Cap.

 1      7|         seno, semejante al mar, cuyas olas, mucho tiempo después
 2     10|       con su propio pañuelo, en cuyas puntas se veían ricamente
 3     13| consorte y del mundo entero, en cuyas miradas creía ver a cada
 4     17|       Ese maldito hechicero, en cuyas comisiones ha andado, le
 5     22|        con sus altas copas, por cuyas ramas pasaba, agitándolas
 6     23|       el soto de Manzanares, de cuyas resultas debía guardar el
 7     26|         Queríais que esa mujer, cuyas perfecciones adoráis?...~ ~ -
 8     34|     acababa de romper su amo, y cuyas sonajas de azófar y bonete
 9     34|    pesados cerrojos y candados, cuyas llaves poseía sólo el alcaide,
10     36|  puertas, derribábanse aquellas cuyas llaves habían echado por