Cap.

 1      1|          dejan por eso de tener su lado hermoso por donde contemplarlas;
 2      2|           él el hábito de vivir al lado de personas de categoría
 3      2|          dejado un solo momento el lado del poderoso conde de Cangas
 4      3|        demás personas, que al otro lado de la habitación se hallaban,
 5      3|             permanecesola a mi lado.~ ~ Oíanse, efectivamente,
 6      4|      planes para sí, lo tenía a su lado y en su favor con preferencia
 7      5|            que quería tenerme a su lado, porque como sólo conmigo
 8      5|          desde mañana me vuelvo al lado de mi prima que he cobrado
 9      5|        Sobre todo, vuelvas o no al lado de Elvira, júrame no abrir
10      6|                   Oíd y dejad a un lado esas fórmulas de sentido,
11      7|            que cualquiera que a su lado viviese había de excitar
12      7|            se proponía esperar, al lado del fuego, a que su señora
13      7|            faltasen sus dueñas del lado de la condesa, y púsose
14      7|         esperaba, se presentó a su lado, dándole las buenos noches
15      7|            me permitiese volver al lado de mi amada prima. ¡Me acordaba
16      9|           conciliar el sueño... al lado de su dama...~ ~ -¡Chitón!
17      9|        rato que debiera estar a su lado.~ ~ No le dio lugar, sin
18      9|       Hízose, como los demás, a un lado respetuosamente Fernán Pérez;
19     11|            silla; acompañábanle al lado don Pedro Tenorio, arzobispo
20     11|             saludando a uno y otro lado con su natural sequedad.~ ~ -¿
21     11|            y pesaroso. Seguía a su lado su primer escudero y detrás
22     12|       caballeros y sólo quedó a su lado su predilecto escudero;
23     12|            no necesitar tener a mi lado en mis fines un hombre honrado
24     17|          Dávalos, que a uno y otro lado pisaban el primer escalón
25     17|       antecámara. Acompañábanle al lado Payo Gómez de Sotomayor
26     18|           importancia me llaman al lado de don Enrique...~ ~ -¿Os
27     18|           un sillón con el paje al lado.~ ~ -Esto es mejor -dijo
28     21|            pasada.~ ~ Sentóse a un lado Hernando dichas estas últimas
29     21|           reclinada, caía del otro lado de la mesa, y el aburrido
30     21|             cruzado de brazos a su lado, y sin atreverse a respirar
31     21|          no; la vida, la vida a tu lado eternamente. ¿Quién se atreverá
32     21|      ofenderte estando Macías a tu lado?~ ~ Arrojóse entonces a
33     24|     honrosísima que ocupo hoy a tu lado, no dejé nunca de cumplir
34     25|            arrodillados los dos al lado de la epístola en ricos
35     25|          constantemente inmóvil al lado del Evangelio y enfrente
36     27|           que no se separase de su lado en aquel crítico momento,
37     28| perjudicaros. Venid y sentaos a mi lado. No es mi carácter, Elvira,
38     28|       sentóse trémula y agitada al lado de Hernán, que cogiéndole
39     29|            había hablado a nuestro lado.~ ~ -¿A nuestro lado? ¿Cómo? ¡
40     29|       nuestro lado.~ ~ -¿A nuestro lado? ¿Cómo? ¡Qué fantasía!... ¿
41     31|      buscar mi espada; con ella al lado, nadie, nadie podrá estorbar
42     31|    perdemos.~ ~ -¿Perderle yo a tu lado?~ ~ -Cesa ya y parte.~ ~ -¿
43     32|        discurrían.~ ~ Cenaban a un lado dos paisanos que parecían,
44     32|           abriles. Con Hernando al lado, ya me curaría yo de moros
45     33|   explicarme cómo habéis dejado el lado del doncel Macías, a quien
46     34|       necesaria su asistencia a su lado, sólo tardase en ponerse
47     35|          uno sobre el que tenía al lado. Tocóle a Peransúrez el
48     35|            la mano su venablo y al lado su fiel Bravonel, el cual
49     36|         Pensar en tomar el opuesto lado del castillo, volviendo
50     38|            comitiva. Al uno y otro lado del palenque, dos garitas
51     38|          era su pesar. Seguíala al lado, vestido de gala, el pajecillo
52     38|         deslumbraba en su pecho al lado de la cruz roja de Calatrava.
53     38|            lo mismo. Un tajo, a su lado, y una afilada cuchilla
54     38|           a su caballo, y ocupó el lado izquierdo del palenque en
55     39|          de los que por el opuesto lado forzaban la puerta que había
56     39|          el rastrillo a uno y otro lado de la trampa hundida, bastante
57     40|            bulto extraordinario al lado de un sepulcro. Efectivamente,
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