Cap.

 1     11|        El pan sin lágrimas y el sueño sin sobresaltos, ¡qué prodigios
 2     14|     poco descanso, una pizca de sueño y vuelta a la lancha antes
 3     14|  marinero, sin que le robara el sueño la visión del hospital para
 4     16|     rindiendo a los asaltos del sueño, y acabó por tenderse en
 5     17|       lo único que le robaba el sueño. ¡Si cuando las cavilaciones
 6     17| cavilaciones que le quitaban el sueño a Andrés a las altas horas
 7     18|       allá dentro, y me roba el sueño de noche, y me quita el
 8     24|        desazón, y que no pierda sueño la señora marquesa del pingajo... ¡
 9     26|    Cabildo; rindióle al cabo el sueño y se quedó como usté le
10     26|     facilitarle su conquista al sueño, que tanto necesitaba, apagando
11     27|      aceite, no pudo atrapar el sueño hasta bien cerca de la madrugada. ¡
12     28|         necesario, que su corto sueño sobre el banco de la taberna