Cap.

 1      8|          daba al rico comerciante, duro de epidermis, como las talegas
 2     10|         acento imperioso y su ceño duro:~ ~ -Vuelve.~ ~ ¿Y cómo
 3     12|             bastante placentero, y duro de salud.~ ~ ¡Y qué lejos
 4     14|         plaza, gentes que tiran un duro por un pingajo que no necesitan. ¡
 5     14|         así; pero misas hasta de a duro. ¡Misas de a duro! ¡Y a
 6     14|       hasta de a duro. ¡Misas de a duro! ¡Y a pae Polinar, que estaba
 7     15|        socorrerla.~ ~ -Pues ¿ y el duro de esta mañana? -se atrevió
 8     15| preguntarle la sirvienta.~ ~ -¿Qué duro, mujer de Dios?~ ~ -El de
 9     20|       punto, en voz dura y con más duro entrecejo.~ ~ -Dígolo yo
10     24|         tenerme, Andrés, por padre duro de entrañas; no podrás decir
11     24|                Bien conozco que es duro el trance en que te pongo
12     24|          media vela; y mirando con duro ceño a su hijo, le habló
13     26|           noche encima de un banco duro! -le dijo el tabernero - .
14     29|         parte largas páginas a ese duro tributo impuesto por la
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