Cap.

 1      1|        mujer! ¿Cómo te llamas, hija?~ ~ -Silda me llamo -respondió
 2      1|         Luego esta muchacha es hija del difunto Mules, viudo
 3      1|     recogieran en esa casa!... Hija, no te conocía ya. Verdad
 4      3|     mujer inaguantable, que su hija Carpia, moza ya metida en
 5      3| influyó en la Sargüeta y en su hija Carpia para que llegaran
 6      3|        a cada una. Luego, como hija única de su padre, que no
 7      3|  tajada para aumentar la de su hija, al paso que, desde que
 8      4|       viejos, la Sargüeta y su hija, las cuales, aunque no esperaban
 9      4|      la boca, la Sargüeta y su hija Carpia.~ ~ ~ ~
10      5|       que la tiene. ¿No verdá, hija mía? Ahora, come con sosiego;
11      7|        sobra de años, la única hija que tenía, moza a la sazón,
12      7|  estimaba mucho el padre, y la hija le había visto, por tres
13      9|      lo que debía aprender una hija de buenos padres, que había
14     11|       rigurosa de entonces, la hija de un don Venancio Liencres
15     11|        quién fue su madre, por hija se la tomara de anguna enfanta
16     13|        Venancio, su señora, su hija, la doncella..., cualquiera
17     13|      por la razón de ser Luisa hija de su madre, tan celosa
18     14|        golpe, la Sargüeta y su hija tampoco cerraban boca ni
19     17|       brazo a la señora o a su hija, cuando salgáis de casa
20     17|     hay varios; porque ella es hija de don Venancio Liencres... ¡
21     17|       iba tan elegante como su hija, pero mucho más fastidiosa.
22     17| contrabando.~ ~ La desengañada hija de don Venancio Liencres,
23     17|       el cuerpo de la tesonuda hija de don Venancio Liencres?~ ~
24     19|     sus amores con Pachuca, la hija menor de las tres que tenía
25     20|       No  qué decirte a eso, hija -respondió Pachuca, suspirando - .
26     22|       casa muy arrimadito a la hija del comerciante don Silverio
27     23|     acercan los chicuelos a la hija de la Sargüeta; se detienen
28     23| Sargüeta desde el balcón, a su hija, que se contonea en la acera
29     27|     una taza de salvia para su hija. La cual, encerrada ya en
30     27|        pasa ahora...~ ~ -Pues, hija mía, para una vez que te
31     27|     apuras... Y hasta sabrá la hija de don Silverio Trigueras
32     28|       a Mules, se acordó de su hija; y acordándose de su hija,
33     28|      hija; y acordándose de su hija, por una lógica asociación
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