Parte. Capítulo

  1      I.     1|          veces competencia con el cura de su lugar (que era hombre
  2      I.     5|  alborotada; y estaban en ella el cura y el barbero del lugar,
  3      I.     5|      Pérez -que así se llamaba el Cura - , de la desgracia de mi
  4      I.     5|          digo yo también -dijo el Cura - , y a fee que no se pase
  5      I.     5|     tierra.~ ~ -¡Ta, ta! -dijo el Cura - . ¿Jayanes hay en la danza?
  6      I.     5|       importaba. Hízose así, y el Cura se informó muy a la larga
  7      I.     6|          grande escrutinio que el Cura y el Barbero hicieron en
  8      I.     6|        aquellos inocentes; mas el Cura no vino en ello sin primero
  9      I.     6|        Amadís de Gaula, y dijo el Cura:~ ~ -Parece cosa de misterio
 10      I.     6|            Así es verdad -dijo el Cura - , y por esa razón se le
 11      I.     6|          Pues, en verdad -dijo el Cura - que no le ha de valer
 12      I.     6|  amenazaba.~ ~ -Adelante -dijo el Cura.~ ~ -Éste que viene -dijo
 13      I.     6|          todos al corral -dijo el Cura - ; que a trueco de quemar
 14      I.     6|      Quién es ese tonel? -dijo el Cura.~ ~ -Éste es -respondió
 15      I.     6|       autor de ese libro -dijo el Cura - fue el mesmo que compuso
 16      I.     6|           Florimorte? -replicó el Cura - . Pues a fe que ha de
 17      I.     6|    Antiguo libro es éste -dijo el Cura - , y no hallo en él cosa
 18      I.     6|      conozco a su merced -dijo el Cura - . Ahí anda el señor Reinaldos
 19      I.     6|       entendiérades -respondió el Cura - ; y aquí le perdonáramos
 20      I.     6|           por entender que era el Cura tan buen cristiano y tan
 21      I.     6|              Pues ése -replicó el Cura - , con la segunda, tercera
 22      I.     6|             Válame Dios! -dijo el Cura, dando una gran voz - . ¡
 23      I.     6|        quedan?~ ~ -Éstos -dijo el Cura - no deben de ser de caballerías,
 24      I.     6|       dice esta doncella -dijo el Cura - , y será bien quitarle
 25      I.     6|          Salmantino -respondió el Cura - , acompañe y acreciente
 26      I.     6|       órdenes que recebí -dijo el Cura - , que desde que Apolo
 27      I.     6|        hay más que hacer -dijo el Cura - sino entregarlos al brazo
 28      I.     6|         No es ése pastor -dijo el Cura - , sino muy discreto cortesano:
 29      I.     6|         no fueran tantas -dijo el Cura - , fueran más estimadas:
 30      I.     6|          de ese libro -replicó el Cura - es grande amigo mío, y
 31      I.     6|         esos tres libros -dijo el Cura - son los mejores que, en
 32      I.     6|       tiene España.~ ~ Cansóse el Cura de ver más libros; y así,
 33      I.     6|            Lloráralas yo -dijo el Cura en oyendo el nombre - si
 34      I.     7|          quedaban, y quizá, si el Cura los viera, no pasaran por
 35      I.     7|       volviéndose a hablar con el Cura, le dijo:~ ~ -Por cierto,
 36      I.     7|           señor compadre -dijo el Cura - ; que Dios será servido
 37      I.     7|        Uno de los remedios que el Cura y el Barbero dieron, por
 38      I.     7|          con sus dos compadres el Cura y el Barbero, sobre que
 39      I.     7|         caballería andantesca. El Cura algunas veces le contradecía
 40      I.    20|        que yo he oído predicar al cura de nuestro lugar, que vuestra
 41      I.    23|            si es que su mal tiene cura, o sabremos quién es cuando
 42      I.    26|         como aquellos que eran el Cura y el Barbero de su mismo
 43      I.    26|     Quijote, se fueron a él, y el Cura le llamó por su nombre,
 44      I.    26|        llegase; a lo cual dijo el Cura que se la mostrase; que
 45      I.    26|      sangre. Visto lo cual por el Cura y el Barbero, le dijeron
