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Parte. Capítulo
1 I. 1| con los cincuenta años; era de complexión recia, seco 2 I. 1| el cura de su lugar (que era hombre docto, graduado en 3 I. 1| alguno se le podía comparar, era don Galaor, hermano de Amadís 4 I. 1| condición para todo; que no era caballero melindroso, ni 5 I. 1| modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina 6 I. 1| y descomedidos, él solo era afable y bien criado. Pero, 7 I. 1| aquel ídolo de Mahoma que era todo de oro, según dice 8 I. 1| tenían una gran falta, y era que no tenían celada de 9 I. 1| verdad que para probar si era fuerte y podía estar al 10 I. 1| decía él a sí mesmo) no era razón que caballo de caballero 11 I. 1| caballero andante, y lo que era entonces; pues estaba muy 12 I. 1| rocín, antes de lo que ahora era, que era antes y primero 13 I. 1| de lo que ahora era, que era antes y primero de todos 14 I. 1| caballero andante sin amores era árbol sin hojas y sin fruto 15 I. 1| Dulcinea del Toboso, porque era natural del Toboso; nombre, 16 I. 2| mañana, antes del día, que era uno de los calurosos del 17 I. 2| vino a la memoria que no era armado caballero, y que, 18 I. 2| conocido campo de Montiel». Y era la verdad que por él caminaba. 19 I. 2| venta se le representó que era un castillo con sus cuatro 20 I. 2| Quijote lo que deseaba, que era que algún enano hacía señal 21 I. 2| que, por ser muy gordo, era muy pacífico, el cual, viendo 22 I. 2| sanos de Castilla, aunque él era andaluz, y de los de la 23 I. 2| cuidado de su caballo, porque era la mejor pieza que comía 24 I. 2| con unas cintas verdes, y era menester cortarlas, por 25 I. 2| con la celada puesta, que era la más graciosa y extraña 26 I. 2| mugriento como sus armas; pero era materia de grande risa verle 27 I. 2| Mas lo que más le fatigaba era el no verse armado caballero, 28 I. 3| ventero, que, como está dicho, era un poco socarrón y ya tenía 29 I. 3| pedía y que tal prosupuesto era propio y natural de los 30 I. 3| los autores dellas que no era menester escrebir una cosa 31 I. 3| quien los curase, si ya no era que tenían algún sabio encantador 32 I. 3| ancas del caballo, como que era otra cosa de más importancia; 33 I. 3| el novel caballero hacía era bien visto de todos. Antojósele 34 I. 3| ya les había dicho como era loco, y que por loco se 35 I. 3| que el señor del castillo era un follón y mal nacido caballero, 36 I. 3| restaba de hacer tampoco era necesaria; que todo el toque 37 I. 3| llamaba la Tolosa, y que era hija de un remendón natural 38 I. 3| llamaba la Molinera y que era hija de un honrado molinero 39 I. 4| labrador vecino suyo, que era pobre y con hijos, pero 40 I. 4| edad de quince años, que era el que las voces daba, y 41 I. 4| pedía, y uno dellos, que era un poco burlón y muy mucho 42 I. 4| pareciéndole que aquélla era propia desgracia de caballeros 43 I. 4| falta de su caballo; y no era posible levantarse, según 44 I. 5| su ordinario remedio, que era pensar en algún paso de 45 I. 5| y le preguntó que quién era y qué mal sentía, que tan 46 I. 5| creyó, sin duda, que aquél era el marqués de Mantua, su 47 I. 5| maese Nicolás -que éste era el nombre del barbero - , 48 I. 5| del cansancio decía que era sangre de las feridas que 49 I. 5| diciendo que aquella agua era una preciosísima bebida 50 I. 5| ninguna; y él dijo que todo era molimiento, por haber dado 51 I. 5| y le dejasen dormir, que era lo que más le importaba. 52 I. 6| Lo mismo dijo el Ama: tal era la gana que las dos tenían 53 I. 6| alegría ejecutaba lo que le era mandado.~ ~ -Éste es El 54 I. 6| acertada, por entender que era el Cura tan buen cristiano 55 I. 6| abriendo otro libro, vio que era Palmerín de Oliva, y junto 56 I. 6| tomó gana de ver de quién era, y vio que decía: Historia 57 I. 6| Y abriendo uno, vio que era La Diana de Jorge de Montemayor, 58 I. 7| el mesmo diablo.~ ~ -No era diablo -replicó la Sobrina - , 59 I. 7| necesidad tenía el mundo era de caballeros andantes y 60 I. 7| lo que viese que más le era menester; sobre todo, le 61 I. 8| decía don Quijote que no era posible dejar de hallarse 62 I. 8| Díjole Sancho que mirase que era hora de comer. Respondióle 63 I. 8| el coche acompañaban, que era vizcaíno, el cual, viendo 64 I. 9| valle en valle; que si no era que algún follón, o algún 65 I. 9| tierra y al abismo: tal era el denuedo y continente 66 I. 10| andantes comiesen, si no era acaso y en algunos suntuosos 67 I. 10| vez que esto le sucedía era hacer un acto posesivo que 68 I. 11| para servirle la copa, que era hecha de cuerno. Viéndole 69 I. 11| cosas comunes; a nadie le era necesario para alcanzar 70 I. 11| inclemencias del cielo. Todo era paz entonces, todo amistad, 71 I. 11| llegó el que le tañía, que era un mozo de hasta veinte 72 I. 12| Pedro le dijese qué muerto era aquél y qué pastora aquélla; 73 I. 12| respondió que lo que sabía era que el muerto era un hijodalgo 74 I. 12| sabía era que el muerto era un hijodalgo rico, vecino 75 I. 12| mudanza. Ya en este tiempo era muerto el padre de nuestro 76 I. 12| que todo lo merecía: que era muy buen compañero y caritativo 77 I. 12| y de los mejores dellos, era rogado, solicitado e importunado 78 I. 13| Preguntóles don Quijote qué era lo que habían oído de Marcela 79 I. 13| Vivaldo a don Quijote qué era la ocasión que le movía 80 I. 13| ver qué género de locura era el suyo, le tornó a preguntar 81 I. 13| enterarse los caminantes que era don Quijote falto de juicio, 82 I. 13| conocimiento della. Y Vivaldo, que era persona muy discreta y de 83 I. 13| cuantas bien le parecían era condición natural, a quien 84 I. 13| que cuanto su amo decía era verdad, sabiendo él quién 85 I. 13| verdad, sabiendo él quién era y habiéndole conocido desde 86 I. 13| y en lo que dudaba algo era en creer aquello de la linda 87 I. 14| intención, le dije yo que la mía era vivir en perpetua soledad, 88 I. 14| ladrones malandrines, de quien era fama que todas estaban llenas. 89 I. 15| acertó a hallarse don Quijote era muy a propósito de los yangüeses. 