Cap.

 1    Pró|   llegó al mundo con muy buena suerte, y mucho antes de que en
 2      1| esculpido en la memoria de tal suerte, que a ojos cerrados me
 3      3|        discurría Silda de esta suerte cuando se acostaba sobre
 4      4|        compostura... Ésa es mi suerte. No es cosa mayor; pero
 5      8|     esos mares de Dios con una suerte rara. Verdaderamente, tiene
 6      8|      de mejor corazón y de más suerte no puede conseguir jamás
 7      8|     interés que se toma por la suerte de mi hijo, y la oferta
 8      8|       Venancio Liencres por la suerte de Andresillo? ¿Qué se le
 9      8|    como todas las nulidades de suerte, que son hechas de esta
10      9|         y se interesaba por su suerte.~ ~ Al llegar enfrente del
11     10|        lentamente, que con una suerte loca llega a abarrotarse
12     10|      destino; si es de mediana suerte, le coge una calma enfrente
13     11|        batallas con la esquiva suerte! En fin, miseriucas de pueblo
14     12|     Sólo que hay que nacer con suerte, y ese animal la tuvo contigo
15     15|      canonjías me regalaréis. ¡Suerte de las personas, ¡cuerno!; ¡
16     15|       las personas, ¡cuerno!; ¡suerte, y no más que suerte! Verdad
17     15|           suerte, y no más que suerte! Verdad que ése es mi deber,
18     16|       iba entre ellos.~ ~ -Por suerte, va Andrés con ella -exclamaba
19     16|      nada se metía.~ ~ -¡Güena suerte tenéis! -rugió Muergo contrariado.~ ~
20     19| parecía una burla de la pícara suerte que le andaba persiguiendo?~ ~
21     20|       que sí!, ¡por vida de mi suerte!... ¡Pero dímelo claro,
22     20|   aguanté.~ ~ -¡Paño, qué mala suerte! ¿No me lo perdonas?~ ~ -
23     23|     Cuerno con los doctores de suerte! -exclamaba el fraile - .
24     26|        aquel instante hasta la suerte de Muergo!~ ~ Minutos después,
25     28| saltarán las merluzas a bordo. Suerte de los hombres.~ ~ Y la
26     28|      descuidados. Y lamentó la suerte de aquellos mareantes, y