Cap.

  1      1|        Cómo te llamas, hija?~ ~ -Silda me llamo -respondió secamente
  2      1|     vestido, detúvose delante de Silda y de Andresillo, y les dijo:~ ~ -
  3      1|          yo me voy contigo -dijo Silda con la mayor frescura - .
  4      1|          superior, dijo Andrés a Silda:~ ~ -Para cuando volvamos
  5      1|         también -añadió Sula.~ ~ Silda llamó burro a Muergo; Guarín,
  6      2|      Maruca; y por eso, y porque Silda, acaso recordando el remojón
  7      2|       viento de proa, o remedaba Silda el mirar torcido y el reír
  8      2|    traiga mantones de seda -dijo Silda, apretando la jareta de
  9      2|              Volvióse éste hacia Silda asombrado del encargo que
 10      2|        animado por el aplauso de Silda y de Muergo, que se le cayó
 11      2|          sed los más de ellos, y Silda se lavó las manos y se atusó
 12      2|        camaradas, advertidos por Silda, que fue la primera en notar
 13      2|   ortigas y otro con una vara, y Silda con la suela entachuelada
 14      2|   tronchazo, animal! -le gritaba Silda, mientras le estampaba las
 15      2|    Andrés que nones. Pero terció Silda a favor del suplicante,
 16      3|         motivos a la muchachuela Silda para resistirse a volver
 17      3|    familia dispuesta a recoger a Silda por la ayuda de costas ofrecida,
 18      3|       zapatos de los domingos. A Silda se la acomodó en un rincón
 19      3|          Después de todo, aunque Silda hubiera llevado su cama
 20      3|       propia. No  si discurría Silda de esta suerte cuando se
 21      3|      porque nunca pudo averiguar Silda, que no dejaba de ser reparona,
 22      3|        riguroso turno.~ ~ Porque Silda no lo hizo así el primer
 23      3|          abundaban las sardinas, Silda consolaba el hambre con
 24      3|      pesca de bahía tenía que ir Silda también, y a trabajar allí,
 25      3|    Andrés.~ ~ Es de advertir que Silda, aunque asistía a todas
 26      3|          gustaba mucho también a Silda; y en cuanto Andrés calaba
 27      3|         se trababa algún pancho, Silda ayudaba a Andrés a encamar
 28      3|         relativas delicadezas de Silda, riéndose de ella, dándola
 29      3|         continuaba, por parte de Silda! ¿Por qué razón? Vaya usted
 30      3|          y cariñosote.~ ~ Y como Silda iba apegándose más y más
 31      3|      tunda aquélla, que obligó a Silda, que tantas había sufrido
 32      4|        para que éste recogiera a Silda en su casa, los ojos se
 33      4|         tenía réplica.~ ~ Cuando Silda fue recogida en el quinto
 34      4|  ocasiones, al sentir que bajaba Silda, se atravesaba el pescador
 35      4|     Mechelín y su mujer vieron a Silda que bajaba el último tramo
 36      4|    detenerla.~ ~ -Me voy -añadió Silda, deslizándose hacia la puerta,
 37      4|      Sidora viendo desaparecer a Silda en las tinieblas de la calle,
 38      4|        corazón que venía a lo de Silda; y sin esperar a que acabaran
 39      4|        la cena, con el suceso de Silda. El dolor se calmó mucho
 40      4|          del difunto Mules.~ ~ -¿Silda?~ ~ -Así creo que se llama.~ ~ -¿
 41      4|         que, a la hora presente, Silda está sin amparo?~ ~ -Como
 42      5|      memorias. Había prometido a Silda ver al padre Apolinar al
 43      5|          padre Apolinar, halló a Silda, muy entretenida en atarse,
 44      5|           Qué haces? -preguntó a Silda en cuanto reparó en ella.~ ~ -
 45      5|        en preguntarlo -respondió Silda con la mayor frescura.~ ~ -¡
 46      5|        primer descanso, le llamó Silda y le dijo:~ ~ -Si pae Polinar
 47      5|          no me acordé -respondió Silda de mala gana, entretenida
 48      5|      casa de tío Mocejón -dijo a Silda jadeando todavía - , y de
 49      5|   mujeres.~ ~ -¿Lo ves? -exclamó Silda, mirándole con firmeza - . ¡
 50      5|                A cuál? -preguntó Silda.~ ~ -A la de unos tíos de
 51      5|      desde San Martín!... Adiós, Silda; ya te veré.~ ~ -Adiós -