90 I. 15| castillo. Porfiaba Sancho que era venta, y su amo que no, 91 I. 16| Sancho le respondió que no era nada, sino que había dado 92 I. 16| trato, porque naturalmente era caritativa y se dolía de 93 I. 16| nuestro don Quijote. Y aunque era de las enjalmas y mantas 94 I. 16| gordos y famosos, porque era uno de los ricos harrieros 95 I. 16| y aun quieren decir que era algo pariente suyo. Fuera 96 I. 16| que la hija del ventero lo era del señor del castillo, 97 I. 16| la camisa, y, aunque ella era de harpillera, a él le pareció 98 I. 16| que aquí van puestos. Y era tanta la ceguedad del pobre 99 I. 16| cabo a rabo. El lecho, que era un poco endeble y de no 100 I. 16| que su amo venía, y que era de condición terrible, toda 101 I. 16| sin duda, que ella sola era la ocasión de toda aquella 102 I. 17| que, por su mal, pensó que era castillo~ ~ Había ya vuelto 103 I. 17| a ver el que pensaba que era muerto; y así como le vio 104 I. 17| y lo que él pensaba que era sangre no era sino sudor 105 I. 17| pensaba que era sangre no era sino sudor que sudaba, con 106 I. 17| quedaba en la olla, que no era poca cantidad. Concedióselo 107 I. 17| bien y verdaderamente que era llegada su última hora; 108 I. 17| tiempo que allí se tardaba era quitarsele al mundo y a 109 I. 17| en verdad que pensé que era castillo, y no malo; pero 110 I. 17| caballero andante, como era, la mesma regla y razón 111 I. 17| ojos y vieron que el techo era algo más bajo de lo que 112 I. 17| conoció que el que gritaba era su escudero; y, volviendo 113 I. 17| al primer trago vio que era agua, no quiso pasar adelante, 114 I. 18| don Quijote, y vio que así era la verdad; y, alegrándose 115 I. 18| hablaba, pensaba o hacía era encaminado a cosas semejantes; 116 I. 18| ovejas y carneros.~ ~ Y así era la verdad, porque ya llegaban 117 I. 18| que a él le parecía que era bastante, llegó otra almendra 118 I. 18| color, sabor y olor, que no era sangre, sino el bálsamo 119 I. 18| movido de junto a su amo (tal era de leal y bien acondicionado), 120 I. 18| el que ayer mantearon, ¿era otro que el hijo de mi padre? 121 I. 18| y justos.~ ~ -Más bueno era vuestra merced -dijo Sancho - 122 I. 19| no había de bueno en ello era que perecían de hambre; 123 I. 19| Sancho que, pues aquel camino era real, a una o dos leguas, 124 I. 19| distintamente vieron lo que era, porque descubrieron hasta 125 I. 19| imaginación al vivo que aquélla era una de las aventuras de 126 I. 19| sois todos en batalla.~ ~ Era la mula asombradiza, y al 127 I. 19| revolviéndose por los demás, era cosa de ver con la presteza 128 I. 19| orgulloso. Todos los encamisados era gente medrosa y sin armas, 129 I. 19| todos pensaron que aquél no era hombre, sino diablo del 130 I. 19| aunque denantes dije que yo era licenciado, no soy sino 131 I. 20| Sancho, que naturalmente era medroso y de poco ánimo. 132 I. 20| fuera el de don Quijote. Era la noche, como se ha dicho, 133 I. 20| ciencia que aprendí cuando era pastor, no debe de haber 134 I. 20| apartar dél un dedo: tal era el miedo que tenía a los 135 I. 20| ya comienzo. Érase que se era, el bien que viniere para 136 I. 20| pastora llamada Torralba era hija de un ganadero rico; 137 I. 20| Torralba la pastora, que era una moza rolliza, zahareña, 138 I. 20| este cuento me dijo que era tan cierto y verdadero, 139 I. 20| quedaba por decir, y a fe que era de mucha virtud y contento.~ ~ -¿ 140 I. 20| pudiera hacer por él; mas era tanto el miedo que había 141 I. 20| que tenía gana, tampoco era posible; y así, lo que hizo, 142 I. 20| Hecho esto (que él pensó que era lo más que tenía que hacer 143 I. 20| libre, aunque él de suyo no era nada brioso, parece que 144 I. 20| buena señal y creyó que lo era de que acometiese aquella 145 I. 20| Cuando don Quijote vio lo que era, enmudeció y pasmóse de 146 I. 21| caballero que don Quijote veía era esto: que en aquel contorno 147 I. 21| la cara a mirallos: tal era el aborrecimiento que les 148 I. 21| pequeño, que decían que era muy grande, un hombre le 149 I. 21| que no parecía sino que era su rabo. Pregunté que cómo 150 I. 21| dél. Respondiéronme que era su caballerizo, y que era 151 I. 21| era su caballerizo, y que era uso de grandes llevar tras 152 I. 22| respondió el galeote.~ ~ El cual era un mozo de hasta edad de 153 I. 22| cuatro años, y dijo que era natural de Piedrahita. Lo 154 I. 22| y confesó su delito, que era ser cuatrero, que es ser 155 I. 22| don Quijote al cuarto, que era un hombre de venerable rostro, 156 I. 22| ello: que toda mi intención era que todo el mundo se holgase 157 I. 22| dijo una de las guardas que era muy grande hablador y muy 158 I. 22| los otros juntos, y que era tan atrevido y tan grande 159 I. 22| no le maltratase, pues no era mucho que quien llevaba 160 I. 22| y avínole bien; que éste era el de la escopeta. Las demás 161 I. 22| cuestas.~ ~ Pasamonte, que no era nada bien sufrido, estando 162 I. 22| enterado que don Quijote no era muy cuerdo, pues tal disparate 163 I. 23| por venir, Ginés, que ni era ni agradecido ni bien intencionado, 164 I. 23| que Rocinante quería, que era por donde él podía caminar, 165 I. 23| pudo seguille, porque no era dado a la debilidad de Rocinante 166 I. 23| imaginó don Quijote que aquél era el dueño del cojín y de 167 I. 23| sospecha de que aquel que huía era el dueño de la mula y del 168 I. 23| cabrero que las guardaba, que era un hombre anciano. Diole 169 I. 23| cual parte desta sierra era la más áspera y escondida; 170 I. 23| escondida; dijímosle que era esta donde ahora estamos, 171 I. 23| nos dieron a entender que era el que buscábamos. Saludónos 172 I. 23| Rogámosle que nos dijese quién era; mas nunca lo pudimos acabar 173 I. 23| Porque, como tengo dicho, era un muy gentil y agraciado 174 I. 23| escuchábamos, su gentileza era tanta, que bastaba a darse 175 I. 23| más deseo de saber quién era el desdichado loco, y propuso 176 I. 23| cuanto más de lejos. Su traje era cual se ha pintado, sólo 177 I. 23| pedazos que sobre sí traía era de ámbar; por donde acabó 178 I. 24| Dice la historia que era grandísima la atención con 179 I. 24| voluntad y gusto suyo, no era Luscinda mujer para tomarse 180 I. 24| en ella se le pedía, que era que me enviase luego donde 181 I. 24| ella los tenía muy ricos, y era tan hermosa, recatada, discreta 182 I. 24| esposo; porque de otra manera era procurar lo imposible. Yo, 183 I. 24| recibióle mi padre como quien era, vi yo luego a Luscinda, 184 I. 24| caballerías en que leer, de quien era ella muy aficionada, que 185 I. 24| ella muy aficionada, que era el de Amadís de Gaula...~ ~ 186 I. 24| merced de la señora Luscinda era aficionada a libros de caballerías, 187 I. 24| no lo había oído, que no era suya la culpa. Replicó Sancho 188 I. 24| primero le había dicho, que era no saber de cierto su manida; 189 I. 25| pasara con ello, pues no era su juez, bien creo yo que 190 I. 25| y cuán principal señora era la reina Madásima, yo sé 191 I. 25| Reina; pero pensar que ella era su amiga es disparate, digno 192 I. 25| decir y pensar que ella era su manceba; y mienten, digo 193 I. 25| no lo estaba su amo, que era yo, cuando Dios quería. 