Cap.

  1      5|            Madrid? ¿Sois vos, señor Macías? -exclamó.~ ~ -¡Silencio,
  2      5|      ocasión.~ ~ -¡Cielos! -exclamó Macías -. Bien que... -añadió para
  3      5|            dientes: «No; el infeliz Macías te probará el exceso de
  4      6|             entró en el aposento de Macías, éste le arrimó un asiento,
  5      6|           con él una consideración. Macías se sentó en otro, colocándose
  6      6|           su estatura gallarda.~ ~ -Macías -comenzó a decir don Enrique
  7      6|       maestre.~ ~ -Señor -respondió Macías - , Hernando y yo no hemos
  8      6|                Lo ignoro -respondió Macías, asombrado de la pregunta.~ ~ -
  9      6|             de Calatrava, el doncel Macías se llamará comendador. ¿
 10      6|        príncipe generoso -respondió Macías inclinando respetuosamente
 11      6|                   Por qué? -repitió Macías -; esperad; sólo un medio
 12      6|       Encendiéronse las mejillas de Macías, y bien hubiera querido
 13      6|             Nada; proseguid -repuso Macías pudiendo contener apenas
 14      6|              que un caballero y que Macías había de poner cobardemente
 15      6|             de su interlocutor:~ ~ -Macías -le dijo con voz serena
 16      6|        sobre él.~ ~ -Deteneos -dijo Macías más sosegado, asiéndole
 17      6|            vuestra estancia -añadió Macías con respeto y mesura.~ ~ -
 18      6|             la exterior.~ ~ Abrióle Macías la que daba al corredor,
 19      6|          había puesto la repulsa de Macías, y de la venganza y precauciones
 20      7|          artísticamente, a ruego de Macías, en un mismo anillo aquellas
 21      8|           la de Albornoz alimentaba Macías en todas sus acciones.~ ~
 22      8|            que habláis -interrumpió Macías al oír hablar de sí, como
 23      8|             su oído - , ¿conocéis a Macías? Miradle aquí.~ ~ -¡Ballesteros!,
 24     12|      indisputable que el músico era Macías, y nosotros, que desde la
 25     14|           en el pecho el corazón de Macías; miraba una y otra vez a
 26     14|         Muerta la condesa! -exclamó Macías al llegar al funesto desenlace
 27     14|                 Lo .~ ~ Dejó caer Macías al oír estas dos palabras,
 28     14|           estancia. Arrojóse en pos Macías; iba a prosternarse a sus
 29     14|           sus ojos la aérea visión. Macías creyó ver un ser sobrenatural,
 30     14|          repitió un momento después Macías con doloroso acento -. Yo
 31     15|              Estorbábale la idea de Macías, pero dejó al tiempo el
 32     15|         mismo...~ ~ -¿Se llama?~ ~ -Macías.~ ~ -¿Está en Calatrava?~ ~ -
 33     15|            de Elvira; el caballero, Macías. En la corte, y entre los
 34     17|          que no está aquí el doncel Macías; cuando está, nadie lanza
 35     17|           por eso.~ ~ -¿Y qué es de Macías? ¡Bravo trovador y buen
 36     17|          trovador gallego, amigo de Macías, ya se le podría hechizar
 37     17|           el denodado mancebo.~ ~ -¡Macías! -exclamó el Rey.~ ~ -¡Macías! -
 38     17|       Macías! -exclamó el Rey.~ ~ -¡Macías! -repitieron asombrados
 39     17|           audacia de las miradas de Macías~ ~ -Perdóneme tu Alteza -
 40     17|           dijo el Rey presentando a Macías el anillo de la tapada,
 41     17|   arrojándose en medio del Rey y de Macías - , permite que no reciba
 42     17|            exigir de mí?... -repuso Macías.~ ~ -Venganza -volvió a
 43     17|       anudarle el lazo.~ ~ -Y bien, Macías, ¿tenéis que pedirme gracia? -
 44     17|         caballeros y escuderos. Yo, Macías, doncel del poderoso rey
 45     17|        decir estas palabras, arrojó Macías su guante. Gran suspensión
 46     17|             bajar los escalones - , Macías, mí doncel, ricoshombres,
 47     17|          juicio de Dios a mi doncel Macías y a don Enrique de Villena
 48     17|       picado - , igualaré al doncel Macías...~ ~ -No es necesario,
 49     17|                    Teneos... -gritó Macías poniendo un pie en el guante -:
 50     17|    desconocidas.~ ~ Iba a responder Macías a este sarcasmo, pero el
 51     17|     caballeros de Calatrava. A vos, Macías, os doy un hábito de Santiago,
 52     17|             desarméis.~ ~ Inclinóse Macías en señal de gratitud, y
 53     17|               Entretanto rodeaban a Macías varios caballeros, quién
 54     17|          mío, buen Abrahem -le dijo Macías con un estremecimiento involuntario,
 55     17|            dirección de su cámara y Macías, distraído, revolviendo
 56     17|        hecho en su imaginación!~ ~ -Macías ha perdido la cabeza -iban
 57     18|           doña María de Albornoz, y Macías por amor a esa misma, o
 58     19|            demanda. No hubiera sido Macías entonces el que se hubiera
 59     20|        Conocéis, supongo, al doncel Macías? ¡Pero qué distracción!
