Cap.

 1      2|     cabeza, pues en cuanto a los pies, no había que pensar en
 2      3|        lustre, en los abotagados pies; un elástico de cobertor,
 3      3|         estameña parda, y en los pies unas chancletas con luces
 4      3|         la cara, las manos y los pies limpios como un sol. Era
 5      3|         en verlos tendidos a sus pies, gruñendo de cariño, muy
 6      4| recordaba haber puesto jamás los pies; y su madre, la Chumacera*,
 7      4|          nuevo por allí, con los pies clavados en el portal y
 8      4|     palabras, en cuanto puso los pies en el portal:~ ~ -¡Domine,
 9      5|      golpe y golpe de sus anchos pies sobre los escalones.~ ~ -¡
10      7|        debajo de una levita; los pies dentro de una botas de charol;
11      7|         por las manos, y por los pies; y relucía su atezado rostro,
12     10|  convenían, al paso, más de tres pies y medio desde la raya, y
13     11|       empinaba un poco sobre los pies, columbraba el azadón, o
14     11|    ocasiones, rara vez ponía los pies en la calle; no porque se
15     11|         apartó a un lado con los pies. Observando que cosía, detúvose
16     12|       que es un peazo de pan, de pies a cabeza, cuando na te paece
17     13|     debajo del banco, afirmó los pies en el delantero... y ya
18     13|        al ser braceada, y en los pies el efecto engañoso del lento
19     13|         pez de la mar, desde los pies a la cabeza. ¡Mira si tenía
20     14|          cual volvía a poner los pies en su casa, haría con ella
21     15|        examinarle un instante de pies a cabeza, bien pudiéramos
22     15|      fulminantes, restregones de pies, bamboleos de espaldas y
23     15|         no me atrevo a poner los pies en la calle Alta si las
24     16|         con la proa puesta a los pies del Alisas.~ ~ Media hora
25     16|          cuyas arenas hundió los pies hasta el tobillo.~ ~ Y Muergo,
26     17|          a su gusto y se mudó de pies a cabeza con el equipo fresco
27     19|   estrenaré yo too el vestío, de pies a cabeza; hasta con zapatos
28     19|     monstruo, estremeciéndose de pies a cabeza - . ¿Por qué no
29     19|   clavados los desnudos y anchos pies en el suelo, los brazos
30     20|     examinándola con los ojos de pies a cabeza, después de desprenderse
31     21|     maquinalmente con uno de sus pies.~ ~ Silda callaba y cosía.
32     21|          volver a poner allí los pies mientras duraran aquellas
33     21|          manoseos, y temblaba de pies a cabeza.~ ~ -¡Qué bardal
34     22|         percha, se le fueron los pies; perdió el equilibrio, y
35     23|     hermosos ojos y temblando de pies a cabeza, le dijo:~ ~ -¿
36     23|  acercarse a ella tropezaron sus pies con un objeto que resonó
37     24|        ojos y pisando lumbre sus pies.~ ~ -¡Qué vergüenza, Virgen
38     25|        tarasca y se me irían los pies en los suelos relucientes.
39     28|       sostenían, y hundiendo sus pies bajo las ondas mansísimas
40     28|  empuñando su remo, clavados sus pies, más que asentados, en el
41     28| estribando en los bancos con los pies y colgados del remo con
42     29|         él no debe poner más los pies en la bodega; que aquella
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