ 6741 10| encima, sujeto con trapos un muñón de carne cruda, sanguinolenta, ¡ 6742 12| pueblo del señor Henao y Muñoz; no porque fuese Páez demócrata, ¡ 6743 20| Ello venía a ser que en muriéndonos íbamos a otra estrella, 6744 22| hombre.~ ~ -Y además en muriéndose uno...~ ~ -Más despacio, 6745 17| ahí es nada! Se ha murmurado, se ha dicho que las hijas 6746 26| Nadie hacía caso del murmurador. «Milagro sí lo había, pero 6747 11| santiguó y dijo:~ ~ -¿Ya murmuran? ¡Infames!~ ~ -Sí, ¡ya, 6748 17| otra cosa; pero la gente murmuraría; don Custodio, el Arcediano, 6749 13| ella estuviera, que no se murmurase; no lo consentía.~ ~ Cuando 6750 11| pero creo que le gusta que murmuren de él, y que digan si enamora 6751 12| leer entre líneas».~ ~ La musa de Glocester era la ironía. 6752 5| en más dulces tareas; las musas no escriben, inspiran.~ ~ 6753 20| como distraída; ni un solo músculo de su rostro se movió.~ ~ - 6754 4| Loreto, de pierna desnuda, musculosa y velluda, de gorro catalán, 6755 29| raíces y ramas, y llenarse de musgo como un roble secular de 6756 21| falda ajustada se dibujaban muslos poderosos, macizos, de curvas 6757 18| descreídos a su modo, inclinaba mustia la gallarda y fina cabeza 6758 12| raquíticas y parterres de flores mustias; subió una escalera cuyo 6759 10| encantos que fueron, hoy mustios collados, con las canas 6760 27| engaño, sin quejarse de la mutua displicencia. ¡Racionales 6761 23| apretones de manos, elogios mutuos, carcajadas sonoras, que 6762 23| sirvo yo! ¡Ya sé para qué nací yo! Para esto... Para estar 6763 16| creían en virtud de mujer nacida -salvo don Frutos, que conservaba 6764 13| clase de amistad que iba naciendo entre ella y el Magistral. 6765 16| aquella dulcísima amistad naciente, que tantas sensaciones 6766 20| filosófica. Antes que usted naciera, estaba yo cansado de ser 6767 12| costumbres y de los muchos nacimientos ilegítimos que debía de 6768 28| estar papando... arañas y nadando como nosotros? Además, ¿ 6769 9| revolviendo el agua al nadar, por juego, como solemos 6770 6| Gobierno. También le daba el naipe por la biografía militar. 6771 15| siquiera, fija el alma en los naipes.~ ~ El consumo era mucho, 6772 29| los laureles y de algunos naranjos de las huertas, sobre el 6773 30| un busto hermoso, por un Narciso estúpido, por un egoísta 6774 14| decía la madre.~ ~ -Narigudo... -contestó un pillo rubio, 6775 20| carcajadas ahogaron la voz del narrador. Y entonces don Álvaro, 6776 19| Banco, que se disponía a narrar tres o cuatro adivinaciones 6777 12| América, ahora en el país natal, sin moverse de casa, podían 6778 14| ver el otro. ¿Na? ¿Na?~ ~ -Natalia...~ ~ -Tampoco. No acertó 6779 23| con alegría evangélica el natalicio de Nuestro Señor Jesucristo 6780 23| personas distinguidas. La Natividad del Señor se les antojaba 6781 17| Es natural, Anita, es naturalísimo. Pero no es eso. Ayer el 6782 19| la sacaban de sus éxtasis naturalistas una atención delicada de 6783 9| fuera de su plan, natura naturans, exclamó:~ ~ -¡Qué monísima!, ¡ 6784 16| todos los vientos de la rosa náutica. Si soplaba el Norte y nevaba, 6785 12| el Museo de Pinturas, el Naval, la Armería; nada de teatros 6786 24| puerto en aquella arriesgada navegación por los mares del gran mundo. 6787 4| toda vela por mares nunca navegados.~ ~ Germán gritaba:~ ~ -¡ 6788 27| recorriendo la India, o bien navegando en el barco prodigioso de 6789 4| ligero balanceo del gran navío que tripulaban y entonces 6790 15| que ladraba:~ ~ -¡Chito, Nay, que es el amo!~ ~ Paula 6791 4| quimeras se había originado la nebulosa aventura de la barca de 6792 4| formas concretas, ya no fue nebuloso; y en las tiendas de los 6793 12| Pues para este viaje no necesitábamos alforjas! -gritó Contracayes, 6794 12| modo que puedo irme? No me necesitáis...~ ~ -No; hoy no.