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Alfabética [« »] dormiría 2 dormirse 1 dormís 1 dos 188 dosel 1 dote 5 dotes 1 | Frecuencia [« »] 192 sobre 190 conde 189 cuando 188 dos 187 ferrus 184 todo 178 ser | Mariano José de Larra El doncel de Don Enrique el Doliente Concordancias dos |
Cap.
1 1| cristianos, y había quien matando dos de aquéllos por cada uno 2 1| guerra existía entre las dos naciones, si no lo hubiesen 3 2| de mayo: como a cosa de dos leguas de Madrid, una compañía 4 2| vueltas a un largo asador dos hombres, que así revolvían 5 2| interesante operación otros dos personajes: el uno representaba 6 2| María de Albornoz no son dos amantes...~ ~ -¡Chitón!, 7 2| jauría de valientes canes; ya dos de éstos habían probado 8 2| cuando salieron de la selva dos jinetes galopando a más 9 2| no veis? Entre aquellos dos árboles, el uno más alto 10 2| ahí...~ ~ -Sí, allí vienen dos galopando...~ ~ -¿No reconocéis 11 2| la cruel sentencia, que a dos largas horas de hambre le 12 2| depositaba su confianza, redujo a dos el número de sus servidores 13 2| que la que exigieron las dos o tres libaciones que con 14 2| monótono compás de pies.~ ~ Dos horas habían transcurrido 15 3| conseguir cualquiera de esos dos fines, que tenían igualmente 16 3| cuánto valor tenían las dos filas de blancos y menudos 17 3| entonaciones del diálogo entre las dos establecido.~ ~ -Elvira - 18 3| Pérez de Vadillo ha venido dos veces a ver a su mujer, 19 3| si se hicieran las cosas dos veces, doña María de Albornoz 20 3| mis dueñas.~ ~ Acercáronse dos dueñas de las que en la 21 3| infundadas.~ ~ Llegaron dos doncellas que en el menor 22 3| don Enrique de Villena a dos personas de tres que le 23 4| para varios tomos en folio; dos o tres lunas redondas, de 24 4| sentarse cómodamente más de dos personas, completaba el 25 4| un solo ente compuesto de dos personas: la una sublime 26 4| tener bajo su jurisdicción dos o tres de los mejores montes 27 5| hubieron desaparecido los dos inoportunos testigos, cuando 28 5| alzándola el paje, entrambos a dos quedaron inmóviles dudando 29 6| ella ardía en medio de los dos; y lo hizo con el aire de 30 6| fisonomías y exterior de estos dos principales personajes de 31 6| infausto acontecimiento; en dos días lo menos no se tendrá 32 6| nos separemos amigos, como dos caminantes que han pasado 33 6| Ferrus. Allí trataron los dos, no ya de llevar a cabo 34 7| amatista, a. Y luego... una, dos, tres, cuatro, cinco, seis. 35 8| que, desnudos, parecían dos carámbanos de apretada nieve; 36 8| voz, si bien varonil, las dos siguientes coplas, cuyos 37 8| espada.~ ~ Al repetir estos dos últimos versos del estribillo 38 8| instrumento, añadió a las dos ya cantadas la siguiente 39 8| dolorido a los oídos de los dos que hablaban, y era, efectivamente, 40 9| Notábase sólo la falta de dos personas, y no se oían más 41 10| preguntas que entre los dos pasaron acerca de aquella 42 10| le refirió, y entrambas a dos determinaron vivir con cautela, 43 10| socorro. No se lo consintieron dos de los fantasmas, que arrojándose 44 10| y solían parar a una o dos leguas, a veces, del alcázar 45 11| dijo con voz descomunal.~ ~ Dos farautes de don Enrique 46 11| al llegar a decir esto, dos escuderos, que tendieron 47 12| esté.~ ~ Inquietos iban los dos acerca de la entrevista 48 12| respondió Alvar -. Además dos monteros le guardan conmigo 49 12| prisión tu fiel Ferrus?~ ~ Dos estatuas de mármol parecieron 50 13| que le esperé inútilmente dos largas horas, más largas 51 14| caer Macías al oír estas dos palabras, pronunciadas con 52 15| sabe que ejerzo en estos dos reinos, me aseguran su provisión 53 15| su oscuro semblante como dos carbunclos en medio de las 54 15| pastoral, y una toquilla con dos plumas malamente colocadas 55 15| maestre, y no suele haber dos en ninguna orden...~ ~ - 56 15| ninguno.~ ~ -¡Dios de Abraham! Dos muertos en menos de...~ ~ - 57 15| señor?~ ~ -Ahora lo sabemos dos en Madrid. Vos y yo.~ ~ -¿ 58 15| Perfectamente. Esperad. Dos personas más me estorban 59 15| observarlos, esta anécdota sonó dos días y se olvidó después. 