Cap.

 1      1|     padre Apolinar y el hijo del capitán de la Montañesa.~ ~ -Es
 2      2|        le fue encima el hijo del capitán de la Montañesa reclamando
 3      2|          mandado y tripulado por capitán, piloto y marineros de Santander,
 4      2|    corbeta y en la llegada de su capitán.~ ~ Así se fue acercando
 5      4|       Montañesa, con el hijo del capitán... ¡Mira si la acongoja
 6      5|         Un c... tintas, hijo del capitán de la Montañesa.~ ~ -¿Le
 7      7|     debida licencia, en casa del capitán de la Montañesa, don Pedro
 8      7|       habiéndose desembarcado el capitán por una larga temporada,
 9      7|   Periquito hecho fraile. Ya era capitán; ya tenía una paga de sesenta
10      7| fletadores o dueños del barco al capitán que le manda con celo e
11      7|        en la cara.~ ~ Decir a un capitán de aquellos que saliera
12      7|          aparejo, entre piloto y capitán; cómodo, sin dejar de ser
13      7|    prendas finas; llegó a ser un capitán de los más atractivos para
14      7|          en el momento en que el capitán largaba los guantes y la
15      7|   modesto, de raso de lana, y el capitán sus arreos de «señor del
16      7|  corriendo a la sala..., sala de capitán de entonces, con los retratos
17      7|         visita al recién llegado capitán fue la del matrimonio del
18      7|    entretuvo después el jubilado capitán Arguinde, con sus alegrías
19      7|      otro. Uno solo de ellos era capitán. De los dos pilotos, sin
20      7|       una sopimpa de allá.~ ~ El capitán Nudos, algo más joven que
21      7|         ocurría a Bitadura; y el capitán Nudos, a juzgar por la cara
22      7|   Bitadura, que, al cabo, era su capitán; largó una sopimpa de cornetín,
23      7|     serio, de los propósitos del capitán con respecto a la carrera
24      8|       Montañesa, hablando con su capitán al día siguiente de lo narrado
25      8|    azúcar, harinas y cacao, y el capitán en el sofá roñoso de enfrente,
26      8|    comunicación había cerrado el capitán, por encargo de don Venancio,
27      8|      Cierto es eso -respondió el capitán, devorando un suspiro y
28      8|        se apresuró a replicar el capitán.~ ~ -O escoger usted mismo -
29      8|       hierro, de que al hijo del capitán Bitadura le tocara la lotería
30      8|         de los razonamientos del capitán, mientras iba camino de
31      8|          que a las ausencias del capitán habría que añadir pronto
32      8|         Estimaba cordialmente al capitán; conocía de vista a su hijo,
33      8|         sobre la obstinación del capitán.~ ~ Esta vez fue Bitadura
34      9|         conocía personalmente al capitán de la Montañesa; pero su
35      9|       tía Sidora para estimar al capitán y alegrarse de que hubiera
36     10|       fin terminantemente por el capitán. Con los aires de la ausencia
37     10|        había dicho y repetido el capitán, trabajaría en el escritorio
38     10|           y además como hijo del capitán de la Montañesa. Un solo
39     10|        de un amigo de su padre y capitán de un barco atracado al
40     11|        unidos a su hijo y al del capitán, y hasta la encopetada señora
41     11|         Andrés era el hijo de un capitán de un barco «de la casa».
42     13|       Jesús».~ ~ -Pinta ahora el capitán -le decía Tolín alguna vez.~ ~
43     13|       piloto se pintaba junto al capitán; y luego todos los tripulantes,
44     13|      bordo, y las ansiedades del capitán, con el ánimo esclavo de
45     13|          con el mismo nombre, un capitán negrero que con los relatos
46     13|         explicárselo el hijo del capitán Bitadura por la razón de
47     13|         y estaba muy distante el capitán de condenarlas. Pero la
48     14|          escritorio. Sonrióse el capitán y le ofreció el regalo de
49     14|     humilde bodega a la casa del capitán, poco, pero lo mejor de
50     17|          lo refiriera después al capitán. Y la mimada y consentida
51     17|      pensar de la capitana, y el capitán no era ya aquel Bitadura
52     20|       Habana, y se desembarcó el capitán resuelto a dejar el oficio
53     20|       borrascas, lo mismo que su capitán. Fortuna que, al cabo de
54     20|      Cuando yo te lo digo!~ ~ El capitán no quiso que se hablara
55     24|    protagonista de ella; pero el capitán, con los desperdicios de
56     24|     prudentes que los amigos del capitán, y dejáronla, con el escozor
57     24|       que se hallaba sentada. El capitán se acercó también, pero
58     24|          estamos oyendo -dijo el capitán - . Conque, habla; pero
59     24|         su hijo el relato.~ ~ El capitán lanzó un taco embreado,
60     24|         dijo con voz terrible el capitán - . Pero, cuando menos,
61     24|        los ojos anhelantes, y el capitán insistió en su pregunta:~ ~ -¿
62     24|            replicó a su mujer el capitán, con voz huracanada; y en
63     24|           Caridad! -respondió el capitán sin hacer gran caso de las
64     24|        confesado -interrumpió el capitán sin dar tregua a sus iras - ,
65     24|           Pues por eso -saltó el capitán, llegando a los últimos
66     24|          rato. De pronto dijo el capitán, sin dejar de moverse:~ ~ -
67     25|  Mechelín, al conocer la voz del capitán, se arrojó de la cama al
68     25|          al hablar así, el mismo capitán le cogió en sus brazos,
69     25|              Cuando se volvió el capitán hacia las dos mujeres, que
70     25|      Miguel desde su cama.~ ~ Al capitán se le amontonaron en la
71     25|        que la vimos antes.~ ~ El capitán, encarándose a ella, la
72     25|             Exactamente -dijo el capitán, apenas acabó Sotileza su
73     25|       mirando de hito en hito al capitán.~ ~ -¡Díselo, Sidora, díselo,
74     25|       ningún pecao mortal.~ ~ El capitán estaba en ascuas, y Sotileza
75     25|          ver, a ver! -murmuró el capitán acomodándose mejor en la
76     25|          os ocurre? -preguntó el capitán, respirando con más desahogo
77     25|        Sidora y su marido.~ ~ El capitán soltó, allá en los profundos
78     25|       actitud que iba tomando el capitán - . Pero hubo sus mases
79     25|          Por las trazas -dijo el capitán - , ¿tú estás por que eso
80     25|         su merecido -concluyó el capitán, a quien se le antojaba
81     25|     dices, muchacha? -exclamó el capitán mirándola con asombro.~ ~ -
82     25|      mismo pateta! -respondió el capitán mirando a la valiente moza
83     25|        de la calle Alta; pero el capitán no debía confesarlo allí,
84     25|        sus palabras dirigidas al capitán el sentido más apartado
85     26|   llegaba la pasión del hijo del capitán Bitadura por las costumbres
86     27|         escándalo del pueblo. El capitán estaba ya dando los pasos
87     29|          que con ser quien es el capitán, ¡el mesmo roble!..., lloraba
88     29|    acababa de suceder allí, y el capitán dijo:~ ~ -Me alegro con
89     29|      comenzaron a lloriquear. El capitán añadió:~ ~ -Todo ello no
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