Cap.

 1      2|             se separa un punto de la condesa...~ ~ -Coplero, ¿queréis
 2      3|          levantándose y prosiguió la condesa:~ ~ -Arreglad mis cabellos,
 3      3|          acerca de este reparo de la condesa -: ella nos dará cuenta
 4      3|        Elvira! -gritó la desesperada condesa huyendo hacia la cámara.~ ~ -
 5      3|                Pero ya era tarde: la condesa había llegado al colmo de
 6      3|            escapaban del pecho de la condesa y resonaban por los ámbitos
 7      3|          sujetarla a sus plantas, la condesa, de rodillas conforme había
 8      3|              su casa.~ ~ Arrojóse la condesa en brazos de Elvira sin
 9      6|          necesarios, arrebatará a la condesa de la compañía de Elvira. ¿
10      6|          caballero que, robando a la condesa, ha de dar el paso más difícil
11      7|          muestras de vida la infeliz condesa, enjugó las lágrimas que
12      7|              que deseaba; comenzó la condesa a dar indicios de querer
13      7|              lo eran tanto más en la condesa cuanto que, habiendo vivido
14      7|    Aguijoneaba, además, a la infeliz condesa la saeta de los celos; en
15      7|             ocasión se equivocaba la condesa en sus temores porque no
16      7|       debería hacerse. Hízolo así la condesa, y Elvira se retiró a la
17      7|            sus dueñas del lado de la condesa, y púsose a leer un manuscrito
18      7|         habitación, que debajo de la condesa caía, después de haberse
19      7|            imaginación ferviente; la condesa, la violencia de Villena,
20      8|         aviso en la habitación de la condesa o de su camarera.~ ~ Después
21      8|            desistir y abandonar a la condesa a su destino o descubrir
22      9|             ventanas de mi señora la condesa...~ ~ -¡Vadillo!~ ~ -De
23     10|                   Mate el conde a la condesa,~ ~ ~ ~Que nadie no lo sabría,~ ~ ~ ~
24     10|                rondaba, empero, a la condesa? ¿Era acaso Elvira el objeto
25     10|         conducta irreprensible de la condesa y de su esposa las ponían
26     10|             determinó dar aviso a la condesa, quien había oído muy confusamente
27     10|            seguridad de su señora la condesa saber cuál había sido el
28     10|              indicase el deseo de la condesa, de agradecerle su fina
29     10|          esposa.~ ~ Bien quisiera la condesa penetrar el arcano que las
30     10|          medio del mayor silencio la condesa.~ ~ -¡Es Jaime! -respondía
31     10|       exclamaba de allí a un rato la condesa.~ ~ -Sí; ahora; pasos son,
32     10|              el que iba a entrar, la condesa y Elvira unánimemente inspiradas
33     10|             repentina frialdad de la condesa y su camarera al ver echado
34     10|         cometido en la persona de la condesa de Cangas y Tineo; caballeros
35     10|          antes bajo la ventana de la condesa, quién suponía que el hecho
36     12|              a los que llevaron a la condesa, yo te respondo de su silencio
37     12|              su desaparición y de la condesa.~ ~ -Eso, señor, pudiera
38     12|            pura generosidad hacia la condesa; y aunque no amaba a su
39     12|             él si daba serenata a la condesa o si acaso su esposa...
