Parte. Capítulo

  1      I.     1|            por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras
  2      I.     1|            que hizo fue limpiar unas armas que habían sido de sus bisabuelos,
  3      I.     1|         della.~ ~ Limpias, pues, sus armas, hecho del morrión celada,
  4      I.     2|          julio, se armó de todas sus armas, subió sobre Rocinante,
  5      I.     2|              ni podía ni debía tomar armas con ningún caballero; y,
  6      I.     2|            lo fuera, había de llevar armas blancas, como novel caballero,
  7      I.     2|              le tenían. En lo de las armas blancas, pensaba limpiarlas
  8      I.     2|        figura contrahecha, armada de armas tan desiguales como eran
  9      I.     2|            porque mis arreos son las armas, mi descanso el pelear,
 10      I.     2|             el trabajo y peso de las armas no se puede llevar sin el
 11      I.     2|           negro y mugriento como sus armas; pero era materia de grande
 12      I.     3|          vuestro castillo velaré las armas, y mañana, como tengo dicho,
 13      I.     3|         alguna donde poder velar las armas, porque estaba derribada
 14      I.     3|          luego orden como velase las armas en un corral grande que
 15      I.     3|              huésped, la vela de las armas y la armazón de caballería
 16      I.     3|         lanza, ponía los ojos en las armas, sin quitarlos por un buen
 17      I.     3|              fue menester quitar las armas de don Quijote, que estaban
 18      I.     3|               que llegas a tocar las armas del más valeroso andante
 19      I.     3|              Hecho esto, recogió sus armas y tornó a pasearse con el
 20      I.     3|             y, llegando a quitar las armas para desembarazar la pila,
 21      I.     3|          pila, por no desamparar las armas. El ventero daba voces que
 22      I.     3|             y tornó a la vela de sus armas, con la misma quietud y
 23      I.     3|           que tocaba al velar de las armas, que con solas dos horas
 24      I.     4|              aquella figura llena de armas blandiendo la lanza sobre
 25      I.     4|              el peso de las antiguas armas. Y entre tanto que pugnaba
 26      I.     4|              despecho y pesar de sus armas, le molió como cibera. Dábanle
 27      I.     5|            más sosegada. Recogió las armas, hasta las astillas de la
 28      I.     5|           adarga, ni la lanza ni las armas. ¡Desventurada de mí! que
 29      I.     9|            ejercicio de las andantes armas, y al desfacer agravios,
 30      I.    13|          trabajo, la inquietud y las armas sólo se inventaron e hicieron
 31      I.    13|         acometer algún gran fecho de armas tuviese su señora delante,
 32      I.    13|             al pie del trofeo de las armas de Orlando, que decía:~ ~ ~
 33      I.    15|           anejas al ejercicio de las armas, aquí me dejaría morir de
 34      I.    15|      quedamos afrentados: porque las armas que aquellos hombres traían,
 35      I.    18|        caballero que allí ves de las armas jaldes, que trae en el escudo
 36      I.    18|             de Plata; el otro de las armas de las flores de oro, que
 37      I.    18|             que viene armado con las armas partidas a cuarteles, azules,
 38      I.    18|        poderosa alfana, que trae las armas como nieve blancas y el
 39      I.    18|              ligera cebra y trae las armas de los veros azules, es
 40      I.    18|     imaginaba, y a todos les dio sus armas, colores, empresas y motes
 41      I.    18|       caballero alguno, ni gatos, ni armas, ni escudos partidos ni
 42      I.    19|              era gente medrosa y sin armas, y así, con facilidad en
 43      I.    20|               extrañezas y fechos de armas, que escurezcan las más
 44      I.    21|      caballero, conociéndole por las armas, o por la empresa del escudo,
 45      I.    21|               habiéndole quitado las armas, le traerán un rico manto
 46      I.    22|          ropilla que traía sobre las armas, y las medias calzas le
 47      I.    23|            de ver la figura, talle y armas de don Quijote que don Quijote
 48      I.    25|          tengo de quitar todas estas armas y quedar desnudo como cuando
 49      I.    25|             vestiduras, esparcir las armas y darme de calabazadas por
 50      I.    29|           punto. Sancho descolgó las armas, que, como trofeo, de un
 51      I.    31|          alcanzo y alcanzare por las armas en esta vida, toda me viene
 52      I.    37|      amarillo, la desigualdad de sus armas y su mesurado continente,
