Cap.

  1    Pró|          que cada cual en su propia casa, siendo hacendosito y cuidadoso,
  2      1|             meses asistiendo a esta casa... ¿A qué, santo nombre
  3      1|        cuatro que yo busco, cata la casa llena de muchachos; y aguanta
  4      1|           él - . ¿Y no hay otros en casa?~ ~ -No, señor.~ ~ -¿Ni
  5      1|           Montañesa... y yo salí de casa para ir a San Martín a verla
  6      1|          porque la habían echado de casa.~ ~ -Y, ¿por qué?~ ~ -Porque
  7      1|            que te recogieran en esa casa!... Hija, no te conocía
  8      1|           que me contó: «Vuélvete a casa.» Y ella me dijo: «Si vuelvo,
  9      1|       recoja a esta muchacha en una casa honrada, para darla por
 10      1|           ahora mismo os acompañe a casa de Mocejón, y le hable al
 11      1|         habrá estado pae Polinar en casa de tío Mocejón, o en otra
 12      1|           de tío Mocejón, o en otra casa... De un brinco subo yo
 13      1|            dejar los calzones en su casa, y se separaron a buen andar.~ ~. ~
 14      1|            muchos años hace, en una casa de la calle de la Mar, de
 15      1|             San Francisco; el de la casa de Botín, inaccesible, sola
 16      1|       parador de Hormaeche, y de la casa del navío; el Santander
 17      2|          espacio ocupado hoy por la casa de los Jardines y la plaza
 18      2|           muelle, sino en su propia casa; el mismo dueño y armador
 19      2|             aún no habían salido de casa.~ ~ Porque no ignoraba nadie,
 20      2|            es, además, camino de su casa; y tanto y con tal destreza
 21      2|        blancas, la contraseña de la casa y la bandera blanca y roja
 22      3|       Mocejón, no era lo peor de la casa, porque le aventajaba en
 23      3|      habitaba el quinto piso de una casa de la calle Alta (acera
 24      3|            resistirse a volver a la casa de que huyó. En cuanto a
 25      3|         convenció a los demás de su casa, contando con que a un mal
 26      3|             todo lo guardable de la casa, desde el pan hasta los
 27      3|           estaba acostumbrada en su casa... Pero todo ello, y cuanto
 28      3|           hubiera llevado su cama a casa de tío Mocejón, se habrían
 29      3|            No era de bodas la de su casa; pero la que había, buena
 30      3|            carne, y todos los de la casa tenían un diente que echaba
 31      3|            día que comió en aquella casa, la llamó puerca la Sargüeta
 32      3|             ayudar a las mujeres de casa, dentro o alrededor de ella,
 33      3|      retardando la hora de volver a casa, y volvía casi siempre con
 34      3|    Muelle-Anaos, y sus ausencias de casa eran más largas cada día,
 35      3|            sea la planta baja de la casa.~ ~ Y como es preciso hablar
 36      4|        cuidado de su marido y de su casa; a vender, por sí misma,
 37      4|             Como no había vicios en casa, ni muchas bocas, tía Sidora
 38      4|            de tío Mechelín, en cuya casa no recordaba haber puesto
 39      4|         para que llenara algo de la casa, como la llenan los hijos
 40      4|             recogiera a Silda en su casa, los ojos se les iban a
 41      4|             no querían ellos que en casa de Mocejón llegara a creerse
 42      4|        invierno riguroso, entrar en casa tiritando y amoratada de
 43      4|            cómo ésta volvía tarde a casa, y averiguaron la vida que
 44      4|          poco antes había llegado a casa, y dos ayes de una voz infantil,
 45      4|              Todos son malos en esa casa!~ ~ -¡Métete en la mía,
 46      4|           descuidada y campante, en casa del padre Apolinar, junto
 47      4|             desde que salimos de su casa con el relato) y carraspeando
 48      4|             la mar; pero estaban en casa, destorciendo filásticas*
 49      4|         buenos días, ya temblaba la casa.~ ~ Tío Mechelín no había
 50      4|           lo agolieran; porque a mi casa no atraca nadie cuando yo
 51      4|          querer asomar el hocico en casa de naide, pa salirse con
 52      4|               que se presenta en mi casa la niña...~ ~ -¿Qué niña?~ ~ -
 53      4|    golpearon y la maltrataron en su casa y se escapó de ella, y durmió
 54      4|      barquía, y que ya no tiene más casa que la calle, con el cielo
 55      4|        desamparada, piensa acudir a casa de Mocejón, para oír...,
 56      4|            te lo puedo decir. De mi casa salió... para ir a ver entrar
 57      4|          piensa tomar?~ ~ -El de mi casa en cuanto salga de aquí.~ ~ -
 58      4|             nunca - . En esta misma casa.~ ~ -¡Uva! -añadió tío Mechelín - .
