Cap.

 1      8|          3, que «al caballero o dueña que viesen cuitados de pobreza
 2     10| comenzaban a nacer acerca de la dueña a quien podría haber sido
 3     17|    asesinada...~ ~ -Lo sabemos, dueña -dijo don Enrique - , y
 4     17|         de nuevo en derredor la dueña desconsolada.~ ~ -Dueña -
 5     17|         dueña desconsolada.~ ~ -Dueña -dijo don Enrique entonces
 6     17|               Y sabéis, incauta dueña, que la pena del talión
 7     17|    Abenzarsal, encargaos de esa dueña en vuestra cámara hasta
 8     18|        qué accidente, y que una dueña enlutada se había aparecido
 9     18|    cómplice de un asesinato? La dueña enlutada no podía ser sino
10     18|         reponiéndose - , que la dueña enlutada no es mi esposa,
11     19|   estaría mejor la rueca de una dueña que la lanza de un caballero
12     20|       Sin embargo -respondió la dueña cubriéndose el rostro con
13     20|        que se había cubierto la dueña la cara antes de dormirse,
14     37|        Elvira, al verle, no fue dueña de sí por más tiempo, lanzó
15     37|         entre los brazos de una dueña que la seguía. No se alteró
16     38|     justicia mayor de no  qué dueña o qué doncella encantada... ¡
17     38|     estos tiempos! -exclamó una dueña quintañona, hincando el
18     38|        instante el honor de una dueña!~ ~ -Vaya, madre, no se
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