194 I. 25| el tiempo que yo aún no era su escudero. Pero bien considerado, ¿ 195 I. 25| Cuanto más, que para mí no era menester nada deso, y, como 196 I. 26| jamás resuelto en ello; y era que cuál sería mejor y le 197 I. 26| maravilla, pues, al fin, era encantado, y no le podía 198 I. 26| podía matar nadie si no era metiéndole un alfiler de 199 I. 26| si él entendió que esto era verdad y que su dama le 200 I. 26| lo que le fatigaba mucho era no hallar por allí otro 201 I. 26| había grandes días que todo era fiambre.~ ~ Esta necesidad 202 I. 26| y en cierta cosa que le era de mucha importancia, la 203 I. 26| Dulcinea del Toboso, que era la hija de Lorenzo Corchuelo, 204 I. 26| libro de memoria, y que era orden de su señor que la 205 I. 26| tres pollinos, que cada uno era como un castillo?~ ~ -¿Cómo 206 I. 26| libranza en papel, como era uso y costumbre, porque 207 I. 26| concertado entre los dos, y era cosa muy fácil venir a serlo, 208 I. 26| fácil venir a serlo, según era el valor de su persona y 209 I. 26| nada la conciencia, mejor era dejarle en él, y a ellos 210 I. 26| contingente y muy agible era venir con el discurso del 211 I. 26| que lo que había pensado era que él se vestiría en hábito 212 I. 26| don que le pensaba pedir era que se viniese con ella 213 I. 27| la ventera en que el loco era su huésped el del bálsamo 214 I. 27| encasquetóse su sombrero, que era tan grande, que le podía 215 I. 27| aquella que, como se ha dicho, era hecha de la cola de un buey 216 I. 27| tan cristiano negocio como era el que habían emprendido. 217 I. 27| que trocasen trajes, pues era más justo que él fuese la 218 I. 27| que, maguer que tonto, era un poco codicioso el mancebo.~ ~ 219 I. 27| reconociéndole, les dijo como aquélla era la entrada, y que bien se 220 I. 27| bien se podían vestir, si era que aquello hacía al caso 221 I. 27| y vestirse de aquel modo era toda la importancia para 222 I. 27| viniese a ver con ella, que era cosa que le importaba mucho; 223 I. 27| el día que allí llegaron, era de los del mes de Agosto, 224 I. 27| parecerles que aquél no era lugar donde pudiese haber 225 I. 27| acordaron de saber quién era el triste tan extremado 226 I. 27| improviso llegaron. El Cura, que era hombre bien hablado, como 227 I. 27| allí no la perdiese, que era la desdicha mayor de las 228 I. 27| el padre de Luscinda, que era en que mi padre se la pidiese, 229 I. 27| Fernando que mi presencia le era inconveniente para poner 230 I. 27| sospechas o temores. Todo era engrandecer yo mi ventura, 231 I. 27| extendía mi desenvoltura era a tomarle, casi por fuerza, 232 I. 27| Llegué al lugar donde era enviado; di las cartas al 233 I. 27| Luscinda, porque la letra dél era suya. Abríla temeroso y 234 I. 27| hermosura merecían, y como quien era la perfeción de la gala 235 I. 27| desculpaba, diciendo que no era mucho que una doncella recogida 236 I. 27| puesto que ella dijera que yo era su esposo, vieran ellos 237 I. 27| ganaderos que hacia dónde era lo más áspero destas sierras. 238 I. 28| por parecerles, como ello era, que allí junto las decían, 239 I. 28| el que parecía labrador era mujer, y delicada, y aun 240 I. 28| más deseo de saber quién era ponía a los tres que la 241 I. 28| nobleza que ellos se preciaban era de tenerme a mí por hija; 242 I. 28| padres y aficionados, yo era una de las más regaladas 243 I. 28| padres jamás regalaron. Era el espejo en que se miraban, 244 I. 28| Y del mismo modo que yo era señora de sus ánimos, ansí 245 I. 28| señora de sus ánimos, ansí lo era de su hacienda: por mí se 246 I. 28| tiene, tenía yo la cuenta, y era la mayordoma y señora, con 247 I. 28| del espíritu. Ésta, pues, era la vida que yo tenía en 248 I. 28| los días que iba a misa era tan de mañana, y tan acompañada 249 I. 28| labradora, imaginando quién ella era; la cual, sin advertir en 250 I. 28| dejado bueno la fortuna, era el ánimo que tenía para 251 I. 28| cegase mi hermosura, tal cual era, pues no era bastante para 252 I. 28| hermosura, tal cual era, pues no era bastante para hallar en 253 I. 28| industria de mi doncella, que era la misma que allí le había 254 I. 28| aún no me determinaba si era bien o mal el que me había 255 I. 28| verme otras noches, pues ya era suya, hasta que, cuando 256 I. 28| caza, ejercicio de que él era muy aficionado.~ ~ Estos 257 I. 28| casa de los labradores, que era criado de mi padre, al cual 258 I. 28| don Fernando, porque lo era de Cardenio que, a lo que 259 I. 28| lo que el hombre me dijo, era un caballero muy principal, 260 I. 28| contó a sus padres cómo ella era verdadera esposa de aquel 261 I. 28| no le viesen. Esto todo era público y notorio en toda 262 I. 28| caer en la cuenta de que era cristiano, y que estaba 263 I. 28| conocimiento de que yo no era varón, y nació en él el 264 I. 29| padre, y de ver cuán de poco era el que le nombraba, porque 265 I. 29| dicho, Luscinda dijo que era su esposa. Soy el desdichado 266 I. 29| conocieron que el que las daba era Sancho Panza, que, por no 267 I. 29| obligado, ni aun arzobispo, que era lo menos que podía ser: 268 I. 29| Panza, por parecerle (como era así verdad) que en todos 269 I. 29| grande ahínco le dijese quién era aquella tan fermosa señora, 270 I. 29| tan fermosa señora, y qué era lo que buscaba por aquellos 271 I. 29| tenido, y el Cura, porque no era menester por entonces su 272 I. 29| informada de Sancho que aquél era don Quijote, dio del azote 273 I. 29| don Quijote, que en todo era comedido y cortés caballero, 274 I. 29| el pensar que aquel reino era en tierra de negros, y que 275 I. 29| ellos; pero el Cura, que era gran tracista, imaginó luego 276 I. 29| la mula, que, en efeto, era de alquiler, que para decir 277 I. 29| alquiler, que para decir que era mala esto basta, alzó un 278 I. 29| unas palabras, que dijo que era cierto ensalmo apropiado 279 I. 30| mirase lo que hacía, y que era pecado darles libertad, 280 I. 30| barbero, que a su cuenta era el yelmo de Mambrino, llevaba 281 I. 30| galeotes.~ ~ Dorotea, que era discreta y de gran donaire, 282 I. 30| luego me dio el alma que era el mesmo que venía a buscar.~ ~ - 283 I. 30| llegó cerca les pareció que era gitano; pero Sancho Panza, 284 I. 30| hombre, cuando conoció que era Ginés de Pasamonte, y por 285 I. 30| ovillo de su asno, como era la verdad, pues era el rucio 286 I. 30| como era la verdad, pues era el rucio sobre que Pasamonte 287 I. 31| miraste, amigo, el trigo ¿era candeal, o trechel?