~ ~ -Bueno, 6795 25| tal vez próximo, en que necesitara consuelo espiritual, correr 6796 29| ahora, si llegara el caso de necesitarlas... «No, antes huir o pegarse 6797 27| pero más vale tenerlo sin necesitarlos. A otra cosa.~ ~. ~ Llueve 6798 17| continuar en el grado que se necesite y que indicarán las circunstancias.~ ~ 6799 8| que vayan por todo lo que necesiten.~ ~ Y doña Rufina, volviéndose 6800 13| Saturno y le sacó del cajón nefando.~ ~ -Ahora -dijo -, nosotros 6801 11| iglesia, al que por fas o por nefas todos los curas de todas 6802 5| Representa una alianza nefasta en que la sangre, a todas 6803 2| punto fijo los días fastos y nefastos, ignoraba cuándo se sentaba 6804 20| importa; tú, fanático de la negación, morirás en el seno de la 6805 7| falsedad de su amor, le hubiera negado su eficaz auxilio en la 6806 6| elefante, aunque siempre negándoles, por supuesto, la inteligencia: « 6807 8| bocados más apetitosos me negarán el voto insustancial, flatus 6808 22| Chevrière? Hará usted mal en negarla; se entiende, si se trata 6809 6| es muy distinto.~ ~ Todos negaron la probabilidad del aserto.~ ~ - 6810 24| Anita, que no se te ocurra negarte..., sería un desaire...!~ ~ 6811 21| honra para ellos, aunque lo negase el sarraceno de Tomás». 6812 3| el tocador. Dejó caer con negligencia su bata azul con encajes 6813 9| se erguía el tronco de un negrillo, robusto y achaparrado, 6814 28| quiero oscuridad, no quiero negruras, no quiero tristezas.~ ~ 6815 1| sus viviendas viejas y negruzcas, aplastadas, las creían 6816 18| espeso de los altozanos nemorosos; y en las planicies escuetas, 6817 3| sobrios, como los de un Nemrod.~ ~ Don Víctor, al llegar 6818 8| pensando: «Buenas son mis nenas; si alguno se propasa, las 6819 7| para uso propio, un acomodo neorromántico, una pasión verdad, compatible 6820 4| santos, ni de curas, ni de neos, como él decía. Pero San 6821 10| amagó el ataque, te pusiste nerviosilla..., hoy ya ves cómo estás... 6822 4| Era aquélla una educación neutra. A pesar de que Ozores pedía 6823 16| náutica. Si soplaba el Norte y nevaba, solían deslizarse algunos 6824 30| negros, y el piso parecía nevado; y sobre aquellas ruinas 6825 8| que había función, aunque nevase o cayeran rayos; para eso 6826 9| convertía en rizada plata. Una nevatilla (en Vetusta lavandera) picoteaba 6827 25| en rama, preparaban los nidos para los huevos de abril; 6828 15| cuando él te llame, te niegas a casarte, dices que dicen 6829 6| ése?~ ~ -Ese es hijo de... nieto de... que casó con... que 6830 18| Banco, como pajarita de las nieves, saltaba de piedra en piedra, 6831 6| pero al fin es mujer, et nihil humani...~ ~ No sabía lo 6832 3| Víctor Quintanar con un nimbo de luz en torno. Aquél era 6833 8| en amores, su Mentor, su Ninfa Egeria. Padre e hijo se 6834 25| citaba las grandezas de Nínive y de Babilonia, ya perdidas, 6835 24| ya se había acordado de Ninon de Lenclos para justificar 6836 28| tienen alguna utilidad. Nisi utile est id quod facimus, 6837 8| la presión del Marqués, nivelaba todos los tejados «dejando 6838 30| la Regenta, en el caserón nobilísimo de los Ozores.~ ~ Y decían 6839 17| también, elogiando sincera y noblemente la mucha parte buena que 6840 11| eclesiásticos como él, con Nocedal, con Vinader, con Estrada, 6841 16| mezclaban y confundían, que las nociones morales se deslucían, que 6842 22| Víctor? Ya que amistades nocivas le apartaban otra vez del 6843 16| de cristianar; criadas, nodrizas, soldados y enjambres de 6844 9| la sombra de avellanos y nogales, y en la orilla estaba el 6845 11| obispado han de venir velis nolis a comprar lo que necesitan 6846 29| que el vulgo mal hablado nombra a los maridos que toleran 6847 1| noticias del personal: el nombramiento de un Obispo joven, por 6848 12| Obispo? En una época de nombramientos de intriga, de complacencias 6849 14| lado de la Regenta. «En nombrando el ruin de Roma...», habían 6850 12| se atrevían. Se votó y se nombró a Olvido Páez, por la representación 6851 27| permiso de ustedes... In nomine Patris...