Cap.

 1      2|         agujeros de ella y hasta parecía que por la mismas crines
 2      3|      ademanes; y todo ello junto parecía imposible que cupiera en
 3      3|     única de su padre, que no se parecía en el genio ni en el arte
 4      3|        Cada cucharada de Mocejón parecía un carro de hierba. Solamente
 5      3|        sus visibles preferencias parecía ser el monstruoso Muergo,
 6      3|        cada día, y el Cabildo no parecía acordarse de dar la ofrecida
 7      4|         un hijo de dos años, que parecía un perro de lanas, de los
 8      4|         su impasible continente, parecía ser la menos interesada
 9      4|         llena de pomada de rosas parecía aquella bodega, comparada
10      6|          zumbido de Mocejón, que parecía un tábano por lo tenaz y
11      8|      vista a su hijo, y hasta le parecía guapo y dispuesto; tuvo
12      9|          el hijo de la Chumacera parecía un fardo de basura que andaba
13     10|        cuenta después; y eso que parecía que en nada paraba la atención.
14     10|            Qué más? Hasta Muergo parecía influido benéficamente por
15     11|       isla de Cuba; don Venancio parecía complacerse mucho en ver
16     11|         frunces y una mirada que parecía pedirle cuenta de su desaliño.
17     11|         correrla donde mejor les parecía; como valiera el voto del
18     11|       pues también, como el gato parecía sentir más apego a la casa
19     11|        en anudar la hebra, nunca parecía buena cosedora; taladró,
20     11|   durezas de aquel paño, que más parecía cartón embreado. En esta
21     12|        él. Para Cleto, la tajada parecía ser la grosera monstruosidad
22     12|         andar lento y oscilante, parecía un oso polar, suponiendo
23     12|          mirando a Sotileza, que parecía animarle con los ojos - .
24     13|         mar para aquel muchacho; parecía de la naturaleza de los
25     16|       soltar la carga, que antes parecía darle fuerzas que consumírselas;
26     16|        Muergo corría y corría, y parecía dispuesto a no dejarla hasta
27     18|     Andrés, no tan valiente como parecía.~ ~ -Porque temo que te
28     18|         compañía de ninguno; que parecía no conmoverse por nada,
29     19|          le vio bajar.~ ~ Andrés parecía otro desde aquella conversación
30     19|        le estaba pasando!... ¿No parecía una burla de la pícara suerte
31     19|        la señal de lo grande que parecía su empresa a la consideración
32     21|        de estrenar.~ ~ Increíble parecía a los que le miraban el
33     22|       circundaba al quechemarín. Parecía un bárbaro australiano,
34     22| ballenato pintiparado. A todo se parecía menos a un hombre de raza
35     23|         en el pellejo; su marido parecía haber arrojado veinte años
36     25|       engañar los pobres viejos? Parecía que sí, pues no debió tomarse
37     26|     podía ser providencia lo que parecía casualidad, cuando lo cierto
38     27|         pecho con tal ansia, que parecía que con ello le desahogaba
39     28|   alejarse volando, y por eso le parecía que la lancha andaba poco,
40     28|    maretazo que la alcanzaba, le parecía la señal del último desastre.
41     28|      Andrés, que no lo ignoraba, parecía una estatua de piedra con
42     29|        Al mismo tiempo, la calle parecía un mar de lágrimas; y cada
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