Cap.

 1      3|   caballero que a todo correr entró esta mañana en el alcázar
 2      4|           Maldita tenacidad! -entró diciendo con voz iracunda
 3      5|      conde de Cangas y Tineo, entró en el aposento, manifestando
 4      6| Cuando don Enrique de Villena entró en el aposento de Macías,
 5      9|      añadió en voz baja, y se entró.~ ~ Duraron otro rato las
 6     10|       la puerta enteramente y entró don Enrique de Villena.
 7     13| cabello, espantados los ojos, entró en su cámara y no me vio. ¡
 8     15|      estupidez nada recelaba, entró con él al secreto laboratorio.~ ~ -
 9     17|    todos los días se veía.~ ~ Entró, efectivamente, el tártaro
10     21|  palabras, y el dudoso doncel entró en el laboratorio del judío,
11     27|       embozado en su capilla, entró mirando con espantados ojos
12     27|     en su pecho. Poco después entró Hernán Pérez. El lector
13     29| Tiempo es de andar de aquí,~ ~entró cantando a esta sazón con
14     31|      horrorosa escena. El que entró se dirigió hacia la reja,
15     37|     torno suyo pasaba; el que entró nada contó nunca, razón
16     38|    agregaron dos persevantes. Entró en seguida en su balconcillo,
17     38|       extremos de la liza.~ ~ Entró en seguida un eclesiástico,
18     38| bordados de oro; hasta el uno entró, conducida y custodiada
19     38|     el otro cadalso o tablado entró el ilustre conde de Cangas
20     40|  tarde!~ ~ Pocos años después entró una madrugada el sacristán
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