Cap.

  1      1|          un ramo de laurel seco, dos estampas de la Pasión y
  2      1|  vidriera, o descoyuntadas entre dos sillas y la mesa, ocupaban
  3      1|          a la vidriera por entre dos de sus incisivos, y respondió,
  4      1|          penas logró sujetar las dos remendadas delanteras del
  5      1|          menos de vosotros lleva dos meses asistiendo a esta
  6      1|          de silabario al cabo de dos meses?... ¡Ni la O, cuerno,
  7      1|         presentaron en el cuarto dos nuevos personajes. El uno
  8      1|        caso maldito de los otros dos granujas, ni del mismo padre
  9      1|       difunto Mules, viudo hacía dos años cuando pereció este
 10      1|    recuerdo haberte visto más de dos veces, y ésas mal, como
 11      1|          sus casas; aráñense los dos Cabildos; enamórese Juan
 12      1|       pecados!...~ ~ Aquí se dio dos vueltas el fraile por el
 13      1|         y, después de retorcerse dos veces seguidas dentro del
 14      1|        enfurecido - ; ¡pongo las dos orejas a que no, y a retequenó!~ ~
 15      2|    Martín.~ ~ La marea, a más de dos tercios (y eran vivas a
 16      2|      siempre había allí alguna), dos vigas que no estaban el
 17      2|         no estaban el día antes; dos vigas juntas, amarradas
 18      2|          la otra; pero nunca las dos a la vez. Cabalmente el
 19      2|       era mucho: tres cuartos en dos piezas, un pitillo, un cortaplumas
 20      2|    pintoresco trance le hallaron dos de sus camaradas, advertidos
 21      2|     cubría en aquel sitio más de dos veces, y se podían contar
 22      2|  guijarros del fondo.~ ~ -Échame dos cuartos, Andrés -le dijo
 23      2|      agilidad de un bonito, y,de dos pernadas y un braceo, aparecer
 24      2|    solamente con la ayuda de las dos piernas.~ ~ -Ni la mota
 25      2|      suceso, que hoy no llevaría dos docenas de curiosos al polvorín
 26      3|      asas el carpancho entre las dos.~ ~ Carpia tenía un hermano
 27      3|         cual cobraba de la misma dos soldadas y media: una y
 28      3|         la barquía, se tiraba él dos y media. Procedía de abolengo
 29      3|         tarimita, el jergón, las dos medias sábanas y el cobertor
 30      3| abundante siquiera, porque entre dos solas personas, repartido
 31      3|       tener en la boca, de darla dos restregoncitos contra los
 32      3|         hundiendo en la basa las dos manos, con los dedos extendidos,
 33      3|           y por un cuarto, y por dos cuartos, y hasta por un
 34      3|             Y así se pasaban los dos larguísimos ratos. Cuando
 35      3|  anzuelos; y si los panchos eran dos, ella destrababa el uno.~ ~
 36      4|          vergüenza, y un hijo de dos años, que parecía un perro
 37      4|        en cuanto podían, a estos dos seres desdichados; pero
 38      4|          había llegado a casa, y dos ayes de una voz infantil,
 39      4|      calle, sin resolverve a dar dos pasos en ella detrás de
 40      4|     embozos del manteo, se rascó dos veces seguidas las espaldas,
 41      4|          claridad en la cocina y dos mezquinas accesorias que
 42      4|          sillas de perilla y los dos escabeles de pino, y el
 43      4|         y contrahechos, llenando dos tercios muy cumplidos de
 44      4|      esos cuidados, díganos, con dos pares de rejones que las
 45      4|         para esos lances - , con dos palabras os mataré la curiosidad...
