Cap.

  1      3|          tenía un hermano llamado Cleto, de menos edad que ella.
  2     11|         sin el menor esfuerzo.~ ~ Cleto, el hermano de Carpia, volviendo
  3     11|        alzó la mirada y conoció a Cleto.~ ~ Detrás de éste iba Mocejón,
  4     11|         Mocejón. Por lo tocante a Cleto, ya era otra cosa. Cleto
  5     11|          Cleto, ya era otra cosa. Cleto no era malo, ni jamás la
  6     11|     infernales. Pero, así y todo, Cleto no era malo, de la maldad
  7     11|          maldad de toda su casta. Cleto era muy bruto, muy seco,
  8     11|        sintió ella el puntapié de Cleto más que todos los martirios
  9     11|         el instante en que bajaba Cleto de su casa. Sujetábase los
 10     11|         piso, y particularmente a Cleto, por lo que ya se ha dicho.~ ~ -¿
 11     11|           cintura del pantalón de Cleto, mientras éste le sujetaba
 12     11|      hacía para fuera de casa.~ ~ Cleto no era feo. Había cierta
 13     11|          más:~ ~ -¡Arrepara bien, Cleto!..., ¿arrepara bien!... ¡
 14     11|        josticia de ley?~ ~ Volvió Cleto los ojos hacia tío Mechelín,
 15     11|    continuó soltando apóstrofes a Cleto y alabanzas a la costurera.~ ~
 16     11|         la bodega Silda, mientras Cleto, sin despegar sus labios,
 17     11|       cerraba boca dirigiéndose a Cleto; y Cleto se largó sin despedirse,
 18     11|           dirigiéndose a Cleto; y Cleto se largó sin despedirse,
 19     12|      necesaria para imponerse.~ ~ Cleto la había dicho varias veces,
 20     12|           motivo que arrastraba a Cleto a proponerle aquella ociosa
 21     12|      ociosa barbaridad.~ ~ Porque Cleto frecuentaba mucho la bodega.
 22     12|     hubiera jurado el pobretón de Cleto que de ella, y no del sol
 23     12|           afición que iba tomando Cleto a Sotileza. Cleto era trabajador,
 24     12|         tomando Cleto a Sotileza. Cleto era trabajador, honradote,
 25     12|           había mucho mejores que Cleto para Sotileza en el Cabildo
 26     12|         pellizcarían la lengua de Cleto para que rompiera a cantar
 27     12|   reverente que tantas veces tuvo Cleto entre los labios, llega
 28     12|       encontraba muy a menudo con Cleto. Se aborrecían de muerte;
 29     12|           satisfacerle a él. Para Cleto, la tajada parecía ser la
 30     12|          cerdo de mi sobrino.~ ~ -Cleto es de mala casta.~ ~ -¡Pues
 31     12|    matrimonial.~ ~ En esto bajaba Cleto de su casa, y tropezó con
 32     12|         onde has venío? -insistió Cleto sin soltar al otro.~ ~ -¡
 33     12|      conservaba enteros; mientras Cleto, después de haber desahogado
 34     12|          días que ese venturao de Cleto?~ ~ -¡Uva! -respondió tío
 35     12|               Al oír el nombre de Cleto se revolvió Muergo sobre
 36     14|       Sargüeta y Carpia, y fumaba Cleto, silencioso, mustio y arrimado
 37     14|        extremos más escandalosos. Cleto tardó en enterarse, por
 38     14|              Repaño!~ ~ Según iba Cleto vociferando así, su madre
 39     14|    manoteos y gestos espantables. Cleto echaba espumarajos por la
 40     14|       trabajando a la sordina.~ ~ Cleto, por de pronto, salió henchido
 41     14|         el pecho desapercibido de Cleto, del veneno que destilaron
 42     14|         motivos de las alarmas de Cleto. Cleto le había asegurado
 43     14|          de las alarmas de Cleto. Cleto le había asegurado que sólo
 44     14|         que un mozo tan rudo como Cleto se parara en pequeñeces
 45     14|        sobre este punto; y aunque Cleto le aseguró que solamente
 46     14|         estrechando la diestra de Cleto con la suya, le juró, delante
 47     14|        las negras confidencias de Cleto en la explanada del Paredón,
 48     14|    enterarse de la confidencia de Cleto, y su propósito instantáneo
 49     14|      escuchar las confidencias de Cleto (tesis de estos últimos
 50     14|     agitara.~ ~ Particularmente a Cleto, él le tenía sorbido el
 51     15|           de lágrimas~ ~ El pobre Cleto andaba, andaba, calle arriba
 52     15|       tengo que decirle -contestó Cleto virando de bordo y poniéndose
 53     15|       siguiéndole los pasos, tuvo Cleto que atravesar la ciudad
 54     15|        luz, a babor y a estribor. Cleto no recordaba haber pasado
 55     15|           Hay que hacerse a todo, Cleto, a todo, a todo, hijo, a
