Cap.

1      3|     hasta los zapatos de los domingos. A Silda se la acomodó en
2      4|  para «un por si acaso». Los domingos se remozaban, ella con su
3      7| madre, con su vestido de los domingos, compuesto de chaqueta entallada,
4     12|    la misa o el paseo de los domingos, que esto probaría bien
5     18|      mejor que con el de los domingos el lujo escultural de la
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