Cap.

 1      1|       el fondo tostado de sus camaradas, la roña de las carnes.~ ~
 2      2| trance le hallaron dos de sus camaradas, advertidos por Silda, que
 3      2|    seguía ninguno de sus tres camaradas. En el acto sospechó, no
 4      3|       más puerco de todos sus camaradas. Mas estas preferencias
 5      7|       Porque con los amigos y camaradas, con la gente del aligote*,
 6      7|      travesura elegante a sus camaradas, y un poco de amenidad a
 7     11| pasaba bien el rato entre los camaradas del oficio, esperándola
 8     11|  Coles, Guarín y tantos otros camaradas de bribia y mosconeo, sólo
 9     12|    fiera. Por eso, los mismos camaradas, que cuando estaba en sus
10     21|   hablaba mucho del caso, los camaradas que le querían de veras,
11     22|      de sudor, como todos sus camaradas, dice con su recia voz,
12     29|    ver en el mundo a aquellos camaradas que se iban.~ ~ Pero, en