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Parte. Capítulo
1 I. Pr| salgo ahora, con todos mis años a cuestas, con una 2 I. 1| él: «Si yo, por malos de mis pecados, o por mi buena 3 I. 2| la verdadera historia de mis famosos hechos, que el sabio 4 I. 2| compañero eterno mío en todos mis caminos y carreras». Luego 5 I. 2| cualquiera cosa basta, porque mis arreos son las armas, mi 6 I. 4| pueda coger el fruto de mis buenos deseos. Estas voces, 7 I. 5| Urganda, que cure y cate de mis feridas.~ ~ -¡Mirá, en hora 8 I. 6| que éstos, en llegando a mis manos, han de estar en las 9 I. 7| vendría a ser reina, y mis hijos infantes.~ ~ -Pues, ¿ 10 I. 9| que recebí cuando llegó a mis oídos el título del libro; 11 I. 10| quiero otra cosa en pago de mis muchos y buenos servicios 12 I. 11| me lo comería en pie y a mis solas como sentado a par 13 I. 11| colijo~ ~ ~ ~que el fin de mis esperanzas~ ~ ~ ~ha de ser 14 I. 13| hasta ahora no ha llegado a mis oídos.~ ~ -¡Como eso no 15 I. 14| que allí se esparcirán mis duras penas~ ~ ~ ~en altos 16 I. 14| por privilegio de mis cortos hados,~ ~ ~ ~serán 17 I. 14| claras aguas destos arroyos mis espejos; con los árboles 18 I. 14| y con las aguas comunico mis pensamientos y hermosura. 19 I. 14| destas aldeas y el cuidado de mis cabras me entretiene. Tienen 20 I. 14| cabras me entretiene. Tienen mis deseos por término estas 21 I. 15| castillo donde sea curado de mis feridas. Y mas, que no tendré 22 I. 16| contrecho della, no trocaría mis esperanzas con el mejor 23 I. 16| hermosa ingrata que digo entre mis dientes; que los desta fermosa 24 I. 16| Toboso, única señora de mis más escondidos pensamientos; 25 I. 17| Sancho - : si no, díganlo mis espaldas.~ ~ -También lo 26 I. 18| Trapobana; este otro que a mis espaldas marcha es el de 27 I. 18| vuelve a la suya.~ ~ -¡Para mis barbas! -dijo Sancho - , ¡ 28 I. 18| hoy me faltan, con todas mis alhajas, ¿son de otro que 29 I. 19| escribir la historia de mis hazañas le habrá parecido 30 I. 20| saco, a mí me ha rasgado mis esperanzas, pues cuando 31 I. 20| que el cielo, conmovido de mis lágrimas y plegarias, ha 32 I. 20| aquí adelante no despliegue mis labios para hacer donaire 33 I. 21| pienso guardarme con todos mis cinco sentidos de ser ferido 34 I. 21| volver por él jamás. Y ¡para mis barbas, si no es bueno el 35 I. 21| decir: «¡Ea, sus! Salgan mis caballeros, cuantos en mi 36 I. 21| aunque más lo merezcan mis famosos hechos; así que, 37 I. 22| pelaría donde yo digo entre mis dientes. Señor caballero, 38 I. 23| ellas decía:~ ~ -¡Oh hijo de mis entrañas, nacido en mi mesma 39 I. 23| mi mesma casa, brinco de mis hijos, regalo de mi mujer, 40 I. 23| de mi mujer, envidia de mis vecinos, alivio de mis cargas, 41 I. 23| de mis vecinos, alivio de mis cargas, y, finalmente, sustentador 42 I. 23| muerte que las razones de mis quejas. Desechásteme ¡oh 43 I. 24| razones la inmensidad de mis desventuras, habéisme de 44 I. 24| brevemente por el cuento de mis desgracias; que el traerlas 45 I. 24| Andalucía; mi linaje, noble; mis padres, ricos; mi desventura, 46 I. 24| la deben de haber llorado mis padres, y sentido mi linaje, 47 I. 24| menos firmeza de la que a mis honrados pensamientos se 48 I. 24| amé, quise y adoré desde mis tiernos y primeros años, 49 I. 24| muertos, ni amortiguados) mis deseos, de los cuales di 50 I. 24| Luscinda, de tal manera, que