 46      I.    26|           del rucio. Consolóle el Cura, y díjole que en hallando
 47      I.    26|       Suélenles dar -respondió el Cura - algún beneficio, simple
 48      I.    26|      decís como discreto -dijo el Cura - , y lo haréis como buen
 49      I.    26|          lo que deseaban, vino el Cura en un pensamiento muy acomodado
 50      I.    27|      salieron con su intención el Cura y el Barbero, con otras
 51      I.    27|          barbero la invención del cura, sino tan bien, que luego
 52      I.    27|      prendas una sotana nueva del Cura. El Barbero hizo una gran
 53      I.    27|         pedían aquellas cosas. El Cura le contó en breves razones
 54      I.    27|           escudero, y contaron al Cura todo lo que con él les había
 55      I.    27|  resolución, la ventera vistió al cura de modo que no había más
 56      I.    27|        rey Wamba. No consintió el Cura que le tocasen, sino púsose
 57      I.    27|          venta, cuando le vino al Cura un pensamiento: que hacía
 58      I.    27|       vino en todo aquello que el Cura quiso, y, trocando la invención,
 59      I.    27|         trocando la invención, el Cura le fue informando el modo
 60      I.    27|          dobló sus vestidos, y el Cura acomodó su barba, y siguieron
 61      I.    27|           Y sus males, ¿quién los cura?~ ~ ~ ~ Locura.~ ~ ~ ~De
 62      I.    27|         de improviso llegaron. El Cura, que era hombre bien hablado,
 63      I.    27|         porque las razones que el Cura le dijo así lo dieron a
 64      I.    27|            A esto le respondió el cura que, no sólo no se cansaban
 65      I.    27|        todos en la sala, entró el cura de la parroquia y, tomando
 66      I.    27|               Estaba esperando el cura la respuesta de Luscinda,
 67      I.    27|      historia; y al tiempo que el Cura se prevenía para decirle
 68      I.    28|         agradable aventura que al cura y barbero sucedió en la
 69      I.    28|            cuenta que así como el Cura comenzó a prevenirse para
 70      I.    28|           oyeron y percibieron el Cura y los que con él estaban,
 71      I.    28|          habían sido sentidos, el Cura, que iba delante, hizo señas
 72      I.    28|         tal, que Cardenio dijo al cura, con voz baja:~ ~ -Ésta,
 73      I.    28|       tres, salieron a ella, y el cura fue el primero que le dijo:~ ~ -
 74      I.    28|          asiéndola por la mano el Cura, prosiguió diciendo:~ ~ -
 75      I.    28|    desgracias.~ ~ En tanto que el Cura decía estas razones estaba
 76      I.    28|          vistas. Mas volviendo el cura a decirle otras razones
 77      I.    28|         grande alteración, que el Cura y el Barbero, que miraron
 78      I.    29|          aunque luego quisiera el Cura consolarla y aconsejarla,
 79      I.    29|          no menos voluntad que el Cura a todo aquello que fuese
 80      I.    29|          es menester más -dijo el cura - sino que luego se ponga
 81      I.    29|      criatura; y así, preguntó al Cura con grande ahínco le dijese
 82      I.    29|      hermosa señora -respondió el cura - , Sancho hermano, es,
 83      I.    29|             Llámase -respondió el cura - la princesa Micomicona,
 84      I.    29|          Así debe de ser -dijo el cura - ; y en lo del casarse
 85      I.    29|         contento Sancho cuanto el cura admirado de su simplicidad,
 86      I.    29|         Dorotea sobre la mula del Cura, y el barbero se había acomodado
 87      I.    29|          su amo; puesto que ni el cura ni Cardenio quisieron ir
 88      I.    29|       Cardenio había tenido, y el Cura, porque no era menester
 89      I.    29|        poco. No dejó de avisar el Cura lo que había de hacer Dorotea;
 90      I.    29|         unas breñas Cardenio y el Cura, y no sabían qué hacerse
