Parte. Capítulo

 1      I.    Pr|     toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido
 2      I.    24|       haberse acomodado en su asiento, dijo:~ ~ -Si gustáis, señores,
 3      I.    28|    cabellos, se acomodó en el asiento de una piedra, y, puestos
 4      I.    34|      el sol, de su estrellado asiento,~ ~ ~ ~Derechos rayos a
 5      I.    37|       la cabecera y principal asiento, puesto que él lo rehusaba,
 6     II.     6|      que respeto de su basa o asiento no es nada; otros hay (y
 7     II.     6|       la inmortalidad al alto asiento,~ ~ ~ ~Do nunca arriba quien
 8     II.    12|      mi alma tienen su propio asiento las tristezas, las desgracias
 9     II.    32|     donde los buenos suben al asiento de la inmortalidad? Si me
10     II.    34|      del carro venía hecho un asiento alto, sobre el cual venía
11     II.    34| puesto, se levantó de su alto asiento el viejo venerable, y puesto
12     II.    36|   Quijote, que no cabía en su asiento, de puro alborotado; de
13     II.    47|  porque no había más de aquel asiento, y no otro servicio en toda
14     II.    63|      y el lugar donde hicimos asiento fue en Argel, como si le
15     II.    67|  dulcísimo fruto las encinas, asiento los troncos de los durísimos
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