 60     21|            mañana, Hernando -repuso Macías - , y no ha mucho que le
 61     21|          padece -dijo entre dientes Macías -. ¡Ah! ¿Quién puede ser
 62     21|           la muerte...~ ~ -No -dijo Macías sin poderse contener por
 63     21|        atreverá a ofenderte estando Macías a tu lado?~ ~ Arrojóse entonces
 64     21|           por Dios, callad -exclamó Macías mirando a la puerta -. No
 65     21|             Quién sino vos me dijo: Macías, mírame y ama?~ ~ -¿Yo?~ ~ -
 66     21|           paga; ¡con amor!~ ~ -Pero Macías, ¿deliráis?~ ~ -Sí, deliro,
 67     21|         desesperación.~ ~ -Juradlo, Macías, juradlo si sois caballero.~ ~ -¿
 68     21|       preguntas.~ ~ -Él es -exclamó Macías apretando por última vez
 69     21|    Imprudentes, respetad mis canas. Macías, no tenéis razón sino para
 70     21|      salgamos.~ ~ -Salgamos -repuso Macías echando a andar tras el
 71     22|             él hubiera desaparecido Macías y callado para siempre la
 72     22|         Almudena, se había vuelto a Macías, que le seguía con la indiferencia
 73     22|           en medio del famoso soto. Macías manifestó su asentimiento
 74     22|             Tineo.~ ~ -Sí -contestó Macías secamente -. Defendeos.~ ~ -
 75     22|      obligado a contestaros -repuso Macías en el mismo tono, volviendo
 76     22|                  El que venza -dijo Macías irritado ya por la tardanza -
 77     22|            herido?~ ~ -No -contestó Macías con voz que reprimía el
 78     22|            a otro, pues que si bien Macías llevaba indudablemente ventaja
 79     22|        extraordinaria interrupción. Macías, en tanto, buscaba con los
 80     22|           como él de pelear. Amparó Macías en tan inminente peligro
 81     22|          Jamás, cobardes -les gritó Macías defendiéndose con bizarría,
 82     22|         auxilio; y era evidente que Macías no hubiera podido resistir
 83     22|        momento el que más acosaba a Macías.~ ~ -¡Mueren por sí solos
 84     22|        solos mis enemigos! -exclamó Macías -. Villanos -prosiguió cobrando
 85     22|       nuestros. Abalanzóse sobre él Macías, pero antes que su espada
 86     22|                 Arrojóse tras ellos Macías, pero conoció que sería
 87     22|            Quién eres? -iba a decir Macías a su invisible protector,
 88     22|        noble.~ ~ -¡Cielos! -exclamó Macías -; ¿eres tú, Hernando? ¿
 89     22|           ya sabía mi amo el doncel Macías que donde está la fiera
 90     22|                  Hernando! -exclamó Macías arrojándose en sus brazos.~ ~ -
 91     22|           escudero. Y yendo apoyado Macías en su fiel montero, por
 92     23|           valiente ni generoso como Macías a quien dirigirse para que
 93     23|         indiferencia con respecto a Macías, no se hubiera creído perdida
 94     23|   rompimiento en que había dejado a Macías y a su esposo. Segura, empero,
 95     23|           palabra, en aquel momento Macías entero había desaparecido
 96     23|           embargo, de los amigos de Macías que habían notado su singular
 97     23|          amistosamente la pasión de Macías ni hacer gran favor a la
 98     23|             bien que algún amigo de Macías sospechó aquella explicación
 99     23|       cariñosas tales como: «¡Pobre Macías! ¿Sabéis que el desafío
100     23|      sabemos de buena tinta, que ni Macías ni el hidalgo pudieron dar
101     23|          más de una vez el vado con Macías, usando de las expresiones
102     23|       acreditado caballero como era Macías, y de hacer desaparecer
103     23|             sino merced al valor de Macías y a la desconfianza, penetración
104     24|           de en medio el estorbo de Macías, apenas quedaba a éstos
105     24|        Villena. Pero no tardó mucho Macías en estar en disposición
106     24|     singularmente el amor propio de Macías si hubiese él podido desechar
107     24|       caballero hacía más papel que Macías; era raro el día que no
108     24|            de vuestro encuentro con Macías en el soto... y del arrojo
109     24|        pudieran vencer todos, nunca Macías; un fausto presentimiento
110     25|        pajes, se llamaban donceles; Macías se había hallado con Enrique
111     26|       llegado a creer fijamente que Macías estaba prendado de su esposa;
112     26|            de la culpable pasión de Macías, pero eran tan vehementes
113     26|             de que el contrario era Macías, que pasaba con razón entre
114     26|             caso, tanto Elvira como Macías serían declarados infames,
115     26|             ley contra el conde.~ ~ Macías era de todos el menos inquieto,
116     26|    copiosamente el veneno del amor, Macías estaba en un estado continuo
117     26|         padre mío, decidme -comenzó Macías - , ¿cuál es el sentido
118     26|             sabe todo -dijo para sí Macías -. ¡Ah! tu ciencia es cierta.