60 15| en hombres como nuestros dos interlocutores eran aquellas 61 17| El Rey! -repitieron dos farautes que entraban ya, 62 17| bárbaro, y Sotomayor, que en dos años que su larga embajada 63 17| presente de joyas y las dos hermosas damas que te traje 64 17| embajadores trajeron en presente dos truenos grandes, como entonces 65 17| pantalón muy ajustado y dos mangas perdidas recortadas 66 17| del salón, precedida de dos dueñas vestidas de negro, 67 17| sentido en brazos de sus dos dueñas.~ ~ Volvieron los 68 17| señor, a la acusación de dos enmascarados.~ ~ -¿Y responderéis 69 17| que tenía por lema estas dos palabras bordadas imposible, 70 17| Bastamos cualquiera de los dos para castigar la insolencia 71 18| Nada; imposible; en dos palabras: ¿vos no habéis 72 19| en más de una ocasión en dos partes opuestas a un mismo 73 19| dudosas.~ ~ Resueltos estos dos puntos principales, era 74 20| persecución; pero si alguno de los dos puede aborrecer al otro 75 20| indiscreción, y vuestras dos dueñas esperan vuestras 76 21| laboratorio reinaba.~ ~ Por fin dos hombres, vestido el uno 77 21| astrólogo arrojándose entre los dos -. Imprudentes, respetad 78 22| costándole la vida a uno de los dos combatientes, pues no era 79 22| por miedo de uno o de los dos adversarios, o por cualquiera 80 22| las tinieblas de la noche, dos locos, que...~ ~ -Locos, 81 22| no merecen que dé nadie dos pasos para salvarles la 82 22| cuánto aprecias la vida de dos hombres?~ ~ -Si por eso 83 22| Remordimientos, remordimientos dos hombres! Sin embargo, si 84 22| mayor silencio nuestros dos competidores. El hidalgo, 85 22| en medio de la oscuridad dos troncos cortados a igual 86 22| que realmente entrambos a dos tiraban más bien a ofender 87 22| acero. Por otra parte, los dos manejaban las armas y las 88 22| defensa que si tuvieran dos vidas. Iban a acabarse muy 89 22| Llegándose en seguida dos de los jinetes, que para 90 23| Fernán, llevado en brazos de dos siervos del conde de Cangas 91 23| que hubiese sido entre los dos el ruidoso duelo. Ahora 92 23| la oscuridad cuál de los dos combatientes era su señor, 93 24| reservándose, sin embargo, dos cosas: primero, el propósito 94 25| pescozada o espaldarazo dos o tres veces en el hombro 95 25| este rasgo singular, dio dos saltos y envainó su espada.~ ~ 96 25| Esperábale ya, custodiada por dos hombres de armas de Villena, 97 25| condestable, arrodillados los dos al lado de la epístola en 98 25| principales y seguido de dos de sus pajes, con su yelmo 99 26| que había pasado entre los dos en la capilla del alcázar 100 26| Será mía alguna vez? -dos lágrimas, hijas de la terrible 101 27| haber hecho de mis ojos dos fuentes de lágrimas inagotables, ¿ 102 27| habéis cavado entre los dos un abismo insondable...~ ~ - 103 27| mí y un caballo para los dos. Basta.~ ~ -¿Qué escucho? ¿ 104 28| entrado era compuesta de dos altas hojas, construidas 105 28| pasaba en la cámara donde los dos esposos estaban, no pudiendo 106 28| de Villena, que ambos a dos le habían colmado de favores; 107 28| entiendo. Las conversaciones de dos esposos que se aman no han 108 30| que he suspendido en dos o tres casos decisiones 109 31| sordamente, y resonaron dos o tres golpecitos dados 110 31| somos ya más que uno. Los dos felices, o desgraciados 111 31| huyamos. Pero huyamos los dos.~ ~ -No es tiempo ya, no 112 31| su rodilla, partióla en dos desiguales trozos, que después 113 32| andana el astuto moro, dio dos zapatetas en el aire, como 114 32| mueblaje, si se exceptúan dos fementidas mesas, digámoslo 115 32| cosas malas en el país. Dos bancos, remedos asaz perfectos 116 32| hacía cada mesa con sus dos bancos la misma figura precisamente 117 32| haría un galgo grande entre dos galgos chicos. La superficie 118 32| discurrían.~ ~ Cenaban a un lado dos paisanos que parecían, si 119 32| materias... bueno es mirar dos veces...