 53      I.    37|           letras hacen ventaja a las armas; que les diré, y sean quien
 54      I.    37|            los del cuerpo, y que las armas sólo con el cuerpo se ejercitan,
 55      I.    37|              si en esto que llamamos armas los que las profesamos no
 56      I.    37|           Siendo, pues, ansí que las armas requieren espíritu, como
 57      I.    37|          como merece aquel a que las armas atienden, las cuales tienen
 58      I.    37|        guerra; que lo mesmo es decir armas que guerra. Prosupuesta,
 59      I.    37|              los del profesor de las armas, y véase cuáles son mayores.~ ~
 60      I.    37|               a quien son anejas las armas, le escuchaban de muy buena
 61      I.    38|              hizo don Quijote de las armas y las letras~ ~ Prosiguiendo
 62      I.    38|             a la preeminencia de las armas contra las letras materia
 63      I.    38|             se podrían sustentar las armas, porque la guerra también
 64      I.    38|       letrados. A esto responden las armas que las leyes no se podrán
 65      I.    38|            sin ellas, porque con las armas se defienden las repúblicas,
 66      I.    38|          había dicho en favor de las armas, y que él, aunque letrado
 67      I.    39|           seguir el ejercicio de las armas, sirviendo en él a Dios
 68      I.    39|           Milán, donde me acomodé de armas y de algunas galas de soldado,
 69      I.    41|         todos ellos echar mano a las armas, que pocas o casi ningunas
 70      I.    42|          mundo que no  lugar a las armas y a las letras, y más si
 71      I.    42|             las letras, y más si las armas y letras traen por guía
 72      I.    42|            consigo; aquí hallará las armas en su punto y la hermosura
 73      I.    45|               digo, a los géneros de armas de los soldados; y digo,
 74      I.    47|              y alteza honrosa de las armas.~ ~ -Dice verdad el señor
 75      I.    48|            aquellos que profesan las armas, como vuestra merced las
 76      I.    50|            pesadumbre de sus fuertes armas, encomendándose a Dios y
 77      I.    52|         peregrino.~ ~ ~ ~ Cuelga las armas y el acero fino~ ~ ~ ~Con
 78     II.     1|           del cielo, armado de todas armas desde los pies a la cabeza;
 79     II.     1|        teórica de la práctica de las armas, que sólo vivieron y resplandecieron
 80     II.     2|           ser; y el roto, más de las armas que del tiempo.~ ~ -En lo
 81     II.     5|              de manera que esté para armas tomar: dobladle los piensos,
 82     II.     6|              letras; otro, el de las armas. Yo tengo más armas que
 83     II.     6|              las armas. Yo tengo más armas que letras, y nací, según
 84     II.     6|               según me inclino a las armas, debajo de la influencia
 85     II.     7|           luz resplandeciente de las armas! ¡Oh honor y espejo de la
 86     II.     8|        puente abajo, armado de todas armas, en la profundidad del Tibre? ¿
 87     II.    12|        arrojarse, hicieron ruido las armas de que venía armado, manifiesta
 88     II.    12|             al caer le crujieron las armas.~ ~ -Pues ¿en qué halla
 89     II.    14|            que la sustentará con sus armas a pie, o a caballo, o de
 90     II.    14|       caballeros hagan sus fechos de armas a escuras, como los salteadores
 91     II.    14|           riñiremos a talegazos, con armas iguales.~ ~ -Desa manera,
 92     II.    14|            alto de cuerpo. Sobre las armas traía una sobrevesta o casaca,
 93     II.    16|         caballero andante, armado de armas ofensivas y defensivas,
 94     II.    16|             hace él profesión de las armas, para tener invidia a la
 95     II.    16|          amarillez de su rostro, sus armas, su ademán y compostura;
 96     II.    16|      escudero, ni todas juntas estas armas, ni la amarillez de mi rostro,
 97     II.    17|             me necesita, a tomar mis armas.~ ~ El del Verde Gabán,
 98     II.    17|           pero viose desigual en las armas, y no le pareció cordura
 99     II.    17|           armado de resplandecientes armas, pasar la tela en alegres
100     II.    18|             ancha como de aldea; las armas, empero, aunque de piedra
101     II.    18|          bisunto con la mugre de las armas: el cuello era valona a
102     II.    21|              el suelo, de sus mismas armas traspasado.~ ~ Acudieron
103     II.    22|         teniéndole por un Cid en las armas y por un Cicerón en la elocuencia.
104     II.    24|             el hombre - , porque las armas que veis que aquí llevo
