Cap.

 1      1|     delicada contienda en su propio corazón albergaba. En la época de
 2      3|        encerrados eternamente en mi corazón. La vida común, en la cual
 3      3|         derraman tus palabras en mi corazón, Elvira! Sí tú no te consideras
 4      3|                 ninguno...; pero mi corazón me engaña rara vez; y aun
 5      3|           mañana al alcázar.~ ~ -Mi corazón me decía que tenía algo
 6      3|        entrevista? ¿Por fin vuestro corazón, don Enrique, se ha rendido
 7      3|        vuestra mano; aquí tenéis el corazón criminal que os ha querido
 8      3|      lágrimas que han desahogado mi corazón; que de no, con mis propias
 9      3|        comprimida en el fondo de su corazón. En vano procuraba taparla
10      4|   acontecido? Resolvió, pues, en su corazón poner de su parte cuantos
11      5|             secreto que tanto en su corazón pesaba.~ ~ -¿Y hemos de
12      5|         adentro había entrado en el corazón de su señor su última alegoría,
13      5|           la cuerda principal de su corazón, herida fuertemente por
14      6|           ojos son las ventanas del corazón y la cara el traslado del
15      6|            estaba tan corrompido su corazón que no respetase todavía
16      6|          crecían por momentos en su corazón. Algún tiempo dudó si, echando
17      6|       determinóse en el fondo de su corazón a no dejar perecer la inocente
18      7|           desdenes de Villena en su corazón duraba, y por otra la creencia
19      7|           mucho trabajo el inocente corazón de la niña Elvira; pero
20      7|             creado nuevamente en su corazón, había producido en su existencia
21      7|            que iba tomando sobre su corazón demasiado imperio un amor
22      7|       presentimiento sin duda de su corazón. Había perdido la significación
23      9|           muerto aún, pues latía su corazón y se quejaba. Deseoso de
24     10|   funestamente en sus oídos y en su corazón, y el silencio y la duda
25     12|             había hecho lugar en su corazón, y es huésped por cierto
26     14|        violentamente en el pecho el corazón de Macías; miraba una y
27     14|       espada, ¡cuán poco conoces el corazón del hombre! ¡Un amante correspondido,
28     15|           endurece de esa suerte el corazón del hombre, quemaré mis
29     16|            momentos de luto para su corazón. No he visto, pues, al conde...~ ~ -¿
30     17|      impedido.~ ~ -Sensible es a mi corazón, doncel, que cuando os veo
31     17|          palpitaba violentamente el corazón dentro del pecho, y mientras
32     18|            Vadillo? Habladme con el corazón en la mano... ¿Queréis que
33     19|            darle entrada en vuestro corazón, pero yo en mi nombre, y
34     20|           condescendencia hay en el corazón del hombre, el más duro,
35     20|       tenido nunca tal vez, y en su corazón una afición...~ ~ -Perdonad,
36     21|     hicieron todas para monteros de corazón. No gusto yo de ardides;
37     21|             no pone más pavor en el corazón del asustado marinero que
38     21|            en lo más profundo de su corazón.~ ~ -¡Oídme! -gritaba el
39     22|         malo completamente, en cuyo corazón domina todavía el conocimiento
40     22|          ira crecía más y más en el corazón con cada respuesta del arrogante
41     23|           todo género de duda en el corazón de Vadillo con respecto
42     23|         salía de lo más hondo de su corazón y que hizo abrir al herido
43     23|        acercaba éstas otra vez a su corazón por ver si palpitaba todavía...
