Cap.

 1      3|        virtudes mismas; no  si el cielo me tiene reservada esa amarga
 2      3|        perdono yo a vos?~ ~ -¡Santo cielo! ¡Qué palabras! ¿Pues en
 3      4|            no oís pasos?~ ~ -¡Santo cielo! -exclamó Ferrus - ¡Ah!
 4      6|         habéis dicho, conde? ¡Santo cielo! Bien me rece ese desdichado
 5      6|      retirarse: «Adiós, señor, y el cielo os prospere». dijo en voz
 6      7|            de Su Alteza.~ ~ -¡Santo cielo! -decía Elvira impaciente -.
 7     10|                 Ved aquí la mía; el cielo sabe la verdad de mis palabras.~ ~
 8     11|          todos ensangrentados.~ ~ -¡Cielo santo! -exclamó horrorizado
 9     13|        largo rato suspiró y miró al cielo sin hablar. Paje -me dijo
10     13|            la hicieron creer que el cielo mismo y que su conciencia
11     14|          señora?...~ -¡Pluguiese al cielo! Pero ni soy la condesa...
12     15|            Dejemos a los astros del cielo recorrer tranquilamente
13     15|                  Oro? ¡Pluguiera al cielo! En vano he intentado encerrar
14     16|            ventana, y examinando el cielo detenidamente:~ ~ -No me
15     16|         arrebatado por el fuego del cielo, pudo eximirse. Pero, esperad;
16     16|             has sido llamado por el cielo. ¡Qué de lágrimas costará
17     16|             Abrahem - , el Dios del cielo y de la tierra no reprobó
18     16|         caballeros de Calatrava. El cielo ensalza a los hijos de don
19     16|      admitir el alto cargo a que el cielo le destina?~ ~ No creo que
20     17|       rodeaban el trono.~ ~ -¡Santo cielo! -exclamó el agitado conde,
21     17|             vuestra inocencia, y el cielo en todo caso saldrá por
22     17|           estimo calumniosa.~ ~ -El cielo, señor, puede sólo decidir
23     20|          siempre he profesado, y el cielo, no otras consideraciones.
24     21|          espectador una porción del cielo que dejan a descubierto
25     21|    olvidarlo, señora! ¡Pluguiera al cielo que me fuera dado olvidarlo! ¿
26     21|    intentaba desconocer.~ ~ -¡Santo cielo! -gritó -; ¡esta voz es
27     22|           Vamos de aquí, ¡Quiera el cielo oír mis votos! Aseguraremos
28     22|         invisible protección que el cielo le daba - , rendíos, y decid
29     23|            recursos que concedió el cielo a su sexo, naturalmente
30     24|             aquel agravio;~ ~ ~ ~Al cielo pide justicia,~ ~ ~ ~A la
31     24|       convencido, además, de que el cielo había designado para maestre
32     24|             acreedor.~ ~ -Guarde el cielo, señor, tu grandeza...~ ~ -
33     24|       Vadillo, calumniado. Pongo al cielo por testigo que podéis,
34     26|             convencido de que si el cielo tomaba cartas en el juego
35     27|          larga acción de gracias al cielo, que le proporcionaba por
36     27|          nacido, ¿por qué os dio el cielo belleza para rendir a ciento?~ ~ -
37     27|           aborrecéis? ¿No hay en el cielo rayos? ¿No hay quien me
38     28|         subleva y despide contra el cielo una deshecha borrasca. Al
39     28|     consecuencias. Alzó los ojos al cielo Elvira y contentóse con
40     30|   escolástico, y de confianza en el cielo que de heréticas impiedades.~ ~ -
41     31|           que así parecía bajar del cielo como salir de una profunda
42     31|            atraviesa rápidamente el cielo, que las que deja sobre
43     31|          sobre una mesa lucía -. El cielo maldice vuestro amor y...
44     32|             cobertizo, mitad con el cielo por techo, hubieran indicado
45     32|          comensal -; y pluguiera al cielo que siguiera viendo.~ ~ -
46     34|        ventana -. Sí; parece que el cielo se derrite en agua. Sería
47     35|            atreven por respetos al, cielo, nosotros, viles gusanos
48     35|       añadió levantando los ojos al cielo -. Por piedad -continuó - , ¿
49     36|            y pudo distinguir que el cielo se había serenado; un viento
50     36|       tristes gemidos levántense al cielo;~ ~ ~ ~Pues ya en mi tristura
51     36|             mis quejas se elevan al cielo,~ ~ ~ ~¡Llorad ,ay, mis
52     36|             para después. Plegue al cielo que no hayamos alarmado
53     37|             horrible premio daba el cielo a su conducta. Ora pensando
54     37|         todo, con el triunfo que el cielo le preparaba aquel día,
55     37| prosternándose Elvira y elevando al cielo las manos y los ojos:~ ~ -
56     37|        levantó entonces los ojos al cielo y añadió para sí con dolorosa
57     38|        cuando en cuando los ojos al cielo; no se podía distinguir
58     38|            combate. Miró Vadillo al cielo despechado y descansó en
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