Cap.

 1      1|   merluza que agolía mal.~ ~ -¡Castigo de Dios, Muergo; castigo
 2      1|       Castigo de Dios, Muergo; castigo de Dios! -dijo fray Apolinar
 3     11|      que parecían providencial castigo de su vanidad, se curaba
 4     23|     otra; y éste será el mejor castigo que merecen, ¡cuerno!, las
 5     23|  alegro de ello, por tomarlo a castigo de Dios...; que bien pudiera, ¡
 6     23|        Pero ahora veo que para castigo tuyo, a más del que te está
 7     23|     Qué papel el suyo... y qué castigo de su ligereza! No pasó
 8     25|      quedar tantas maldaes sin castigo... Y esto es too lo que
 9     25|          como, por ejemplo, el castigo de esas dos bribonas por
10     25|    quien se le antojaba que el castigo de las hembras de Mocejón
11     28| arrancársela de aquel modo, en castigo de su pecado.~ ~ Temblaba
12     29|     pero aunque no vayan, o el castigo no las mate, y se vuelvan