44     23|            triunfaba entonces en su corazón de mujer.~ ~ Dejémosla entregada
45     24|          vez se arraigaba más en su corazón, la hiciese no hallar gusto
46     24|           volviendo la serenidad al corazón de su esposo, conforme iba
47     24|         abrirme francamente vuestro corazón? -contestó don Enrique -. ¿
48     24|            estamos; abridme vuestro corazón; decidme, ¿no tenéis alguna
49     25|             alegría que inundaba su corazón. Efectivamente, la orden
50     25|         sabremos decir si vuelto su corazón a Dios hizo sacrificio ante
51     25|    inconsecuencia a la flaqueza del corazón humano o a la mezcla extraordinaria
52     25|           no había dado lugar en su corazón.~ ~ Acabada la ceremonia,
53     26|         continuamente clavado en el corazón el dardo que se ahondaba
54     26|             sus ojos solos, o es su corazón también el que me mira? ¿
55     26|            arde siquiera en vuestro corazón una chispa de esperanza?~ ~ -¿
56     26|            muere la esperanza en el corazón del hombre? Yo la he visto
57     26|         ángeles; yo sólo conozco el corazón humano.~ ~ -Judío, ¿y qué
58     26|         baño de agua caliente en el corazón de enero, ¿no hubierais
59     26|           la alegría que henchía su corazón, surcaron sus encendidas
60     26|           quien hubiera leído en su corazón, que Elvira o la muerte
61     27|             Jaime, no despedaces mi corazón; tú que le conoces, tú que
62     27|            lo pido, y os lo pido de corazón. No quiero sucumbir, no
63     27|             ahogó en el fondo de mi corazón. Mis ojos, sin embargo,
64     27|           caracteres de fuego en el corazón del hombre un sentimiento
65     27|            estado? Preguntadle a mí corazón por qué latió en mi pecho
66     27| tranquilidad que en vano me pide mi corazón en la ciudad, y allí Macías,
67     27|           hunde su acero en vuestro corazón, como debiera sin duelo
68     27|            haber llenado de luto mi corazón, con haber hecho de mis
69     27|       volcán inmenso que arde en tu corazón. Si fui imprudente, lo confieso,
70     27|             anonada como el rayo el corazón en donde cae, que rompe
71     27|          Macías estrechaba sobre su corazón a la infeliz Elvira, que
72     27|           momento. Así resonó en el corazón del doncel, como el eco
73     28|           Elvira no había ganado el corazón del doncel sino a costa
74     28|          calidad de caballero, y el corazón del hombre es harto débil
75     28|          para sí Elvira, hasta cuyo corazón había penetrado esta casual
76     28|             tiempo a esta parte. El corazón del hombre se cansa del
77     28|            esposo, no os abriría mi corazón. Pero ¡ah! vos sois víctima
78     28|     demasiado imperio sobre vuestro corazón...~ ~ -¡Hernán Pérez! -exclamó
79     28|            celoso de él. Nace de un corazón generoso; pero...~ ~ -Permitidme
80     28|           Mirad; yo os pedí vuestro corazón, no os lo robé; yo no os
81     28|            vierais, sin embargo, mi corazón, si vierais cuánto ha padecido... ¡
82     28|        amarguísimo dolor, del mismo corazón.~ ~ -Ah, perdonadme, Elvira -
83     28|            Elvira, que resonó en su corazón como la voz de la verdad
84     29|         dejado crecer en su pérfido corazón un amor odioso. ¿Y porque
85     29|           su casa, porque me dio su corazón, porque quiso llamarme madre
86     29|               Es mío por ventura mi corazón? ¡Macías, me has perdido!
87     31|          inmenso de que no fuera mi corazón capaz, o por mejor decir,
88     31|      señales de su existencia en tu corazón de hielo, que las que deja
89     34|    antipatía que había nacido en su corazón repentinamente contra Ferrus,
90     34|    incrustada, digámoslo así, en el corazón de una mole de piedra, que
91     34|           tiempo de superstición un corazón menos determinado que el
92     35|            líneas de maldecir en su corazón su osadía y su malhadada
93     37|       profundo había sucedido en su corazón al amor conyugal. No se
94     37|           gritaba en el fondo de su corazón que no dejaba de ser culpable
95     39|            ansiedad y latiéndole el corazón con la misma fuerza que
96     39|        dentro de la mía! ¡Siento su corazón latir fuertemente contra
97     39|       Elvira, resonó hasta el mismo corazón de los espectadores espantados.
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