~ ~ - 288 I. 31| candeal, o trechel?~ ~ -No era sino rubión -respondió Sancho.~ ~ - 289 I. 31| marras; díjome que sí, y que era un hombre muy de bien. También 290 I. 31| despedí: y aun, por más señas, era el queso ovejuno.~ ~ -Es 291 I. 31| que él sabía que Dulcinea era una labradora del Toboso, 292 I. 31| villano, que después supe que era amo suyo; y, así como yo 293 I. 31| zafio que le azotaba porque era su criado, y que ciertos 294 I. 31| Preguntóle Dorotea qué era lo que hacer quería. Él 295 I. 32| que se la diese; que ya no era menester más usar de aquella 296 I. 32| libro que abrió vio que era Don Cirongilio de Tracia; 297 I. 32| jardines tan lindos que era maravilla; y luego la sierpe 298 I. 33| costumbres; todo lo cual era bastante causa a que los 299 I. 33| es verdad que el Anselmo era algo más inclinado a los 300 I. 33| que así, le suplicaba, si era lícito que tal término de 301 I. 33| por cierto; sólo Lotario era éste, que con toda solicitud 302 I. 33| nadie pudiera entender que era fingida. Fuese Anselmo, 303 I. 33| caballeros armados: mirad si era razón que le temiera Lotario. 304 I. 33| respuestas de Camila todo era ficción y mentira. Y para 305 I. 33| mentira. Y para ver si esto era ansí, salió del aposento 306 I. 33| como para mayores cuidados era bastante. Anselmo le replicó 307 I. 33| Anselmo le replicó que aquél era su gusto, y que no tenía 308 I. 33| compostura de su persona era tanta, que ponía freno a 309 I. 33| y consideraba cuán digna era de ser amada; y esta consideración 310 I. 34| Finalmente, a él le pareció que era menester, en el espacio 311 I. 34| que faltaba en ella, que era lo que en menos tenía y 312 I. 34| pues le alabó, y dijo que era demasiadamente cruel la 313 I. 34| encaminaban, y que ella era la verdadera Clori, le rogó 314 I. 34| ausencia de mi señor? Y era forzoso que en ella se concluyese 315 I. 34| sus virtudes cuán digno era Lotario de ser amado. Pues 316 I. 34| turbó Camila, temiendo que era aquél camino por donde su 317 I. 34| el proceder de su ama no era el que solía, atrevióse 318 I. 34| cual, sin conocer quién era, pensó primero que debía 319 I. 34| aun se acordó si Leonela era en el mundo: sólo creyó 320 I. 34| fácil y ligera con él, lo era para otro; que estas añadiduras 321 I. 34| verdad, ha sido por ver si era algún liviano antojo suyo, 322 I. 34| repuesto de tus alhajas -y era la verdad que allí le solía 323 I. 34| decía creyó Lotario que era artificio para desmentille 324 I. 34| hombre que había visto salir era de Leonela, y no suyo; pero 325 I. 34| faltaba el juicio, y que no era mujer delicada, sino un 326 I. 34| lo que había visto y oído era bastante satisfación para 327 I. 34| las que te pregunto.~ ~ No era tan ignorante Lotario, que 328 I. 34| conmigo tan inhumana, no era posible dejar de serlo contigo, 329 I. 34| sangre a su señora, que no era más de aquello que bastó 330 I. 34| porque, sin duda, la herida era ligera, pues quedaban de 331 I. 35| Estaba en camisa, la cual no era tan cumplida, que por delante 332 I. 35| colorado grasiento, que era del ventero; en el brazo 333 I. 35| un jumento, diciendo que era caballero aventurero (que 334 I. 35| cintura; y que si no parecía, era porque todo cuanto en aquella 335 I. 35| cuanto en aquella casa pasaba era por vía de encantamento, 336 I. 35| manera, por mil maneras era Anselmo el fabricador de 337 I. 35| deshonra, creyendo que lo era de su gusto. En esto, el 338 I. 35| creyendo verdaderamente, y era de creer, que Leonela había 339 I. 35| un monesterio, en quien era priora una su hermana. Consintió 340 I. 35| su desgracia, y en que no era Leonela la causa de su desventura; 341 I. 35| de los dos, que dicen que era tanta, que los llamaban 342 I. 35| Viendo el señor de casa que era ya tarde y que Anselmo no 343 I. 36| deseoso de saber qué gente era aquella que con tal traje 344 I. 36| abrazada ansimesmo la tenía era su esposo don Fernando; 345 I. 36| conoció don Fernando, que era el que estaba abrazado con 346 I. 36| de tener a Luscinda, que era la que procuraba soltarse 347 I. 36| desmayada, y, creyendo que era su Luscinda, salió del aposento 348 I. 36| conocimiento de quién ella era; que, viendo que don Fernando 349 I. 36| voz, y asegurándose que él era con la vista, casi fuera 350 I. 36| duda ellos creían que lo era, lo que en sus razones había 351 I. 36| los lazos inremediables era suma cordura, forzándose 352 I. 36| sino por ver que Dorotea no era, como él pensaba, la reina 353 I. 36| cuento más tiempo: tanta era la gracia con que Dorotea 354 I. 36| aquella venta, que para él era haber llegado al cielo, 355 I. 37| podía asegurar Dorotea si era soñado el bien que poseía; 356 I. 37| jubilaba y se contentaba era la ventera, por la promesa 357 I. 37| Sancho, como ya se ha dicho, era el afligido, el desventurado 358 I. 37| su disignio adelante, que era menester inventar y hallar 359 I. 37| entiendo que corté a un gigante era la puta que te parió, con 360 I. 37| hombros a los pies la cubría. Era el hombre de robusto y agraciado 361 I. 37| por ver que aquella sazón era más para procurarles descanso 362 I. 37| podría igualar al de las dos, era el de la mora, y aun hubo 363 I. 37| señora Micómicona, pues él era su aguardador. Luego se 364 I. 39| cumpliría su gusto, y que el mío era seguir el ejercicio de las 365 I. 39| esperar ser combatidos: tanto era el miedo que habían cobrado 366 I. 39| llamaba La Presa, de quien era capitán un hijo de aquel 367 I. 39| en la presa de La Presa. Era tan cruel el hijo de Barbarroja, 368 I. 39| su ánima al infierno: tal era, como he dicho, la crueldad 369 I. 39| fuerzas, contra tanto como era el de los enemigos? Y ¿cómo 370 I. 40| renegado tiñoso, porque lo era, y es costumbre entre los 371 I. 40| que hay en aquel señorío. Era calabrés de nación, y moralmente 372 I. 40| mío, sino por ver si me era más favorable la suerte 373 I. 40| pequeño trabajo.