Parte. Capítulo

  1      I.    24|          manera:~ ~ -Mi nombre es Cardenio; mi patria, una ciudad de
  2      I.    24|       dijo: «Por esa carta verás, Cardenio, la voluntad que el duque
  3      I.    24|           a dos días te partirás, Cardenio, a hacer la voluntad del
  4      I.    24|        dicho, se le había caído a Cardenio la cabeza sobre el pecho,
  5      I.    24|        diere.~ ~ Estábale mirando Cardenio muy atentamente, al cual
  6      I.    24|          Digo, pues, que, como ya Cardenio estaba loco, y se oyó tratar
  7      I.    24|         si sería posible hallar a Cardenio, porque quedaba con grandísimo
  8      I.    25|        castigo. Y porque veas que Cardenio no supo lo que dijo, has
  9      I.    25|          montas que no se librara Cardenio por loco!~ ~ -Contra cuerdos
 10      I.    25|    librillo de memoria que fue de Cardenio, y tú tendrás cuidado de
 11      I.    25|          de salir al camino, como Cardenio, a quitárselo a los pastores?~ ~ -
 12      I.    27|     cuando les contó el cuento de Cardenio; el cual hombre cuando los
 13      I.    27|          de las desdichas. Estaba Cardenio entonces en su entero juicio,
 14      I.    27|          de Amadís de Gaula, dijo Cardenio que le tenía bien en la
 15      I.    27|        desta manera:~ ~LUSCINDA A CARDENIO~ ~ «Cada día descubro en
 16      I.    27|       Luscinda me vio, me dijo: «-Cardenio, de boda estoy vestida;
 17      I.    27|             Digo, pues -prosiguió Cardenio - , que estando todos en
 18      I.    27|           muerte.~ ~ Aquí dio fin Cardenio a su larga plática y tan
 19      I.    28|        prevenirse para consolar a Cardenio, lo impidió una voz que
 20      I.    28|  hermosura incomparable; tal, que Cardenio dijo al cura, con voz baja:~ ~ -
 21      I.    28|        habían visto, y aun los de Cardenio, si no hubieran mirado y
 22      I.    28|          cuento contaba, cuando a Cardenio se le mudó la color del
 23      I.    28|           en cuando le venía. Mas Cardenio no hizo otra cosa que trasudar
 24      I.    28|    advertir en los movimientos de Cardenio, prosiguió su historia,
 25      I.    28|           aquí tienes.»~ ~ Cuando Cardenio le oyó decir que se llamaba
 26      I.    28|         Dorotea en las razones de Cardenio y en su extraño y desastrado
 27      I.    28|    perdiera yo, señora -respondió Cardenio - , en decirte lo que pienso,
 28      I.    28|      dignas de admiración.~ ~ Oyó Cardenio el nombre de Luscinda, y
 29      I.    28|        Fernando, porque lo era de Cardenio que, a lo que el hombre
 30      I.    28|         verdadera esposa de aquel Cardenio que he dicho. Supe más:
 31      I.    28|           dicho. Supe más: que el Cardenio, según decían, se halló
 32      I.    29| aconsejarla, tomó primero la mano Cardenio, diciendo:~ ~ -En fin, señora, ¿
 33      I.    29|       dicho de la mala manera que Cardenio estaba vestido, y así, le
 34      I.    29|      nombrado.~ ~ -Soy -respondió Cardenio - aquel sin ventura que,
 35      I.    29|         esposa. Soy el desdichado Cardenio, a quien el mal término
 36      I.    29|           vuestros.~ ~ Con lo que Cardenio dijo, se acabó de admirar
 37      I.    29|   besárselos; mas no lo consintió Cardenio, y el Licenciado respondió
 38      I.    29|        aprobó el buen discurso de Cardenio, y, sobre todo, les rogó,
 39      I.    29|        les pareciese conveniente. Cardenio y Dorotea se lo agradecieron,
 40      I.    29|           Vínosele a la memoria a Cardenio, como por sueños, la pendencia
 41      I.    29|          le pesase. Contó luego a Cardenio y a Dorotea lo que tenían
 42      I.    29|          puesto que ni el cura ni Cardenio quisieron ir con ellos,
 43      I.    29|      Quijote la pendencia que con Cardenio había tenido, y el Cura,
 44      I.    29|      miraban de entre unas breñas Cardenio y el Cura, y no sabían qué
 45      I.    29|         mucha presteza la barba a Cardenio, y vistióle un capotillo
 46      I.    29|           de lo que antes parecía Cardenio, que él mesmo no se conociera,
 47      I.    29|           Cura, y los tres a pie, Cardenio, el Barbero y Sancho Panza,
 48      I.    29|          que aquí va -señalando a Cardenio - le pusieron como de nuevo.
 49      I.    30|           ella dicho esto, cuando Cardenio y el Barbero se le pusieron
 50      I.    30|           libros?~ ~ -Sí es -dijo Cardenio - ; y tan rara y nunca vista,
 51      I.    31|    Habíase en este tiempo vestido Cardenio los vestidos que Dorotea