 46      4|         se le encomienda, en los dos Cabildos, el arreglo de
 47      5|        Andrés comenzó a subir de dos en dos los escalones. Cuando
 48      5|        comenzó a subir de dos en dos los escalones. Cuando ya
 49      5|          visto en la Puntida con dos raqueros...; vuélvase usted
 50      5|           Mientras caminaban los dos hacia la calle Alta, el
 51      5|          te sigo, y, pegados los dos a las casas, y a buen andar,
 52      5|        calle, atravesáronla como dos exhalaciones el exclaustrado
 53      6|     sentencia; y como había sido dos veces regidor del Ayuntamiento
 54      6|          hombre mientras ejerció dos veces, a dos años cada una,
 55      6|    mientras ejerció dos veces, a dos años cada una, el cargo
 56      6|          completo.~ ~ Porque, de dos meses a aquella parte, había
 57      6| tamborilero de la ciudad durante dos días y tres noches.~ ~ Porque
 58      6|      digámoslo así, compuesta de dos alcaldes de mar (primero
 59      7|       cuesta del Hospital, a las dos filas de casas altas, angostas,
 60      7|          bote, había capitaneado dos guerras, y en la bofetada
 61      7|           en calidad de agregado,dos viajes redondos a la isla
 62      7|        en todos los mares de los dos mundos, dio en antojársele
 63      7|          llamaba Andrea, y tenía dos ojos como dos soles; un
 64      7|    Andrea, y tenía dos ojos como dos soles; un pelo que relucía
 65      7|       sobre el cual serpenteaban dos enormes ramales de la cadena
 66      7|          de cuadros oscuros, con dos alfileres de brillantes,
 67      7|              Y así marchaban los dos, calle de San Francisco
 68      7|          marco de papel dorado y dos o tres cuadritos de bordados
 69      7|          caja de música, y entre dos fruteros de cera, con sendos
 70      7|        ellos era capitán. De los dos pilotos, sin contar a Sama,
 71      7|         plomo, por la juntura de dos tablas del suelo; Madruga,
 72      7|      patria Bitadura, y cerca de dos de ellos acababa de pasarlos
 73      8|       que estaban solos allí los dos: el comerciante, mal vestido
 74      8|    cultura halla usted entre las dos docenas de personas que
 75      8|       chico. Yo no tengo más que dos hijos: el varón será de
 76      8|      estímulo puede animar a los dos, pues si el hijo de don
 77      8|        de su casa... «¿Apostamos dos cuartos -se dijo - a que
 78      8|       las del agregado... ¡y las dos ausencias a un tiempo!..., ¡
 79      8|      temiendo por la vida de los dos! Muchas veces había intentado
 80      8|    diciendo: «¡a la una!, ¡a las dos!, ¡a las tres!», columpiándola
 81      9|         que subía de bajamar con dos remos al hombro, y en una
 82      9|          de él, ¡toña!, me largó dos estacazos con aquel bastón
 83      9|          poco más, siguieron los dos chicos hacia arriba; y al
 84      9|         remojo tengo lienzo para dos camisucas, que es lo que
 85      9|          pescadores al puerto en dos o tres días, bien por tener
 86     10|   inglesa, lo cual sería obra de dos o tres meses y de un par
 87     10|         íntima, a la edad de los dos muchachos, se convierte
 88     10|    cuarta, y, además, la lengua. Dos veces había ido a la Maruca;
 89     10|        cada vez le había costado dos días de cama el descalzarse,
 90     10|    honrado patrón un anticipo de dos o tres mil reales en días
 91     10|         sus vidas al capricho de dos locos, solamente iban impulsados
 92     10|       largo y a lo profundo, con dos a modo de pesebres a los
 93     10|         haberlo desalado dándole dos zambullidas en el agua de
 94     10|   tablones, no pasa mucho más de dos mil reales. De este flete,
 95     10|          veinte sacos de harina, dos cajas de azúcar, ocho coloños
 96     10|        escobas, un catre viejo y dos fardos de papel de estraza.
