Cap.

 1      4|       negro fino, corbata a la marinera, ceñidor de seda negra y
 2      4|    atravesaba el pescador o la marinera, a la puerta de la calle,
 3      4|   llegará a suceder -añadió la marinera - , si Dios antes no lo
 4      4|     Sidora! -dijo la niña a la marinera, al ver que ésta le cerraba
 5      4|       se callen? -respondió la marinera, queriendo echar a broma
 6      4|        naide falta -replicó la marinera - ; pero ayúdate y te ayudaré... ¿
 7      4|     vehemencia cordialísima la marinera, sacando más pecho y más
 8      5|      sobra los tenía! -dijo la marinera con enojo visible hacia
 9      5|        de Muergo? -preguntó la marinera.~ ~ -De allá abajo.~ ~ -¿
10      7|        disce omnes.~ ~ De cepa marinera por todos sus cuatro costados,
11      7|        y la corbata negra a la marinera; y acaso esta rigurosa uniformidad
12      9| Polinar.~ ~ Se alegró mucho la marinera de conocerle, y le ponderó
13      9|        pronto a éste como a la marinera, y Andrés, atentísimo y
14      9|    bahía; por lo que la afable marinera no se le explicó.~ ~ Andrés
15      9|    persuadido de que, tanto la marinera como Silda, le escuchaban
16     12|           por qué? -exclamó la marinera.~ ~ -Porque sí -respondió
17     12|       don Andrés? -preguntó la marinera.~ ~ -Dijo que estaba muy
18     12|    fuéramos, Miguel -repuso la marinera - , y a respetos de otra
19     13|    Zanguina, la famosa taberna marinera del Cabildo de Abajo, cuya
20     14|     más agradecida que experta marinera. Cuyo asombro no tuvo medida
21     16|   recordaran los labios de una marinera ruda lo que más le estaba
22     17|    terrible. ¡Y se la daba una marinera zafia, a pesar de deberle
23     21|    Nombre de Dios! -exclamó la marinera contemplando a su sobrino - . ¡
24     23|    diría la honrada y cariñosa marinera si al volver de la plaza
25     23|        de Somorrostro con otra marinera, detenerse de pronto para
26     25|       dentro. Salió a abrir la marinera, después de secarse los
27     25|       Ay, señor! -respondió la marinera entre sollozos abogados - , ¡
28     25|    entre sollozos la tribulada marinera, porque bien tenía su hijo
29     26|     las costumbres de la gente marinera.~ ~ -¡Pero no me diga, don
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