Cap.

  1      2|   marineros de ella; el mismísimo don Fernando Montalvo, profesor
  2      2| quebrantaba por las choquezuelas; don Lorenzo, el cura loco de
  3      7|          capitán de la Montañesa, don Pedro Colindres, más conocido
  4      7|     apenas salió de la escuela de don Valentín Pintado, ingresó
  5      7|       náutica en el Consulado con don Fernando Montalvo; pero
  6      8|              Perfectamente, señor don Pedro; todo lo que usted
  7      8|           que tiene?~ ~ Decía así don Venancio Liencres, comerciante
  8      8|           capitán, por encargo de don Venancio, después de entrar
  9      8|       corazón.~ ~ -Además -añadió don Venancio Liencres - , no
 10      8|         Sí que le entiendo, señor don Venancio -dijo Bitadura
 11      8|           Horror!... Nada de eso, don Pedro amigo, nada de eso:
 12      8|           pan ante todo, mi señor don Pedro!; es decir, ¡pesetas,
 13      8|    llegado. ¿Me entiende el señor don Pedro?~ ~ El señor don Pedro
 14      8|      señor don Pedro?~ ~ El señor don Pedro entendía perfectamente
 15      8|   entendía perfectamente al señor don Venancio; y, porque le entendía,
 16      8|      Desatinos, desatinos! -decía don Venancio Liencres a cada
 17      8|         va usted enterando, señor don Pedro?~ ~ Don Pedro se iba
 18      8|    enterando, señor don Pedro?~ ~ Don Pedro se iba enterando,
 19      8|            Vamos a eso -respondió don Venancio, que hablando de
 20      8|           dos, pues si el hijo de don Venancio Liencres trabajaría
 21      8|      usted de comprenderme, señor don Pedro?~ ~ -Sí, señor -respondió
 22      8|          Tiene usted razón, señor don Venancio -respondió con
 23      8|          la orden de usted, señor don Venancio», don Venancio
 24      8|       usted, señor don Venancio», don Venancio vio las estrellas,
 25      8|         interesaba tanto el señor don Venancio Liencres por la
 26      8|       razones de conveniencia que don Venancio me ha expuesto,
 27      8|        marido en el escritorio de don Venancio Liencres. Cada
 28      8|      audiencia en el escritorio a don Venancio Liencres; y con
 29      8|         la atormentaba a ella.~ ~ Don Venancio Liencres era un
 30      8|       bien era la manía del señor don Venancio Liencres), el triunfo
 31      9|         Colo era aquel sobrino de don Lorenzo, el cura loco, de
 32      9|          se llama ese maestro?... Don, don...~ ~ -Don Bernabé -
 33      9|        llama ese maestro?... Don, don...~ ~ -Don Bernabé -apuntó
 34      9|       maestro?... Don, don...~ ~ -Don Bernabé -apuntó Andresillo,
 35      9|        conocía de oídas.~ ~ -Eso, don Bernabé...~ ~ -¡Mucho palo
 36      9|         era gran persona el señor don Pedro, y, además, callealtero
 37     10|           la elocuencia del señor don Venancio Liencres. Bitadura
 38     10|           puesto a las órdenes de don Venancio Liencres para que
 39     10|       patrón del patache al señor don Venancio Liencres, cuyas
 40     10|     importancia de los favores de don Venancio Liencres al patrón,
 41     10|        favores que hacía el señor don Venancio Liencres al patrón
 42     10|           no eran para el hijo de don Venancio Liencres. Las bromas
 43     11|                XI.~ La familia de don Venancio, dos puntapiés,
 44     11|        vela para la isla de Cuba; don Venancio parecía complacerse
 45     11|     señora y una casa como las de don Venancio Liencres, que la
 46     11|         de Tolín.~ ~ La señora de don Venancio Liencres era uno
 47     11|            en buena hora se diga. Don Venancio Liencres era muy
 48     11|           entonces, la hija de un don Venancio Liencres en un
 49     11|           atril del escritorio de don Venancio Liencres, donde
 50     11|          más llamativa del famoso don Lorenzo.~ ~ Silda, al verle
 51     12|             Cómo no vino el mesmo don Andrés? -preguntó la marinera.~ ~ -
 52     12|       estas cosas se alcuerde más don Andrés de los de Abajo,
 53     12|         loco», de que nos hablaba don Venancio Liencres, incrédulo
 54     13|        los ojos. Entonces pintó a don Venancio Liencres, de perfil,
 55     13|    ponderar el mérito de la obra, don Venancio, su señora, su
 56     13|          su madre (la capitana) y don Venancio Liencres, a quien
 57     13|         lo mejor con la señora de don Venancio, tan seria y estirada,
 58     13|          cualquiera, a fin de que don Venancio ignorase el suceso.
