Cap.

 1      I|     países. Una vez por semana (y dos a lo sumo) llegaba el correo
 2     II|    picatostes; comiendo, de una a dos de la tarde, puchero y principio,
 3     II|           yendo al Rosario, entre dos luces, a su respectiva parroquia;
 4    III|          Paternidad me va a poner dos letras para que me permitan
 5     IV|         los treinta. Tenía más de dos varas de estatura, y era
 6     IV| donosamente hasta cinco hoyuelos: dos en una mejilla; otro en
 7     IV|           Madrid, donde se detuvo dos meses con su Lucas al trasladarse
 8     VI|         VI -~ ~Habilidades de los dos cónyuges~ ~ Amaba, pues,
 9     VI|           fuente de agua potable; dos burras, en que el matrimonio
10     VI|          de ocho habitaciones y a dos fanegas de tierra, y tasado
11   VIII|         de tres picos~ ~ Eran las dos de una tarde de octubre.~ ~
12   VIII|          de sus nietos), aquellas dos anticuadas prendas, aquella
13   VIII|           que parecía cojo de los dos pies. En cambio (añade la
14   VIII|          repugnante rostro, y con dos manos como dos manojos de
15   VIII|      rostro, y con dos manos como dos manojos de disciplinas,
16     XI|          un chillido.~ ~ -Son las dos y cuarto, -dijo la navarra,
17    XII|        del Abogado Académico y de dos Canónigos de avanzada edad,
18    XII|      seguido de su Secretario, de dos familiares y de dos pajes.~ ~
19    XII|            de dos familiares y de dos pajes.~ ~ Detúvose un rato
20    XII|         Pastor.~ ~ Y, extendiendo dos dedos, bendijo a la señá
21   XIII|           que era muy seco) y los dos Canónigos (a cual más grueso
22   XIII|       diciéndose el Abogado y los dos Canónigos - . ¿Qué pensarán
23     XV|         miráronse afablemente los dos esposos, como muy contentos
24     XV|          En aquel momento sonaron dos fuertes y ejecutivos golpes
25     XV|     levantó el candil, cogido con dos dedos, sin que el más leve
26     XV|           antiguo soldado.~ ~ Los dos esposos se miraron en silencio,
27    XIX|       duendes, para echarme luego dos vasos de vino y mandarme
28     XX|     colgadas en los espaldares de dos o tres sillas puestas alrededor
29     XX|         en el mismo rincón en que dos horas antes lo dejó la navarra...~ ~
30   XXII|    colocolas en los espaldares de dos o tres sillas; encendió
31   XXIV|     figura de águila austriaca de dos cabezas que dice nuestro
32   XXIV|           indudablemente nuestras dos burras se reconocieron y
33    XXV|           Garduña, desperezáronse dos o tres de ellos, y le preguntaron
34  XXVII|           resueltamente entre los dos, y trató de salvar a Toñuelo...~ ~
35  XXVII|         Frasquita, viéndose entre dos fuegos, descargó entonces
36 XXVIII|           López en su mula, y los dos Alguaciles andando, llegaron
37 XXVIII|            Y llamó con el aldabón dos o tres veces.~ ~ Pasó mucho
38 XXVIII|   aplicados sucesivamente por los dos Alguaciles y por el Sr.
39    XXX|               A la sazón tenía ya dos vástagos del arriscado madrileño,
40   XXXI|           de indulgencia aquellas dos mujeres que se consideraban
41   XXXI|       mujeres que se consideraban dos veces rivales, y notaron
42   XXXI|           la una en la otra, como dos hermanos que se reconocen.~ ~
43   XXXI|         llegó a esta su casa hace dos horas, con su sombrero de
44  XXXII|   clavando en el falso Corregidor dos ojos como dos puñales:~ ~ -¡
45  XXXII|          Corregidor dos ojos como dos puñales:~ ~ -¡Te desprecio,
46 XXXIII|     durante algunos momentos, los dos matrimonios repitieron cien
47 XXXIII|          respondió ésta - . Tengo dos testigos de mayor crédito,
48 XXXIII|    podrían subir...~ ~ -¡Ah! ¡Son dos mujeres!... ¡Vaya un testimonio
49 XXXIII|        fidedigno!~ ~ -Tampoco son dos mujeres. Sólo son dos hembras...~ ~ -¡
50 XXXIII|         son dos mujeres. Sólo son dos hembras...~ ~ -¡Peor que
51 XXXIII|             Peor que peor! ¡Serán dos niñas!... Hazme el favor
52 XXXIII|       otra Liviana.~ ~ -¡Nuestras dos burras! Frasquita: ¿te estás
53 XXXIII|     amigas, mientras que nosotros dos ni nos saludamos ni nos
54 XXXIII|        señá Frasquita - , que los dos nos asustamos y salimos
55  XXXVI|           caminaban apareadas las dos burras.~ ~ -El domingo tienes
56  XXXVI|      Canónigos, el Jurisconsulto, dos Priores de frailes y otras
57  XXXVI|      temblando aquella tarde. ¡En dos arrobas de uvas apreció
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