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Alfabética [« »] silbaba 1 silbar 1 silbidos 1 silda 152 silencio 11 silenciosa 2 silencioso 3 | Frecuencia [« »] 154 esto 153 aquí 152 padre 152 silda 148 estaba 145 hay 137 dios | José María de Pereda Sotileza Concordancias silda |
Cap.
1 1| Cómo te llamas, hija?~ ~ -Silda me llamo -respondió secamente 2 1| vestido, detúvose delante de Silda y de Andresillo, y les dijo:~ ~ - 3 1| yo me voy contigo -dijo Silda con la mayor frescura - . 4 1| superior, dijo Andrés a Silda:~ ~ -Para cuando volvamos 5 1| también -añadió Sula.~ ~ Silda llamó burro a Muergo; Guarín, 6 2| Maruca; y por eso, y porque Silda, acaso recordando el remojón 7 2| viento de proa, o remedaba Silda el mirar torcido y el reír 8 2| traiga mantones de seda -dijo Silda, apretando la jareta de 9 2| Volvióse éste hacia Silda asombrado del encargo que 10 2| animado por el aplauso de Silda y de Muergo, que se le cayó 11 2| sed los más de ellos, y Silda se lavó las manos y se atusó 12 2| camaradas, advertidos por Silda, que fue la primera en notar 13 2| ortigas y otro con una vara, y Silda con la suela entachuelada 14 2| tronchazo, animal! -le gritaba Silda, mientras le estampaba las 15 2| Andrés que nones. Pero terció Silda a favor del suplicante, 16 3| motivos a la muchachuela Silda para resistirse a volver 17 3| familia dispuesta a recoger a Silda por la ayuda de costas ofrecida, 18 3| zapatos de los domingos. A Silda se la acomodó en un rincón 19 3| Después de todo, aunque Silda hubiera llevado su cama 20 3| propia. No sé si discurría Silda de esta suerte cuando se 21 3| porque nunca pudo averiguar Silda, que no dejaba de ser reparona, 22 3| riguroso turno.~ ~ Porque Silda no lo hizo así el primer 23 3| abundaban las sardinas, Silda consolaba el hambre con 24 3| pesca de bahía tenía que ir Silda también, y a trabajar allí, 25 3| Andrés.~ ~ Es de advertir que Silda, aunque asistía a todas 26 3| gustaba mucho también a Silda; y en cuanto Andrés calaba 27 3| se trababa algún pancho, Silda ayudaba a Andrés a encamar 28 3| relativas delicadezas de Silda, riéndose de ella, dándola 29 3| continuaba, por parte de Silda! ¿Por qué razón? Vaya usted 30 3| y cariñosote.~ ~ Y como Silda iba apegándose más y más 31 3| tunda aquélla, que obligó a Silda, que tantas había sufrido 32 4| para que éste recogiera a Silda en su casa, los ojos se 33 4| tenía réplica.~ ~ Cuando Silda fue recogida en el quinto 34 4| ocasiones, al sentir que bajaba Silda, se atravesaba el pescador 35 4| Mechelín y su mujer vieron a Silda que bajaba el último tramo 36 4| detenerla.~ ~ -Me voy -añadió Silda, deslizándose hacia la puerta, 37 4| Sidora viendo desaparecer a Silda en las tinieblas de la calle, 38 4| corazón que venía a lo de Silda; y sin esperar a que acabaran 39 4| la cena, con el suceso de Silda. El dolor se calmó mucho 40 4| del difunto Mules.~ ~ -¿Silda?~ ~ -Así creo que se llama.~ ~ -¿ 41 4| que, a la hora presente, Silda está sin amparo?~ ~ -Como 42 5| memorias. Había prometido a Silda ver al padre Apolinar al 43 5| padre Apolinar, halló a Silda, muy entretenida en atarse, 44 5| Qué haces? -preguntó a Silda en cuanto reparó en ella.~ ~ - 45 5| en preguntarlo -respondió Silda con la mayor frescura.~ ~ -¡ 46 5| primer descanso, le llamó Silda y le dijo:~ ~ -Si pae Polinar 47 5| no me acordé -respondió Silda de mala gana, entretenida 48 5| casa de tío Mocejón -dijo a Silda jadeando todavía - , y de 49 5| mujeres.