 59      4|          Mechelín - . En esta misma casa.~ ~ -¡Aquí! -exclamó asombrado
 60      5|             saber eso.~ ~ -¿Está en casa pae Polinar?~ ~ -No me he
 61      5|         Polinar quiere que vuelva a casa de la Sargüeta, dile que
 62      5|           él cuando estuvimos en su casa antes?~ ~ -Porque no me
 63      5|            el portal.~ ~ -Estuvo en casa de tío Mocejón -dijo a Silda
 64      5|            van a llevar a una buena casa -continuó Andrés en tono
 65      5|            llevarte. Yo me marcho a casa a esperar a mi padre, que
 66      5|       raqueros...; vuélvase usted a casa, y fáltele el apetito para
 67      5|             más que a ti subir a mi casa y preguntarme: «Pae Polinar, ¿
 68      5|            para que te echen de esa casa, pae Polinar no ha de cansarse
 69      5|        miras, sin que te vean, a la casa de la Sargüeta. Si hay alguno
 70      5|            que le había ocurrido en casa de Mocejón; pero como a
 71      5|           con la vista cuanto en la casa había al alcance de ella,
 72      5|           estaño, porque en aquella casa cada cual comía con su cuchara;
 73      5|       conoces tú?~ ~ -El me llevó a casa de pae Polinar cuando yo
 74      5|            del carpancho, que en mi casa están de sobra..., o pa
 75      6|            nombre, entre la primera casa de la acera del sur de esta
 76      6|             dijo tío Mechelín en su casa, que al día siguiente habría
 77      6|            lo acontecido a Silda en casa de la Sargüeta, hasta que
 78      6|        consideraba bastante aquella casa para refugio y amparo de
 79      7|          con la debida licencia, en casa del capitán de la Montañesa,
 80      7|             bienvenidas; y vuelta a casa con el posible apresuramiento,
 81      7|            Había todavía señoras en casa de Bitadura cuando él llegó,
 82      7|            y tenía oído que, en una casa, la señora debe ser siempre
 83      7|            de arboladura, el amo de casa entretenía como Dios y su
 84      7|         condiciones, al volver a su casa y sentarse a la mesa entre
 85      8|         sazón para el negocio de la casa... Que siga unos cuantos
 86      8|             en el entresuelo de una casa del Muelle. Rato hacía que
 87      8|         igual al que tenía él en su casa, y de un papel con los Días
 88      8|            bailaba la sopimpa en su casa con Madruga - ; pero puesto
 89      8|           mientras iba camino de su casa... «¿Apostamos dos cuartos -
 90      8|             enteramente sola, en su casa, temiendo por la vida de
 91      8|             tan pronto como llegó a casa, la conversación sobre la
 92      8|           los secretos de familia a casa de los vecinos!... ¡Eso
 93      9|         arreglaba Silda en su nueva casa. Consideraba a la huérfana
 94      9|           Andrés le preguntó por la casa de tío Mechelín, y notó
 95      9|              me coge a la puerta de casa, y, ¡toña!, que me ha de
 96      9|            a Andrés:~ ~ -Ésta es la casa.~ ~ Y como la suya estaba
 97      9|           del Paredón, y le traje a casa para que le viera su tía
 98      9|            dejaban en paz los de su casa, se verían con la Justicia...
 99      9|         tintas bueno que me llevó a casa de pae Polinar.~ ~ Se alegró
100      9|           Muelle-Anaos y la llevó a casa de persona capaz de hacer
101      9|            hacerla tomar apego a la casa; enseñarla, poco a poco,
102      9|          mujeres le habían hecho la casa aborrecible. No sucedería
103      9|         debiera salir, y pasaría en casa el tiempo que debiera pasar;
104      9|           debiera pasar; pero ni en casa ni en la calle tendría otras
105      9|          veía desde la puerta de su casa. Habría hogueras y peleles,
106      9|          allí.~ ~ Cuando llegó a su casa, le dijo su madre, comiéndole
107      9|             volver inmediatamente a casa de tía Sidora para contar
108     10|       morirse de hambre llevando la casa llena de provisiones. Si
109     10|            un futuro consocio en la casa de comercio, y además como
110     10|             bodega y el resto de la casa, no tanto; el resto de la
111     10|            no tanto; el resto de la casa sobre todo. La curiosidad
112     10|     considerarse en el portal de su casa, entre amigos de la familia.
