Cap.

  1      1|       eres tú?~ ~ -¿Yo?... Yo soy Muergo*.~ ~ -Ni tanto siquiera,
  2      1|          el muchacho que seguía a Muergo por la derecha, también
  3      1|    escasos y malos, menos feo que Muergo y no tan bronco de voz.~ ~
  4      1|     encararse con el que seguía a Muergo - , que tampoco sabes qué
  5      1|       aunque no bien ni del todo. Muergo no necesitó remolque más
  6      1|           Pero aguárdate un poco, Muergo.~ ~ Los muchachos, que ya
  7      1|    detuvieron. Y dijo el fraile a Muergo, alzándole las haldillas
  8      1|           las Higueras -respondió Muergo a tropezones.~ ~ -¿Y no
  9      1|        mal.~ ~ -¡Castigo de Dios, Muergo; castigo de Dios! -dijo
 10      1|              La culera -respondió Muergo - , y ésa, en banda.~ ~ -
 11      1|      verdad? ¡Cuerno si lo es!~ ~ Muergo se encogió de hombros, y
 12      1|         puso en seguida en las de Muergo.~ ~ -No son cosa mayor -
 13      1| calorcillo que le había chocado a Muergo en ella al entregársela
 14      1|  muchachuela.~ ~ En cuanto la vio Muergo se echó a reír como un estúpido;
 15      1|           recién llegada remedó a Muergo con una risotada falsa,
 16      1|            ju, ju, ju! -respondió Muergo, rascándose el cogote, machacado
 17      1|           se ajuega, si no es por Muergo -añadió Sula.~ ~ Muergo
 18      1|           Muergo -añadió Sula.~ ~ Muergo volvió a reírse estúpidamente,
 19      1|           orilla. Dimpués, allegó Muergo... la acertó con un troncho,
 20      1|           iba diendo a pique... Y Muergo se reía.~ ~ -Y yo -saltó
 21      1|       Sula - , le dije, «¡Chapla, Muergo, tú que anadas bien, sácala,
 22      1|            sin dejar de remedar a Muergo, que volvió a reír como
 23      1|           si lo ! (y enderezó a Muergo un gestecillo avinagrado),
 24      1|            ju! -graznó el salvaje Muergo.~ ~ La niña le remedó, según
 25      1|           cuando no hacía gesto a Muergo, recorría con los ojos suelo,
 26      1|           alumbrar un testarazo a Muergo, lanzáronse en tropel a
 27      1|          se encogió de hombros, y Muergo, apretándose el nudo de
 28      1|               Silda llamó burro a Muergo; Guarín, Cole y los demás
 29      1|       quién a otros quehaceres, y Muergo a dejar los calzones en
 30      2|          Lo mismo opinaban Sula y Muergo, y bien le tentaron para
 31      2|          que ya le había señalado Muergo con sus ojos bizcos y su
 32      2|        para ver cómo se revolcaba Muergo sobre los prados, o se bañaba
 33      2|     torcido y el reír estúpido de Muergo.~ ~ -¡Buenas cosas traerá
 34      2|         Sula.~ ~ -U jalea -añadió Muergo.~ ~ -Para él las trae a
 35      2|         es jalea, puño! -insistió Muergo relamiéndose - . Una vez
 36      2|          el aplauso de Silda y de Muergo, que se le cayó en el prado
 37      2|           papelejos.~ ~ En cuanto Muergo vio el pitillo, le echó
 38      2|        piña* seca loque era suyo, Muergo, envuelta en humo la monstruosa
 39      2|          a taparlas* no le ganaba Muergo. ¡Como que le había enseñado
 40      2|          de Molnedo. Allí intentó Muergo hacer su poco de pino, quedándose
 41      2|         hasta blasfemias, lanzaba Muergo al sentirse flagelado tan
 42      2|         pulpe allí!~ ~ Cosa que a Muergo le tenía sin cuidado, puesto
 43      2|           el cuarto adquirido por Muergo era la causa de la deserción.
 44      3|            que también andaban al muergo y a la amayuela y a la gusana
 45      3|          de cobre. Allí conoció a Muergo, y a Sula, y a otros muchachos
 46      3|         parecía ser el monstruoso Muergo, el más estúpido, el más
 47      3|         era tan cariñosa como con Muergo.~ ~ -¡Límpiate los mocos
 48      3|          roña y de la desnudez de Muergo. Y Muergo correspondía a
 49      3|          la desnudez de Muergo. Y Muergo correspondía a estas relativas
 50      3|         la misma monstruosidad de Muergo; un inconsciente afán, hijo
 51      3|        que es horrible; hacer con Muergo lo que algunas mujeres,
 52      4|         el rapaz y llegó a ser el Muergo que nosotros conocemos.