~ ~ Yo, pues, era uno de los de rescate; que, 374 I. 40| rescate; que, como se supo que era capitán, puesto que dije 375 I. 40| cautiva en aquella casa, y era la que el bien nos hacía; 376 I. 40| entretenimiento desde allí adelante era mirar y tener por norte 377 I. 40| no entendía el arábigo, era grande el deseo que teníamos 378 I. 40| con que venían, el cual era de quedarse en tierra de 379 I. 40| los renegados que he dicho era este mi amigo, el cual tenía 380 I. 40| le acreditábamos cuanto era posible; y si los moros 381 I. 40| decía así:~ ~ «Cuando yo era niña, tenía mi padre una 382 I. 40| Mirad, señores, si era razón que las razones deste 383 I. 40| y así, nos rogó que si era verdad lo que sospechaba, 384 I. 40| lo que tanto deseaba, que era reducirse al gremio de la 385 I. 40| toda su hacienda, y que era común opinión en toda la 386 I. 40| que ella y no otra alguna era la que había de dar medio 387 I. 40| que se podía y debía hacer era que el dinero que se había 388 I. 40| todos, que estando libres, era facilísima cosa aun embarcarse 389 I. 40| dificultad que se ofrecía mayor era que los moros no consienten 390 I. 40| callado. Finalmente, mi amo era tan caviloso, que en ninguna 391 I. 41| me dijo, y decille que él era el que por orden mía le 392 I. 41| faltaba hacer otra, que era la que más me convenía: 393 I. 41| la que más me convenía: y era la de avisar a Zoraida en 394 I. 41| aquel su jardín, y de quién era. Respondíle que era esclavo 395 I. 41| quién era. Respondíle que era esclavo de Arnaute Mamí ( 396 I. 41| sabía yo por muy cierto que era un grandísimo amigo suyo), 397 I. 41| por el consiguiente, si era hombre de rescate o no, 398 I. 41| españoles, de todo lo cual era señora esta que ahora lo 399 I. 41| padre en su lengua como yo era cautivo de su amigo Arnaute 400 I. 41| tengo dicho me preguntó si era caballero, y qué era la 401 I. 41| si era caballero, y qué era la causa que no me rescataba. 402 I. 41| tú te fueses, o porque ya era hora que buscases tus yerbas.~ ~ 403 I. 41| llegando a nosotros. Esto era ya a tiempo que la ciudad 404 I. 41| qué nos deteníamos: que ya era hora, y que todos sus moros 405 I. 41| que lo que más importaba era rendir primero el bajel, 406 I. 41| dijo; y yo respondí que era muy contento; pero él respondió 407 I. 41| que lo que se podría hacer era darles libertad en llegando 408 I. 41| que bogaban dijeron que no era aquél tiempo de tomar reposo 409 I. 41| a nuestras manos, y qué era lo que venía dentro. A lo 410 I. 41| dejallos en aquel lugar, que era despoblado. No fueron tan 411 I. 41| hurto; mas el capitán, que era el que había despojado a 412 I. 41| acabábamos de creer que era tierra de cristianos la 413 I. 41| que a mí más me fatigaba era el ver ir a pie a Zoraida 414 I. 41| venir luego a ver lo que era, acordamos que el renegado 415 I. 42| echó de ver el Oidor que era gente principal toda la 416 I. 42| el Oidor que su hija, que era la doncella, se fuese con 417 I. 42| y barruntos de que aquél era su hermano, preguntó a uno 418 I. 42| y si sabía de qué tierra era. El criado le respondió 419 I. 42| que había oído decir que era de un lugar de las Montañas 420 I. 42| de confirmar de que aquél era su hermano, que había seguido 421 I. 42| certificándoles que aquel oidor era su hermano. Habíale dicho 422 I. 42| también como aquella doncella era su hija, de cuyo parto había 423 I. 42| algunos años; la cual camarada era uno de los valientes soldados 424 I. 42| Rui Pérez de Viedma, y era natural de un lugar de las 425 I. 42| Nadie podía imaginar quién era la persona que tan bien 426 I. 42| que tan bien cantaba, y era una voz sola, sin que la 427 I. 42| entendió que lo que se cantaba era esto:~ ~ ~ ~ 428 I. 43| me podía hacer por ahora era tenerme cerrados los ojos 429 I. 43| le volvió a preguntar qué era lo que le quería decir denantes. 430 I. 43| las señas que me hacía, era una de juntarse la una mano 431 I. 43| sin dalle otro favor si no era, cuando estaba mi padre 432 I. 43| como él se imaginaba que era aquella venta; y luego en 433 I. 43| señor; y, como, en fin, era de carne, aunque parecía 434 I. 43| pies besaba la tierra, que era en su perjuicio, porque, 435 I. 44| admiración, diciéndoles que era don Quijote, y que no había 436 I. 44| asido, y luego conoció que era criado de su padre, de que 437 I. 44| más particularmente quién era, y aun de ayudarle si alguna 438 I. 44| la puerta de la venta, y era la causa dellas que dos 439 I. 44| se había estrenado, que era señora de un escudo.~ ~ 440 I. 45| del humor de don Quijote era todo esto materia de grandísima 441 I. 45| el que más se desesperaba era el barbero, cuya bacía allí 442 I. 45| en secreto declarasen si era albarda o jaez aquella joya 443 I. 45| Hermandad.~ ~ El ventero, que era de la cuadrilla, entró al 444 I. 45| de modo que toda la venta era llantos, voces, gritos, 445 I. 45| señores, que este castillo era encantado, y que alguna 446 I. 45| criados de don Luis quién él era y cómo era su gusto que 447 I. 45| Luis quién él era y cómo era su gusto que don Luis se 448 I. 45| leer de espacio, porque no era buen lector, a cada palabra 449 I. 45| halló que, sin duda alguna, era el que el mandamiento rezaba. 450 I. 45| mandamiento el Cura y vio como era verdad cuanto el cuadrillero 451 I. 46| cuadrilleros como don Quijote era falto de juicio, como lo 452 I. 46| hacer lo que por su mayor le era mandado; y que una vez preso, 453 I. 46| de Sancho Dorotea, porque era verdad que su esposo don 454 I. 46| aquella desenvoltura más era de dama cortesana que de 455 I. 46| Desearon saber todos qué era aquello de la manta, y el 456 I. 46| le asegurara su amo que era encantamento; puesto que 457 I. 46| y pareciéndoles que ya era tiempo de partirse, dieron 458 I. 46| estuvieron por creer que era verdad lo que oían.~ ~ Quedó 459 I. 47| Y la orden que llevaban era ésta: iba primero el carro, 460 I. 47| venían, que, en resolución, era canónigo de Toledo y señor 461 I. 47| ellos una cosa buena; que era el sujeto que ofrecían para 462 I. 48| el lugar que yo dije que era bueno para que, sesteando 463 I. 49| volandas. -Y que, pues esto era así, bien podían soltalle, 464 I. 49| lo menos, si no lo eran, era razón que lo fuesen, y era 465 I. 49| era razón que lo fuesen, y era como una religión de las 466 I. 51| rico el ser honrado, más lo era él por la virtud que tenía 467 I. 51| dichoso, según él decía, era tener una hija de tan extremada 468 I. 51| el padre conocía quien yo era, el ser natural del mismo 469 I. 51| los dos éramos iguales, era bien dejar a la voluntad 470 I. 51| conocían, y decía que su padre era su brazo, su linaje sus 471 I. 51| todo el universo mundo, que era Nápoles; y que ella, mal 472 I. 52| modo de diciplinantes.~ ~ Era el caso que aquel año habían 473 I. 52| haber visto, se imaginó que era cosa de aventura, y que 474 I. 52| diese otro palo, porque era un pobre caballero encantado, 475 I. 52| razones, cuenta de quién era don Quijote, y así él como 476 II. Pr| podenco? ¿No viste, cruel, que era podenco mi perro?