Cap.

 1      1|        ojos que no quieren ser buenos... Corriente; pero, ¿de
 2      4|      que acabaran de darle los buenos días, ya temblaba la casa.~ ~
 3      4|            Porque no ha tenido buenos pastores; ahora los tendría.~ ~ -¿
 4      8|      usted, por haber obtenido buenos frutos de su carrera y por
 5      8|     trabajen juntos y se hagan buenos amigos: un mismo estímulo
 6      9|     debía aprender una hija de buenos padres, que había de ser
 7     10|      Entre los muchos consejos buenos que al neófito dio su madre,
 8     10|        proporcionaba con ellas buenos fletes al Joven Antoñito,
 9     11|      éste se los daba bastante buenos; su padre, descansando en
10     12|       de estar ajustadas a los buenos modelos de la belleza clásica:
11     12|      te viera negar hasta los «buenos días» al venturado de arriba,
12     13|       a espadas, y como en sus buenos tiempos de granuja había
13     13|  algunos bofetones; las de los buenos, con la comida en la cesta
14     16|   cerdo!... ¡Buena educación y buenos modales aprenderás a su
15     16|       padece la vanidad de los buenos mozos; y la de Andrés había
16     17|        tiene, que tantos y tan buenos partidos para escoger el
17     17|       de casa, y tiene también buenos gemelos para mirar.~ ~ -
18     19| estudiado años atrás. Eran muy buenos amigos, y, por serlo, Colo
19     20|       no quebrantaría aquellos buenos propósitos - . ¡Qué lástima
20     26|        pensamos salir mañana. ¡Buenos ánimos llevará esta probe
21     27|    ferrocarril y los cueros de Buenos Aires; pero, en fin, estaba
22     27|       de señor; que es hijo de buenos padres; que se tutea con
23     29|    importa a nosotros, jinojo? Buenos valedores tenemos, y, en
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