mis alabanzas movieron en él 51 I. 25| mi casa, y a mi mujer y a mis hijos, con los cuales, por 52 I. 25| habrán dado la cuenta; de mis viñas vengo: no sé nada; 53 I. 25| cabeza de vuestra merced y de mis costillas, acabándonoslas 54 I. 25| esperando en lo que han de parar mis razones, quiero, Sancho, 55 I. 25| sitio donde el humor de mis ojos acrecentará las aguas 56 I. 25| deste pequeño arroyo, y mis continuos y profundos sospiros 57 I. 25| gloria de mi pena, norte de mis caminos, estrella de mi 58 I. 25| agradable compañero en mis prósperos y adversos sucesos, 59 I. 25| es que mentir. Ansí que mis calabazadas han de ser verdaderas, 60 I. 25| mía ni carta mía, porque mis amores y los suyos han sido 61 I. 26| holgáis,~ ~ ~ ~Escuchad mis quejas santas.~ ~ ~ ~ Mi 62 I. 27| éstos:~ ~ ~ ¿Quién menoscaba mis bienes?~ ~ ~ ~ Desdenes.~ ~ ~ ~ 63 I. 27| Y ¿quién aumenta mis duelos?~ ~ ~ ~ Los celos.~ ~ ~ ~ 64 I. 27| fuerza de la imaginación de mis desgracias es tan intensa 65 I. 27| ventura, y dar por disculpa de mis locuras el decir la causa 66 I. 27| desenvoltura en lástima de mis desgracias. Y si es que 67 I. 27| cuento, que no le tiene, de mis desventuras, porque quizá, 68 I. 27| ilustre, discreto, obligado de mis servicios, poderoso para 69 I. 27| Luscinda; pero, por no destruir mis esperanzas, todo lo atribuí 70 I. 27| pudiese ser estorbado de mis razones, una daga llevo 71 I. 27| que había oído burladas mis esperanzas, falsas las palabras 72 I. 27| negándome el aire aliento para mis suspiros, y el agua humor 73 I. 27| suspiros, y el agua humor para mis ojos; sólo el fuego se acrecentó 74 I. 27| querer tomar venganza de mis mayores enemigos (que, por 75 I. 27| entretenido y sustentado en mis firmes esperanzas y honestos 76 I. 27| volveré a mejor discurso mis pensamientos; donde no, 77 I. 28| encubrirme, ni la soltura de mis descompuestos cabellos no 78 I. 28| relación que os hiciere de mis desdichas os ha de causar, 79 I. 28| Deste señor son vasallos mis padres, humildes en linaje; 80 I. 28| que yo tenía en casa de mis padres, la cual, si tan 81 I. 28| recatada, que apenas veían mis ojos más tierra de aquella 82 I. 28| después) quedó tan preso de mis amores cuanto lo dieron 83 I. 28| cuento, que no le tiene, de mis desdichas, quiero pasar 84 I. 28| ofreció dádivas y mercedes a mis parientes; los días eran 85 I. 28| billetes que, sin saber cómo, a mis manos venían, eran infinitos, 86 I. 28| pesaba ver en sus papeles mis alabanzas; que en esto, 87 I. 28| los consejos continuos que mis padres me daban, que ya 88 I. 28| mundo la supiese. Decíanme mis padres que en sola mi virtud 89 I. 28| Finalmente, don Fernando supo que mis padres andaban por darme 90 I. 28| manera que me quitó la de mis ojos y me enmudeció la lengua; 91 I. 28| torné algún tanto a cobrar mis perdidos espíritus, y con 92 I. 28| tengo atada mi alma con mis buenos deseos, que son tan 93 I. 28| dicho viera yo en el que mis padres me dieran por esposo, 94 I. 28| bastantes para persuadir a mis padres, y a otros, que este 95 I. 28| forzoso tener cuenta con mis lágrimas y con la compostura 96 I. 28| por no dar ocasión a que mis padres me preguntasen que 97 I. 28| paciencia y salieron a plaza mis secretos pensamientos. Y 98 I. 28| Llegó esta triste nueva a mis oídos, y, en lugar de helárseme 99 I. 28| Esto que supe puso en bando mis esperanzas, y tuve por mejor 100 I. 28| Fernando no hallaba, llegó a mis oídos un público pregón, 101 I. 28| había sacado de casa de mis padres el mozo que conmigo 102 I. 28| tan bajo y tan indigno de mis buenos pensamientos. Al 103 I. 28| mías, de manera, que con mis pocas fuerzas, y con poco 104 I. 28| asperezas que probar con él mis fuerzas o mis disculpas. 