Cap.

 1      5|     físico de Su Alteza, el judío Abenzarsal, y se andan a la magia de
 2     11|          confesor, y don Mosén de Abenzarsal, su físico. Don Enrique
 3     15|           señor, mi padre Abrahem Abenzarsal era ya físico del rey don
 4     15|                Y os sostendríais, Abenzarsal, en ese lugar, que creéis
 5     15|           a tener sed.~ ~ -Basta, Abenzarsal, basta. Si el estudio endurece
 6     15|           un crimen.~ ~ -Hacedlo, Abenzarsal, hacedlo -gritó don Enrique
 7     16|    lectores que el físico Abrahem Abenzarsal contó, en cuanto llegó a
 8     16|       sucedió a la tonante voz de Abenzarsal, y don Enrique y el condestable
 9     16|    Tamorlán y del rey de Francia. Abenzarsal, ayudadme a entrar en mi
10     17|         alumbramiento. ¿Paréceos, Abenzarsal, que tendrá Castilla que
11     17|              Conocéis ese anillo, Abenzarsal, o la seña que dice esa
12     17|         esa dama?~ ~ -Señor -dijo Abenzarsal al oído de Su Alteza - ,
13     17|          vindicta pública. Dadme, Abenzarsal, ese anillo. Quiero yo mismo
14     17|         del combate. Vos, Abrahem Abenzarsal, encargaos de esa dueña
15     17|           todo feliz el día -dijo Abenzarsal a don Enrique, que se retiraba
16     19| cementerio, en compañía del judío Abenzarsal; había quien le había visto
17     20|       cuando el astrólogo Abrahem Abenzarsal, paseándose en su laboratorio
18     20|  verosimilitud.~ ~ -¿Vos también, Abenzarsal, vos que conocéis a don
19     20|      contra mí me interesan poco, Abenzarsal. Hállome bajo la protección
20     22|        expresión de alegría llegó Abenzarsal a noticiar al conde de Cangas
21     22|     forzoso decidirse presto.~ ~ -Abenzarsal -dijo por fin Villena con
22     22|         mal su grado su salud - , Abenzarsal, me habéis perdido. Nada
23     22|   perdiese mi intriga.~ ~ -Basta, Abenzarsal -gritó Villena mirando al
24     22|      granos contiene ese arenero. Abenzarsal, yo quiero que su constelación
25     22|          felicidad.~ ~ -¡Sofisma, Abenzarsal, bárbaro sofisma!~ ~ -Es
26     22|     aposento -. Inventa recursos, Abenzarsal -añadió hablando consigo
27     23|         distancia del aposento de Abenzarsal ofreciéronse a su imaginación
28     23|      sonrisa maligna que el judío Abenzarsal había dejado escapar en
29     24|    Enrique de Villena y del judío Abenzarsal para quitar de en medio
30     26|         se había dado a conocer a Abenzarsal, y éste había expuesto a
31     26|           después de su curación. Abenzarsal, siguiendo el plan de enredar
32     26|         un...~ ~ -Sí -le contestó Abenzarsal -; la primera vez que os
33     26|      seros funesta.~ ~ -¿Funesta, Abenzarsal? ¿Pero a qué llamáis funesta
34     26|         mi muerte?... Porque eso, Abenzarsal, no sería lo peor que pudiera
35     26|      joven temerario -interrumpió Abenzarsal -. Antes de soltar vuestra
36     26|         dije a nadie una palabra. Abenzarsal, tomad ese oro; es cuanto
37     26|        soy sólo su trofeo, o soy, Abenzarsal, su vencedor? ¡Ah! cuanto
38     26|   inspiran el amor. Enloquecedla, Abenzarsal, haced vos lo que debiera
39     26|    maldición! Haced que me adore, Abenzarsal, y tomadla bien. ¡Que me
40     26|          una en otra. Pero ¡ah! , Abenzarsal, que huyen a veces, y su
41     26|        que huyeseis... que?...~ -¡Abenzarsal!~ ~ -¿De qué, pues, os quejáis? ¿
42     26|           debe a su esposo?...~ -¡Abenzarsal! -gritó furioso Macías.~ ~ -
43     30|           desvelos? ¡Qué bobería, Abenzarsal! Fuerza es para suponer
44     30|        seguro de vencer a Macías. Abenzarsal, el combate no puede verificarse
45     30|        hacerlo como decirlo -dijo Abenzarsal sin mirar al conde, y más
46     30|           en vos solicitarlo.~ ~ -Abenzarsal, decirme a mí ahora que
47     30|      Castilla, sin contar la mía, Abenzarsal, se entiende.~ ~ -Mientras
48     30|         estar de más.~ ~ -Veamos, Abenzarsal, esa prodigiosa fecundidad
49     30|           Provenza?~ ~ -Adelante, Abenzarsal.~ ~ -Bueno; pues es necesario
50     30|        hombre...~ ~ -¡Qué horror, Abenzarsal, qué horror! ¿Habéis tomado
51     30|       despechado -; tenéis razón, Abenzarsal. Tenéis razón en todo lo
52     30|         venza a Hernán Pérez.~ ~ -Abenzarsal, ¡cuánto os debo, amigo
53     30|        conde, mi pariente, y vos, Abenzarsal, venid -dijo don Enrique
54     31|            reconociendo al físico Abenzarsal, que había salido tras él
55     31|       Miradla aquí.~ ~ -Su letra, Abenzarsal. ¿Es magia esto, es magia? ¿
56     35|       caminar a caballo su físico Abenzarsal. Pero en atención a todo
57     37|     consecuencia encargó al judío Abenzarsal de la custodia de Elvira,
58     37|       López Dávalos, de su físico Abenzarsal, de su camarero mayor, y
59     37|     acusadora, la cual, guiada de Abenzarsal, a cuya custodia estaba
60     38|           acompañado de su físico Abenzarsal, del arzobispo de Toledo,
61     39|     sugestiones del pérfido judío Abenzarsal. Éste, para salvarse y no
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