Cap.

1      5|       como perro cobarde con las orejas agachadas y sin siquiera
2      5|        la cola, y sacudiendo las orejas, acercóse a pasos lentos
3      9| encontrármelo muerto o vivo. Sus orejas servirán de pasto a mis
4     12|       más; y cuando, todo ojos y orejas, me acercaba al sitio donde
5     29|          mal avenido aún con mis orejas. Vaya, ¿qué hacéis, prima?
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