105 I. 28| probar con él mis fuerzas o mis disculpas. Digo, pues, que 106 I. 29| oístes y las lágrimas que de mis ojos salían tenían ocasión 107 I. 29| sé que el mucho amor que mis padres me tienen me asegura 108 I. 29| os hace, sin acordarme de mis agravios, cuya venganza 109 I. 29| su imperio y yo al fin de mis deseos; que yo he mirado 110 I. 29| amo, yo haré en ello todos mis poderíos.~ ~ Con lo que 111 I. 29| Qué se me da a mí que mis vasallos sean negros? ¿Habrá 112 I. 29| cuyas nuevas llegaron a mis oídos así como puse los 113 I. 29| brazo.~ ~ -No más: cesen mis alabanzas -dijo a esta sazón 114 I. 29| lo sea, todavía ofenden mis castas orejas semejantes 115 I. 30| muerte y total destruición de mis buenos y leales vasallos, 116 I. 30| donde hallaría el remedio de mis males hallando a un caballero 117 I. 30| estado, bien mío, rucio de mis ojos, compañero mío?~ ~ 118 I. 31| nigromante que tiene cuenta con mis cosas y es mi amigo, porque 119 I. 31| vuelta a ver a la luz que mis sentidos alumbra; a la cual 120 I. 31| vivienda, pueda embarcar mis negros vasallos y hacer 121 I. 32| ventura -dijo el ventero - , mis libros son herejes o flemáticos, 122 I. 33| callarlo y encubrirlo de mis proprios pensamientos; y 123 I. 33| que está colmo el vacío de mis deseos; diré que me cupo 124 I. 33| si piensas que de todos mis asaltos ha de salir vencedora, 125 I. 33| carne de mi carne y hueso de mis huesos». Y Dios dijo: «Por 126 I. 34| a entretener en casa de mis padres, aunque deje sin 127 I. 34| dicho del fingimiento de mis amores; que los versos yo 128 I. 34| La pobre cuenta de mis ricos males~ ~ ~ ~Estoy 129 I. 34| parte, has seguido siempre mis consejos, sigue y guarda 130 I. 34| se me muriese aquí entre mis brazos la flor de la honestidad 131 I. 34| yo más deseo castigar con mis propias manos, porque, castigándome 132 I. 35| reñida y trabada batalla que mis ojos han visto. ¡Vive Dios, 133 I. 35| cabeza que vi cortar por mis mismísimos ojos, y la sangre 134 I. 35| caballero andante, que nunca mis ojos le hubieran visto, 135 I. 35| remate de todo, romperme mis cueros y derramarme mi vino, 136 I. 36| es esta que ha llegado a mis oídos?~ ~ Volvió la cabeza 137 I. 36| no des tan mala vejez a mis padres, pues no lo merecen 138 I. 36| justo que esté arrodillada a mis pies la que yo tengo en 139 I. 36| hallaréis disculpa de todos mis yerros; y pues ella halló 140 I. 39| basta saber y decir que sois mis hijos; y para entender que 141 I. 39| hacienda, hice con él que de mis tres mil tomase los dos 142 I. 39| había menester un soldado. Mis dos hermanos, movidos de 143 I. 39| no he sabido dél ni de mis hermanos nueva alguna; y 144 I. 39| mi buena suerte, más que mis merecimientos; y aquel día, 145 I. 39| había embestido, estorbó que mis soldados me siguiesen, y 146 I. 39| así, me hallé solo entre mis enemigos, a quien no pude 147 I. 40| que primero. Fue otro de mis compañeros, y sucedióle 148 I. 40| la dejaron caer, y dio a mis pies dentro del baño. Acudí 149 I. 40| verano con mi padre y con mis criados. De