Cap.

 1      2| sobre el costado de babor, dejando al descubierto en el otro,
 2      4|   de la noche a la mañana, dejando en éste una viuda sin pizca
 3      4|   la viuda en aguardiente, dejando arrastrarse por los suelos
 4      4|    arriba de las rodillas, dejando ver que sólo cubrían sus
 5      9|  se traba él por sí mismo, dejando tendida la cuerda con los
 6     16| más que pudiera; y Muergo, dejando el remo, se plantó a su
 7     16|  de don Venancio Liencres, dejando el resto en beneficio del
 8     19|     que picó calle arriba, dejando a su amigo con las hieles
 9     21|  el agua del mar. Después, dejando que éstas se fueran secando
10     23|    excitó su curiosidad; y dejando interrumpidas sus duras
11     27| los momentos en que Luisa, dejando caer el tenedor desde la
12     28|  se mecía entre dos aguas, dejando flotantes sobre ellas espesos