 52      5|      Apolinar; pero antes de que Silda le viera, ya le había oído
 53      5|          ahora.~ ~ No sospechaba Silda que se quisieran tomar tantas
 54      5|          la una de la tarde, que Silda no parecería tan pronto
 55      5|       ojos de alegría, ofreció a Silda un buen zoquete de pan y
 56      5|        la ocasión para repetir a Silda lo que le había dicho por
 57      5|       vuelvo a mis quehaceres... Silda, lo dicho, dicho: has caído
 58      5|          preguntaba tía Sidora a Silda:~ ~ -Y de equipaje, ¿cómo
 59      5|         se quedó allá -respondió Silda.~ ~ -Pues no hay que pensar
 60      5|       agorros.~ ~ De pronto dijo Silda:~ ~ -El que no tiene hilo
 61      5|              Esta mañana -añadió Silda - tampoco tenía calzones,
 62      5|       hasta que seque -respondió Silda, encogiéndose de hombros.~ ~ -
 63      5|   vergüenza...~ ~ Al llegar aquí Silda con la respuesta, una voz
 64      6|         palabras lo acontecido a Silda en casa de la Sargüeta,
 65      9|         qué tal se las arreglaba Silda en su nueva casa. Consideraba
 66      9|         salió de hacia la bodega Silda, acompañando a Muergo. Muergo
 67      9|     apretó a correr calle abajo. Silda dijo a Andrés en seguida,
 68      9|          la mitad del carrejo, y Silda la dijo señalando a Andrés:~ ~ -
 69      9|           gracias a Dios, estaba Silda en puerto seguro, y el Cabildo
 70      9|          Mira la mi alcoba -dijo Silda a Andrés, interrumpiendo
 71      9|        las piezas del vestido de Silda, que había cortado y se
 72      9|     disponía a coser tía Sidora. Silda había asistido con mucha
 73      9|        En opinión de tía Sidora, Silda se había dado a la bribia
 74      9|      Sidora encarada con Andrés, Silda con su faz impasible, miraba
 75      9|        momento en los serenos de Silda, como diciendo: «¿Lo oyes
 76      9|         ve... ¿Verdá, hijuca?~ ~ Silda se encogió de hombros, preguntó
 77      9|           tanto la marinera como Silda, le escuchaban con sumo
 78     10| despedirse de todos nunca dejaba Silda de decirle, con su acento
 79     10|        Andrés las habilidades de Silda en cuanto ésta daba media
 80     10|    reinaba en ella, alrededor de Silda, obra suya, hasta cierto
 81     11|          yugo de una obligación. Silda había conseguido que se
 82     11| equilibrio.~ ~ -¡Burro! -exclamó Silda en cuanto alzó la mirada
 83     11|             Fila, reñules!...~ ~ Silda no dio un grito ni lanzó
 84     11|      traía entre manos; colocó a Silda con la cabeza inclinada
 85     11|         de este percance, estaba Silda recostada contra el marco
 86     11|     viene por aquí -le respondió Silda - . ¿Para qué le querías?~ ~ -
 87     11|           qué somantas!... Mira, Silda.~ ~ Y le mostró las palmas
 88     11|         Entonces ya no pude más, Silda.., porque toos los días
 89     11|        ésta y no más, y aquello, Silda, aquello fue una granizá
 90     11|       del famoso don Lorenzo.~ ~ Silda, al verle acercarse a ella,
 91     11|         esta vez, aunque halló a Silda atravesada en su camino,
 92     11|          salía ahora mesmo.~ ~ A Silda no le pesó ver tan manso
 93     11|           Bueno es el de asa.~ ~ Silda le tomó en sus manos; rompió
 94     11|    respiración contenía mientras Silda empleaba las escasas fuerzas
 95     11|       sin responder una palabra. Silda no se dio por entendida
 96     11|      tarea; metióse en la bodega Silda, mientras Cleto, sin despegar
 97     12|         los mismos propósitos de Silda, de amparar al hijo de la
 98     12| maltratado de muchacho a la niña Silda! La poca razón que cabía
 99     14|        aguante de la atemorizada Silda, y tampoco ignoraban que
100     18|         hablarte. Siéntate aquí, Silda; siéntate, por el amor de
101     18|       soledad en que estamos!~ ~ Silda se alzó bruscamente de la
102     18|          esta ocasión. Créemelo, Silda: te lo juro por éstas que
103     18|        de mi boca... Te lo juro, Silda... Y vuelve a sentarte aquí...