allí, de noche, 150 I. 40| demás. Y puesto que a mí y a mis camaradas nos había parecido 151 I. 41| querida Zoraida se mostró a mis ojos: sólo diré que más 152 I. 41| había pasado al renegado y a mis compañeros, y ya no veía 153 I. 41| así como yo me mostré y mis compañeros, todos los demás 154 I. 41| renegado hizo lo mismo, y mis dos camaradas; y los demás 155 I. 41| se había dejado caer en mis brazos. En resolución, los 156 I. 41| puesta la cabeza entre mis manos por no ver a su padre, 157 I. 41| enterneció, que se levantó de mis pies y fue a abrazar a su 158 I. 41| alguna vez la puse sobre mis hombros, más le cansaba 159 I. 41| es vivo, o si alguno de mis hermanos ha tenido más próspera 160 I. 42| y autoridad tratarme en mis estudios, y llegar al puesto 161 I. 43| qué gloria ha de dar a mis penas, qué sosiego a mi 162 I. 43| mi muerte y qué premio a mis servicios. Y tú, sol, que 163 I. 44| qué se dé cuenta aquí de mis cosas; yo soy libre, y volveré 164 I. 44| al norte. Ella no sabe de mis deseos más de lo que ha 165 I. 44| desde lejos ha visto llorar mis ojos. Ya, señor, sabéis 166 I. 44| riqueza y la nobleza de mis padres, y como yo soy su 167 I. 44| y mi albarda, con todos mis aparejos que me robastes!~ ~ 168 I. 46| contra quien valiesen poco mis diligencias y la fuerza 169 I. 46| al sabio encantador que mis cosas tiene a cargo que 170 I. 47| Quijote dijo:~ ~ -No lloréis, mis buenas señoras; que todas 171 I. 47| son, comunicaré con ellos mis desgracias; y si no, no 172 I. 47| Figura como de la grandeza de mis servicios!. Pero ya veo 173 I. 47| hoy están por el suelo. De mis hijos y de mi mujer me pesa; 174 I. 50| mi pecho haciendo bien a mis amigos, especialmente a 175 II. De| excelencia los días pasados mis comedias, antes impresas 176 II. De| porque según la opinión de mis amigos, ha de llegar al 177 II. Pr| esperan ver los venideros. Si mis heridas no resplandecen 178 II. Pr| prodigiosa que sano ahora de mis heridas sin haberme hallado 179 II. Pr| señor autor el decir que mis novelas son más satíricas 180 II. 1| Júpiter Tonante, que tengo en mis manos los rayos abrasadores 181 II. 1| estoy por decir que con mis propios ojos vi a Amadís 182 II. 2| sabiendo que yo no me quedé en mis casas: juntos salimos, juntos 183 II. 2| dicen de mi valentía, qué de mis hazañas y qué de mi cortesía? ¿ 184 II. 2| bienintencionadamente pongas en mis oídos la verdad de las cosas 185 II. 3| verdad que en sólo manifestar mis pensamientos, mis sospiros, 186 II. 3| manifestar mis pensamientos, mis sospiros, mis lágrimas, 187 II. 3| pensamientos, mis sospiros, mis lágrimas, mis buenos deseos 188 II. 3| sospiros, mis lágrimas, mis buenos deseos y mis acometimientos 189 II. 3| lágrimas, mis buenos deseos y mis acometimientos pudiera hacer 190 II. 4| de la de mi mujer, y de mis hijos, y ellos han sido 191 II. 4| don Quijote, obligado de mis muchos y buenos servicios, 192 II. 5| haberme de apartar de ti y de mis hijos; y si Dios quisiera 193 II. 5| de la pelarruecas! ¡No en mis días, marido! ¡Para eso, 194 II. 5| siempre he oído decir a mis mayores que el que no sabe 195 II. 5| conociésemos.» Si Dios me guarda mis siete, o mis cinco sentidos, 196 II. 5| Dios me guarda mis siete, o mis cinco sentidos, o los que 197 II. 5| llamar, pues no entiendes mis razones y vas huyendo de 198 II. 6| curiosidad que no saliese de mis manos, especialmente jaulas 199 II. 7| Dios y todo el mundo, y mis gallinas, que no me dejaran 200 II. 8| sol de su belleza llegue a mis ojos alumbrará mi entendimiento 201 II. 8| encantador debe de tener a mis cosas, todas las que me 202 II. 8| dicen que anda impresa de mis hazañas, si por ventura 203 II. 8| algo malicioso, y que tengo mis ciertos asomos de bellaco; 204 II. 10| acerca de lo que al fecho de mis amores toca; que has de 205 II. 10| falsas alegrías alegrar mis verdaderas tristezas.