 91      I.    29|       juntarse con ellos; pero el Cura, que era gran tracista,
 92      I.    29|       Quijote y sus camaradas, el Cura se le puso a mirar muy de
 93      I.    29|        fuerza por apearse; mas el Cura no lo consintió, por lo
 94      I.    29|           en ningún modo -dijo el Cura - : estése la vuestra grandeza
 95      I.    29|           en un punto, convidó al Cura con la silla, y él la tomó
 96      I.    29|        las quitaran aposta!~ ~ El Cura, que vio el peligro que
 97      I.    29|    Quijote sobremanera, y rogó al Cura que cuando tuviese lugar
 98      I.    29|  aprovechaba.~ ~ -Así es -dijo el Cura, y prometió de enseñársele
 99      I.    29|           por entonces subiese el cura, y a trechos se fuesen los
100      I.    29|         Quijote, la Princesa y el Cura, y los tres a pie, Cardenio,
101      I.    29|                Si así es -dijo el Cura - , por la mitad de mi pueblo
102      I.    29|        con brevedad -respondió el cura - ; porque sabrá vuestra
103      I.    29|        Habíales contado Sancho al cura y al Barbero la aventura
104      I.    29|           esto cargaba la mano el cura refiriéndola, por ver lo
105      I.    29|              Éstos, pues -dijo el Cura - , fueron los que nos robaron.
106      I.    30|           No hubo bien acabado el Cura, cuando Sancho dijo:~ ~ -
107      I.    30|         Eso juro yo bien -dijo el cura - , y aun me hubiera quitado
108      I.    30|           olvidó el nombre que el Cura le había puesto; pero él
109      I.    30|      Dorotea respondiese, tomó el Cura la mano, y dijo:~ ~ -Debe
110      I.    30|        esto lleva camino -dijo el Cura - ; y prosiga vuestra Majestad
111      I.    30|           estas pláticas, dijo el cura a Dorotea que había andado
112      I.    30|           lo entendí así -dijo el cura - , y por eso acudí luego
113      I.    30|         cosa hay en ello -dijo el cura - : que fuera de las simplicidades
114      I.    31|          el primer lugar que haya cura; y si no, ahí está nuestro
115      I.    31|           fuente, y con lo que el cura se acomodó en la venta satisficieron,
116      I.    32|           zagal Cardenio. Hizo el cura que les aderezasen de comer
117      I.    32|       gusto recibieron. Y como el Cura dijese que los libros de
118      I.    32|       señora doncella?~ ~-dijo el Cura, hablando con la hija del
119      I.    32|               Ahora bien -dijo el Cura - , traedme, señor huésped,
120      I.    32|           de Paredes. Así como el Cura leyó los dos títulos primeros,
121      I.    32|      ventero.~ ~ -No más -dijo el Cura - que estos dos: el de Don
122      I.    32|              Hermano mío -dijo el Cura - , estos dos libros son
123      I.    32|         hermano -tornó a decir el Cura - , que no hubo en el mundo
124      I.    32|          dicho, amigo -replicó el Cura - , que esto se hace para
125      I.    32|         libros el ventero; mas el cura le dijo:~ ~ -Esperad, que
126      I.    32|     curioso impertinente. Leyó el cura para sí tres o cuatro renglones,
127      I.    32|       mucha razón, amigo -dijo el Cura - ; mas, con todo eso, si
128      I.    32|      pareciéndole lo mismo que al Cura, le rogó que la leyese de
129      I.    32|                Sí leyera -dijo el Cura - , si no fuera mejor gastar
130      I.    32|         Pues desa manera -dijo el Cura - , quiero leerla, por curiosidad
131      I.    32|        también; lo cual visto del cura, y entendiendo que a todos
132      I.    35|          decís, hermano? -dijo el Cura, dejando de leer lo que
133      I.    35|      golpes, que si Cardenio y el cura no se le quitaran, él acabara
134      I.    35|         rotos cueros.~ ~ Tenía el cura de las manos a don Quijote,