~ ~ Y repitiéndole 477 II. 1| el propósito primero, que era de no tocarle en cosa de 478 II. 1| la sanidad de don Quijote era falsa o verdadera, y así, 479 II. 1| preguntó a don Quijote cuál era la advertencia de la prevención 480 II. 1| la prevención que decía era bien se hiciese; quizá podría 481 II. 1| allí por falto de juicio. Era graduado en Cánones por 482 II. 1| del retor de la casa si era verdad lo que aquel licenciado 483 II. 1| que en su desgracia tenía era su mucha hacienda, pues 484 II. 1| preguntó a grandes voces quién era el que se iba sano y cuerdo. 485 II. 1| vi a Amadís de Gaula, que era un hombre alto de cuerpo, 486 II. 1| cupiese, claro está que no era desmesurada su grandeza.~ ~ - 487 II. 1| me atrevo a decir que era ancho de rostro, de color 488 II. 2| cómo -dijo Sancho - si era sabio y encantador, pues ( 489 II. 3| desconsolóle pensar que su autor era moro, según aquel nombre 490 II. 3| recibió con mucha cortesía.~ ~ Era el bachiller, aunque se 491 II. 3| y tan mal parecido, que era menester que con letras 492 II. 4| el cual le respondió que era su parecer que fuese al 493 II. 4| a causa que su vida no era suya, sino de todos aquellos 494 II. 4| rogó al Bachiller que, si era poeta, le hiciese merced 495 II. 4| respondió que puesto que él no era de los famosos poetas que 496 II. 6| mal pensamiento; pero todo era predicar en desierto y majar 497 II. 6| respondió Sancho Panza que él era; y apenas le hubo conocido 498 II. 7| su señor, nunca creyó que era tan gracioso como allí le 499 II. 7| Carrasco, que por entonces era su oráculo, se ordenó que 500 II. 8| que se podía dudar si lo era o no; la cual, viendo que 501 II. 9| él se verá~ ~ Media noche era por filo, poco más a menos, 502 II. 9| tendida, como suele decirse. Era la noche entreclara, puesto 503 II. 9| que yo vi a su grandeza no era sino casa muy pequeña?~ ~ - 504 II. 9| conoció que el tal edificio no era alcázar, sino la iglesia 505 II. 10| muy buen rostro, porque era carirredonda y chata, estaba 506 II. 10| como el viento.~ ~ Y así era la verdad; porque en viéndose 507 II. 10| albarda, que tú aderezaste, ¿era silla rasa o sillón?~ ~ - 508 II. 10| silla rasa o sillón?~ ~ -No era -respondió Sancho - sino 509 II. 11| mulas y servía de carretero era un feo demonio. Venía la 510 II. 11| a la querencia.~ ~ Y así era la verdad; porque habiendo 511 II. 12| más elegante y memorioso era en traer refranes, viniesen 512 II. 12| Caballero del Bosque, que no era muy mala ni muy buena, lo 513 II. 13| es encarecimiento; porque era de un conejo albar tan grande, 514 II. 14| escudero del Bosque, que era tan grande, que casi le 515 II. 14| Cuéntase, en efecto, que era de demasiada grandeza, corva 516 II. 14| el rostro; pero notó que era hombre membrudo, y no muy 517 II. 14| tenía arrimada a un árbol, era grandísima y gruesa, y de 518 II. 14| cuando le pareció que ya era tiempo que volviese, le 519 II. 14| riendas a su caballo (que no era más ligero ni de mejor parecer 520 II. 14| y a todo su correr, que era un mediano trote, iba a 521 II. 14| lazadas del yelmo para ver si era muerto y para que le diese 522 II. 14| señales de que verdaderamente era el Tomé Cecial que decía; 523 II. 14| por dar cuenta de quién era el Caballero de los Espejos 524 II. 15| cuenta y da noticia de quién era el Caballero de los Espejos 525 II. 15| como él se imaginaba que era el de los Espejos; de cuya 526 II. 15| señora pasaba adelante, pues era forzoso que el tal vencido 527 II. 15| puesto que por entonces no era otro su pensamiento sino 528 II. 15| mandado otra cosa; lo cual era claro que don Quijote vencido 529 II. 15| entender que el Bachiller no era el Bachiller, el señor Bachiller 530 II. 16| Caballero de los Espejos era el bachiller Carrasco, y 531 II. 16| cara, quitadas las narices, era la misma de Tomé Cecial, 532 II. 16| casa; y el tono de la habla era todo uno.~ ~ -Estemos a 533 II. 16| el aderezo de la yegua era de campo y de la jineta, 534 II. 16| suspensión su deseo; y como era tan cortés y tan amigo de 535 II. 16| le rogó le dijese quién era, pues él le había dado parte 536 II. 16| escribió en latín, porque era griego, ni Virgilio no escribió 537 II. 16| escribió en griego, porque era latino. En resolución, todos 538 II. 17| celada por ver qué cosa era la que, a su parecer, le 539 II. 17| hiciese locura semejante, que era tentar a Dios acometer tal 540 II. 17| que el que hacía las señas era don Quijote; y perdiendo 541 II. 17| dicho a aquel caballero que era tentar a Dios irritar al 542 II. 17| Quijote, pareciéndole que era un cuerdo loco y un loco 543 II. 17| loco, porque lo que hablaba era concertado, elegante y bien 544 II. 18| de las armas: el cuello era valona a lo estudiantil, 545 II. 18| respondió don Quijote - era de parecer que no se había 546 II. 18| versos; y la razón, decía él, era que jamás la glosa podía 547 II. 18| justas de Zaragoza, que era el de su derecha derrota; 548 II. 19| camino que llevaban, que era el mesmo que él hacía, les 549 II. 19| breves razones les dijo quién era, y su oficio y profesión, 550 II. 19| oficio y profesión, que era de caballero andante que 551 II. 19| esto para los labradores era hablarles en griego o en 552 II. 19| labradores asistentes, que era escribano, que fue por ella, 553 II. 19| reducido de su pertinacia.~ ~ Era anochecido; pero antes que 554 II. 20| Finalmente, el aparato de la boda era rústico; pero tan abundante, 555 II. 20| y al que los guiaba, que era un ligero mancebo, preguntó 556 II. 20| las que llaman habladas. Era de ocho ninfas, repartidas 557 II. 20| hileras: de la una hilera era guía el dios Cupido, y de 558 II. 20| escritos sus nombres. Poesía era el título de la primera; 559 II. 21| se contentaba, pues todo era dilatar por un momento el 560 II. 21| la cosa amada. Quiteria era de Basilio, y Basilio de 561 II. 21| persuasiones del cura, que era varón prudente y bien intencionado, 562 II. 22| de casarse los enamorados era el fin de más excelencia, 563 II. 22| creyese que aquella sola buena era la suya, y así viviría contento. 