~ ~ -¿Lo ves? -exclamó Silda, mirándole con firmeza - . ¡ 50 5| A cuál? -preguntó Silda.~ ~ -A la de unos tíos de 51 5| desde San Martín!... Adiós, Silda; ya te veré.~ ~ -Adiós - 52 5| Apolinar; pero antes de que Silda le viera, ya le había oído 53 5| ahora.~ ~ No sospechaba Silda que se quisieran tomar tantas 54 5| la una de la tarde, que Silda no parecería tan pronto 55 5| ojos de alegría, ofreció a Silda un buen zoquete de pan y 56 5| la ocasión para repetir a Silda lo que le había dicho por 57 5| vuelvo a mis quehaceres... Silda, lo dicho, dicho: has caído 58 5| preguntaba tía Sidora a Silda:~ ~ -Y de equipaje, ¿cómo 59 5| se quedó allá -respondió Silda.~ ~ -Pues no hay que pensar 60 5| agorros.~ ~ De pronto dijo Silda:~ ~ -El que no tiene hilo 61 5| Esta mañana -añadió Silda - tampoco tenía calzones, 62 5| hasta que seque -respondió Silda, encogiéndose de hombros.~ ~ - 63 5| vergüenza...~ ~ Al llegar aquí Silda con la respuesta, una voz 64 6| palabras lo acontecido a Silda en casa de la Sargüeta, 65 9| qué tal se las arreglaba Silda en su nueva casa. Consideraba 66 9| salió de hacia la bodega Silda, acompañando a Muergo. Muergo 67 9| apretó a correr calle abajo. Silda dijo a Andrés en seguida, 68 9| la mitad del carrejo, y Silda la dijo señalando a Andrés:~ ~ - 69 9| gracias a Dios, estaba Silda en puerto seguro, y el Cabildo 70 9| Mira la mi alcoba -dijo Silda a Andrés, interrumpiendo 71 9| las piezas del vestido de Silda, que había cortado y se 72 9| disponía a coser tía Sidora. Silda había asistido con mucha 73 9| En opinión de tía Sidora, Silda se había dado a la bribia 74 9| Sidora encarada con Andrés, Silda con su faz impasible, miraba 75 9| momento en los serenos de Silda, como diciendo: «¿Lo oyes 76 9| ve... ¿Verdá, hijuca?~ ~ Silda se encogió de hombros, preguntó 77 9| tanto la marinera como Silda, le escuchaban con sumo 78 10| despedirse de todos nunca dejaba Silda de decirle, con su acento 79 10| Andrés las habilidades de Silda en cuanto ésta daba media 80 10| reinaba en ella, alrededor de Silda, obra suya, hasta cierto 81 11| yugo de una obligación. Silda había conseguido que se 82 11| equilibrio.~ ~ -¡Burro! -exclamó Silda en cuanto alzó la mirada 83 11| Fila, reñules!...~ ~ Silda no dio un grito ni lanzó 84 11| traía entre manos; colocó a Silda con la cabeza inclinada 85 11| de este percance, estaba Silda recostada contra el marco 86 11| viene por aquí -le respondió Silda - . ¿Para qué le querías?~ ~ - 87 11| qué somantas!... Mira, Silda.~ ~ Y le mostró las palmas 88 11| Entonces ya no pude más, Silda.., porque toos los días 89 11| ésta y no más, y aquello, Silda, aquello fue una granizá 90 11| del famoso don Lorenzo.~ ~ Silda, al verle acercarse a ella, 91 11| esta vez, aunque halló a Silda atravesada en su camino, 92 11| salía ahora mesmo.~ ~ A Silda no le pesó ver tan manso 93 11| Bueno es el de asa.~ ~ Silda le tomó en sus manos; rompió 94 11| respiración contenía mientras Silda empleaba las escasas fuerzas 95 11| sin responder una palabra. Silda no se dio por entendida 96 11| tarea; metióse en la bodega Silda, mientras Cleto, sin despegar 97 12| los mismos propósitos de Silda, de amparar al hijo de la 98 12| maltratado de muchacho a la niña Silda! La poca razón que cabía 99 14| aguante de la atemorizada Silda, y tampoco ignoraban que 100 18| hablarte. Siéntate aquí, Silda; siéntate, por el amor de 101 18| soledad en que estamos!