Cap.

 1      2|             Enrique de Villena y su esposa doña María de Albornoz no
 2      2|      señorita Elvira, vuestra misma esposa, que no se separa un punto
 3      3|     Albornoz, la rica heredera y la esposa del ilustre don Enrique
 4      3|              De qué me sirve ser la esposa de ese ilustre don Enrique
 5      3|             poco sabéis apreciar la esposa que tenéis!~ ~ -¡Tened,
 6      3|           llegar a los brazos de su esposa, Guiomar?~ ~ -Señora, no
 7      3|             más pronto -contestó su esposa después de una ligera pausa -;
 8      3|             paz al pecho de vuestra esposa y cortar de raíz las rencillas
 9      3|          perdonad, pero soy vuestra esposa y tengo derecho a vuestro
10      3|          las gentes a vuestra misma esposa?... ¡Delirios!~ ~ -Bien,
11      4|            entre él y su desdichada esposa, la de Albornoz.~ ~ -¡Maldita
12      6|        entreveo: ¿consiente vuestra esposa en un divorcio ruidoso y...?~ ~ -
13      6|             Albornoz, mi respetable esposa, no interrumpa su costumbre
14      7|     silenciosamente la espalda a su esposa a la aparición de Elvira,
15      9|            las ventanas de su amada esposa si andaban moros en la costa.~ ~ -
16     10| irreprensible de la condesa y de su esposa las ponían en cierto modo
17     10|   mañosamente el alma de su avisada esposa. Nada había oído, nada sabía
18     10|           despidiéndose de su amada esposa, se dirigió a la cámara
19     10|         arrebato contra su inocente esposa.~ ~ Bien quisiera la condesa
20     10|             inspirar confianza a su esposa; las palabras más tiernas
21     10|     acababan de arrebatar a su cara esposa de entre sus mismos brazos,
22     11|        enmascarados han robado a su esposa.~ ~ -¿Robado? ¿Dónde?~ ~ -
23     11|             doña María de Albornoz, esposa del muy noble e ilustre
24     11|         cámara, robada su muy amada esposa, y de cómo había salido
25     11|             he hallado en vez de la esposa o de la venganza que buscara,
26     11|         parecer hermosa y joven; mi esposa, señor. Receláronse de él
27     11|            ofender la memoria de mi esposa!...~ ~ -Nadie en mi presencia
28     12|              y aunque no amaba a su esposa, como bien a las claras
29     12|            la condesa o si acaso su esposa... Imposible y horrorosa
30     13|           fidelidad había de ser su esposa, no había vuelto a desatar
31     13|         sobrevenir el cuidado de su esposa, deseoso de retardar a cualquier
32     14|           dónde presumís que soy la esposa del escudero? Vuestra imaginación
33     17|              de Otordesillas, de mi esposa. Díceme doña Catalina que
34     17|     perpetrador del asesinato de su esposa.~ ~ -Hernán -dijo en voz
35     17|           estrella me privase de mi esposa; era preciso que la calumnia
36     17|           muerte como matador de tu esposa la muy ilustre doña María
37     18|           definitivamente si era su esposa la que, por obsequio a la
38     18|           el asombrado escudero. Su esposa estaba vestida de negro,
39     18|          fuerza de los brazos de su esposa, la cual quedó sollozando
40     18|             pues? Explicaos.~ ~ -Mi esposa...~ ~ -¿Vuestra esposa es
41     18|           Mi esposa...~ ~ -¿Vuestra esposa es sombra? ¿Qué decís?~ ~
42     18|             dueña enlutada no es mi esposa, porque mi esposa está en
43     18|             es mi esposa, porque mi esposa está en su habitación, y
44     18|         está en su habitación, y mi esposa no ha salido ni saldrá...~ ~ -¿
45     18|            de haber visto a vuestra esposa, confieso que no entiendo...
46     18|            decir de que sea vuestra esposa, pero a lo menos, sí, de
47     19|           Enrique había matado a su esposa, y aunque la hubiera vuelto
48     19|            en fin? Al asesino de su esposa.~ ~ No necesitaban ni tanto
49     19|        eternamente el asesino de su esposa, lo cual había de ser irremisiblemente
50     19|          hubiese tal demonio ni tal esposa muerta, cosas para nosotros,
51     22|           honor está ileso. Vuestra esposa, inocente.~ ~ -Probádmelo.~ ~ -
52     22|            realmente tan culpada su esposa como él lo había imaginado
53     23|       requirió de amores~ ~ ~ ~A mi esposa con maldade;~ ~ ~ ~Porque
54     23|               exclamó la desdichada esposa reparando su movimiento,
55     23|         cerca tocaba al honor de su esposa. El mismo Enrique III tentó
56     24|        deseaba ardientemente que su esposa doña Catalina diese a luz
57     24|           heridos; el cuidado de su esposa, la flaqueza que aún le
58     24|            hidalgo, también, que su esposa le negaría haber sido ella
59     24|            descubrirme?... ¿Vuestra esposa, sin embargo?...~ ~ -Basta,
60     24|            hablemos más de eso. ¡Mi esposa, Dios mío! ¡Mi esposa! Si
61     24|            Mi esposa, Dios mío! ¡Mi esposa! Si mi esposa pudiese faltar...~ ~ -¿
62     24|         Dios mío! ¡Mi esposa! Si mi esposa pudiese faltar...~ ~ -¿Qué
63     24|          osado poner sus ojos en mi esposa, ¿viviría aún, viviría? -
64     25|          que fuese madrina la noble esposa de don Juan de Velasco,
65     25|      principales, se veía a Elvira, esposa del hidalgo, cubierta con
66     25|          López Dávalos y la otra la esposa del noble don Juan de Velasco,
67     26|        Macías estaba prendado de su esposa; la pequeña escena que había
68     26|             Dios. Con respecto a su esposa, debía estar seguro ya de
69     26|             estaba seguro de que su esposa participase de la culpable
70     26|         combate o había de morir su esposa si él vencía. Triste alternativa,
71     26|           con la mayor dulzura a su esposa, porque creía que éste era,
72     26|          vínculos que le unían a su esposa, cuando tenía asido ya el
73     28|          con quién mejor que con su esposa? Dirigióse a ella con un
74     28|             Macías caza bien. Pero, esposa, ¿os alteráis? Esa agitación...
75     28|            el singular estado de su esposa.~ ~ -Os entiendo, Elvira -
76     28|       quisierais, pudiéramos...~ ~ -Esposa mía -repuso Hernán Pérez,
77     28|             yo no os dije seréis mi esposa, sino ¿queréis serlo? ¿Para
78     29|             Jaime? Porque tiene una esposa infiel, que olvidada de
79     31|             desde entonces esposo y esposa se tratan de una manera...
80     32|          obra suya el despego de su esposa, y zagal enamorado que no
81     34|           Enrique había muerto a su esposa, hizo firme propósito Ferrus
82     37|       escena que debió tener con su esposa, decidió aquella noche misma
83     37|           agitada cómo sabía que su esposa era la acusadora de don
84     37|        tenido un rompimiento con su esposa; advirtióse desde entonces
85     37|       ocasión sobre la muerte de su esposa, la condesa doña María de
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