113     10|             y por estar cerca de su casa y conocerla mucho de vista,
114     10|             y para el arreglo de la casa, y cuando la llevaba consigo
115     11|   amedrentaban más una señora y una casa como las de don Venancio
116     11|       percal de a tres reales en la casa, mala letra y ni pizca de
117     11|          capitán de un barco «de la casa». Mientras se dirigía a
118     11|      merendó Andrés muy a menudo en casa de Tolín, y fue muchas tardes
119     11|               Muergo no iba ya a su casa, porque a medio verano y
120     11|       parecía sentir más apego a la casa que a sus habitantes, aunque,
121     11|            sufrir las mujeres de su casa y el animal de Mocejón.~ ~
122     11|           en que bajaba Cleto de su casa. Sujetábase los calzones
123     11|             te pegan los botones en casa?~ ~ -Porque allí no sabe
124     11|            te arremienda?~ ~ -En mi casa no se arremienda na, bien
125     11|             que hacía para fuera de casa.~ ~ Cleto no era feo. Había
126     11|           que así la llamamos ya en casa: Sotileza arriba y Sotileza
127     11|     náufrago Mules, no solamente en casa de tío Mechelín, sino en
128     12|          que el de las gentes de su casa, gentes puercas y feroces,
129     12|             que se esparcían por la casa... Después se volvía a la
130     12|            todo cuanto encerraba la casa, por el temor de que el
131     12|             esto bajaba Cleto de su casa, y tropezó con Muergo, que
132     12|             con el mismo nombre, en casa del padre Apolinar. No son
133     12|          latín y fue recogido en la Casa de Caridad el energúmeno
134     12|           Muelle de las Naos por la casa de baños de Calderón, desde
135     13|            cargo, como cajero de la casa, armaba un estruendo de
136     13|            alcanzaba a ver desde su casa por delante y por detrás.
137     13|             infinitos. Solamente la casa de Botín con los sillares
138     13|          tan pronto como entraba en casa, y se pasaba media hora
139     13|   admiración de todos los que en la casa moraban y a la casa concurrían,
140     13|           en la casa moraban y a la casa concurrían, con el respectivo
141     13|    Capitanía del puerto; ésta es la casa de Botín; éste es el castillo
142     13|            tal modo al rincón de la casa, que aquellas tertulias
143     13|             no frecuentara tanto su casa, con la pejiguera de mudarse
144     13|             celosa del lustre de su casa y del bien parecer de los
145     13|            cruzar las puertas de su casa en dos o tres días, lo cual
146     13|              La de Mechelín?... ¡La casa más honrada y pacífica de
147     13|             la noche! Pues ¿no va a casa de don Venancio?~ ~ -Por
148     13|                  Pero ¿qué dirán en casa de ese señor?~ ~ -No saben
149     13|           Zanguina, que plagando la casa y la ciudad de mascarones
150     14|            ese quiñón comeríamos en casa. ¡Pero ni eso, don Andrés,
151     14|        desde la humilde bodega a la casa del capitán, poco, pero
152     14|           de la barquía, subió a su casa Mocejón, que ya estaba hecho
153     14|            no hay ley de Dios? Esta casa, ¿es casa..., u qué es?
154     14|             de Dios? Esta casa, ¿es casa..., u qué es? Si de la mía
155     14|         encuentro las mujeres de su casa y llevaron los supuestos
156     14|             aquí la asomas, arde la casa! ¡Puáa!~ ~ Esto, sin contar
157     14|           su vida. Después salió de casa como un cohete; pero las
158     14|            cada visita del uno a la casa de la otra fundamento bastante
159     14|        solamente en la puerta de la casa, sino en el rostro de todos
160     14|             oído a las gentes de su casa, como éstas se sobraban
161     14|           paso a paso de la humilde casa donde su presencia comprometía
162     14|       cuanto pescaba iba lo mejor a casa de don Venancio Liencres;
163     14|         había sentido, de que en su casa y en la de don Venancio
164     14|       volvía a poner los pies en su casa, haría con ella esto y lo
165     14|              y estaba denunciada la casa de Isidro Cortés, entre
166     14|        mercantil, que ni paraban en casa ni cerraban boca en todo
167     15|             o dímelas en llegando a casa, porque estoy muy de prisa
168     15|         calle...~ ~ -Pus le diré en casa lo que tengo que decirle -
169     15|             crías que me mandaban a casa para escamarlas siquiera
170     15|           haya abandonado, que a mi casa van algunas todavía, y no
171     15|             ambos la escalera de la casa de éste, les abría la puerta