~ ~ -¿ 206 II. 10| puesto nubes y cataratas en mis ojos, y para sólo ellos 207 II. 11| contra mí solo y contra mis ojos se endereza la fuerza 208 II. 12| soledad que han menester mis amorosos pensamientos.~ ~ 209 II. 13| canonicato quedaré satisfecho de mis servicios, y ya me le tiene 210 II. 13| retirarme a mi aldea, y criar mis hijitos, que tengo tres 211 II. 13| echar vuesa merced a mí y a mis hijos y a mi mujer toda 212 II. 13| malaventurado, que sólo traigo en mis alforjas un poco de queso, 213 II. 14| que voy contando, pagó mis buenos pensamientos y comedidos 214 II. 14| así se han ido eslabonando mis trabajos, que no tienen 215 II. 14| principio al cumplimiento de mis buenos deseos. Una vez me 216 II. 14| escondido de su abismo, y mis esperanzas, muertas que 217 II. 14| bofetadas, que dé con él a mis pies; con las cuales le 218 II. 14| buscarme (que el rastro de mis hazañas os servirá de guía 219 II. 14| figura aquí me le han puesto mis enemigos, para que detenga 220 II. 15| que el dolor grande de mis costillas no me deja hacer 221 II. 16| caballeros andantes; y así, por mis valerosas, muchas y cristianas 222 II. 16| no lo hubiera visto con mis ojos. ¡Bendito sea el cielo! 223 II. 16| vida con mi mujer, y con mis hijos, y con mis amigos; 224 II. 16| y con mis hijos, y con mis amigos; mis ejercicios son 225 II. 16| hijos, y con mis amigos; mis ejercicios son el de la 226 II. 16| entrado por los umbrales de mis puertas. Hojeo más los que 227 II. 16| España. Alguna vez como con mis vecinos y amigos, y muchas 228 II. 16| muchas veces los convido; son mis convites limpios y aseados, 229 II. 16| misa cada día; reparto de mis bienes con los pobres, sin 230 II. 17| y me necesita, a tomar mis armas.~ ~ El del Verde Gabán, 231 II. 17| vaya por su cuenta, con más mis salarios y derechos. Vuestras 232 II. 17| mucho que así fuese, porque mis obras no pueden dar testimonio 233 II. 17| debajo de la juridición de mis ejercicios; y así, el acometer 234 II. 19| no es maravilla que mis sentencias sean tenidas 235 II. 19| mío, siempre es friscal de mis dichos, y aun de mis hechos.~ ~ - 236 II. 19| de mis dichos, y aun de mis hechos.~ ~ -Fiscal has de 237 II. 19| añado o quito alguna letra a mis vocablos. Sí, que ¡válgame 238 II. 19| el uso. Yo, señores, por mis pecados, he estudiado Cánones 239 II. 20| que el de tu persona sobre mis hombros le tienes puesto; 240 II. 21| dar los cielos), yo, por mis manos, desharé el imposible 241 II. 21| años, ahora te lleven de mis brazos a la sepultura.~ ~ - 242 II. 22| en volviendo adonde tengo mis libros, y yo os satisfaré 243 II. 22| ponga yo en el libro de mis Transformaciones.