Cap.

 1      1|        que quedaba a la vista la Montañesa... y yo salí de casa para
 2      1|        el hijo del capitán de la Montañesa.~ ~ -Es decir -exclamó el
 3      2|        el hijo del capitán de la Montañesa reclamando a piña* seca
 4      2|          allí a la entrada de la Montañesa; gente que le era bien conocida
 5      2|       mucho más que al amo de la Montañesa, porque sabía que estaba
 6      2|      entrada de un barco como la Montañesa, de la matrícula de Santander,
 7      2|          mayor bulto. Además, la Montañesa venía de La Habana, y se
 8      2|       esperando la llegada de la Montañesa.~ ~ A pesar de ser muchas,
 9      2|       allí estaba, en efecto, la Montañesa, que abocaba orzando*, cargada
10      2|         saludó el pabellón de la Montañesa, y otravez más volvieron
11      4|          para ir a ver entrar la Montañesa, con el hijo del capitán... ¡
12      5|      Contra, qué bien entraba la Montañesa!... ¡Lo que te perdiste!... ¡
13      5|           hijo del capitán de la Montañesa.~ ~ -¿Le conoces tú?~ ~ -
14      7|        en casa del capitán de la Montañesa, don Pedro Colindres, más
15      7|         le dieron el mando de la Montañesa, uno de los mejores barcos
16      7|    pasajeros, y el armador de la Montañesa no tuvo motivos para arrepentirse
17      8|         VIII.~ El armador de la «Montañesa»~ ~ -Perfectamente, señor
18      8|           prueba de nuevo que la Montañesa es una finquita más que
19      8| comerciante rico y armador de la Montañesa, hablando con su capitán
20      8|         debajo del retrato de la Montañesa, igual al que tenía él en
21      9|   personalmente al capitán de la Montañesa; pero su marido sí, y muchas
22     10|      como hijo del capitán de la Montañesa. Un solo título de éstos
23     20|  siguiente entró en el puerto la Montañesa, de retorno de su viaje