~ ~ ~ 6852 14| abrigado de los vientos del Nordeste, que son los más fríos en 6853 21| cuentan las horas. «Y bien, lo normal, lo constante, lo que debía 6854 12| de la defensa contra los Normandos.~ ~ El señor de Páez no 6855 10| creía que se trataba de un norteamericano; se lo había dicho Visitación...~ ~ «¿ 6856 11| fraile de allá de Suecia o Noruega, y una joven devota, alemana, 6857 16| problema de Hamlet: to be or not to be. ¿Qué era el más allá? 6858 12| somnolencia un sermón que alguna notabilidad del púlpito vetustense predicaba 6859 3| visita inoportuna no fue notada más que por dos o tres canarios, 6860 3| derramó algunas lágrimas. Notadas que fueron las cuales por 6861 14| luto, como algunas señoras notasen que el Paseo de los curas 6862 30| a Foja, que añadió:~ ~ -Noten ustedes que hoy no han venido 6863 6| servidumbre, la servidumbre del noticierismo cortesano. Mucho más de 6864 8| menos auténticos, pero de notoria antigüedad.~ ~ Era lo único 6865 20| ocultarlo. Era público y notorio. Don Pompeyo era el ateo 6866 7| más algunos panegíricos novelescos de la mujer caída. Creía 6867 14| llamar amor; esto era cosa de novelistas y poetas, y la hipocresía 6868 5| escena. Al cumplirse el novenario de la encerrona, que algo 6869 16| y meterse en casa de su novia en calidad de prometido... 6870 8| Allí se improvisaban los noviazgos, y del salón amarillo habían 6871 5| que las proporciones -los novios aceptables - harían lo mismo. 6872 1| estaba la Colonia, la Vetusta novísima, tirada a cordel, deslumbrante 6873 19| encontrar parecidos entre los nubarrones de la noche y las formas 6874 29| y monótona de la mañana nublada. Un ruido le distrajo, levantó 6875 8| apoyándose en un palo con nudos y ahumado, como el de los 6876 12| cuello muy robusto y abultada nuez. Parecía todo él tiznado, 6877 17| espíritu rutinario que hacía nulas respecto a la perfección 6878 9| explicaba? ¿Quería dar por nulo todo lo que ambos sabían, 6879 22| porque la propia familia tan numerosa tenía apenas lo necesario; 6880 21| núcleo quedaba: era el grupo numeroso y considerable de beatas 6881 13| cual dijo algo en honor del nuncio, y todos hablando, gesticulando, 6882 29| valía la castidad del lecho nupcial, o ex-nupcial mejor dicho, 6883 29| incertidumbre? Estaba antes obcecado; aquella luz no podía ser 6884 2| religioso. «Estaba cansado de Obdulias y Visitaciones. El poco 6885 27| prometido curarme si se le obedece, abandonarme si se le engaña 6886 18| deber era amarle, cuidarle, obedecerle; pero se presentaba el señor 6887 25| no quiero más... ¿No te obedecí ayer...? Basta, por Dios, 6888 30| Me agrada que sea usted obediente...~ ~ Pero cuando se quedaban 6889 20| tresillistas lleno de respeto, obedientes todos, convencidos de que 6890 12| me ponga de punta con el obispillo de levita?~ ~ -Eso no. Lo 6891 11| de protesta, ni una leve objeción en nombre del qué dirán. ¿ 6892 20| eso es pesado». «¿Y qué? -objetaba el americano don Frutos, 6893 20| Iglesia?» A esto hubiera objetado don Pompeyo, si no despreciara 6894 18| presentaron de nuevo ante el objetivo del catalejo que temblaba 6895 26| Marrón foncé...? -objetó Obdulia -, no dice bien... 6896 30| ante la red de tablillas oblicuas, y a través de aquellos 6897 9| la atmósfera que el sol oblicuo teñía de púrpura. Ana siguió 6898 9| la iluminaban los rayos oblicuos del poniente. El camino 6899 27| A qué cosas no estaría obligando la galantería de don Álvaro 6900 20| juramento solemne no me obligara a permanecer en el ostracismo 6901 1| demás familia del sexo débil obligaríanles a imitar en religión, como 6902 30| no me gusta. Hay que obligarla a distraerse.