 53      4|           que nosotros conocemos. Muergo, pues, era sobrino carnal
 54      4|         abajo.~ ~ -¡Ah, vamos..., Muergo!... ¡Buen pez! Si va de
 55      5|           cuarto que le echaste a Muergo. Él quería pitos y Sula
 56      5|              A la de unos tíos de Muergo.~ ~ -¿Cómo se llaman?~ ~ -
 57      5|                Y ésos son tíos de Muergo?~ ~ -Por lo visto.~ ~ -Buenas
 58      5|          tiene hilo de camisas es Muergo.~ ~ -Buena la tendría si
 59      5|           Que más falta le hace a Muergo la camisa que a mí.~ ~ Volvieron
 60      5|        conoces tú a ese lichón de Muergo? -preguntó la marinera.~ ~ -
 61      5|          Andrés.~ ~ -¿Conoce él a Muergo?~ ~ -Mucho le conoce.~ ~ -¿
 62      5|                Quién te tiró?~ ~ -Muergo.~ ~ -¿Y cómo saliste?~ ~ -
 63      5|         cómo saliste?~ ~ -Me sacó Muergo, porque se lo mandaron Sula
 64      9|       bodega Silda, acompañando a Muergo. Muergo llevaba ya puestos
 65      9|      Silda, acompañando a Muergo. Muergo llevaba ya puestos los calzones
 66      9|       Andrés lo miró asombrado, y Muergo apretó a correr calle abajo.
 67      9|           en seguida, aludiendo a Muergo:~ ~ -Quería yo que le dieran
 68      9|          ellos no querían, porque Muergo no la merece y su madre
 69      9|      arrimarte a ese indecente de Muergo.~ ~ -Al Muelle-Anaos -le
 70      9|     hijuca?... Y por lo tocante a Muergo, según él se porte, así
 71     10|          réplica. ¿Qué más? Hasta Muergo parecía influido benéficamente
 72     11|     primero que se la pidiera.~ ~ Muergo no iba ya a su casa, porque
 73     11|          natural monstruosidad de Muergo, pues cuanto más se la desmochaba
 74     12|           de dos veces a favor de Muergo, desde que éste, apenas
 75     12|           vivía.~ ~ Y el bruto de Muergo explotaba bien estas inexplicables
 76     12|          de una sola tajada. Para Muergo, la tajada era todo cuanto
 77     12|          de Sotileza en amparar a Muergo siempre, con razón o sin
 78     12|    grosería y la monstruosidad de Muergo... ¡Oh, la monstruosidad
 79     12|           Oh, la monstruosidad de Muergo! ¡Había que considerarle
 80     12|         casi todos los ahorros de Muergo; y no todos, porque no se
 81     12|          deuda entera de repente. Muergo era bebedor; pero con el
 82     12|           que más le merezca?~ ~ -Muergo lo merece -contestó la muchacha.~ ~ -¡
 83     12|    estorbe. Y ten entendido que a Muergo, más que por feo, se le
 84     12|         de su casa, y tropezó con Muergo, que entraba en el portal;
 85     12|         súbita resolución, dijo a Muergo muy calladito, pero con
 86     12|        más!~ ~ -¡Puño! -respondió Muergo, también por lo bajo - . ¿
 87     12|          tiempo, una blasfemia de Muergo, medio en falsete..., y
 88     12|          entre las cuales escupía Muergo más sangre que saliva, y
 89     12|         lo contara nadie.~ ~ Pero Muergo no estaba de humor de referir
 90     12|           recado que había traído Muergo, y añadió su mujer:~ ~ -
 91     12|         ello, quédate en la cama. Muergo y Cole han de ir de toas
 92     12|       nombre de Cleto se revolvió Muergo sobre el escabel, como un
 93     12|         que le importe -respondió Muergo.~ ~ Cole era un pescador
