Parte. Capítulo

 1      I.    11|             dicho;~ ~ ~ ~que, aunque verdaderas, hacen~ ~ ~ ~ser yo de algunas
 2      I.    14|     sospechas temidas como si fueran verdaderas. Y con esto queda en su
 3      I.    25|           mis calabazadas han de ser verdaderas, firmes y valederas, sin
 4      I.    27|             Hagan, señora, tus obras verdaderas tus palabras; que si tú
 5      I.    28|             de modo que parezcan tan verdaderas. Hacía el traidor que sus
 6      I.    28|             en qué modo, a tener por verdaderas tantas falsedades, pero
 7      I.    34|            se tarda, conozco que son verdaderas las promesas que me ha dado
 8      I.    34|         demostraciones eran falsas o verdaderas, porque le fue forzoso valerse
 9      I.    42|           razones tan amorosas y tan verdaderas, que el capitán se tuvo
10      I.    49|         deste jaez, tan lejos de ser verdaderas como lo está la mesma mentira
11      I.    49|          venga a creer y a tener por verdaderas tantas necedades como contienen.
12      I.    49|        extranjeros, tan auténticas y verdaderas, que torno a decir que el
13      I.    49|             se  a entender que son verdaderas tantas y tan extrañas locuras
14      I.    52|              buscar otras, si no tan verdaderas, a lo menos, de tanta invención
15     II.    10|          falsas alegrías alegrar mis verdaderas tristezas.~ ~ -¿Qué sacaría
16     II.    16|            hay historias impresas de verdaderas caballerías? No me puedo
17     II.    16|              impresa, de sus altas y verdaderas caballerías, se habrán puesto
18     II.    16|         tienen por cierto que no son verdaderas.~ ~ Desta última razón de
19     II.    22|            ver a ojos vistas si eran verdaderas las maravillas que de ella
20     II.    25|    Montesinos habían sido soñadas, o verdaderas; porque a él le parecía
21     II.    25|      Montesinos, si fueron falsas, o verdaderas.~ ~ Y haciéndole la acostumbrada
22     II.    29|               él se atenía más a las verdaderas que a las mentirosas, bien
23     II.    38|              valeroso andante, cuyas verdaderas fazañas dejan atrás y escurecen
24     II.    47| desapercebido.  también por espías verdaderas que han entrado en ese lugar
25     II.    48|             estatuas como las dueñas verdaderas!» Y, diciendo esto, se arrojó
26     II.    54|            como algunos decían, sino verdaderas leyes, que se habían de
27     II.    58|           muchos ejemplos que en las verdaderas historias españolas se cuentan.~ ~
28     II.    62|            la semejanza della, y las verdaderas tanto son mejores cuanto
29     II.    62|           son mejores cuanto son más verdaderas.~ ~ Y diciendo esto, con
30     II.    63|            ni aparentes, sino de las verdaderas y católicas. No me valió
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