Cap.

 1      1|      infelices... ¡Pues pocos pasos di yo, en gracia de la Virgen,
 2      2| hubiera acometido: dar cuatro pasos, no más, en la senda misteriosa
 3      4|      sin resolverve a dar dos pasos en ella detrás de la fugitiva;
 4     11|    tres platos, uno con higos pasos para Luisa y los otros dos
 5     15|     modo que, siguiéndole los pasos, tuvo Cleto que atravesar
 6     18|      la silla. Retrocedió dos pasos sin soltarla de la mano,
 7     18|      que se cruzó con él diez pasos más abajo de la puerta;
 8     21|  animal!~ ~ Muergo avanzó dos pasos hacia Sotileza. Ésta, después
 9     21|        Muergo retrocedió tres pasos.~ ~ -¡Más atrás! -insistió
10     22|       Polinesia.~ ~ A los dos pasos sobre la percha, se le fueron
11     23|  mucho su trabajo; avanzó dos pasos callandito, muy callandito;
12     25|      Colindres enderezaba sus pasos hacia ella! Silda, desfallecida,
13     26|      en ellas, y enderezó sus pasos hacia los suburbios.~ ~
14     26|        se acordó de que a dos pasos de allí vivía el padre Apolinar.
15     26|  extremo de la ciudad y a dos pasos de la Zanguina. Bullían
16     27|   capitán estaba ya dando los pasos necesarios para enterarse
17     28|  ruidos que el de sus propios pasos, el de las voces de algún
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