 94     14|           monstruosa excepción de Muergo; pero como, con respecto
 95     14|  propiedad), ayudado de Cole y de Muergo, que ordinariamente se lo
 96     14|          puntual historia, cuando Muergo y el hijo de Mocejón se
 97     15|           daba. Y aquel clavo era Muergo y el considerar que si había
 98     15|           Andrés era protector de Muergo, y no se prestaría a ayudarle
 99     15|         feo ni tan torpe como ese Muergo...~ ~ Esta palabra sacó
100     15|          Paño! Mejor se la pone a Muergo, y esto es lo que me desguarne.~ ~ -
101     15|           lo que es él, lo que es Muergo, pae Polinar, si a pura
102     16|      pescadores de la calle Alta. Muergo, que había ido a llamarle,
103     16|         Dará gusto ver a tu amigo Muergo chuparse los dedazos y relamerse
104     16|          propia entraña; después, Muergo, que no merecía ni debía
105     16|        para sí en tales casos, si Muergo se embarcaba también.~ ~
106     16|     embarcaban el viejo Mechelín, Muergo, Cole y Sotileza, cuando
107     16|        inútil, por falta de aire. Muergo y Cole armaron los remos;
108     16|   gracioso pañuelo a la cofia.~ ~ Muergo se sentaba dos bancos más
109     16|      escabrosidades de la cara de Muergo.~ ~ Éste sintió la puñalada
110     16|         que le importe -respondió Muergo, relinchando otra vez.~ ~
111     16|          el caso a risa. Entonces Muergo, que los miraba sin pestañear,
112     16|      encima lo más que pudiera; y Muergo, dejando el remo, se plantó
113     16|       Güena suerte tenéis! -rugió Muergo contrariado.~ ~ Mas no había
114     16|        que otro, puño! -exclamaba Muergo escupiendo tinta y echando
115     16|       Cole!~ ~ Y Cole, ayudado de Muergo, izó otra vez la vela, que
116     16|        achaques, consintió en que Muergo cargara con él hasta dejarle
117     16|        disponía a hacerlo, volvió Muergo del arenal, la agarró de
118     16|       pies hasta el tobillo.~ ~ Y Muergo, que le precedía más de
119     16|    Mechelín.~ ~ Como si callaran. Muergo corría y corría, y parecía
120     16|           le echó un trepe gordo. Muergo no hizo caso maldito de
121     16|           sí más de dos varas.~ ~ Muergo recibió el agasajo con un
122     16|     arboleda! Y por lo que toca a Muergo, hubo que ponerle a raya,
123     16|           con harta pesadumbre de Muergo, que hubiera devorado también
124     16|       relato, que fue larguísimo, Muergo roncaba tendido boca arriba
125     16|         los brazos del monstruoso Muergo.~ ~ La alusión al pobre
126     16|     sacudiéndole blandamente; y a Muergo arrojándole a la cabeza
127     16|     dejarse embarcar en brazos de Muergo, y resignarse a ver otra
128     16|          daba para tanto lujo.~ ~ Muergo y Cole achicaban a cada
129     16|        por las caras de Cole y de Muergo, y los mechones de la greña
130     16|           siquiera, como a los de Muergo.~ ~ -¡Mira con qué coplas
131     18|           los brazos del estúpido Muergo; de Muergo, en cuyos ojos
132     18|           del estúpido Muergo; de Muergo, en cuyos ojos al mirar
133     18|        para ella. Luego lo que en Muergo, sucio y feo, no era ni
134     18|         estúpida como el horrible Muergo? ¿A qué fenomenales inclinaciones
135     19|         morrás que se dieron él y Muergo en la oscuridad del portal.