~ ~ Y Frígilis 6903 30| correr en seguida a su casa y obligarle a batirse a muerte acto 6904 13| se sentían muy jóvenes; y obligaron a don Víctor a chocar las 6905 16| suplicar a Quintanar que obligase a su esposa a ver el Don 6906 20| la defensa del alimento obligatorio.~ ~ -Yo creo, con permiso 6907 6| En medio había una mesa oblonga cubierta de bayeta verde 6908 22| hiciesen caldo.~ ~ Y como él obraban todos los defensores teóricos 6909 30| un gabinete, que estaba a obscuras, para llorar a solas.~ ~ 6910 29| salido todavía, es demasiada obscuridad ésta, no deben de ser ni 6911 13| estaba más fino con Anita, la obsequiaba con la distinción con que 6912 13| reían, gritaban ya, se obsequiaban, se alababan mutuamente 6913 16| pretérita, eran perseguidas, obsequiadas, regaladas y hasta aburridas 6914 20| solicitan la presencia de usted, obsequiarle con un banquete... y vamos 6915 25| notar que algunos fieles le observaban, se dejó caer de rodillas 6916 14| elegantes; y los que eran observadores podían notar las señales 6917 5| Eso es; por lo que observamos en los demás.~ ~ -En el 6918 7| todavía - y se complacía en observarle como si se mirase en un 6919 1| empleó el Magistral en su observatorio aquella tarde. Cansado de 6920 11| conquistando poco a poco. Como los observatorios meteorológicos anuncian 6921 6| venerable en voz baja.~ ~ -Observe usted -le respondieron - 6922 8| clava los gemelos. Pero la observo yo; por curiosidad, claro; 6923 13| restreñimientos que le habían tenido obseso y en cama), al ir a rezarle 6924 3| Álvaro Mesía, mientras él se obstinaba en ser de fuego, se quedó 6925 26| de una oposición no muy obstinada, había accedido y aceptaba 6926 26| Fermín. Era necesario para obtener el perdón de Dios que don 6927 15| teología. Fue presbítero, y obtuvo un economato de los buenos, 6928 17| tenía por causa puramente ocasional; no habló de don Álvaro 6929 15| con un poco de tierra. Los ochavos que ganan así los~ ~hijos 6930 13| tú ni ningún calaverilla ochentón como tú me da a mí lecciones 6931 14| sus músculos, en su alma ociosa, molesta como un hormigueo...»~ ~ 6932 1| Aquí descansan desde la octava centuria los señores reyes 6933 13| soledades de materialista en octavo francés, de materialista 6934 18| oficio y la dama se habían ocultado poco a poco entre los árboles, 6935 20| distinta manera. En vano quiso ocultarlas que el rayo amenazaba su 6936 10| Al amo no hay que ocultarle nunca nada -dijo la Regenta 6937 17| y prefiere exagerarlos a ocultarlos, la que calla, como es allí 6938 3| las alas estremeciéndose y ocultaron la cabeza entre la pluma. 6939 16| gusto, y no excitado por las ocultas maniobras del dueño. Saludó 6940 7| malos; pero, aunque se lo ocultase a sí mismo, no las tenía 6941 15| oigo, miserables, no os ocultéis... bien os oigo repartiros 6942 22| tú, hija de perdición, no ocultes debajo del mandil..., eso..., 6943 11| casualidad de que La Cruz Roja ocupa los bajos de la casa contigua 6944 13| cornamenta inverosímil. Ocupábase don Víctor en abrochar un 6945 6| las ocho, la mitad están ocupadas. Alrededor, sentados o en 6946 16| voluntad que se destruía ocupándose con asunto tan miserable 6947 18| imitaré a estas señoras, me ocuparé con la tarea que ellas me 6948 5| Además, las mujeres deben ocuparse en más dulces tareas; las 6949 27| estímulo fuerte, algo que le ocupe la atención con... fuerza...; 6950 24| Dios, Anita, que no se te ocurra negarte..., sería un desaire...!~ ~ 6951 19| yo; las cosas que se le ocurren a una en la soledad, estando 6952 12| asustado con que se le ocurrieran a él estos pensamientos 6953 30| ocurrido, como no se le ocurrieron otras tantas cosas, que 6954 29| no se portaba bien, podía ocurrir el caso, llegar la oportunidad; 6955 10| elocuencia que ya se le ocurriría a su debido tiempo. El caso 6956 15| extravagante. Y entonces volvió a ocurrírsele que en aquel sentimentalismo 6957 22| vano publicaba Cármenes odas y elegías, nadie las leía; 6958 21| algo mejor y más dulce que odiar y perseguir a miserables, 6959 24| delito cometí~ ~ ~ ~para odiarme, ingrata fiera?