119     26|          Abenzarsal! -gritó furioso Macías.~ ~ -Y bien. ¿Queréis que
120     26|   defendiesen. Las menos virtuosas, Macías, quieren parecerlo hasta
121     26|            audacia! -salió diciendo Macías -; ¡santo Dios! ¿Serás mía? ¿
122     27|      entiendo cuando oigo decir que Macías está así porque quiere bien.
123     27|   encogiendo los hombros al ver que Macías, apartándole con brazo poderoso,
124     27|             Sí, bien mío -respondió Macías -. Vana es ya la porfía.
125     27|        Elvira, que me vuelva? -dijo Macías, levantándose y estrechando
126     27|            de dar en aquel momento. Macías dirigió al paje, que desaparecía,
127     27|             pensamientos.~ ~ -¡Ah!, Macías, si sois generoso, si sois
128     27|      queréis...~ ~ -¡Elvira! -gritó Macías fuera de sí, levantando
129     27|                Pero podéis ignorar, Macías, que mi estado?...~ -¿Vuestro
130     27|           ciento?~ ~ -Vos deliráis, Macías.~ ~ -Si es delirio el amaros,
131     27|           mi delirio.~ ~ -Falso es, Macías, lo que habláis; es falso.
132     27|        corazón en la ciudad, y allí Macías, allí donde yo voy. Veis
133     27|            a mi esposo, que al fin, Macías, es mi esposo, es cosa mía,
134     27|      insolente acero? ¿Eso es amar, Macías? Nadie hay en la corte que
135     27|           amor tan decantado? ¡Ah!, Macías, si os amara, ¡cuán infeliz
136     27|            sol que nos alumbra.~ ~ -Macías, ¡por piedad!~ ~ -No; sufre
137     27|            con maligna sonrisa, que Macías ama a Elvira. Las fieras
138     27|          Ven, Elvira, bien mío.~ ~ -Macías -dijo Elvira desasiéndose
139     27|          Hernán Pérez!~ ~ -¡Teneos! Macías. Bien; yo...~ ~ -Acaba,
140     27|             la lucha...~ ~ -No, no. Macías, hay un Dios. Hay un Dios
141     27|        escucho? ¡Es mía, es mía!~ ~ Macías estrechaba sobre su corazón
142     27|             conocida a los oídos de Macías y de Elvira -. Él viene -
143     27|             Decidme, pues -contestó Macías deteniéndola aún - , decidme
144     27|                 Mi honor, mi honor, Macías! -exclamó Elvira.~ ~ -Hablad
145     27|           Presto; ocultaos.~ ~ Echó Macías una ojeada de dolor a Elvira
146     28|           vías,~ ~ ~ ~E finalmente, Macías~ ~ ~ ~En España fui llamado.~ ~ ~ ~
147     28|           puerta del gabinete donde Macías había entrado era compuesta
148     28|         pero yo nada. Verdad es que Macías caza bien. Pero, esposa, ¿
149     28|         contentóse con llorar.~ ~ -¡Macías, Macías! -dijo para sí -. ¡
150     28|            con llorar.~ ~ -¡Macías, Macías! -dijo para sí -. ¡Oh, quién
151     29|            Le amáis, le amáis?~ ~ -¡Macías!, basta; huid, huid -exclamó
152     29|           aborrece! -le interrumpió Macías.~ ~ -¿Qué os ha de aborrecer? -
153     29|             la boca del inocente -. Macías... partid.~ ~ -No, no partiré. ¿
154     29|                  Por Dios! ¡Por mí, Macías!~ ~ -¡Cierto! Soy un testigo
155     29|       placeres que os esperan -dijo Macías con voz reconcentrada y
156     29|          Elvira, ¿qué dirás? -gritó Macías -. ¿Que le amas, otra vez?...~ ~ -
157     29|           con placer, por ese amor, Macías, ¡huye! ¡Huye por Dios! ¡
158     29|              Elvira! ¡Elvira! -dijo Macías palpitando todo de amor
159     29|        adiós! -gritó con loco furor Macías, y se lanzó fuera del cuarto.~ ~ -¡
160     29|            por ventura mi corazón? ¡Macías, me has perdido! Oye, Jaime,
161     30|            estar seguro de vencer a Macías. Abenzarsal, el combate
162     30|           responsabilidad, así como Macías y tú lo estáis bajo la propia