~ ~ -En 244 II. 22| luego:~ ~ -¡Oh señora de mis acciones y movimientos, 245 II. 23| acabó los de su vida en mis brazos, y que después de 246 II. 23| le saqué el corazón con mis propias manos; y en verdad 247 II. 23| que he contado lo vi por mis propios ojos y lo toqué 248 II. 23| propios ojos y lo toqué con mis mismas manos. Pero, ¿qué 249 II. 24| me volvían a mí los míos mis amos, que, acabados los 250 II. 25| ha de tomar el cuento de mis maravillas: déjeme vuestra 251 II. 25| de nosotros?. Y vea aquí mis dos reales.~ ~ Y mandó a 252 II. 25| cosas presentes, he aquí mis dos reales, y dígame el 253 II. 25| como lo he visto ahora por mis propios ojos? Porque yo 254 II. 25| estendido algún tanto en mis alabanzas; pero comoquiera 255 II. 26| No consentiré yo en mis días y en mi presencia se 256 II. 26| y de emperadores, llenas mis caballerizas y mis cofres 257 II. 26| llenas mis caballerizas y mis cofres y sacos de infinitos 258 II. 27| imposible el cumplirla. Así que, mis señores, vuesas mercedes 259 II. 27| eso dejaba de ser hijo de mis padres, que eran honradísimos; 260 II. 28| que yo pondré silencio en mis rebuznos; pero no en dejar 261 II. 28| casa, y a mi mujer, y a mis hijos, y sustentarla y criarlos 262 II. 28| esperar el cumplimiento de mis promesas, que, aunque se 263 II. 29| experiencias, pues yo veo con mis mismos ojos que no nos habemos 264 II. 29| Dulcinea, único refugio de mis esperanzas.~ ~ En esto, 265 II. 30| y a servirla en cuanto mis fuerzas pudieren y su alteza 266 II. 30| llegado y el bien venido a mis estados, y que ninguna cosa 267 II. 31| hidalgo, que yo conozco como a mis manos, porque no hay de 268 II. 31| respondió:~ ~ -Señora mía, mis desgracias, aunque tuvieron 269 II. 32| della y de mi mujer y de mis hijos, sin saber si la tengo 270 II. 32| platónicos continentes. Mis intenciones siempre las 271 II. 32| Duquesa - ; que yo haré que mis doncellas os laven, y aun 272 II. 32| hasta dar conmigo y con mis altas caballerías en el 273 II. 32| ella se han vengado de mí mis enemigos, y por ella viviré 274 II. 33| un cierto susurro llega a mis oídos, que me dice: «Pues 275 II. 33| pondré yo sobre las niñas de mis ojos.~ ~ -En la caballeriza 276 II. 35| Y a esto es mi venida, mis señores.~ ~ -¡Voto a tal! - 277 II. 35| no sé qué tienen que ver mis posas con los encantos! ¡ 278 II. 35| Toboso, para que paguen mis posas lo que pecaron sus 279 II. 35| por los hermosos campos de mis mejillas. Muévate, socarrón 280 II. 35| en libertad la lisura de mis carnes, la mansedumbre de 281 II. 35| sufra. ¿Por ventura son mis carnes de bronce, o vame 282 II. 35| Bueno sería que yo enviase a mis insulanos un gobernador 283 II. 36| que, aunque soy rústico, mis carnes tienen más de algodón 284 II. 39| lo quisiera decir hechos mis ojos fuentes; pero la consideración 285 II. 40| y por el siglo de todos mis pasados los Panzas, que 286 II. 40| medio de mi desmayo llegó a mis oídos, y ha sido parte para 287 II. 40| dél vuelva y cobre todos mis sentidos; y así, de nuevo 288 II. 41| los aires. Y ¿qué dirán mis insulanos cuando sepan que 289 II. 42| que yo tenga de salir de mis casillas ni de levantarme 290 II. 43| las ocasiones, así serán mis documentos, como tú tengas 291 II. 44| conmigo, y que yo me sirva de mis puertas adentro; que yo 292 II. 44| una muralla en medio de mis deseos y de mi honestidad; 293 II. 44| entró en este castillo y mis ojos le miraron, yo no sé 294 II. 44| Eneas, que ha llegado a mis regiones para dejarme escarnida.