~ ~ -Vaya, ya veo 120 33| de la cámara de Elvira. Dos o tres piedras enormes, 121 33| mano vi relucir en el suelo dos trozos de una espada rota. ¡ 122 33| olfatear la tierra, y antes de dos minutos ya se había decidido 123 33| con toda confianza ya: dos leguas anduvimos. Allí encontramos 124 33| después de mi ballesta y dos aguzados venablos, seguido 125 33| palabras comenzaron los dos amigos su exploración, hecha 126 34| narración, que necesitando los dos autores de esta intriga 127 34| venía a caer, entre las dos murallas, la torre principal 128 34| encuentra nuestra historia, dos hombres arrellanados en 129 34| hombres arrellanados en dos grandes poltronas de baqueta 130 34| de cuando en cuando, en dos anchas copas, cierto jugo 131 34| que embaulaban nuestros dos interlocutores a tragos 132 34| exteriores de la muralla y las dos de las torres y de la galería 133 34| han llamado al castillo dos caminantes fatigados...~ ~ - 134 34| ni hombres de guerra. Son dos reverendos padres que piden 135 34| peligro hay en albergar dos frailes? Dios sabe de dónde 136 34| consentir -añadió Ferrus - , que dos ministros del Altísimo queden 137 34| añadió Ferrus - , éramos dos y seremos cuatro. Aún queda 138 34| íbamos a entender nosotros dos, según la faena que damos 139 34| humildemente en el salón dos reverendísimos padres, cuyos 140 34| Saludáronles cortésmente nuestros dos amigos, y después de los 141 34| otros largo espacio los dos opuestos alcaides y los 142 34| opuestos alcaides y los dos bien avenidos frailes.~ ~ ~ ~ 143 35| Claros.~ ~ ~ ~ Al entrar los dos modestos frailes en la sala, 144 35| saber sus reverencias que de dos dignos alcaides que tienen 145 35| lengua que no entendía -. Dos cosas debemos suplicar a 146 35| alcaide?~ ~ Miraban los dos frailes a Ferrus, como buscando 147 35| Volvían en esto ya los dos alcaides. No tardó mucho 148 35| Levantándose a un tiempo los dos, precipitóse cada uno sobre 149 35| inesperada forma, a los dos reverendos, que no fue dueño 150 35| niño. Pusieron nuestros dos amigos a cada uno de los 151 35| habrían dado hospedaje a dos diablos del otro mundo que 152 35| Hecho esto por nuestros dos reverendos, y apoderados 153 35| hallar una subida, y si había dos, aquélla en que estuviesen 154 35| espaldas a ella, cuando dos manos de hierro, apoderándose 155 35| pintar el asombro de nuestros dos reverendos al ver venir 156 35| distinta especie que los dos hombres que hasta entonces 157 35| encantada mora, y estaba ya a dos líneas de maldecir en su 158 35| el tiempo urgía; nuestros dos reverendos habían pasado 159 35| habían estado a su entrada. Dos frailes habían entrado, 160 35| frailes habían entrado, dos frailes salían; nada había 161 35| obstáculo podrían encontrar dos frailes, pues durante la 162 36| no encontraron ninguno en dos escaleras que bajaron. Al 163 36| dijeron a un tiempo los dos, apoyándose con esperanza 164 37| coplas redondillas.~ ~ ~ ~Dos mil vidas diera juntas~ ~ ~ ~ 165 37| tanto secretamente aquellos dos intrigantes del feliz éxito 166 37| Cangas y Tineo, precediéndole dos farautes suyos y un escudero 167 37| fueles preguntado a los dos si se hallaban prontos para 168 37| bajó en seguida los ojos, y dos farautes, notando el pequeñísimo 169 38| otro lado del palenque, dos garitas semejantes a las 170 38| estaban destinadas para dos hombres, que debían dar 171 38| efectivamente, en el palenque dos trompeteros anunciando con 172 38| trompetas un rey de armas y dos farautes. Seguían ministriles 173 38| ministros del justicia mayor; dos notarios para testimoniar 174 38| de lo que acaeciese; los dos jueces del campo elegidos 175 38| uno, y a ella se agregaron dos persevantes. Entró en seguida 176 38| bastante apartados entre sí, dos pequeños cadalsos de tablazón 177 38| ejecutar a aquél de los dos que quedase por el combate 178 38| Pérez de Vadillo; seguíanle dos pajes con las libreas de 179 38| su campeón no venía?~ ~ Dos largas horas pasaron en 180 38| entonces el montero cómo tenía dos palabras que comunicar a 181 38| tomó de mano de uno de sus dos pajes una poderosa lanza.~ ~ 182 38| de armas, acompañado de dos farautes, descendió entonces 183 39| día, y fieles los otros dos, como siempre, a la generosa 184 39| de Rui Pero, que buscaban dos frailes franciscanos y no 185 39| alzóle del suelo, diole dos vueltas en el aire con la 186 39| atravesó con el venablo a dos de los que más cerca tenía 187 40| bandos y parcialidades.~ ~ Dos caballeros, ricamente ataviados 188 40| barrancos. No habla más que dos palabras. No llora nunca; ¿