~ ~ ~ ~Quiera 6960 13| así...~ ~ -Tú sí que le odias a él...~ ~ -Me cargan los 6961 16| de haber pacto alguno que ofenda al decoro; no saldré de 6962 6| apasionamiento; se condenaba, sin ofenderle, a todo innovador, al que 6963 27| voz:~ ~ -No tiene por qué ofenderse.~ ~ Se acostó en el lecho 6964 30| Él acudía al juez si le ofendían, y si no había modo, ventilaba 6965 5| escandalizarte, ni darte por ofendida.~ ~ -De ninguna manera - 6966 8| decían algunos un tanto ofendidos.~ ~ Doña Rufina se encogía 6967 23| de las bromas pesadas y ofensivas!, habían dado con él en 6968 1| en ellos se contemplaba oficiando de pontifical en Toledo 6969 15| Barinaga, era una beata ofidiana, confesaba con don Custodio 6970 13| madera, como los que se ofrecen al público madrileño en 6971 26| pormenores de la gran prueba ofrecida por Ana, don Fermín sintió 6972 27| portado como un grosero no ofreciéndole un asiento en su coche. 6973 15| influencia. Cuando a Fortunato le ofrecieron el obispado de Vetusta, 6974 18| campo, de las cosechas de ogaño y de las nubes de antaño; 6975 1| vulgares, decía ue en vez de oi y otros adefesios.~ ~ Estaba 6976 15| ladrón, un Felipe segundo... Óigalo usted, ¡so pillo!, yo no 6977 17| vanidad intolerable añadiría óigame usted a mí algunos días 6978 25| bien... Así... lo oí yo... ¡Oigámoslo todos! Quiere decirse... 6979 15| para ver a don Santos.~ ~ «¿Oirá algo? Parece imposible...»~ ~ 6980 27| Espera cinco minutos y oirás las campanadas... tristes 6981 1| dos, tres, que ya jamás oirían hablar de resignación, de 6982 21| y mirarse en sus ojos y oírla dulcísimas palabras de una 6983 5| doctor. Don Cayetano podía oírlo todo, pero doña Anuncia 6984 12| el coro y era una delicia oírlos».~ ~ Fortunato era un santo 6985 11| amable que consintiera en oírme esta tarde un momento, mucho 6986 11| los cristianos; que vaya a oírte al sermón y que me deje 6987 18| del Amor Hermoso, con sus ojazos de color de avellana asomados 6988 12| el Paseo de Verano; los ojitos en el suelo; no se habla 6989 19| divertido como hacer pórticos ojivales de marquetería, el preparar 6990 1| mientras se hablaba de cuadros, ojivas, arcos peraltados, dovelas 6991 9| espontánea, desinteresada.~ ~ -¡Olé, salero! ¡Viva tu mare! - 6992 2| pero Ripamilán se detuvo, olfateando, y tendió el cuello en actitud 6993 27| reído sobre todo... Y algo olfateo de la alegría pasada o algo 6994 8| más que verlo, mientras al olfato llegaban mezclados los olores 6995 2| peligrosas. Glocester había olido algo.~ ~ «¿Cómo no se marchaba 6996 5| neblina de incienso bien oliente envolvían su voluptuoso 6997 4| entregaban a Grecia, el Olimpo, el Museo de Pinturas, ella, 6998 25| empezar, cada mochuelo a su olivo.~ ~ Esto fue a la mitad 6999 1| que se ve una vez no se olvida.~ ~ -¡Oh, qué hermoso! - 7000 15| antiguas, tan antiguas y tan olvidadas estaba sintiendo! Oh, para 7001 2| sé. No soy yo de los que olvidan que en boca cerrada no entran 7002 17| esto nuevo en él; solía olvidarla, sobre todo cuando tenía 7003 1| sobrecogían, para vencerlas y olvidarlas se entregaba con furor al 7004 27| para despreciaros, para olvidarlo todo..., pero ya estoy cansado 7005 11| estás más interesado te olvidas del asunto, ¿qué hará él?~ ~ - 7006 19| versos, sin que jamás se le olvidase decir con Góngora:~ ~ ~ ~ 7007 30| sabías también... y las olvidaste... por un cacho de carne 7008 5| que importa es que tú no olvides lo que te digo. Es necesario 7009 11| cosas en la cabeza! Sus olvidos eran dentro de casa, porque 7010 30| divulgar el crimen, propalar el ominoso adulterio, y excitar al 7011 11| sombrero de teja en los ominosos tiempos en que no nos pagaba