564 II. 22| entretenimiento, a causa que era mozo que sabía hacer libros 565 II. 22| respondió que su profesión era ser humanista; sus ejercicios 566 II. 22| determinado de entrar en ella, era menester proverse de sogas, 567 II. 22| lugar a la entrada, si no era a fuerza de brazos, o a 568 II. 23| pechos, por certificarme si era yo mismo el que allí estaba, 569 II. 23| me certificaron que yo era allí entonces el que soy 570 II. 23| nombre». Apenas me dijo que era Montesinos, cuando le pregunté 571 II. 23| besaban la tierra. Su turbante era mayor dos veces que el mayor 572 II. 23| de alguna de las otras; era cejijunta y la nariz algo 573 II. 23| el lienzo y en las manos, era la señora Belerma, la cual 574 II. 23| hermosa como tenía la fama, era la causa las malas noches 575 II. 24| pensaba decirles; y como él era algo curioso y siempre le 576 II. 24| valeroso emperador romano, cuál era la mejor muerte; respondió 577 II. 25| alguno, y tan flaco, que era una compasión miralle. Quísele 578 II. 25| ventero qué maese Pedro era aquél y qué retablo y qué 579 II. 25| acontecimientos de la cueva era verdad, ni aun la mitad?~ ~ - 580 II. 25| maese Pedro dentro dél, que era el que había de manejar 581 II. 26| insolencia del moro, puesto que era un pariente y gran privado 582 II. 26| la letra: que Melisendra era Melisendra, don Gaiferos, 583 II. 26| costa de don Quijote, que era liberal en todo extremo.~ ~ 584 II. 27| él moro, como sin duda lo era, no quiso decir otra cosa 585 II. 27| especialmente en decir quién era maese Pedro, y quién el 586 II. 27| memoria, lo primero que hacía era mostrar su retablo, el cual 587 II. 27| retablo, el cual unas veces era de una historia, y otras 588 II. 27| tras él. Otras veces, como era tan discreto, respondía 589 II. 27| recogieron en medio, creyendo que era alguno de los de su parcialidad. 590 II. 27| nuestro, dijo que su yugo era suave y su carga liviana; 591 II. 27| aunque por esta habilidad era invidiado de más de cuatro 592 II. 28| don Quijote - , que como era el palo con que te dieron 593 II. 30| todo lo que dél se quitaba era quitárselo a él de las niñas 594 II. 30| de tenerle; porque maguer era tonto, bien se le alcanzaba 595 II. 30| aquellos cazadores, como era la verdad; y así, dijo a 596 II. 31| y grandes cosas~ ~ Suma era la alegría que llevaba consigo 597 II. 31| muchas veces, diciéndole que era disparate leer tales disparates; 598 II. 32| por más señas, dice que era rubión; cosa que me hace 599 II. 32| dicho que aquel trigo ni era rubión ni trigo, sino granos 600 II. 32| Sancho respondió que aunque era verdad que tenía por costumbre 601 II. 33| Rodríguez la dueña, que era una de las escuchantes - : 602 II. 33| entender que la labradora era Dulcinea, y que si su señor 603 II. 33| brinco sobre la pollina era y es Dulcinea del Toboso, 604 II. 33| que la villana brincadora era y es Dulcinea del Toboso, 605 II. 33| la juzgué; y si aquélla era Dulcinea, no ha de estar 606 II. 33| cuenta con su rucio, porque era la lumbre de sus ojos.~ ~ -¿ 607 II. 33| si la hubiera dicho que era fea o vieja, debiendo ser 608 II. 34| famosas deste libro~ ~ Grande era el gusto que recebían el 609 II. 34| más la Duquesa se admiraba era que la simplicidad de Sancho 610 II. 34| rucio sin ver a Sancho: tal era la amistad y buena fe que 611 II. 34| sazón del tiempo pedía, que era en la mitad del verano; 612 II. 34| por no poder asegurarse si era verdad o no lo que le había 613 II. 34| la cintura; su vestidura era una ropa larga de negro 614 II. 34| venía sentado en el trono no era viejo como los demás, sino 615 II. 35| grande encendida, en la mano. Era el carro dos veces, y aun 616 II. 36| acostumbrado refugio, que era el lado o faldas de la Duquesa, 617 II. 36| el son que se escuchaba era tristísimo y melancólico. 618 II. 36| negrísima loba, cuya falda era asimismo desaforada de grande. 619 II. 37| bien ir a recebirla, pues era Condesa y persona principal.~ ~ - 620 II. 38| como llamarla quisieren, era de tres puntas, las cuales 621 II. 38| agora que la discreción era mocosa! Así era discreta 622 II. 38| discreción era mocosa! Así era discreta como bella, y era 623 II. 38| era discreta como bella, y era la más bella del mundo, 624 II. 38| hacía hablar; y más que era poeta, y gran bailarín, 625 II. 38| llamaban seguidillas? Allí era el brincar de las almas, 626 II. 39| que junto con ser cruel era encantador, el cual con 627 II. 40| prestósele a Pierres, que era su amigo, con el cual hizo 628 II. 41| en enviarle, o que él no era el caballero para quien 629 II. 41| que lo que podía hacer era ponerse a mujeriegas, y 630 II. 41| están soplando.~ ~ Y así era ello; que unos grandes fuelles 631 II. 41| tenía sin las barbas, y si era tan hermosa sin ella como 632 II. 41| parecióme que toda ella no era mayor que un grano de mostaza, 633 II. 44| bocas de pocas personas era un trabajo incomportable, 634 II. 44| el que le llevaba a cargo era un mayordomo del Duque, 635 II. 44| qué estaba triste; que si era por la ausencia de Sancho, 636 II. 45| de hasta mil vecinos, que era de los mejores que el Duque 637 II. 45| puertas de la villa, que era cercada, salió el regimiento 638 II. 45| de la vara, diciendo que era verdad que se le habían 639 II. 45| aunque primero miró si era de plata la moneda que llevaba 640 II. 45| pugnando por quitársela; mas no era posible, según la mujer 641 II. 47| leído lo que decía, dijo que era negocio para tratarle a 642 II. 47| entró el labrador, que era de muy buena presencia, 643 II. 47| se le echaba de ver que era bueno y buena alma. Lo primero 644 II. 48| hidalgo como el Rey, porque era montañés. No tratamos tan 645 II. 48| señora doña Casilda» (que así era el nombre de mi ama). Todavía 646 II. 48| y por esto, y porque él era algún tanto corto de vista, 647 II. 48| a dar tantos azotes, que era una compasión; y aunque 648 II. 49| Y el otro respondió que era verdad cuanto su contrario 649 II. 49| y que para señal que él era hombre de bien y no ladrón 650 II. 49| moza, y preguntóle quién era, adónde iba y qué ocasión 651 II. 49| se me antojó decir que era mi padre, por no declarar 652 II. 49| modos que sabía; pero todo era encenderme más el deseo 653 II. 49| tenerlos más suspensos; que era tarde y faltaba mucho que 654 II. 50| la historia, que el paje era muy discreto y agudo, y 655 II. 50| saya parda. Parecía, según era de corta, que se la habían 656 II. 50| una camisa de pechos. No era muy vieja, aunque mostraba 657 II. 50| verían el mensajero, que era un mancebo como un pino 658 II. 51| pero viendo que aquello era más fuerza que voluntad, 659 II. 51| avivaban el ingenio, que era lo que más convenía a las 660 II. 51| puente y del señorío, que era en esta forma: «Si alguno 661 II. 51| declarasen el lugar de donde era, para ponerle el precio 662 II. 52| en aquel castillo tenía era contra toda la orden de 663 II. 52| casa, y la otra enlutada era su hija, la burlada del 664 II. 52| eso, creía y pensaba que era todo sueño lo que veía y 665 II. 52| que decía mi madre que era menester vivir mucho para 666 II. 53| desmayo. Preguntó qué hora era; respondiéronle que ya amanecía. 