~ ~ - 295 II. 44| nariz algo chata,~ ~ ~ ~Ser mis dientes de topacios~ ~ ~ ~ 296 II. 47| servirla con todo lo que mis fuerzas alcanzaren; y de 297 II. 48| y en lo más escondido de mis entrañas, ora estés, señora 298 II. 48| haré por ti todo cuanto mis fuerzas alcanzaren, porque 299 II. 48| tengo en las carnes, y todos mis dientes y muelas en la boca, 300 II. 48| en un instante a contar mis cuitas, como a remediador 301 II. 48| este silencio despertará mis deseos que duermen, y harán 302 II. 48| y harán que al cabo de mis años venga a caer donde 303 II. 48| suerte y el descuido de mis padres, que empobrecieron 304 II. 48| excusar mayores desventuras, mis padres me acomodaron a servir 305 II. 48| adelante en toda la vida. Mis padres me dejaron sirviendo 306 II. 49| oficio ni beneficio, porque mis padres no me le enseñaron 307 II. 49| durmiese; él, importunado de mis ruegos, condecendió con 308 II. 50| tanto, saldré yo a dar a mis vecinas las nuevas de nuestro 309 II. 50| gobernador efectivo, y que mis señores Duque y Duquesa 310 II. 50| hago, que es por vida de mis padres, que los tengo vivos 311 II. 51| sucedió no muy a cuento de mis narices; pero no fue nada; 312 II. 51| La ocupación de mis negocios es tan grande, 313 II. 51| trabacuentas de disgusto con esos mis señores, porque si vuesa 314 II. 51| mi casa, de mi mujer y de mis hijos. Y con esto, Dios 315 II. 52| en camino; que me dicen mis amigas y mis vecinas que 316 II. 52| que me dicen mis amigas y mis vecinas que si yo y mi hija 317 II. 53| que tan cosidas tengo con mis carnes? Lo que han de hacer 318 II. 53| amigo mío, y conllevador de mis trabajos y miserias: cuando 319 II. 53| corpezuelo, dichosas eran mis horas, mis días y mis años; 320 II. 53| dichosas eran mis horas, mis días y mis años; pero después 321 II. 53| eran mis horas, mis días y mis años; pero después que os 322 II. 54| Es posible que tengo en mis brazos al mi caro amigo, 323 II. 54| quieren comer y reposar mis compañeros, y allí comerás 324 II. 54| en mi persona y en la de mis hijos. Ordené, pues, a mi 325 II. 54| Sancho hermano; que ya mis compañeros se rebullen, 326 II. 55| mí, y en qué han parado mis locuras y fantasías! De 327 II. 55| fantasías! De aquí sacarán mis huesos, cuando el cielo 328 II. 55| que no las podrán llevar mis hombros, ni son peso de 329 II. 55| hombros, ni son peso de mis costillas, ni flechas de 330 II. 55| fin del mundo. Así que, mis señores Duque y Duquesa, 331 II. 56| a pesar de la malicia de mis enemigos, casaos con él; 332 II. 58| que conquisto a fuerza de mis trabajos; pero si mi Dulcinea 333 II. 58| podría ser que encaminase mis pasos por mejor camino del 334 II. 58| tal me ha dejado ver con mis propios ojos.~ ~ -Tú dices 335 II. 58| porque te tengo asida y entre mis brazos.» Así que, Sancho, 336 II. 58| Toboso, única señora de mis pensamientos, con paz sea 337 II. 58| Quién te mete a ti en mis cosas, y en averiguar si 338 II. 59| déjame morir a mí a manos de mis pensamientos y a fuerzas 339 II. 59| pensamientos y a fuerzas de mis desgracias. Yo, Sancho, 340 II. 59| en las armas, comedido en mis acciones, respetado de príncipes, 341 II. 59| granjeadas y merecidas por mis valerosas hazañas, me he 342 II. 59| yo ahora te diré, serían mis alivios más ciertos y mis 343 II. 59| mis alivios más ciertos y mis pesadumbres no tan grandes; 344 II. 59| Dulcinea se está entera; y mis pensamientos, más firmes 345 II. 60| tus faltas y a remediar mis trabajos: véngote a azotar, 346 II. 60| cargo: denme mi caballo y mis armas, y espérenme aquí; 347 II. 60| no merecida, ni debida a mis deseos, con los cuales, 348 II. 60| con los cuales, ni con mis obras, jamás quise ni supe 349 II. 60| me hizo, así da con todas mis buenas inclinaciones en 350 II. 60| la mitad del laberinto de mis confusiones, no pierdo la 351 II. 60| escudos y sesenta reales: mis soldados deben de ser hasta 352 II. 62| tener con quien comunicar mis secretos, que no son para 353 II. 62| sea para mí y para todos mis descendientes si de hoy 354 II. 62| Volveré a ver a mi mujer y a mis hijos?~ ~ A lo que le respondieron:~ ~ - 355 II. 62| dármelos? Yo no imprimo mis libros para alcanzar fama 356 II. 62| ya en él soy conocido por mis obras: provecho quiero; 357 II. 63| quién te movió a matarme mis soldados, pues veías ser 358 II. 63| destierro decir esta verdad, ni mis tíos quisieron creerla; 359 II. 63| desterraban. Hícelo así, y con mis tíos, como tengo dicho, 360 II. 63| y la fama se la dio de mis riquezas, que, en parte, 361 II. 64| serán tuyos los despojos de mis armas y caballo, y pasará 362 II. 64| pasará a la tuya la fama de mis hazañas. Mira lo que te 363 II. 65| vienen a volverse en humo mis esperanzas.~ ~ -Calla, Sancho, 364 II. 65| año; que luego volveré a mis honrados ejercicios, y no 365 II. 66| no mi cobardía, se llevó mis alcanzadas glorias; aquí 366 II. 66| revueltas; aquí se escurecieron mis hazañas; aquí, finalmente, 367 II. 66| me han salido al gallarín mis presunciones; pues debiera 368 II. 66| atrevido y valiente, con mis obras y con mis manos acreditaba 369 II. 66| valiente, con mis obras y con mis manos acreditaba mis hechos; 370 II. 66| con mis manos acreditaba mis hechos; y agora, cuando 371 II. 66| escudero pedestre, acreditaré mis palabras cumpliendo la que 372 II. 66| don Quijote - ; cuélguense mis armas por trofeo, y al pie 373 II. 66| Rocinante, ni por la blandura de mis pies, queriendo que caminen 374 II. 66| el que los encantadores mis enemigos transformaron en 375 II. 67| persuadir que los azotes de mis posaderas tengan que ver 376 II. 67| que, celebrándola yo en mis versos, vengo a descubrir 377 II. 67| versos, vengo a descubrir mis castos deseos, pues no ando 378 II. 68| pelo del sayo, no que al de mis carnes.~ ~ -¡Oh alma endurecida! ¡ 379 II. 68| aquí al día daré rienda a mis pensamientos, y los desfogaré 380 II. 68| pudiera, Sancho, ejercitar mis armas, y mi promesa no me 381 II. 69| Agora es tiempo, hijo de mis entrañas, no que escudero 382 II. 70| Oh más duro que mármol a mis quejas,~ ~ ~ ~empedernido 383 II. 70| infierno: no le vean más mis ojos.» «-¿Tan malo es? - 384 II. 70| más que a las pestañas de mis ojos.~ ~ -Vos decís muy 385 II. 70| aquí, por no ver delante de mis ojos ya no su triste figura, 386 II. 71| provecho mío; que el amor de mis hijos y de mi mujer me hace 387 II. 71| abierto; que yo me abriré mis carnes.~ ~ Llegó la noche, 388 II. 72| mi nombre y honrarse con mis pensamientos. A vuesa merced 389 II. 74| como dije, no las impiden mis pecados. Yo tengo juicio 390 II. 74| muerte. Llámame, amiga, a mis buenos amigos: al Cura, 391 II. 74| Alonso Quijano, a quien mis costumbres me dieron renombre 392 II. 74| para un vestido. Dejo por mis albaceas al señor Cura y 393 II. 74| mandado, lo cual puedan mis albaceas distribuir en obras 394 II. 74| suplico a los dichos señores mis albaceas que si la buena