~ ~ Silda se alzó bruscamente de la 102 18| esta ocasión. Créemelo, Silda: te lo juro por éstas que 103 18| de mi boca... Te lo juro, Silda... Y vuelve a sentarte aquí... 104 18| hablar de esta manera:~ ~ -Silda, aquella tarde te dije palabras 105 18| tarde acá? Dilo francamente, Silda.~ ~ -No -respondió ésta 106 18| llega. A eso quiero volver, Silda: a la estimación tuya y 107 18| estabas, Andrés -exclamó Silda con un calor de acento desacostumbrado 108 18| un asalto de comedia?~ ~ Silda respondió a esta parrafada 109 18| contrariado.~ ~ -No -respondió Silda con entereza.~ ~ -¿Por qué?~ ~ - 110 18| decir algo:~ ~ -No basta, Silda, afirmar una cosa: hay que 111 18| Desde tiempo atrás.~ ~ -¡Silda!~ ~ -Lo dicho, Andrés. ¿ 112 18| en cuyos ojos al mirar a Silda, había él leído torpezas 113 18| fenómeno la honradez de Silda a los ojos de Andrés, puesto 114 18| huir siquiera de la que Silda le presentaba con sus tremendas 115 18| ajustarse a las condiciones de Silda, era obligarse a no volver 116 18| tanto le había chocado en Silda al empezar a hablar con 117 18| no he dicho eso -replicó Silda con entereza - ; yo te he 118 18| por casualidad acertaras, Silda; si esos malos pensamientos 119 18| No sé cómo lo pongo, Silda -exclamó Andrés fuera de 120 18| Yo no niego ni afirmo, Silda! Me pongo en todos los casos. ¡ 121 18| Porque, porque... -y Silda, que no apartaba sus ojos 122 18| gentes. Olvídate de ello, Silda... ¡Olvídalo y perdóname!~ ~ ¡ 123 18| Porque a eso no me allano, Silda; y ahora que te he conocido, 124 18| ellos de vergüenza.~ ~ -¡Silda! -exclamó entonces Andrés 125 21| para casarse con ellas, Silda, más tarde o más temprano, 126 21| con uno de sus pies.~ ~ Silda callaba y cosía. Tía Sidora 127 21| libertad para advertir a Silda, tan celosa de su honra 128 21| Y aunque en opinión de Silda faltara, ¿qué? Si le estaba 129 23| Dame una palanca, Silda..., un palo..., cualquier 130 23| atormentaban a la desdichada Silda; y en la vehemencia de su 131 23| de afuera y de suplicar a Silda que no le abrumara más con 132 23| alzando la hermosa cabeza:~ ~ -Silda, el que la hace, la paga; 133 23| alvirtieras!~ ~ -¿Por qué, Silda?~ ~ -Porque pudiste habérmelo 134 23| entonces a la triunfante Silda, y la dijo en voz muy alta:~ ~ - 135 25| enderezaba sus pasos hacia ella! Silda, desfallecida, cansada de 136 25| Ésas, ésas! -exclamó Silda entonces, reanimándose un 137 25| me dobla la pena -replicó Silda con una intención que estaba 138 25| tan guapamente.~ ~ Pero a Silda, aunque los agradecía mucho, 139 25| pobre mujer acoquinada.~ ~ Silda, que no podía tenerse de 140 25| bien notoria voluntad de Silda, comenzó ésta a referir 141 25| La pura verdá -respondió Silda con valentía - . Y por ser 142 25| las últimas palabras de Silda en un sentido bien poco 143 25| de ella.~ ~ Entretanto, Silda, acudiendo al hechizo que 144 26| él! ¡Qué les habría dicho Silda!... ¡Y las palabras de ésta, 145 26| intenciones de la inocente Silda? Pues que penara también 146 29| pasarse por otro camino!... ¡Silda! ¡Silda!... Ven acá. ¡Y 147 29| otro camino!... ¡Silda! ¡Silda!... Ven acá. ¡Y ven tú también, 148 29| No, señor -respondió Silda con gran serenidad.~ ~ -¿ 149 29| sentidos cabales!...~ ~ Silda se quedó unos momentos silenciosa, 150 29| Pues que sea -concluyó Silda solemnemente.~ ~ -¡Pero 151 29| de su ropa - . ¿Lo ves, Silda?... ¿Lo ves, Miguel?... ¿ 152 29| lo merecen?...~ ~ Pero ni Silda, ni Mechelín, ni tía Sidora