135      I.    35|           de rodillas delante del cura, diciendo:~ ~ -Bien puede
136      I.    35|         el Barbero, Cardenio y el Cura, que con no poco trabajo,
137      I.    35|          en cuando se sonreía. El cura lo sosegó todo, prometiendo
138      I.    35|         boca. Sosegados todos, el Cura quiso acabar de leer la
139      I.    35|      principio.~ ~ -Bien -dijo el Cura - me parece esta novela;
140      I.    36|           muy cerca? -preguntó el Cura.~ ~ -Tan cerca -respondió
141      I.    36|    caballeriza.~ ~ Viendo esto el Cura, deseoso de saber qué gente
142      I.    36|            quién es? -preguntó el Cura.~ ~ -Tampoco sabré decir
143      I.    36|       alguno dellos? -preguntó el cura.~ ~ -No, por cierto -respondió
144      I.    36|          Todo podría ser -dijo el cura.~ ~ Y dejándolos, se volvió
145      I.    36|         el suelo. Acudió luego el Cura a quitarle el embozo, para
146      I.    36|      amigos de don Fernando, y el Cura y el Barbero, que a todo
147      I.    36|           que advirtiese -dijo el Cura - que sola la muerte podía
148      I.    37|           lo ponía en su punto el Cura, como discreto, y a cada
149      I.    37|         promesa que Cardenio y el Cura le habían hecho de pagalle
150      I.    37| entretanto que se vestía contó el cura a don Fernando y a los demás
151      I.    37|          disparatado. Dijo más el Cura: que pues ya el buen suceso
152      I.    37|           lado de las señoras, el Cura y el Barbero. Y así, cenaron
153      I.    38|          pizmienta caballería. El cura le dijo que tenía mucha
154      I.    38|       obedecelle, le contaría. El cura y todos los demás se lo
155      I.    42|           Fernando, Cardenio y el Cura le hicieron más llanos y
156      I.    42|         Fernando, a Cardenio y al Cura, les contó lo que pasaba,
157      I.    42|          esa experiencia -dijo el Cura - ; cuanto más que no hay
158      I.    42|          Ya os digo -respondió el Cura - que yo lo trazaré de modo,
159      I.    42|          mitad de la cena dijo el Cura:~ ~ -Del mesmo nombre de
160      I.    42|           Llamábase -respondió el Cura - Rui Pérez de Viedma, y
161      I.    42|          aquí fue prosiguiendo el Cura, y con brevedad sucinta
162      I.    42|           entonces. Sólo llegó el Cura al punto de cuando los franceses
163      I.    42|        Francia.~ ~ Todo lo que el Cura decía estaba escuchando
164      I.    42|         el cual, viendo que ya el Cura había llegado al fin de
165      I.    42|         lástima. Viendo, pues, el Cura que tan bien había salido
166      I.    42|           capitán a ver lo que el cura quería hacer, que fué que,
167      I.    44|           camaradas, el Oidor, el Cura, el Barbero y don Quijote,
168      I.    45|       babera.~ ~ -Así es -dijo el Cura, que ya había entendido
169      I.    45|           albarda o jaez -dijo el Cura - no está en más de decirlo
170      I.    45|           ser de borrica -dijo el Cura.~ ~ -Tanto monta -dijo el
171      I.    45|      favorecían a don Quijote; el Cura daba voces; la ventera gritaba;
172      I.    45|           y vuestra merced, señor Cura, y el uno sirva de rey Agramante,
173      I.    45|        persuasión del Oidor y del Cura, volvieron los criados de
174      I.    45|           Fernando, Cardenio y el Cura qué debía hacer en aquel
175      I.    45|            Tomó el mandamiento el Cura y vio como era verdad cuanto
176      I.    46|            estaba persuadiendo el Cura a los cuadrilleros como
177      I.    46|             Con todo eso -dijo el Cura - , por esta vez no le habéis
178      I.    46|          efeto, tanto les supo el Cura decir, y tantas locuras
179      I.    46|         del yelmo de Mambrino, el Cura, a socapa y sin que don