 97     10|    complete su carga en menos de dos meses, o que cierre el registro
 98     10|          semanas, cuando no dura dos meses cumplidos; dos meses
 99     10|        dura dos meses cumplidos; dos meses que, con los otros
100     10|         meses que, con los otros dos, suman cuatro. Pongamos
101     10|         algo desgraciado, arriba dos o tres veces durante el
102     10|          la cual no había pasado dos veces en su vida.~ ~ No
103     10|         del patache, y yendo los dos solos remando les arrastrara
104     10|  juiciosita, pasando un hilo por dos remiendos para soltarse
105     10|      porque cuando uno no quiere dos no riñen, sin contar con
106     11|         familia de don Venancio, dos puntapiés, un botón de asa~ ~
107     11|     pasos para Luisa y los otros dos con aceitunas, la niña se
108     11|          la ropa de agua encima, dos remos al hombro y el cesto
109     11|          esta mañana, y de estos dos bultos encarnaos saltó esta
110     12|    insinuada por Sotileza más de dos veces a favor de Muergo,
111     12|          estaban ambos allí como dos mastines delante de una
112     12|         el mutuo afecto de estos dos seres tan distintos entre
113     12|     Abajo.~ ~ -Pues te voy a dar dos morrás... Pero no grites
114     12|         lo dijo lo hizo. Sonaron dos golpes secos, y después
115     12|    golpes secos, y después otros dos por el estilo, entre un
116     13|          del Siglo, cuando estos dos periódicos, órganos respectivos
117     13|       órganos respectivos de los dos bandos beligerantes, andaban
118     13|     enderezan. Bastaba ver a los dos amigos, para comprender
119     13|           armaba un estruendo de dos mil demonios al contar las
120     13|      Como se ve, no podían darse dos naturalezas más distintas
121     13|     único en que se parecían los dos mozos era en el cordialísimo
122     13|         uncasco y su aparejo con dos docenas de rayas hechas «
123     13|        contemplación extática de dos docenas largas de obras
124     13|        metía su cucharada en las dos cazuelas, y decía, por ejemplo,
125     13|          para ello: «pásate esas dos o tres horas que se te conceden
126     13|        rebajó de la talla más de dos dedos, y alzaba en el almacén
127     13|       marineros. Cada día entran dos prácticos de servicio, los
128     13|         de la Zanguina. Faltaban dos hombres para completar la
129     13|          a la Zanguina, siquiera dos veces por semana, a las
130     13|      ésta le engañaban entre los dos con una mentirilla cualquiera,
131     13|        las puertas de su casa en dos o tres días, lo cual acontece
132     13|  enguantadas y el pescuezo entre dos foques almidonados, en los
133     13|           Pues mírate: entre los dos extremos, más le quiero
134     14|         siquiera!... Ya ve usté, dos mil reales en cincuenta
135     14|       cosa alguna, ni para darle dos bofetones, lanzaba interjección
136     14|       una cordillera de infamias dos bocas tan venenosas como
137     14|         tío Mechelín y su mujer, dos «aventuraos de Dios» y muy
138     14|         ello, ¿por qué? Porque a dos sinvergüenzas del quinto
139     14|         merced de los juicios de dos mujeres desenfrenadas? ¿
140     14|    honrados, a los dictámenes de dos calumniadoras? ¡Jamás! Por
141     14|         de gran prestigio en los dos Cabildos; en ambos eran
142     14|        decirlas a peseta..., y a dos reales; y tan agradecido
143     14|         Isidro Cortés, entre las dos Alamedas, y en capilla,
144     15|         suplicó que le escuchara dos palabras que tenía que decirle.~ ~ -
145     15|   decirle.~ ~ -Si no son más que dos -díjole el fraile, al cabo
146     15|  columbro en el balcón, y que en dos ocasiones, por no haberlas
147     15|          que no alcanza para los dos.~ ~ -Conque poca... Y ¿qué
148     16|          la cesta cada cosa!~ ~ -Dos, cuatro, siete..., diez...
149     16|          rajas de merluza frita: dos libras y media. Por supuesto,
150     16|         medio queso de Flandes y dos libras de galletas dulces,
151     16|         ella! Para eso van estas dos rodillas grandes. El vaso
152     16|         cual le demostró que los dos iban a ser de la partida.
