Cap.

 1      2|     cerca ya de San Felipe, al pasar por la embovedada calle
 2      2|       del puerto, ya se la vio pasar rascando la Horadada por
 3      4|    allí un instante, ni que al pasar les dijera una sola palabra
 4      4|      color lívido.~ ~ -¡Déjeme pasar, tía Sidora! -dijo la niña
 5      4|       honradote matrimonio. Al pasar por delante de la alcoba
 6      5|        ella le importaba mucho pasar sin ser vista, cuando llegó
 7      8|        cuando ésta no necesita pasar por las estrecheces por
 8      9|      chicos hacia arriba; y al pasar por delante del portal de
 9      9|     casa el tiempo que debiera pasar; pero ni en casa ni en la
10      9|        otros más próximos para pasar la noche, o por obligarles
11     10|      espaldas del segundo para pasar por una cuerda tendida sobre
12     11|      los dientes. Pero no pudo pasar de allí. Había comido, sin
13     11| rechoncha y blanca, para hacer pasar la aguja por las durezas
14     12|     nueva vida, y barriendo al pasar los usos y costumbres que
15     13|       he visto yo una noche al pasar por delante de la taberna.~ ~ -¡
16     15|      párrafo y una punta, para pasar aquel rato de menos en tu
17     17|      saltó Andrés, resignado a pasar por uno de los bultos «que
18     19|  cabizbajo y tristón, se iba a pasar un rato a la bodega, donde
19     20|       quedan ya tan pocos para pasar la vida juntos, sin las
20     20|      esta casa, no más que por pasar el rato, tienes que esconderte
21     23|       la verdá de lo que pueda pasar entre ellos? -se dijo, cayendo
22     26| dilucidar. ¿Dónde y cómo iba a pasar las horas que faltaban hasta
23     26|       chocara su pretensión de pasar así la noche, tumbado sobre
24     26|        don Andrés, que se va a pasar aquí la noche encima de
25     28|  arrebatado de su casa y hecho pasar una noche de perros en un