Cap.

 1      2|          copos de blandos algodones parecían mecerse sus amuras poderosas.~ ~
 2      2|             perifollos! Sus bronces parecían oro bruñido; traía las vergas
 3      7| especialísima de estudiantes que no parecían nacidos de madre, como toda
 4     11|             su vulgar alcurnia, que parecían providencial castigo de
 5     11|             estas palabras, que más parecían gruñidos:~ ~ -¡Fila, reñules!...~ ~
 6     13|         numéricos, en guarismos que parecían de molde; sabía repartir
 7     13|           Tolín. Lo único en que se parecían los dos mozos era en el
 8     14|          palabras más sencillas, le parecían testimonios irrecusables
 9     26|     tempestad! ¡Hasta los elementos parecían conjurados en su daño! Y
10     26|       elegir entre dos cosas que le parecían rematadamente malas.~ ~
11     28|            a la vez que los cubría. Parecían dos tigres jugueteando,
12     28|            los perdían de vista, no parecían darles tanta importancia
13     28|              observaba que ya no le parecían tan grandes, tan terribles,
14     28|            del Mar!.~ ~ A Andrés le parecían siglos los minutos que llevaba
15     28|           viejo encanecido; y todos parecían más resignados que él; y,
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