172     15|      asomaste tú la jeta en aquella casa? ¿Qué falta hacías allí?~ ~ -
173     15|           aquel rato de menos en tu casa.~ ~ -Así fue al escomienzo;
174     15|           fuego a la bodega, y a la casa, y a todos los de la vecindad?~ ~ -
175     15|           de todo es que en aquella casa no hay con qué dar una taza
176     15|             tarde en cuanto salí de casa, y me quedé sin él. ¡Cuerno!,
177     15|         para que le despachen en su casa como Dios les  a entender.~ ~
178     16|          del viento, y apestando la casa a esas inmundicias...; y
179     16|           otras diversiones y en su casa la mimaban en extremo, y
180     16|           barquía, lo más odiado en casa de Mocejón de todo lo perteneciente
181     16|           ni éste ni la gente de su casa querían tener con las de
182     16|           que la puesta al salir de casa. Así es que, para no calarse
183     16|            la mañana quería para su casa y la de don Venancio Liencres,
184     16|    resentido; y tomó el rumbo de su casa, mientras la gente de la
185     17|        perseguían las mujeres de su casa!... Y sobre todo, ¿en qué
186     17|                En cuanto llegó a su casa de vuelta de la mar, sin
187     17|           concluya, y acompáñalos a casa. Da el brazo a la señora
188     17|             hija, cuando salgáis de casa para ir al teatro, y lo
189     17|          pues, de punta en blanco a casa de Tolín; y al atravesar
190     17|        entrar todos los días en una casa donde se le recibe a uno
191     17|             familias son visitas de casa..., ¡como que son de lo
192     17|      relucientes, la señorita de la casa, la elegante Angustias,
193     17|        desde que él había salido de casa para ir a la de don Venancio
194     17|             su brazo hasta llegar a casa. Tampoco esta vez fue desairado;
195     17|        diestra de la doncella de la casa. Al enfilar la calle de
196     17|          Muelle, mientras abrían en casa de don Silverio Trigueras
197     17|          porque lo tiene delante de casa, y tiene también buenos
198     17|          porque eres un amigo de la casa y un compañero de mi hermano;
199     17|             vano de la puerta de su casa, mientras la doncella, que
200     18|            mal pensamiento. En esta casa todos, y la primera tú,
201     18|             se recele de mí en esta casa, donde estoy acostumbrado
202     18|       tocaba dejarlos fuera de esta casa, no a mí el echarlos de
203     18|        tocaba a ti echarlos de esta casa.~ ~ -Sí que lo dije.~ ~ -
204     18|     cerrarle las puertas de aquella casa. ¿Valía él menos a los ojos
205     18|           Yo no puedo salir de esta casa por ese recelo, después
206     18|        querido. ¿Es esto echarte de casa? ¿Ni quién soy yo para tanto?~ ~ -¡
207     18|            la calle, me dan en esta casa, por caridá, mucho más de
208     18|     caraspia! ¡Si allego a estar en casa yo! Pero otra vez será,
209     19|      corriendo a coger al Sobano en casa, pa decirle lo que hay...
210     19|        jurarla lo que le juró en su casa viéndose a solas con ella?~ ~
211     19|         cierre la puerta de aquella casa quien tenga más autoridad
212     20|        dónde va. Anoche se metió en casa muy temprano, hecho un palomino
213     20|  trastornado la suya en esa maldita casa, de donde no sale muerto
214     20|         muerto ni vivo.~ ~ -¿De qué casa, mujer?~ ~ -La de la calle
215     20|        tiempo que esto acontecía en casa de Andrés, Pachuca, la novia
216     20|            dos a verse con él en su casa, sin falta ninguna, al anochecer.
217     20|             después al balcón de su casa y a lo ancho y a lo largo
218     20|          entrando, entrando en esta casa... porque no se pué parar
219     20|           tú, ¡paño! ¡Aquello no es casa, ni aquéllas son mujeres,
220     20|           como las pesaúmbres de mi casa... Pus mejor dormía con
221     20|           la culpa de ello; en esta casa hace falta un hombre..., ¿
222     20|              por eso vivo metida en casa sin tirar de la lengua a
223     20|          ello? Si pa entrar en esta casa, no más que por pasar el
224     20|             la puerta por los de mi casa.~ ~ -No fui tan allá siquiera,
225     21|          que pae Polinar llamó a su casa al matrimonio de la bodega
226     21|            un lado para ayudar a la casa. No daría guerra en ella;
227     21|          del padre Apolinar, que en casa de éste se había tratado
228     21|         mientras iba de vuelta a su casa para ponerse el vestido
229     22|         dando la preferencia las de casa a las invitadas de fuera.