 56     15|         por las calles.~ ~ Y como Cleto le miraba en demanda de
 57     15|         de Dios?~ ~ Ocurriósele a Cleto contar por los dedos el
 58     15|          Aquí se ven los hombres, Cleto! ¡Aquí sudan el quilo los
 59     15|         ermita.~ ~ -¡Yo! -exclamó Cleto con el más sincero de los
 60     15|         et quare conturbas me?~ ~ Cleto, que estaba de prisa, no
 61     15|         hombro también -respondió Cleto.~ ~ -¡Claro! -repuso el
 62     15|         solo?~ ~ -¡Pues entonces, Cleto, entonces debió ser la retirada,
 63     15|        sabiendo todas esas cosas, Cleto de los demonios, ¿me quieres
 64     15|        quieres más claro todavía, Cleto?~ ~ Cleto bamboleó la cabeza,
 65     15|          claro todavía, Cleto?~ ~ Cleto bamboleó la cabeza, se levantó
 66     15|     fraile cuadrándose delante de Cleto - , si no fuera pecado mortal,
 67     15|       marimorenas! No hagas caso, Cleto; no hagas caso de estos
 68     15|        ganando, ¡cuerno!~ ~ Salió Cleto algo más animado, pero no
 69     16|         Qué ganas se le pasaban a Cleto de echar un memorial al
 70     16|       anticiparse a los deseos de Cleto. Pero a Cleto le detenían
 71     16|           deseos de Cleto. Pero a Cleto le detenían las mismas razones
 72     16|          mujeres del quinto piso. Cleto no tenía agallas bastantes
 73     16|         no eran pocos!~ ~ Por eso Cleto no acompañaba a Andrés en
 74     16|           lo lejos, del taciturno Cleto, que había presenciado,
 75     17|    Sotileza, y hasta el huraño de Cleto le querían, le amaban, precisamente
 76     17|         Qué juzgaría el candoroso Cleto si lo sospechara! ¡Cleto,
 77     17|          Cleto si lo sospechara! ¡Cleto, que le había visto tan
 78     19|             A todo esto, el pobre Cleto no salía de sus ahogos.
 79     19|     estuvieran muy lejos de allí. Cleto llamaba casi todos los días,
 80     19| esperanzas para otro día. Después Cleto, cabizbajo y tristón, se
 81     19|          dijo éste:~ ~ -Quisiera, Cleto del jinojo, que tomaras
 82     19|       falta va a hacerte... Mira, Cleto, que, o mucho me engaña
 83     19|         toda tu casta... Te digo, Cleto, te digo que ni de propio
 84     19|     abrasaban las impaciencias de Cleto; y salió decidido a hacer,
 85     19|     estaba arreglado ya para eso. Cleto oía estas aleluyas muy a
 86     19|             Tú sabes lo que pasa, Cleto?~ ~ -¿Qué pasa? -preguntó
 87     19|         provoquen, paño! -exclamó Cleto, dando con ira una patada
 88     19|          otra vez... Conque, ojo, Cleto..., y no hay más que hablar.~ ~
 89     19|        infladuras de su pecho.~ ~ Cleto, que bastante tenía que
 90     19|         como las declaraciones de Cleto. Le acometieron ganas de
 91     19|     interna tempestad sólo notara Cleto algún que otro relámpago
 92     19|           noticia dada por Colo a Cleto era cierta en todas sus
 93     19|           Mechelín, entró en ella Cleto, que no se encontró con
 94     19|         Rúa-Menor. Pero si no con Cleto, Muergo se encontró con
 95     19|       pronto como se apartó de él Cleto, necesitó mayor espacio
 96     19|            Porque la tempestad de Cleto era sorda, de fondo, relativamente
 97     19|     Porque dio en antojársele que Cleto era, en rigor de justicia,
 98     19|          la cuenta de ello cuando Cleto, o quien les fuera con la
 99     19|           por conclusión de todo, Cleto y Sotileza... ¡Sotileza,
100     19|          oponerse a los planes de Cleto, por los motivos que le
101     19|     viéndose a solas con ella?~ ~ Cleto le afirmó que no se había
102     20|                 XX.~ El idilio de Cleto~ ~ Al día siguiente entró
103     20|       cita del padre Apolinar.~ ~ Cleto, a la escasa luz del crepúsculo,
104     20|     colgar en la pared. Por verse Cleto delante de ella, palpó la
105     20|        que se sentara.~ ~ Sentóse Cleto muy separado de ella y mirándola,
106     20|           su labor, y respondió a Cleto:~ ~ -¡Pues mira que ya ha
107     20|          acá!~ ~ -Pos pa mí -dijo Cleto más animado - aticuenta
108     20|         Pos con eso hay -continuó Cleto - que dimpués de aquel botón,
109     20|         labios, clavó sus ojos en Cleto; con lo cual cortó, no solamente
110     20|    contarlas, Sotileza -atrevióse Cleto a responder - ; por eso