667 II. 53| para él; que pues el camino era tan corto, no había menester 668 II. 54| nunca se puso a averiguar si era ínsula, ciudad, villa o 669 II. 54| por donde entendió que era limosna la que en su canto 670 II. 54| según dice Cide Hamete, era caritativo además, sacó 671 II. 54| excepto Ricote, que ya era hombre entrado en años. 672 II. 54| los que no lo eran, y no era bien criar la sierpe en 673 II. 54| pueblo, y todos decían que era la más bella criatura del 674 II. 55| escura y cerrada; pero, como era verano, no le dio mucha 675 II. 55| tierna y dolorosamente; y no era mucho, ni se lamentaba de 676 II. 55| responderle palabra alguna: tal era el aprieto y angustia en 677 II. 55| resplandor vio Sancho que era imposible de toda imposibilidad 678 II. 55| y vio que por de dentro era espacioso y largo; y púdolo 679 II. 56| razones de Tosilos; y como era uno de los sabidores de 680 II. 57| pareció a don Quijote que era bien salir de tanta ociosidad 681 II. 58| cortésmente, les preguntó que qué era lo que aquellos lienzos 682 II. 58| se la diera toda, según era de caritativo.~ ~ -No debió 683 II. 58| el que con ellas estaba era el valeroso don Quijote 684 II. 59| allí se descubría. Digo que era venta porque don Quijote 685 II. 59| qué oficio o qué ejercicio era el de su amo. Llegóse, pues, 686 II. 60| Quijote yendo a Barcelona~ ~ Era fresca la mañana, y daba 687 II. 60| informándose primero cuál era el más derecho camino para 688 II. 60| sin tocar en Zaragoza: tal era el deseo que tenía de sacar 689 II. 60| cerca de Barcelona.~ ~ Y así era la verdad como él lo había 690 II. 60| tropel de caballos, y no era sino uno solo, sobre el 691 II. 60| diéronse a entender, como era la verdad, que debía ser 692 II. 60| irse a un monasterio donde era abadesa una tía suya, en 693 II. 60| osó decir palabra: tanta era la obediencia que le tenían.~ ~ 694 II. 60| y que le hacía saber que era el más gracioso y el más 695 II. 60| allí a cuatro días, que era el de San Juan Bautista, 696 II. 60| contrarios; pero que esto era imposible, a causa que las 697 II. 61| de un lugar a otro. Todo era poner espías, escuchar centinelas, 698 II. 61| estaba, y uno dellos, que era el avisado de Roque, dijo 699 II. 61| la casa de su guía, que era grande y principal, en fin, 700 II. 62| tenido el mundo, que creo era polaco de nación y dicípulo 701 II. 62| mujer de don Antonio, que era una señora principal y alegre, 702 II. 62| el cuerpo, pero el ánima. Era cosa de ver la figura de 703 II. 62| secreto y díjoles que aquél era el primero día donde se 704 II. 62| ignorantes; y la fábrica era de esta suerte; la tabla 705 II. 62| suerte; la tabla de la mesa era de palo, pintada y barnizada 706 II. 62| pie sobre que se sostenía era de lo mesmo, con cuatro 707 II. 62| parecía. El pie de la tabla era asimesmo hueco, que respondía 708 II. 62| claras; y de esta manera no era posible conocer el embuste. 709 II. 62| cajón, y preguntaba qué era aquello que allí se hacía; 710 II. 62| a uno, y preguntóle qué era lo que hacía. El oficial 711 II. 63| nombre le llamaremos, que era un principal caballero valenciano; 712 II. 63| catorce o quince bancos, y así era la verdad; el cual bajel, 713 II. 63| porque la galera capitana era de los más ligeros bajeles 714 II. 63| Preguntó el general quién era el arráez del bergantín 715 II. 63| me aprovechase decir que era cristiana, como, en efecto, 716 II. 63| preguntóme de qué parte de España era y qué dineros y qué joyas 717 II. 63| para verle, y preguntóme si era verdad lo que de aquel mozo 718 II. 63| del cielo, le dije que sí era; pero que le hacía saber 719 II. 63| que le hacía saber que no era varón, sino mujer como yo, 720 II. 63| y confirmóse que aquélla era su hija, la cual ya desatada, 721 II. 64| porque en lo uno y en lo otro era extremada la morisca, y 722 II. 64| libertad de don Gregorio no era bueno, porque tenía más 723 II. 64| medio, preguntándoles qué era la causa que les movía a 724 II. 64| Blanca Luna respondió que era precedencia de hermosura, 725 II. 64| preguntóle paso si sabía quién era el tal Caballero de la Blanca 726 II. 64| de la Blanca Luna, o si era alguna burla que querían 727 II. 64| respondió que ni sabía quién era, ni si era de burlas ni 728 II. 64| ni sabía quién era, ni si era de burlas ni de veras el 729 II. 64| riendas a sus caballos; y como era más ligero el de la Blanca 730 II. 64| todas maneras supiese quién era. Levantaron a don Quijote, 731 II. 64| que toda aquella máquina era cosa de encantamento. Veía 732 II. 65| Donde se da noticia quién era el de la Blanca Luna, con 733 II. 65| le juzgaba por vencido) era que se volviese a su lugar, 734 II. 65| estar en casa.~ ~ Y así era la verdad; porque habiendo 735 II. 65| servida y estimada, porque era hermoso sobremanera, y la 736 II. 66| mí mismo, que si cuando era gobernador estaba alegre, 737 II. 66| cumplir mi palabra. Cuando era caballero andante, atrevido 738 II. 66| Sancho le respondió que era descortesía dejar que su 739 II. 68| aconteció a don Quijote~ ~ Era la noche algo escura, puesto 740 II. 68| caminaban a aquellas horas, y era tanto el ruido que llevaban, 741 II. 68| no distingue el árbol que era), al son de sus mesmos suspiros, 742 II. 68| conoció don Quijote que era el del Duque, donde había 743 II. 69| que estaba sobre el túmulo era el de la hermosa Altisidora? 744 II. 69| él cuán grande amiga suya era. Mandó el Duque despejar 745 II. 70| entender a Sancho que él era el que se engañaba, porque 746 II. 70| sanase de su locura; que ésta era la intención que le había 747 II. 70| hacerle aquella burla: tanto era lo que gustaba de las cosas 748 II. 70| libros nuevos y viejos, que era una maravilla. A uno dellos, 749 II. 70| El mozo respondió que era el músico y panegírico de 750 II. 71| cortezas a muchos árboles: tal era la riguridad con que se 751 II. 71| porque no pensasen que era zorra. Desta manera me parece 752 II. 72| al portal del mesón, que era espacioso y fresco, por 753 II. 72| Sancho le respondió que era largo de contar; pero que 754 II. 72| allí presente, y que no era aquél que andaba impreso 755 II. 72| con los de la noche pasada era tres mil y veinte y nueve. 756 II. 72| que no iba a reconocer si era Dulcinea del Toboso, teniendo 757 II. 74| trato, y por esto no sólo era bien querido de los de su