153     16|      cofia.~ ~ Muergo se sentaba dos bancos más a proa que ella,
154     16|    siempre se dibujaba entre las dos cordilleras de sus labios,
155     16|       contraste que formaban las dos caras, cuando le dijo Sotileza
156     16|         embarcado en ella más de dos libras de pescado entre
157     16|           que le precedía más de dos brazas, seguía corriendo
158     16|       que le apartó de sí más de dos varas.~ ~ Muergo recibió
159     16|         estremecimiento bestial, dos zancadas al aire y un relincho.~ ~
160     16|         se decían mutuamente los dos mozos. El mismo Mechelín
161     16|          llevado a la pesca. Los dos marineros mozos no tenían
162     16|    además, hacía mucho frío.~ ~ -Dos zambullidas... Bastante
163     16|       para lo mozo que eres.~ ~ -Dos, ¿eh? ¡Y también siete llevo
164     17|          paño de lágrimas de los dos viejos, que le tenían en
165     17|      Estás?~ ~ En esto se oyeron dos golpes recios a la puerta
166     17|        de costumbre de las otras dos señoras, y de Andrés los
167     17|       farol de cuatro cristales, dos de ellos amplísimos y todos
168     17|            Y Luisa se agarraba a dos manos; y con tal ansia se
169     17|         él a Sotileza cuando los dos se amparaban contra las
170     17|           daba, por segunda vez, dos tremendos aldabonazos, que
171     18|   pretexto inventado para faltar dos horas del escritorio.~ ~
172     18|        tratado a solas entre los dos.~ ~ -También yo te he dicho
173     18|          de la silla. Retrocedió dos pasos sin soltarla de la
174     19|     desquite de la que perdieron dos años hace, el día de San
175     19|     improperios y hasta de darle dos bofetadas. ¡Atreverse un
176     19|        nobles batallas entre los dos Cabildos y cargado de dolencias
177     19|        intervino Sotileza, y con dos sacudidas de apóstrofes
178     19|    encontrarse con alguno de los dos, salió perdiendo o ganando
179     19|         rascándose la cabezona a dos manos - . Cuando entré,
180     19|           aquel ratuco entre los dos... Yo, dijéndola cosas,
181     20|     Polinar quiere que vayan los dos a verse con él en su casa,
182     20|         iba a acometer, llegó en dos zancadas al portal y se
183     21|        un lance particular entre dos lanchas rivales, sino de
184     21|         grandes conflictos entre dos pueblos limítrofes. No eran
185     21|         parte la voluntad de los dos viejos. ¡Qué bien le supo
186     21|        Muergo volvió a la bodega dos noches después de aquel
187     21|        tío?~ ~ -Están a misa los dos... No te marches hasta que
188     21|         animal!~ ~ Muergo avanzó dos pasos hacia Sotileza. Ésta,
189     21|          tenía encima de su alma dos varazos que le arrancaron
190     21| paciencia a Muergo; el cual, con dos reniegos y una interjección
191     22|        sol calentaba bien, a las dos de la tarde ya estaba a
192     22|     escalerilla, están fondeadas dos lanchas en una misma línea,
193     22|      está con su roñosa barquía, dos botes más atrás que la de
194     22|         el panel de popa.~ ~ Las dos se cruzan como dos centellas,
195     22|           Las dos se cruzan como dos centellas, enfrente de la
196     22|      estela. Cualesquiera de las dos sería capaz de escribir
197     22|     música otra vez; bajan a las dos lanchas de respeto, inmediatas
198     22|          popa en el callejón las dos lanchas del regateo; atrácase
199     22|         de allá arriba!~ ~ Y las dos lanchas pasan como si misterioso
200     22|          saluda flameando; y las dos estelas se confunden en
201     22|        ventaja en ninguna de las dos. En ocasiones tales, suele
202     22|   enfilaran la peña por la proa. Dos minutos después, la simple
203     22|          y un poco más allá, son dos bultos descoloridos, casi
204     22|     ventaja que al ocultarse las dos. Pero ¿cuál de ellas es
205     22|       poco van tomando forma los dos bultos y aumentando los
206     22|       distancia que separa a las dos lanchas; y cuando la callealtera
207     22|        de la Polinesia.~ ~ A los dos pasos sobre la percha, se
208     23|          mayor rescoldera de las dos furias, el lance se comentaba
209     23|         mucho su trabajo; avanzó dos pasos callandito, muy callandito;
210     23|      jubón desatado, esgrime los dos brazos al aire; y otras,
211     23|        pensando que al salir los dos con la llave que echastes
212     23|      congratulándose de aquellos dos testimonios inesperados - .