163     30|           Pérez.~ ~ -Cierto; pero a Macías no me parece que podría
164     30|    judiciario.~ ~ Don Luis Guzmán y Macías echaron cada uno por su
165     31|                 Pues que al infeliz Macías,~ ~ ~ ~Es tu pecho despiadado,~ ~ ~ ~
166     31|                Ah! Judiciario -dijo Macías, reconociendo al físico
167     31|          teneos. ¡Un momento! -dijo Macías; pero hablaba solo ya: el
168     31|           lector.~ ~ -¡Jaime! -dijo Macías.~ ~ -¡Señor caballero! -
169     31|           señor.~ ~ -¿Es ésa? -dijo Macías acercándola a un farol de
170     31|           estaba bien cerrada.~ ~ -¡Macías! -respondió la voz sordamente,
171     31|           soy, Elvira, yo soy -dijo Macías arrojándose a los pies de
172     31|            piedad, y salvadme a mí. Macías, cada palabra que hablamos
173     31|          rigores?~ ~ -¿Yo os llamé, Macías?~ ~ -¿Qué escucho? -dijo
174     31|              Por qué no me decís: «¡Macías, soy mujer! ¡Plugóme vuestro
175     31|             entonces.~ ~ -Acabemos, Macías: no más reconvenciones,
176     31|             Pues escuchadme -repuso Macías con el acento de la más
177     31|      Encontrando una mujer pérfida, Macías debía ser un monstruo. Yo
178     31|             y mil -añadió frenético Macías - , prendas son todos de
179     31|            no derramaba una lágrima Macías. En las grandes situaciones
180     31|               Elvira! -dijo por fin Macías -. ¡Cuán desgraciados somos!~ ~ -
181     31|            Nunca ya nos hablaremos, Macías...~ ~ -¿Nunca, señora?~ ~ -
182     31|           Dime que me amas -exclamó Macías -; decídete, en fin, señora,
183     31|      pérfidos asesinos.~ ~ -No, no, Macías; no muera deshonrada -gritó
184     31|             Dios mío! Salvaos solo, Macías.~ ~ -Contigo, Elvira.~ ~ -
185     31|           tiempo todavía...~ ~ -No, Macías, no; yo le maldigo nuestro
186     31|             Al decir estas palabras Macías cogió su espada, y poniéndola
187     31|            os pido, la muerte.~ ~ -¡Macías! -exclamó Elvira desasiéndose
188     31|         ventana. Era tarde, empero. Macías se había lanzado ya fuera
189     33|           dejado el lado del doncel Macías, a quien servíais no ha
190     33|           oreja de mi amo el doncel Macías. Cuando llegó, sin embargo,
191     33|           debía tener con el doncel Macías. Más claro, Peransúrez.
192     34|            la prisión del enamorado Macías, pensó albergarse en la
193     36|           la fecha de la prisión de Macías, y hubiera jurado, les añadió,
194     37|            pundonor caballeresco de Macías, no dudaban un punto que
195     37|        aquél el guante arrojado por Macías el día de la acusación,
196     38| desaprobación; quién hablaba contra Macías, caballero aleve y descortés
197     38|           preguntó la condesa.~ ~ -¡Macías! -gritó Elvira, devorando
198     39|             otra manera de salvar a Macías. Echó a andar para esto
199     39|                 Te ciega tu pasión, Macías -contestó el montero -.
200     39|           muera Hernando, muera!~ ~ Macías, animado con la pelea, se
201     39|          prisión. Acababa de entrar Macías en ella cuando se abrió
202     39|        Pérez solo se precipitó tras Macías en la prisión. No pudo evitar
203     39|          igual furor Hernán Pérez y Macías, cerrados en la prisión.
204     39|          las cadenas.~ ~ -¡Sálvate, Macías, sálvate! -gritó desde arriba
205     39|             el borde del abismo -: ¡Macías! -clamó sin podérselo nadie
206     39|          suyos.~ ~ -¡Elvira! -gritó Macías saliendo de la prisión -. ¡
207     40|          sobre la losa:~ ~AQUÍ YACE MACÍAS EL ENAMORADO~ ~ ~ ~
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