230     22|             está en el balcón de su casa muy arrimadito a la hija
231     23|       afrenta que había echado a la casa haciendo lo que hizo con
232     23|            el pecho.~ ~ Así llegó a casa, y así pasó la noche, y
233     23|             Carpia, que salía de su casa, retrocedió de pronto; metióse
234     23|           parte de afuera del de su casa, arrimada a la pared, con
235     23|             no piensa.~ ~ -Súbete a casa con mil rayos.~ ~ -No me
236     23|         sabes tú por qué!... ¡Güena casa tienes pa recreo sin estorbar
237     23|        puerta cerrá!... ¡y que esta casa, de portal de arriba, no
238     23|             bien en paz vivía en su casa!... (De pronto se fija la
239     23|             ha de perder a mí en tu casa si no es la salú, con sólo
240     23|          cuando vistes entrar en mi casa a un hombre honrado, que
241     23|             entonces se metió en su casa, sin atreverse a medir con
242     24|          cerrada la noche, entró en casa en este mismo estado en
243     24|       intenciones te llevaban a esa casa a tales horas?~ ~ -Las que
244     24|             otras veces había en la casa alguien más que esa mujer;
245     24|         después iba caminando hacia casa de don Venancio Liencres.~ ~
246     25|        mucho más...; y entra uno en casa con el agua a media bodega,
247     25|          tocante a las gentes de su casa, tamién se pondrán en la
248     25|            y los dolores de aquella casa; pero no se atrevió a tanto;
249     25|           el cerebro al salir de su casa, no supiera por dónde empezar,
250     25|           santo día de Dios en esta casa.~ ~ Con estas manifestaciones
251     25|         había referido Andrés en su casa.~ ~ -Exactamente -dijo el
252     25|         abajo subió y se encerró en casa con la otra, sin atreverse
253     25|             rifieren que hubo en la casa una tempestá, porque al
254     25|     traficaron pa perdición de esta casa; y que no deben quedar tantas
255     25|     encontróse con esto al llegar a casa..., ¡él, que había salido
256     25|           pocas las paredes de esta casa, señor don Pedro!~ ~ No
257     25|       entraba aquí como en su mesma casa, porque debíamos abrírsela
258     25|           don Andrés, que estaba en casa entonces, como pudo estar
259     25|            entendido, Sidora: en mi casa no hay nadie tan inconsiderado
260     25|         aquí, ha venido usté a esta casa.~ ~ -¿Qué dices, muchacha? -
261     25|             traía al entrar en esta casa, bien puedo yo creer que
262     25|          convencido de que si en su casa continuaba agitándose la
263     26| consecuencias~ ~ Andrés salió de su casa, porque necesitaba el aire
264     26|            mentira. Salió, pues, de casa para cambiar de ambiente
265     26|           tentaciones de subir a su casa para referirle cuanto le
266     26|       acostumbraba él a retirarse a casa todas las noches. Ya estaría
267     26|             calle... Pero ¡volver a casa en la situación de ánimo
268     26|             que le vayan a avisar a casa?~ ~ -¡De ningún modo! No
269     26|        nuevo desatino.~ ~ ¡Volver a casa después de haberle echado
270     26|         resolverse, o a volver a su casa, como era lo cuerdo y conveniente,
271     26|         mesoneros; ni tampoco en la casa de ningún amigo... Pasarse
272     26|            echándole de menos en su casa, no sería extraño que alguien
273     27|            don Venancio Liencres en casa cuando llegó a sus puertas
274     27|             pero, en fin, estaba en casa, y recibió a la madre de
275     27|              La capitana llegó a su casa antes que su marido, y don
276     27|            horas y de tal modo a su casa, ni él dominar el deseo
277     27|            ser socios y jefes de la casa de papá el día menos pensado?...~ ~ -
278     28|         creía ver un emisario de su casa que corría en busca suya.
279     28|             habían arrebatado de su casa y hecho pasar una noche
280     29|              Como no podía salir de casa, habían estado a despedirse
281     29|      Después de lo ocurrido en esta casa, no cabe otra conducta en
282     29|            hacerme a no ver en esta casa a esa criatura de los mesmos
283     29|             ti, y a todos los de tu casa..., ¡mucho, cuerno!..., ¡
284     29|          que conviene; porque ya la casa está libre de espantos;
285     29|             mate, y se vuelvan a su casa y de nada les sirva el escarmiento, ¿
286     29|             Yo hacía mucha falta en casa, ahora más que nunca; pero
287     29|              Yo bien  que en esta casa no hizo méritos pa tanto;
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