180      I.    46|        dádiva y recompensa que el Cura había hecho al barbero,
181      I.    46|       ardite. Todo lo apaciguó el Cura, y lo pagó don Fernando,
182      I.    46|        mucha elocuencia del señor Cura y a la incomparable liberalidad
183      I.    46|         que él le perdonaba, y el Cura fue por Sancho, el cual
184      I.    46|           Micomicona, pudiesen el Cura y el Barbero llevársele,
185      I.    46|           deseaban, y procurar la cura de su locura en su tierra.
186      I.    46|           por orden y parecer del Cura, se cubrieron los rostros
187      I.    46|          pensado que sucedería el Cura, trazador desta máquina.
188      I.    47|         presteza. Ya, en esto, el Cura se había concertado con
189      I.    47|       pasaban con don Quijote, el Cura y el Barbero se despidieron
190      I.    47|          diciendo don Fernando al Cura dónde había de escribirle
191      I.    47|         de Luscinda a su casa. El Cura ofreció de hacer cuanto
192      I.    47|            El ventero se llegó al Cura y le dio unos papeles, diciéndole
193      I.    47|           leer, no los quería. El Cura se lo agradeció, y abriéndolos
194      I.    47|      deetrás de todo esto iban el Cura y el Barbero sobre sus poderosas
195      I.    47|            y comunicándolo con el Cura, fue de parecer el Barbero
196      I.    47|     camino.~ ~ En esto, volvió el Cura el rostro, y vio que a sus
197      I.    47|  cuadrilleros, Sancho, Rocinante, Cura y Barbero, y más a don Quijote
198      I.    47|      tiempo, habían ya llegado el Cura y el Barbero, viendo que
199      I.    47|      Mancha -dijo a esta sazón el Cura - ; que él va encantado
200      I.    47|          Y volviéndose a mirar al Cura, prosiguió diciendo:~ ~ -¡
201      I.    47|           diciendo:~ ~ -¡Ah señor Cura, señor Cura! ¿Pensaba vuestra
202      I.    47|              Ah señor Cura, señor Cura! ¿Pensaba vuestra merced
203      I.    47|          esto que he dicho, señor Cura, no es más de por encarecer
204      I.    47|      simplicidades lo que él y el Cura tanto procuraban encubrir;
205      I.    47|         este mesmo temor había el Cura dicho al Canónigo que caminasen
206      I.    47|             Verdaderamente, señor Cura, yo hallo por mi cuenta
207      I.    47|        como a gente inútil.~ ~ El Cura le estuvo escuchando con
208      I.    48|           señor Canónigo -dijo el Cura - , y por esta causa son
209      I.    48|    Canónigo -dijo a esta sazón el Cura - , que ha despertado en
210      I.    48|         llegaban el Canónigo y el Cura, cuando, adelantándose el
211      I.    48|          llegó a ellos, y dijo al Cura:~ ~ -Aquí, señor licenciado,
212      I.    48|         parece a mí -respondió el Cura.~ ~ Y, diciéndole al Canónigo
213      I.    48|       como de la conversación del Cura, de quien ya iba aficionado,
214      I.    48|           continua asistencia del Cura y el Barbero, que tenía
215      I.    48|      cubiertos los rostros son el Cura de nuestro lugar y el Barbero;
216      I.    48|        vienen con nosotros son el Cura y el Barbero, nuestros compatriotos
217      I.    48|         acompañan el Barbero y el Cura de nuestro pueblo, y, por
218      I.    49|        apeados, los aguardaban el Cura, el Canónigo y el Barbero.
219      I.    49|         escudero; el cual rogó al Cura que permitiese que su señor
220      I.    49|        como su amo. Entendióle el Cura, y dijo que de muy buena
221      I.    50|         creo yo muy bien -dijo el Cura - ; que ya yo  de experiencia
222      I.    50|           ese señor -señalando al cura - ha dicho, y la mía.~ ~
223      I.    52|           había dicho muy bien el Cura en decir que los montes
224      I.    52|   estorbábanselo el Canónigo y el Cura; mas el Barbero hizo de