 59     13|      noche! Pues ¿no va a casa de don Venancio?~ ~ -Por lo visto
 60     14|  misericordia de Dios! Mire usté, don Andrés: yo no  qué me
 61     14| comeríamos en casa. ¡Pero ni eso, don Andrés, ni eso! Y yo no
 62     14|    pescaba iba lo mejor a casa de don Venancio Liencres; y de
 63     14|          instante, y aun al mismo don Venancio, por insinuación
 64     14|         que en su casa y en la de don Venancio Liencres se conocieran
 65     14|          aun para su mismo padre, don Venancio Liencres, y otros
 66     15|        Dios?~ ~ -El de la misa de don Andrés.~ ~ -Sí... échale
 67     16|          Era de oír a la mujer de don Pedro Colindres cuando,
 68     16|       poco?~ ~ -Por usté lo digo, don Andrés, y por esa muchacha,
 69     16|       quería para su casa y la de don Venancio Liencres, dejando
 70     17|      Pachín Regatucos, el hijo de don Juan de los Regatucos? Pues
 71     17|            porque ella es hija de don Venancio Liencres... ¡ya
 72     17|        que saludar a la señora de don Venancio, que, aunque vieja
 73     17|        pero mucho más fastidiosa. Don Venancio andaba perorando
 74     17|           llamaron a la puerta de don Silverio Trigueras, comerciante
 75     17|       beldad por quien el hijo de don Venancio Liencres suspiraba
 76     17|          la función había llegado don Venancio Liencres, preguntando
 77     17|      había replicado el elocuente don Venancio - . ¡Para lo bien
 78     17|          el brazo a Luisa, porque don Venancio había cargado con
 79     17|           de casa para ir a la de don Venancio Liencres, había
 80     17|           letra. Quiero decir que don Venancio no soltó a su señora,
 81     17|        mientras abrían en casa de don Silverio Trigueras y se
 82     17|            La desengañada hija de don Venancio Liencres, sin dar
 83     17|      repleta caja del comerciante don Venancio.~ ~ El recuerdo
 84     17|         de salirse con su empeño! Don Venancio era un señor muy
 85     17|     cuerpo de la tesonuda hija de don Venancio Liencres?~ ~ Pero,
 86     18|          estilo, al que inspiró a don Quijote un puñado de bellotas
 87     19|           un ovillo - , pos ella, don Andrés, ¡ju, ju!... La gloria
 88     19|          Puño! ¡Cómo resquema!... Don Andrés, por usté me echo
 89     20|         seguro.~ ~ A la sazón era don Pedro Colindres un señor
 90     20|     Polinar!... ¿Y quién más?~ ~ -Don Andrés.~ ~ -¿A esa persona
 91     21|         consejo, pinto el caso, a don Andrés?~ ~ -¡Ni se lo miente
 92     22|           la hija del comerciante don Silverio Trigueras. A media
 93     23|                Querrá usté creer, don Andrés -añadió tía Sidora - ,
 94     23|         toda la calle, como diría don Quijote, lo mismo que si
 95     24|           sordos sus crujidos?~ ~ Don Pedro Colindres frecuentaba
 96     24|        indócil ni desesperado.~ ~ Don Pedro Colindres, al verle
 97     24|           que no es nada -observó don Pedro para tranquilizar
 98     24|       antes al segundo.~ ~ No era don Pedro Colindres hombre capaz
 99     24|          ojos.~ ~ -¡Bah! -exclamó don Pedro Colindres con feroz
100     24|      gabinete apresuradamente.~ ~ Don Pedro Colindres se quedó
101     24|           había llegado al portal don Pedro Colindres, cuando
102     24|           caminando hacia casa de don Venancio Liencres.~ ~ Andrés
103     25|           el que ofrecía mientras don Pedro Colindres enderezaba
104     25|         halló frente a frente con don Pedro Colindres, cuya actitud
105     25|          no se atrevió a tanto; y don Pedro, tras brevísimas y
106     25| desencajado.~ ~ -Poca cosa, señor don Pedro; poca cosa -respondió
107     25|        soy hombre otra vez, señor don Pedro -dijo Mechelín un
108     25|          supuesto, Miguel -añadió don Pedro Colindres volviéndose