136     19|          de marcharse tía Sidora, Muergo y Sotileza estaban solos
137     19|         la puerta de la calle.~ ~ Muergo había parecido allí más
138     19|         me alegro, ¡puño! -repuso Muergo - . ¿Y mi tía?~ ~ -En la
139     19|         chaqueta que te faltaban, Muergo? -preguntóle la moza con
140     19|                   Y por eso sólo, Muergo? ¿Por eso sólo agorraste?~ ~ -¿
141     19|     escuchaba las brutalidades de Muergo con la sonrisa en los labios
142     19|         Vaya que tendrás que ver, Muergo!~ ~ -¡Puño! -exclamó éste
143     19|      torrendo tamién...~ ~ Cuando Muergo bramaba así, clavados los
144     19|         pretexto, Sotileza dejó a Muergo en aquella actitud, con
145     19|       sobrino.~ ~ En la caraza de Muergo y en cierta sacudida de
146     19|    marinero la noticia que le dio Muergo en cuanto lo tuvo delante;
147     19|           ganar los callealteros. Muergo se las tuvo tiesas a favor
148     19|            que no se encontró con Muergo en el camino porque, después
149     19|  Rúa-Menor. Pero si no con Cleto, Muergo se encontró con Andrés;
150     19|           intentos amorosos; pero Muergo... ¡aquel estúpido y horroroso
151     19|        aquel estúpido y horroroso Muergo, en cuyos brazos se dejaba
152     19|         vez a solas y pronto, y a Muergo también.~ ~ Y en tal ocasión
153     19|         en tal ocasión fue cuando Muergo se le puso delante al salir
154     19|         De allá arriba -respondió Muergo.~ ~ -¿De la calle Alta?~ ~ -
155     19|         allí?~ ~ -¡Puño! -exclamó Muergo, rascándose la cabezona
156     19|       aticuenta que na -respondió Muergo, estremeciéndose - ; porque
157     19|         pasado ya. ¿No es cierto, Muergo? Vamos, hombre, dilo con
158     19|            dilo con franqueza.~ ~ Muergo se rascó otra vez la greña,
159     19|               Pos ella -respondió Muergo, restregándose las manazas
160     19|          fiera y desconcertada, a Muergo le subía un cosquilleo pecho
161     19|          berrinche imprudente.~ ~ Muergo añadió todavía:~ ~ -Sí, ¡
162     19|           elocuente exaltación de Muergo, fue un bofetón de los tremendos
163     21|            XXI.~ Varios asuntos y Muergo de gala~ ~ Injuriar fuera
164     21|         tenía en boca del salvaje Muergo. En esto no faltaba a la
165     21|   inmerecidas consideraciones; si Muergo mentía, hasta deber de conciencia
166     21|         repleto de esperanzas.~ ~ Muergo volvió a la bodega dos noches
167     21|          y Guarín, de la segunda. Muergo se quedó sin plaza, porque
168     21|            Al amanecer, ya estaba Muergo en la Rampa Larga refregándose
169     21|    naturaleza.~ ~ -Aguántate así, Muergo -le dijo entusiasmada - .
170     21|               Ven acá, animal!~ ~ Muergo avanzó dos pasos hacia Sotileza.
171     21|         pañuelo de marga de seda. Muergo le dejaba hacer, sin atreverse
172     21|          manos en la espesura.~ ~ Muergo lanzaba de su pecho rugidos
173     21|     escabrosidad. De pronto lanzó Muergo un verdadero bramido.~ ~ -¿
174     21|      porque sintió las manazas de Muergo alrededor de su talle.~ ~ -¡
175     21|      abalanzó a ella; y antes que Muergo llegara a tocarle en el
176     21|     arrancaron sendas blasfemias. Muergo se detuvo allí, pero rugiendo
177     21|      tiempo, fiera y resuelta.~ ~ Muergo retrocedió tres pasos.~ ~ -¡
178     21|         paré!...~ ~ Y sólo cuando Muergo arrimó a ella las espaldas,
179     21|   Sotileza su actitud amenazante. Muergo jadeaba, y Sotileza poco
180     21|      haberla alzado del suelo.~ ~ Muergo alargó la mano.~ ~ -Amáñate
181     21|          el polvo de la gorra.~ ~ Muergo obedeció sin chistar.~ ~ -
182     21|          Baja ahora la cabeza.~ ~ Muergo obedeció también. Entonces
183     21|       como otras veces -respondió Muergo - . ¡Así..., así!... ¡Ay,
184     21|           tenías que contarme.~ ~ Muergo, despertando con estas palabras
185     21|          acabósele la paciencia a Muergo; el cual, con dos reniegos
186     22|    contendientes de la cucaña.~ ~ Muergo era uno de ellos, y andaba
187     22|        aquel espectáculo que, con Muergo y sin ellos, cansa muy pronto
188     23|          el extremo de la percha. Muergo, que no halló los zapatos
189     23|         había sacudido el polvo a Muergo el día antes, y trató de
190     26|           preguntó Andrés.~ ~ -Es Muergo -respondió el hombre de
191     26|       instante hasta la suerte de Muergo!~ ~ Minutos después, el
192     28|           cabellera cerdosa.~ ~ -¡Muergo! -gritó Reñales, queriendo,
193    Sig|  primitivo muelle de Santander.~ ~MUERGO, loc. - Molusco de conchas
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License