225      I.    52|          de risa el Canónigo y el Cura, saltaban los cuadrilleros
226      I.    52| diciplinantes, bien que fueran el Cura y el Canónigo y Barbero
227      I.    52|    creyendo que estaba muerto. El Cura fue conocido de otro cura
228      I.    52|         Cura fue conocido de otro cura que en la procesión venía;
229      I.    52|        dos escuadrones. El primer Cura dio al segundo, en dos razones,
230      I.    52|        corre.~ ~ El Canónigo y el Cura y Barbero le dijeron que
231      I.    52|    quisieron pasar adelante, y el Cura les pagó lo que se les debía:
232      I.    52|       debía: el Canónigo pidió al Cura le avisase el suceso de
233      I.    52|      apartaron, quedando solos el Cura y Barbero, don Quijote y
234      I.    52|           siguió el camino que el Cura quiso, y a cabo de seis
235      I.    52|           en qué parte estaba. El Cura encargó a la sobrina tuviese
236     II.     1|         Capítulo I.~ De lo que el cura y el Barbero pasaron con
237     II.     1|     salida de don Quijote, que el Cura y el Barbero se estuvieron
238     II.     1|       buen entendimiento; pero el cura, mudando el propósito primero,
239     II.     1|       ella.~ ~ Apenas oyó esto el Cura, cuando dijo entre sí: «-¡
240     II.     1|          mesmo pensamiento que el Cura, preguntó a don Quijote
241     II.     1|        señor don Quijote -dijo el Cura.~ ~ -No querría -dijo don
242     II.     1|           aprendí del romance del cura que en el prefacio avisó
243     II.     1|       Cuando no lo fuera -dijo el cura - , yo le abono y salgo
244     II.     1|      merced, ¿quién le fía, señor Cura? -dijo don Quijote.~ ~ -
245     II.     1|           profesión -respondió el cura - , que es de guardar secreto.~ ~ -¡
246     II.     1|        licencia don Quijote, y el Cura y los demás le prestaron
247     II.     1|          que pudiera decir, señor Cura, fueron caballeros andantes,
248     II.     1|          lo .~ ~ A esto dijo el Cura:~ ~ -Aun bien que yo casi
249     II.     1|           tiene licencia el señor Cura, y así, puede decir su escrúpulo,
250     II.     1|         beneplácito -respondió el cura - , digo que mi escrúpulo
251     II.     1|     grandeza.~ ~ -Así es -dijo el Cura.~ ~ El cual, gustando de
252     II.     1|       merced ha dicho -replicó el Cura - , no fue maravilla que
253     II.     1|   respondió don Quijote - , señor Cura, fue una doncella destraída,
254     II.     1|                 Milagro! -dijo el Cura.~ ~ Y en esto, oyeron que
255     II.     2|        que oyeron don Quijote, el Cura y el Barbero eran de la
256     II.     2|          Grande gusto recebían el Cura y el Barbero de oír el coloquio
257     II.     2|        entrar. Entró Sancho, y el Cura y el Barbero se despidieron
258     II.     2|       caballerías; y así, dijo el Cura al Barbero:~ ~ -Vos veréis,
259     II.     2|         Dios los remedie -dijo el Cura - , y estemos a la mira:
260     II.     2|           Yo seguro -respondió el Cura - que la Sobrina o el Ama
261     II.     4|         secreta, especialmente al Cura y a maese Nicolás, y a su
262     II.     7|   Bachiller fue luego a buscar al Cura, a comunicar con él lo que
263     II.     7|    historia, todo por consejo del Cura y del Barbero, con quien
264     II.     9|        esa casa frontera viven el cura y el sacristán del lugar:
265     II.    15|           primero en bureo con el Cura y el Barbero sobre qué medio
266     II.    20|         como carnero; y a nuestro cura he oído decir que con igual
267     II.    21|            venían acompañados del cura, y de la parentela de entrambos,
268     II.    21|         sacar el estoque; pero el cura, que estaba presente, fue
269     II.    21|           bien de ser tuyo.~ ~ El cura oyendo lo cual, le dijo
