Cap.

 1      1|              Mis arreos son las armas,~ ~ ~ ~Mi descanso es pelear,~ ~ ~ ~
 2      1|              Mis arreos son las armas~ ~ ~ ~Mi descanso es pelear,~ ~
 3      1|         mendigar los hombres de armas, que sólo podían proporcionarle
 4      3|  cortesano, había desdeñado las armas, para las cuales no era
 5      4|     otra parte de la habitación armas ofensivas y defensivas,
 6      8|     sucedió un confuso ruido de armas, el cual cesó de allí a
 7      9|         el confuso ruido de las armas de los desconocidos combatientes.
 8     10|        sobrevenido un trance de armas; la caída de un cuerpo había
 9     10|  ricamente recamadas en oro las armas reunidas de su casa y la
10     10|       cámara llamando socorro y armas contra los robadores, como
11     11|        con el estandarte de sus armas, en que lucían sobremanera
12     13|     paje -. El caballero de las armas negras era el que tañía...~ ~ -
13     15|        un mancebo valeroso; las armas no pueden nada con él...
14     19|       jamás en ningún trance de armas. Había probado, además,
15     21|              Cúyas son aquellas armas~ ~ ~ ~Que están en el corredor?~ ~ ~¿
16     22|    parte, los dos manejaban las armas y las conocían perfectamente.
17     22|     ventaja en el manejo de las armas, la oscuridad y su rabia
18     24|          que mi primer hecho de armas, en que gane mi divisa,
19     25|    pudiese aspirar un hombre de armas tomar. Su virtuoso origen
20     25|         y batallas proveíale de armas, levantábale si caía, dábale
21     25|    peligros le era lícito tomar armas por sí en las pendencias
22     25|         por sus altos hechos de armas. Cuando el famoso Bayardo,
23     25|   custodiada por dos hombres de armas de Villena, una hermosa
24     25|    Pérez de Vadillo velando sus armas y en oración la noche entera,
25     25|     confesión, y veladas ya las armas, retiróse el candidato por
26     25|         en oro el escudo de sus armas respectivas y de que pendían
27     27|       mí! Sí. Ved ese gabinete. Armas es lo que hay dentro. Rara
28     28|         astillero o gabinete de armas, que no tenía más luz que
29     31|    Oyóse efectivamente ruido de armas y personas al pie de la
30     34|         o bohordando hombres de armas, a quienes estaba confiada
31     34|   adornado con varios trofeos y armas suspendidas en las paredes,
32     36|  quebrantaron con sus hachas de armas la cerradura y les dieron
33     36|    guerra; preparaban otros sus armas, recorríais las escaleras
34     37|         veía lucir su escudo de armas ricamente recamado; seguíanle
35     38|        dar desde ellas lanzas y armas nuevas a los combatientes,
36     38|         las trompetas un rey de armas y dos farautes. Seguían
37     38|         juicioso y entendido en armas y letras don Pedro López
38     38|      jueces la liza de gente de armas que asegurase el campo,
39     38| estandarte con el escudo de sus armas y la caldera de ricohome,
40     38|   mandaron los jueces al rey de armas y faraute dar una grita
41     38|        celada, y por divisa las armas de don Enrique de Villena.
42     38|       montado y armado de todas armas acababa de entrar en la
43     38| caballero echada la visera; sus armas negras, el penacho negro
44     38|     poderosa lanza.~ ~El rey de armas, acompañado de dos farautes,
45     38|         conducido por el rey de armas, hacia el crucifijo, y tocándole
46     38|    sobre sí ni sobre su caballo armas ocultas, ni yerbas, ni hechizos,
47     38|      forma, el caballero de las armas negras, colocándose de nuevo
48     38|        campo mandaron al rey de armas y al faraute dar una grida
49     38|    batalla; reconoció el rey de armas, acompañado del mariscal,
50     38|    acompañado del mariscal, las armas de los desafinados, y hecha
51     38|    encontró al caballero de las armas negras en el arandela, desguarneciéndole
52     38|    negro, cuyos altos hechos de armas anteriores eran demasiado
53     38|     almete del caballero de las armas negras, quedando desarmado.~ ~ -¡
54     38|        y asiendo de su hacha de armas, detuvo su caballo y esperó
55     38|         caballero de las negras armas, sin darle tiempo de revolver
56     38|       seguida sobre su hacha de armas, sin separarse empero de
57     38|        mayor interés, el rey de armas se adelantó hasta el vencido,
58     38|      las diversas piezas de sus armas, esparcidas aquí y allí
59     38|       por tercera vez el rey de armas su grida de ¡he aquí el
60     38| llegando los jueces y el rey de armas al caído, desenlazáronle
61     39|         caballeros y hombres de armas, dándole orden de traerle
62     39|        cuartel a los hombres de armas. No osaba preguntar por
63     39|    cuando un sordo estruendo de armas se dejó oír en el corredor.~ ~ -¡
64     39|   estruendo de muchas gentes de armas que llegaban nuevamente.
65     39|          oyeron el ruido de las armas de los combatientes y el
66     39|   nacido, más bien que para las armas o la corte. Es cosa sabida
67     39|       sin temor alguno ni a las armas, ni a los combatientes,
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