104     18|       hablar de esta manera:~ ~ -Silda, aquella tarde te dije palabras
105     18|     tarde acá? Dilo francamente, Silda.~ ~ -No -respondió ésta
106     18|      llega. A eso quiero volver, Silda: a la estimación tuya y
107     18|         estabas, Andrés -exclamó Silda con un calor de acento desacostumbrado
108     18|         un asalto de comedia?~ ~ Silda respondió a esta parrafada
109     18|   contrariado.~ ~ -No -respondió Silda con entereza.~ ~ -¿Por qué?~ ~ -
110     18|        decir algo:~ ~ -No basta, Silda, afirmar una cosa: hay que
111     18|         Desde tiempo atrás.~ ~ -¡Silda!~ ~ -Lo dicho, Andrés. ¿
112     18|         en cuyos ojos al mirar a Silda, había él leído torpezas
113     18|          fenómeno la honradez de Silda a los ojos de Andrés, puesto
114     18|          huir siquiera de la que Silda le presentaba con sus tremendas
115     18|   ajustarse a las condiciones de Silda, era obligarse a no volver
116     18|        tanto le había chocado en Silda al empezar a hablar con
117     18|         no he dicho eso -replicó Silda con entereza - ; yo te he
118     18|        por casualidad acertaras, Silda; si esos malos pensamientos
119     18|             No  cómo lo pongo, Silda -exclamó Andrés fuera de
120     18|           Yo no niego ni afirmo, Silda! Me pongo en todos los casos. ¡
121     18|             Porque, porque... -y Silda, que no apartaba sus ojos
122     18|        gentes. Olvídate de ello, Silda... ¡Olvídalo y perdóname!~ ~ ¡
123     18|       Porque a eso no me allano, Silda; y ahora que te he conocido,
124     18|         ellos de vergüenza.~ ~ -¡Silda! -exclamó entonces Andrés
125     21|          para casarse con ellas, Silda, más tarde o más temprano,
126     21|          con uno de sus pies.~ ~ Silda callaba y cosía. Tía Sidora
127     21|         libertad para advertir a Silda, tan celosa de su honra
128     21|           Y aunque en opinión de Silda faltara, ¿qué? Si le estaba
129     23|                Dame una palanca, Silda..., un palo..., cualquier
130     23|     atormentaban a la desdichada Silda; y en la vehemencia de su
131     23|        de afuera y de suplicar a Silda que no le abrumara más con
132     23|   alzando la hermosa cabeza:~ ~ -Silda, el que la hace, la paga;
133     23|       alvirtieras!~ ~ -¿Por qué, Silda?~ ~ -Porque pudiste habérmelo
134     23|         entonces a la triunfante Silda, y la dijo en voz muy alta:~ ~ -
135     25| enderezaba sus pasos hacia ella! Silda, desfallecida, cansada de
136     25|             Ésas, ésas! -exclamó Silda entonces, reanimándose un
137     25|        me dobla la pena -replicó Silda con una intención que estaba
138     25|        tan guapamente.~ ~ Pero a Silda, aunque los agradecía mucho,
139     25|       pobre mujer acoquinada.~ ~ Silda, que no podía tenerse de
140     25|         bien notoria voluntad de Silda, comenzó ésta a referir
141     25|         La pura verdá -respondió Silda con valentía - . Y por ser
142     25|          las últimas palabras de Silda en un sentido bien poco
143     25|          de ella.~ ~ Entretanto, Silda, acudiendo al hechizo que
144     26|        él! ¡Qué les habría dicho Silda!... ¡Y las palabras de ésta,
145     26|       intenciones de la inocente Silda? Pues que penara también
146     29|     pasarse por otro camino!... ¡Silda! ¡Silda!... Ven acá. ¡Y
147     29|         otro camino!... ¡Silda! ¡Silda!... Ven acá. ¡Y ven tú también,
148     29|             No, señor -respondió Silda con gran serenidad.~ ~ -¿
149     29|          sentidos cabales!...~ ~ Silda se quedó unos momentos silenciosa,
150     29|           Pues que sea -concluyó Silda solemnemente.~ ~ -¡Pero
151     29|          de su ropa - . ¿Lo ves, Silda?... ¿Lo ves, Miguel?... ¿
152     29|        lo merecen?...~ ~ Pero ni Silda, ni Mechelín, ni tía Sidora
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