270     II.    21|           ni la respondiera si el cura no la dijera que se determinase
271     II.    21|      manos Basilio y Quiteria, el cura, tierno y lloroso, los echó
272     II.    21|       industria, industria!~ ~ El cura, desatentado y atónito,
273     II.    21|         se helase. Finalmente, el cura y Camacho con todos los
274     II.    21|           él las persuasiones del cura, que era varón prudente
275     II.    45|           otro caso como aquél al cura de su lugar, y que él tenía
276     II.    50|          quien la lea, ora sea el Cura mesmo, o el bachiller Sansón
277     II.    50|      nuestro contento, y al padre Cura y a maese Nicolás el barbero,
278     II.    50|        encontrándose acaso con el Cura y Sansón Carrasco, comenzó
279     II.    50|     dioles las cartas. Leyólas el cura de modo que las oyó Sansón
280     II.    50|           Carrasco, y Sansón y el cura se miraron el uno al otro,
281     II.    50|          más de tanto. Quitóle el cura los corales del cuello,
282     II.    50|            Bien echaron de ver el Cura y el Bachiller que el paje
283     II.    50|     cuando Teresa dijo:~ ~ -Señor cura, eche cata por ahí si hay
284     II.    50|       demás?~ ~ Oyendo lo cual el cura, dijo:~ ~ -Yo no puedo creer
285     II.    50|        tarde.~ ~ A lo que dijo el cura:~ ~ -Vuesa merced se vendrá
286     II.    50|      conceder por su mejora, y el Cura le llevó consigo de buena
287     II.    51|       mismo de sí mismo que él no cura las enfermedades cuando
288     II.    52|           crea, principalmente el Cura, y maese Nicolás el barbero,
289     II.    52|        andando en coche.~ ~ ~ «El Cura, el Barbero, el Bachiller,
290     II.    58|            señores pastores: ¿hay cura de aldea, por discreto y
291     II.    67|           le venga en voluntad al Cura de entrar también en el
292     II.    67|      Boscán se llamó Nemoroso; al Cura no  qué nombre le pongamos,
293     II.    67|          por las casas ajenas. El Cura no será bien que tenga pastora,
294     II.    67|    bachiller Sansón Carrasco. Del cura no digo nada; pero yo apostaré
295     II.    67|     Carrascón, de desdeñado, y el cura Curiambro de lo que él más
296     II.    71|           si vendrá bien con la cura la paga, y no querría que
297     II.    73|     acuerdo mal, he oído decir al cura de nuestro pueblo que no
298     II.    73|          un pradecillo rezando al Cura y al bachiller Carrasco.
299     II.    73|       luego conocidos los dos del Cura y del Bachiller, que se
300     II.    73|       mochachos y acompañados del Cura y del Bachiller, entraron
301     II.    73|         su ama, y en compañía del Cura y del Bachiller.~ ~ Don
302     II.    73|       solas con el Bachiller y el Cura, y en breves razones les
303     II.    73|          como de molde. Díjole el Cura que los dijese. Respondió
304     II.    73|         el pastor Carrascón; y el Cura, el pastor Curambro; y Sancho
305     II.    73|            Así es verdad -dijo el cura - , pero nosotros buscaremos
306     II.    73|       aplicación del nombre, y el Cura le alabó infinito su honesta
307     II.    74|         visitado muchas veces del Cura, del Bachiller y del Barbero,
308     II.    74|           a mis buenos amigos: al Cura, al bachiller Sansón Carrasco
309     II.    74|        que, en tanto que el señor Cura me confiesa, vayan por el
310     II.    74|            Hizo salir la gente el Cura, y quedóse solo con él,
311     II.    74|          la confesión, y salió el Cura, diciendo:~ ~ -Verdaderamente
312     II.    74|         por mis albaceas al señor Cura y al señor bachiller Sansón
313     II.    74|       murió.~ ~ Viendo lo cual el Cura, pidió al escribano le diese
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