Cap.

 1      1|            el nombre profano de la dama por quien moría.~ ~ En vano
 2      1|     educación del siglo. Dios y mi dama, decía el caballero; Dios
 3      1|           y mi caballero, decía la dama.~ ~ En medio del furor de
 4      3|        tenían. Hablaba ésta con su dama favorita, pero en un tono
 5      9|          el sueño... al lado de su dama...~ ~ -¡Chitón! La puerta
 6     13|          supierais que una hermosa dama...~ ~-Silencio exclamó - ,
 7     14|           Hernando? ¿Quién es esta dama? -preguntó desembozándose
 8     14|          entonces de una mano a la dama hízola entrar en su cámara.
 9     14|          en mi demanda la -dijo la dama. Contóle en seguida al caballero,
10     14|          movimiento de sorpresa la dama -; ¿alejaros? -repitió,
11     14|         caballero! -interrumpió la dama -. El caballero seréis de
12     14|         señora, es de servir a esa dama, que conozco, como pudiera
13     14|         que conozco demasiado a la dama que nombrasteis y que ,
14     14|      corredor, se había reunido la dama a otra figura más pequeña
15     15|             inferí que amaba a una dama casada...~ ~ -¿Casada?~ ~ -
16     15|    ramillete cayó del pecho de una dama desde un corredor al patio
17     15|           de ser correspondido; la dama no pensó en recoger su ramillete.
18     17|      dueñas vestidas de negro, una dama enlutada y con antifaz que
19     17|        doliente voz la arrodillada dama.~ ~ -Alzad y contad vuestras
20     17|                Señor -prosiguió la dama levantándose y mirando en
21     17|      sentido de las palabras de la dama, la miraba con ojos indagadores,
22     17|          En tu corte -prosiguió la dama -; él nos oye y él recibe
23     17|             o la seña que dice esa dama?~ ~ -Señor -dijo Abenzarsal
24     17|       tormento! -dijo espantada la dama, volviendo a mirar en derredor
25     17|         Desdecirme!... -exclamó la dama enlutada, clavando en don
26     17|          la intimación la desolada dama sin exhalar un gemido de
27     17|           anillo como prenda de la dama que va a defender, y si
28     17|          desmayo - la prenda de la dama que elegís.~ ~ -Perdóneme
29     17|    Perdóneme tu Alteza -exclamó la dama arrojándose en medio del
30     17|           pecho, y mientras que su dama rodeaba su cuello con una
31     17|    Venganza -volvió a contestar la dama, concluyendo de anudarle
32     17| consecuencia, intimó la orden a la dama enlutada y la encaminó con
33     17|       acerca de quién podía ser la dama, si bien muy pocas dudas
34     18|         mañana; por otra parte, la dama enlutada había quedado en
35     19|         espuela ni el guante de su dama en un paso honroso. ¿Qué
36     20|           mi palabra -respondió la dama que entraba - e hicisteis
37     20|                Decís bien, hermosa dama. Perdonadme si no entro
38     20|                 Y cuál? -repuso la dama, afectando una indiferencia
39     20|            nunca se le ha conocido dama alguna; sin embargo, tiene
40     20|       banda, prenda del amor de su dama. Hasta es desdoro. Como
41     20|             interrumpió la agitada dama.~ ~ -Paréceme, señora, que
42     20|         conversación no -repuso la dama reclinándose -; pero la
43     21|            sitial, donde estaba la dama reclinada, caía del otro
44     21|              ella... ella es... La dama que esta mañana... no hay
45     21|             gritó despertándose la dama, al sentir su mano oprimida
46     21|            Imprudente! -exclamó la dama retirando y escondiendo
47     21|         bien, yo soy -respondió la dama abalanzándose hacia atrás
48     21|         entonces el astrólogo a la dama, que se había arrojado de
49     22|       queréis decirme quién era la dama enlutada que acusó esta
50     23|          puesto los ojos en cierta dama, cosa que no le había parecido
51     24|          melancólica, que no había dama que no la supiese de memoria,
52     25|         Causaba aquel embeleso una dama que no había podido menos
53     25|            acto, cuando deseosa la dama de esconderse a tan imprudentes
54     25|           acababa de levantarse la dama. Tendió el hidalgo los brazos
55     25|       fieles historiadores, que la dama, cuando se creyó fuera ya
56     26|            doncel aventurero y una dama extravagantemente heroica
57     31|         llama? -añadió la asustada dama corriendo hacia la puerta
58     38|       porqué. ¿Hubiera, si no, una dama tan discreta y hermosa como
59     38|          enredado en amores con la dama acusadora; halos sorprendido
60     38|         ofrecido al socorro de una dama para faltar después a su
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