105     II.    24| especialmente en el ejercicio de las armas, por las cuales se alcanzan,
106     II.    24|        mayorazgos las letras que las armas, todavía llevan un no 
107     II.    24|              un no  qué los de las armas a los de las letras, con
108     II.    25|           del hombre condutor de las armas. Fuele a buscar donde el
109     II.    26|           tablas, y pide apriesa las armas, y a don Roldán su primo
110     II.    27|             de diferentes suertes de armas, como si dijésemos lanzones,
111     II.    27|          cuyo ejercicio es el de las armas, y cuya profesión, la de
112     II.    27|             que os mueve a tomar las armas a cada paso, para vengaros
113     II.    27|        cuatro cosas han de tomar las armas y desenvainar las espadas,
114     II.    27|             que obliguen a tomar las armas; pero tomarlas por niñerías
115     II.    29|         ganso, aunque el peso de las armas le llevó al fondo dos veces;
116     II.    32|              que saben todos que las armas de los togados son las mesmas
117     II.    32|          géneros de gente carecen de armas ofensivas y defensivas;
118     II.    32|         tocantes al ejercicio de las armas y de la andante caballería.~ ~
119     II.    34|             al duro ejercicio de las armas y que no podía llevar consigo
120     II.    35|            las sangrientas y pesadas armas!~ ~ ~ ~A ti digo, ¡oh varón
121     II.    38|       caballeros que han tratado las armas en el mundo. Conjúrote,
122     II.    42|           doy tanto son menester las armas como las letras, y las letras
123     II.    42|        letras, y las letras como las armas.~ ~ -Letras -respondió Sancho - ,
124     II.    42|              buen gobernador. De las armas manejaré las que me dieren,
125     II.    48|              ya por ruegos, o ya por armas, pues según todo el mundo
126     II.    52|             de aquel castillo; y las armas, las acostumbradas de los
127     II.    52|        mandóle el concejo pintar las armas de su Majestad sobre las
128     II.    53|           Sancho - , ni qué  yo de armas ni de socorros? Estas cosas
129     II.    53|          merced; que aquí le traemos armas ofensivas y defensivas,
130     II.    56|             unas fuertes y lucientes armas. El caballo mostraba ser
131     II.    58|           que es el ejercicio de las armas; sino que la diferencia
132     II.    59|             historias, famoso en las armas, comedido en mis acciones,
133     II.    59|              yo le haré entender con armas iguales que va muy lejos
134     II.    60|               denme mi caballo y mis armas, y espérenme aquí; que yo
135     II.    60|          ciudad, armado de todas sus armas, sobre Rocinante su caballo,
136     II.    62|              por la profesión de las armas resplandece y campea sobre
137     II.    64|             a él en Berbería con sus armas y caballo; que él le sacaría
138     II.    64|           playa, armado de todas sus armas, porque, como muchas veces
139     II.    64|     satisfación sino que dejando las armas y absteniéndote de buscar
140     II.    64|            tuyos los despojos de mis armas y caballo, y pasará a la
141     II.    64|        rendido y obligado a no tomar armas en un año; imaginaba la
142     II.    65|      despidió dél; y, hecho liar sus armas sobre un macho, luego al
143     II.    65|             el rucio cargado con las armas.~ ~ ~ ~
144     II.    66|            olvidado ejercicio de las armas.~ ~ -Señor -respondió Sancho - ,
145     II.    66|              jornadas. Dejemos estas armas colgadas de algún árbol,
146     II.    66|           Quijote - ; cuélguense mis armas por trofeo, y al pie dellas
147     II.    66|              que en el trofeo de las armas de Roldán estaba escrito:~ ~ ~ ~
148     II.    66|                    Pues ni él ni las armas -replicó don Quijote - quiero
149     II.    66|           las ya rotas y sangrientas armas, ni por las mansedumbres
150     II.    66|          desafiado puede escoger las armas, no es bien que éste las
151     II.    68|              los lados el lío de las armas y la albarda de su jumento,
152     II.    68|            suelo a la albarda, a las armas, al rucio, a Rocinante,
153     II.    68|       pudiera, Sancho, ejercitar mis armas, y mi promesa no me hubiera
154     II.    70|        Quijote quedaba, buscó nuevas armas y caballo, y puso en el
155     II.    73|          rucio y sobre el lío de las armas, para que sirviese de repostero,
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License