213     23|        respiró con desahogo, dio dos recias patadas en el suelo,
214     24|   escozor de las presunciones, a dos dedos de la verdad. Lo poco
215     25|        media distancia entre los dos, padeciendo por las penas
216     25|        brazos, y, ayudado de las dos mujeres, le volvió a la
217     25|      volvió el capitán hacia las dos mujeres, que habían salido
218     25|      ejemplo, el castigo de esas dos bribonas por medio de la
219     26|       Becedo, se acordó de que a dos pasos de allí vivía el padre
220     26|       tan crudas, hallándose los dos en lo más imponente del
221     26|         extremo de la ciudad y a dos pasos de la Zanguina. Bullían
222     26|          No queda un mozo en los dos Cabildos... Del de Abajo,
223     26|        el oficio, don Andrés!... Dos días hace que no vamos a
224     26|           quédese esto entre los dos, y no diga usted una palabra
225     26|        necesidad de elegir entre dos cosas que le parecían rematadamente
226     26|      aquella ocasión llevaban ya dos días sin salir a la mar.
227     27|       agitación nerviosa, rompió dos platos de una sola puñada.
228     27|          madre, después de tomar dos sorbos de la pócima, que
229     27|        Maldito si se pueden atar dos caminos con todos los aspavientos
230     27|          salir luego de allí los dos, corridos de vergüenza,
231     27|          la pura verdad, son los dos casos muy diferentes.~ ~ -¡
232     27|         aparte, y solos allí los dos..., comienzas a hablarle,
233     28|          las lágrimas, entre los dos. Este soñado cuadro no se
234     28|         que los cubría. Parecían dos tigres jugueteando, en espera
235     28|      largar los cordeles por las dos bandas después de bien encarnados
236     28|         otra, y en seguida otras dos, y tanto le enardecía el
237     28|        arreciaba mucho en bahía. Dos humaredas solas hubieran
238     28|  alborotadas; y en seguida otros dos. También lo vieron los contristados
239     28|         bulto que se mecía entre dos aguas, dejando flotantes
240     28|    atolladero, que no distaba ya dos cables de la lancha.~ ~
241     29|       dejemos, en fin, que pasen dos días más, y Cleto vista
242     29|        también, Sidora!~ ~ Y las dos acudieron sin tardanza desde
243     29|  exclamaron casi a un tiempo los dos.~ ~ El fraile no se acobardó
244     29|          de definir; y los otros dos, porque comenzaron a lloriquear.
245     29|    añadió:~ ~ -Todo ello no vale dos cominos, padre Apolinar;
246     29|          y estando abrazados los dos, dijo el enfermo marinero,
247     29|     familias de mareantes de los dos Cabildos, y de una muchedumbre
248     29|        aquel triste espectáculo: dos lanchas atestadas de hombres,
249    Sig|          hacia cualquiera de sus dos lados.~ ~BARLOVENTEAR. -
250    Sig|      bolina en cualquiera de las dos bandas.~ ~BOTA ARRIBA A
251    Sig|        las fuerzas contrarias de dos olas.~ ~DRIZA. - De bandera,
252    Sig|        carel de la lancha, entre dos bozas, para arrastrar sobre
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