109     25|        otra hora...~ ~ -No, señor don Pedro -se apresuro a responder
110     25|         pa que se entere el señor don Pedro.~ ~ -Y bien puede
111     25|       podemos decir a usté, señor don Pedro, por lo que nos cuentan
112     25|       paredes de esta casa, señor don Pedro!~ ~ No le faltaba
113     25|          ha de decirme? -preguntó don Pedro Colindres, volviéndose
114     25|      cómoda.~ ~ -Sepa usté, señor don Pedro -dijo tía Sidora - ,
115     25|          espera por lo relative a don Andrés.~ ~ -¡A ver, a ver! -
116     25|         en sus ojos!~ ~ -El señor don Andrés -continuó tía Sidora -
117     25|           alcanzó la metá de él a don Andrés, que estaba en casa
118     25|        por el amor de Dios, señor don Pedro!, mire las cosas con
119     25|         nosotros.~ ~ -¡Uva, señor don Pedro, uva! -añadió Mechelín
120     25|           tú, muchacha? -preguntó don Pedro a Sotileza - ; tú,
121     25|           con una mano:~ ~ -Señor don Pedro, por nada de lo que
122     25|        incorporó sobre la cama, y don Pedro Colindres no disimuló
123     25|        respuesta que cuadraba.~ ~ Don Pedro Colindres, interpretando
124     25|           Esto no es virtú, señor don Pedro, es que yo soy de
125     25|    Verdaderamente daba Sotileza a don Pedro Colindres mucho más
126     25|          moza.~ ~ Y salió de allí don Pedro Colindres, bien convencido
127     26|          suyo ante un hombre como don Pedro Colindres, para calmar
128     26|       decía:~ ~ -¡Varada en peña, don Andrés!~ ~ Volvióse éste
129     26|          Pensé que usté lo sabía, don Andrés... Pos es motivao
130     26|             Güeno está el oficio, don Andrés!... Dos días hace
131     26|             Quién se fía de ella, don Andrés?~ ~ -Tres días van
132     26|           ir en ella.~ ~ -¿Usted, don Andrés?~ ~ -Yo, sí. ¿Qué
133     26|        ésta?~ ~ -Mejores las hay, don Andrés, mejores: siempre
134     26|            Es un gusto como otro, don Andrés; aunque no verá usté
135     26|         creería quien le conozca, don Andrés.~ ~ -¡Quién sabe!...
136     26|      Reñales.~ ~ -Si Dios quiere, don Andrés.~ ~ No le había salido
137     26|   marinera.~ ~ -¡Pero no me diga, don Andrés, que se va a pasar
138     26|          ahora... Juera del alma, don Andrés, es una pura bestia.~ ~ ¡
139     27|        Por rara casualidad estaba don Venancio Liencres en casa
140     27|       confesión, declaró Andrea a don Venancio todo lo que les
141     27|          bastaba: era preciso que don Venancio mismo, que tantos
142     27|        que va, y sollozo viene. Y don Venancio no salía de su
143     27|       casa antes que su marido, y don Venancio Liencres entró
144     27|         Alegróse mucho de saberlo don Venancio, y como ya llevaba
145     27|   ventilado por entonces; bostezó don Venancio; recogió su señora
146     27|       hasta el erizo de su padre, don Silverio Trigueras, está
147     27|           No le parece a usted el don escrúpulo de Mari?... ¡Caramba! ¡
148     27|         se le ocurrían al hijo de don Venancio Liencres. De pronto
149     27|          Y hasta sabrá la hija de don Silverio Trigueras el pago
150     28| pensamiento.~ ~ -Ya lo sabe usté, don Andrés -dijo Reñales a éste -:
151     29|        apartado del escritorio de don Venancio Liencres; que,
152     29|    dejemos también que el hijo de don Pedro Colindres llame a
153     29|            le he hablado al señor don Pedro y me ha prometido
154     29|       instante entró en la bodega don Pedro Colindres. Padre Apolinar
155     29|              tía Sidora..., señor don Pedro..., pae Polinar...,
156     29|           pecadora!~ ~ Y mientras don Pedro Colindres se quedaba
157     29|      balcones de la habitación de don Venancio Liencres, sin hacer
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