Cap.

 1      4|           Alza, ¿has perdido el juicio? Bien que nunca le tuviste.
 2      5|       llamado, había perdido el juicio; mirábale de alto abajo
 3     10|         a cubierto de cualquier juicio temerario. Los maridos,
 4     14|       Rey decreta el duelo y el juicio de Dios, la tendréis; pero
 5     15|      que se digne llamarme a su juicio.~ ~ -En ese caso...~ ~ -
 6     17| acusadora no hubiese perdido el juicio, cuando con tan poco apoyo
 7     17|         de Castilla, concedo el juicio de Dios a mi doncel Macías
 8     17|        andado, le ha turbado el juicio. ¡Habéis visto qué desconcierto! ¡
 9     21|         el judío de volverte el juicio, señor!~ ~ -¿Por qué, Hernando?~ ~ -
10     23|      concurrir a sostener en el juicio de Dios su acusación, por
11     24|        ya de él fundadamente el juicio de Dios, que acerca de la
12     26|      haberse de presentar en el juicio, como acusadora, el día
13     26|         defender su parte en el juicio de Dios. Con respecto a
14     26|      doña María de Albornoz. El juicio de Dios le hacía temblar,
15     33|        se equivocaba en el buen juicio que acerca de su fidelidad
16     37|      otro medio que recurrir al juicio de Dios, sería aquél inevitable.~ ~
17     38|         Andalucía a la fama del juicio de Dios que se celebra por
18     38| verificarse en comprobación del juicio de Dios a falta de otras
19     38|         voz alta - , he aquí el juicio de Dios! Don Enrique de
20     38|        calumniadora. He aquí el juicio de Dios.~ ~ Un grito de
21     38|         su grida de ¡he aquí el juicio de Dios!, cuando se notó
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