111     20|       porque si aquí se me dice: «Cleto, échate de cabeza por el
112     20|      noticia el amoroso sentir de Cleto, que bien claro se lo tenía
113     20|           todo lo que me cuentas, Cleto; pero ¿a santo de qué me
114     20|      ahora?~ ~ -¡Paño! -respondió Cleto muy admirado - . Pus ¿a
115     20|        sepan.~ ~ -Pues ya las , Cleto, ya las .~ ~ -¡Que las
116     20|         parece poco, Sotileza?~ ~ Cleto estaba en este momento verdaderamente
117     20|           tan animoso como ahora, Cleto -le dijo - , ni de tanta
118     20|          ola, Sotileza -respondió Cleto más enardecido - , y yo
119     20|  demasiado; y por eso respondió a Cleto, con cierta sequedad:~ ~ -
120     20|             Otra vez, paño! -dijo Cleto exasperado - . ¿O es eso
121     20|           con cortesía?~ ~ -Mira, Cleto -respondió fríamente Sotileza - ,
122     20|          dicho, Sotileza -exclamó Cleto desalentado -: eso es un
123     20|            Pero ponte en un caso, Cleto; si en lugar del no que
124     20|          te dijo lo mesmo que yo, Cleto? -preguntó Sotileza, sin
125     20|    triscas.~ ~ -Yo no te las doy, Cleto.~ ~ -Harto me las das, ¡
126     20|         No fui tan allá siquiera, Cleto. ¡No querías correr poco!
127     20|           volvió a incomodarla; y Cleto, desasosegado y fosco, llegó
128     20|         la sangre en las venas de Cleto - . ¿Quién erespa pedirme
129     20|           Y así salió aquella vez Cleto de la bodega, mustio y pesaroso,
130     21|          que le había encomendado Cleto. El pobre fraile, con el
131     21|         al obcecado muchacho.~ ~ -Cleto es buena persona -dijo al
132     21|           por todo lo que le dijo Cleto, después del recado que
133     21|         que le había sucedido con Cleto.~ ~ -Mejor pa nosotros -
134     21|       descabellada.~ ~ En cambio, Cleto se congratulaba, a su modo,
135     21|         de azul con cinta blanca. Cleto y Colo formaban parte de
136     22|      remeros, sobresale la voz de Cleto, que rema a proa, lanzando
137     22|         buena gana, ya que no por Cleto solo, aunque no dejó de
138     22|         de la bandera. Arrebátala Cleto de un tirón, entre los ¡
139     22|       barquía de Mechelín; y allí Cleto, desencajado, reluciente
140     22|           sus propias manos, como Cleto lo pedía, al pico del tajamar
141     22|       locos de alegría, abrazan a Cleto, y también a Colo, que se
142     22|      Cabildo. Pensaba vengarse de Cleto ofreciendo a Sotileza la
143     23|           no cesaba de maldecir a Cleto por la afrenta que había
144     23|        ocurrencia gallardísima de Cleto; y hasta se había hablado
145     23|     sinvergüenza, el lichonazo de Cleto!~ ~ Y no cerraban boca,
146     23|      Encarecerle la ocurrencia de Cleto, y los merecimientos de
147     23|            y los merecimientos de Cleto, y hasta el agradecimiento
148     23|           la galantería del pobre Cleto. Por eso trató de echar
149     28|           en la cual vio Andrés a Cleto, cuya triste mirada, por
150     29|           Pedro Colindres llame a Cleto, y a solas con él, le jure,
151     29|         que pasen dos días más, y Cleto vista la librea de los servidores
152     29|        llevaba la leva, y faltaba Cleto todavía. Colo había estado
153     29|         serenidad.~ ~ -¿Hallas en Cleto algo que te repugne, más
154     29|          su casta?~ ~ -No, señor. Cleto, por sí, es todo cuanto
155     29|        día siguiente de ella, sea Cleto patrón de su propia lancha.
156     29|           llaga!~ ~ En esto entró Cleto. Vestía camiseta blanca
157     29|         entonces en la actitud de Cleto cierta ruda grandeza que
158     29|       faltar a lo que ofrezco.~ ~ Cleto se abalanzó a la tibia medalla,
159     29|        Quiere saber anguno lo que Cleto es capaz de hacer?... Pos
160     29|            Tranquilizaron todos a Cleto, prometiéndole que se miraría
161     29|            pidió éste un abrazo a Cleto; y estando abrazados los
162     29|       mozo:~ ~ -Yo no lo veré ya, Cleto; y por eso te quiero decir
163     29|         con el perdón de Dios.~ ~ Cleto, por toda respuesta, apretó
164     29|      salió a la calle y alcanzó a Cleto, que era ya el último que
165     29|        cuando el padre Apolinar y Cleto pasaban por allí caminando
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