Cap.

 1      1|      son por cierto de nuestros días. El amor, el rendimiento
 2      2|         uno de los más hermosos días del mes de mayo: como a
 3      2|     durado aquel placer algunos días; acababa de practicarse
 4      2|       acaso habrá terminado sus días...~ ~ -Tal vez...~ ~ -¿Y
 5      2|        que veníamos para cuatro días, y no llevamos sino tres.~ ~ -
 6      2|      campo detenía por aquellos días a su dueño. Una armadura
 7      3|      momento está pasando; tres días hace ya que partió a caza
 8      3|       de montería; en esos tres días Fernán Pérez de Vadillo
 9      3|        tres años que a los tres días.~ ~ -¿Dónde está, señora,
10      3|     Imposible; llevan sólo tres días y fueron para cuatro.~ ~ -
11      4|     digo que no se pasarán tres días sin que me torne al servicio
12      5|   constancia en seguir y acosar días y noches enteras a la res,
13      6| infausto acontecimiento; en dos días lo menos no se tendrá en
14     15|         labios no vuelve en sus días a tener sed.~ ~ -Basta,
15     15|     entretanto; de allí a pocos días un ramillete cayó del pecho
16     15|          esta anécdota sonó dos días y se olvidó después. De
17     17|       una cosa que no todos los días se veía.~ ~ Entró, efectivamente,
18     17|        conducta, que pasaba los días enteros sin hablar y otras
19     17|        el plazo preciso de tres días había de presentar un defensor
20     17|      servirá de seguro para los días de su vida; la persona que
21     18|    sumamente alegre:~ ~ -Buenos días -le dijo - , señor Hernán
22     18|         para mí, vos pasáis los días enteros lejos de mí; hoy,
23     21|      años, Elvira! Tú sabes los días, los larguísimos días que
24     21|       los días, los larguísimos días que encierran, cuando se
25     23|    guardar el lecho por algunos días. Y en atención a que el
26     24|      esposo.~ ~ En los primeros días había esperado Elvira a
27     31|            Ah! Te place que mis días~ ~ ~ ~Ya fenezca mal logrado,~ ~ ~ ~
28     31|        señora pasa llorando los días y el señor rabiando las
29     32|       harnero se desprendía. En días de viento tenía la cocina
30     34|       la que le prestaba en los días más claros del año un agujero
31     35|        pueblo permanecerán tres días, por hallarse señalado para
32     37|       la desgraciada Elvira los días y las noches de claro en
33     38|      donde ha menester cuarenta días para convertirse luego en
34     39|      orden de la condesa muchos días, porque el rencoroso Hernán
35     40|        gusta mucho de pasar los días enteros mirando a los barrancos.
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