 52      I.    32|          del buen talle del zagal Cardenio. Hizo el cura que les aderezasen
 53      I.    32|          Dorotea, dijo callando a Cardenio:~ ~ -Poco le falta a nuestro
 54      I.    32|         me parece a mí -respondió Cardenio - ; porque, según da indicio,
 55      I.    32|         esto decían, había tomado Cardenio la novela y comenzado a
 56      I.    35|         dar tantos golpes, que si Cardenio y el cura no se le quitaran,
 57      I.    35|        tanto hicieron el Barbero, Cardenio y el Cura, que con no poco
 58      I.    35|      porque vio que faltaba poco. Cardenio, Dorotea y todos los demás
 59      I.    36|               Qué gente es? -dijo Cardenio.~ ~ -Cuatro hombres -respondió
 60      I.    36|            se cubrió el rostro, y Cardenio se entró en el aposento
 61      I.    36|        entrada del aposento donde Cardenio se había escondido. En todo
 62      I.    36|   mentiroso.~ ~ Oyó estas razones Cardenio bien clara y distintamente,
 63      I.    36|          conocido en el suspiro a Cardenio, y él la había conocido
 64      I.    36|     conocido a ella. Oyó asimesmo Cardenio el ¡ay! que dio Dorotea
 65      I.    36|          Fernando conoció luego a Cardenio; y todos tres, Luscinda,
 66      I.    36|           y todos tres, Luscinda, Cardenio y Dorotea, quedaron mudos
 67      I.    36|          Fernando, don Fernando a Cardenio, Cardenio a Luscinda, y
 68      I.    36|          don Fernando a Cardenio, Cardenio a Luscinda, y Luscinda a
 69      I.    36|          a Luscinda, y Luscinda a Cardenio. Mas quien primero rompió
 70      I.    36|      puede ser tuya, porque es de Cardenio; y más fácil te será, si
 71      I.    36|          el suelo; mas hallándose Cardenio allí junto, que a las espaldas
 72      I.    36|         razones, puso Luscinda en Cardenio los ojos, y habiendo comenzado
 73      I.    36|      juntando su rostro con el de Cardenio, le dijo:~ ~ -Vos sí, señor
 74      I.    36|      ademán de querer vengarse de Cardenio, porque le vio encaminar
 75      I.    36|        esto decía Dorotea, aunque Cardenio tenía abrazada a Luscinda,
 76      I.    36|       podía apartar a Luscinda de Cardenio; y aunque los dividiesen
 77      I.    36|     luengos y felices años con su Cardenio; que yo rogaré al cielo
 78      I.    36|    hicieron así las de Luscinda y Cardenio, y aun las de casi todos
 79      I.    36|      admiración en todos, y luego Cardenio y Luscinda se fueron a poner
 80      I.    36|         que antes había contado a Cardenio; de lo cual gustó tanto
 81      I.    36|           declaraba ser esposa de Cardenio y no poderlo ser suya. Dijo
 82      I.    36|           no la pudiese pasar con Cardenio; y que así como lo supo,
 83      I.    37|        soñado el bien que poseía; Cardenio estaba en el mismo pensamiento,
 84      I.    37|       ventera, por la promesa que Cardenio y el Cura le habían hecho
 85      I.    37|     llevar a su tierra. Ofrecióse Cardenio de proseguir lo comenzado,
 86      I.    37|    frontero dellas don Fernando y Cardenio, y luego el cautivo y los
 87      I.    42|               Y en diciendo esto, Cardenio y todos los demás se le
 88      I.    42|     recebirla; pero don Fernando, Cardenio y el Cura le hicieron más
 89      I.    42|          aparte a don Fernando, a Cardenio y al Cura, les contó lo
 90      I.    42|          a la puerta del aposento Cardenio, y dijo:~ ~ -Quien no duerme,
 91      I.    42|    Dorotea.~ ~ Y con esto, se fue Cardenio, y Dorotea, poniendo toda
 92      I.    44|         pasaba a don Fernando y a Cardenio, y a los demás, que ya vestido
 93      I.    44|     turbada; y llamando Dorotea a Cardenio aparte, le contó en breves
 94      I.    44|        diera consigo en el suelo. Cardenio dijo a Dorotea que se volviesen
 95      I.    44|      venta estaban, especialmente Cardenio, don Fernando, sus camaradas,
 96      I.    44|          guardar más el castillo. Cardenio, como ya sabía la historia
 97      I.    45|               Y lo mismo confirmó Cardenio, don Fernando y sus camaradas;
 98      I.    45|     acorriesen a don Quijote, y a Cardenio, y a don Fernando, que todos
 99      I.    45|       malparados de don Fernando, Cardenio y sus camaradas, no querían
100      I.    45|        comunicó con don Fernando, Cardenio y el Cura qué debía hacer
101      I.    47|           temiendo don Fernando y Cardenio que Sancho no viniese a
102      I.    47|          un tanto cada día. Colgó Cardenio del arzón de la silla de
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License