40     13|            sucediendo a mi señora la condesa. Corramos...~ ~ -¿Adónde
41     13|       disteis en nombre de la señora condesa; largo rato suspiró y miró
42     13|         pensativa Elvira -. ¿Y de la condesa supiste?...~ -¿La condesa? ¿
43     13|            condesa supiste?...~ -¿La condesa? ¿Es su confidenta la que
44     13|       asustan...~ ~ -¡Ah, Jaime!, la condesa es víctima en este momento
45     13|           pérfida desaparición de la condesa, ni veía claro en esto ni
46     13|           del conde en el robo de la condesa; en una palabra, manifestó
47     13|            El amor, en fin, que a la condesa había tenido, una voz superior
48     14| desenfrenados deseos. ¿Conocéis a la condesa de Cangas y Tineo, a la
49     14|             al cielo! Pero ni soy la condesa... ni...~ ~ -¿Quién sois,
50     14|              ignorante, cuanto de la condesa se decía...~ ~ -¡Muerta
51     14|              decía...~ ~ -¡Muerta la condesa! -exclamó Macías al llegar
52     14|               Mañana una amiga de la condesa se arrojará a los pies del
53     14|             sombra acaso de la misma condesa; permaneció con los brazos
54     15|              Libres estamos ya de la condesa, Ferrus -dijo -; pero merced
55     15|        iluminarme, y la muerte de la condesa no es ya un enigma para...~ ~ -
56     17|           desaparece? Mirad ahora la condesa...~ ~ -¡Bah! Como dice Rodríguez:
57     17|              de Albornoz, la ilustre condesa de Cangas y Tineo, ha sido
58     18|          obsequio a la memoria de la condesa, se había presentado con
59     18|              a la desaparición de la condesa. Podía ser casual esta coincidencia;
60     18|           porque desde que la señora condesa ha desaparecido, no hay
61     18|           tenía ya la compañía de la condesa...~ ~ -Perdonad, Elvira,
62     18|            imaginación que esa pobre condesa ha sido malamente muerta,
63     18|             facciones eran las de la condesa, su voz la misma; arrojéme
64     18|              muerto efectivamente la condesa? ¿sería capaz el conde?... ¡
65     18|           sino la sombra misma de la condesa. ¡Jesús! ¡Jesús! ¡Virgen
66     18|            soy un loco... pero... la condesa... ya sabéis... Ahora dejadme,
67     18|            suya le parecía las de la condesa. Hay muchos hombres valientes,
68     18|          sino...~ ~ -La sombra de la condesa -concluyó Vadillo.~ ~ -¿
69     18|        Vadillo.~ ~ -¿La sombra de la condesa? ¡Ésa es buena! -exclamó
70     18|             me hayáis referido de la condesa la pura verdad. ¿Estáis
71     20|           movido la amistad que a la condesa, mi señora, siempre he profesado,
72     22|              ventana de mi señora la condesa de Cangas y Tineo.~ ~ -Sí -
73     23|             que no podía vengar a la condesa, o descubrir su suerte y
74     23|          pies de la habitación de la condesa, no se sabía por quién,
75     26|            No hablemos de la infeliz condesa de Cangas, a quien no pudimos
76     26|           melancolía. La falta de la condesa, a quien echaba de menos
77     28|            negarlo? Vos amabais a la condesa, más acaso de lo que la
78     34|           cadenas a recado.~ ~ ~ ~La condesa entrara dentro~ ~ ~ ~Do
79     37|              muerte de su esposa, la condesa doña María de Albornoz.
80     38|              la hechizó, sino que la condesa desapareció, y aseguran
81     38|           muy amiga por cierto de la condesa y que estaba en sus secretos,
82     38|              clamó en alta voz -. La condesa doña María de Albornoz vive,
83     38|          justa; ella ha salvado a la condesa; he aquí sus letras, y presto,
84     38|     atropelladas -; ¿es posible? ¡La condesa! ¡La condesa!~ ~ Doña María
85     38|            posible? ¡La condesa! ¡La condesa!~ ~ Doña María de Albornoz,
86     38|            interés por su doncel. La condesa, no menos animada del celo
87     38|              Es muerto? -preguntó la condesa.~ ~ -¡Macías! -gritó Elvira,
88     38|             caer en los brazos de la condesa, que la cubría de cariñosos
89     39|               señor? -le dijo -. ¿La condesa aquí? ¿Y el doncel?~ ~ -¿
90     39|             sin embargo, la generosa condesa de endulzar el rigor de
91     39|         producidos por la fuga de la condesa. Ferrus y Rui Pero se habían
92     39|            compañía de cazadores. La condesa creyó oportuno avisar de
93     39|           soy el que ha librado a la condesa, yo el que había de librar
94     39|            Elvira, y al nombre de la condesa fueles abierto el puente.~ ~
95     39|        tropas reales y defender a la condesa, peleó como aquél que acababa
96     39|              embargo, de la generosa condesa, que se retiró a sus estados
97     39|             Buscósela de orden de la condesa muchos días, porque el rencoroso